Cuando la vida, pone pruebas difíciles de superar y a pesar de todo sonríes ante la adversidad...
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Envidia
Sharon, reto a Gibran con la mirada y le hizo saber que ella había ido no solo a amenazarlo, había engatusado a su personal.
Él sabía que Sharon, era una mujer ambiciosa y envidiosa, capaz de destruir a quien se le pusiera como obstáculo en el camino.
Era conocida por ser una mujer, hermosa, pero ególatra, déspota, y muy malvada. Y en todo ámbito era así hasta en los negocios.
Cuando tuvo al pequeño Samuel, se dedicó a dejarlo con niñeras y nodrizas, no le gustaba tratar con el niño.
Por eso cuando ella exigió el divorcio, él se alegró, no le costó mucho obtener la custodia completa, Sharon, no quería al niño, pero la idea de competir y ganarle a Gibran la volvía loca de poder.
Al final Gibran se quedó con la custodia total, y para restar importancia al hecho de que había perdido dijo:
Sharon: Deje que ganes, por qué la verdad el niño me estorbaría para mis eventos, planes y estilo de vida, ya sabes que es muy importante para mí, aspecto y belleza, y con un niño a cuestas pierdo tiempo, dinero y juventud.
Así que es por eso que ella decía que le regaló la custodia a Gibran, él adoraba al niño, pero aún no aprendía a demostrarle todo el amor y cariño de padre que el sentía.
En ese momento Gibran se concentró cuando escucho la voz de Silvana.
Silvana: Iré a ver al niño, en unos momentos te veo.
Sharon: Tú no irás a ningún lado, pequeña gata, por qué eso eres una gata. El que estés casada con mi marido no te da derecho a sentirte dueña y señora.
Gibran: Dos cosas Sharon, uno soy tu exmarido y dos a Silvana no le hablas así.
Silvana cariño ve con el niño en un momento te veo.
Silvana asintió y subió a la recámara del niño. No permitiría que una discusión entre los padres, destruyera el autoestima del niño.
Gibran: Qué quieres? Sharon que necesitas? Te llevas a mi personal, humillas a mi esposa, que pretendes?.
Se acercó a Gibran y le rodeo el cuello con los brazos. Gibran se aparto bruscamente y ella reaccionó con furia.
Sharon: Qué quiero? Quiero recuperar a mi esposo e hijo o es mucho pedir?
Gibran: Jaja hay Sharon, por favor esa mentira ni tu te la crees, es obvio que no soportas perder lo que según tu es tuyo,
Sharon: Esta vez es cierto quiero volver contigo y con mi amado hijo.
Gibran: Ya Sharon dime, qué quieres?
Sharon: Está bien, quiero que me des 5 millones para invertir en la bolsa, mi último negocio no salió como lo planee así que necesitó capital. Estoy al borde de la quiebra y necesito invertir para ganar.
Gibran: Estás loca? Parece que tengo 5 millones para ti?
Sharon: Por favor Gibran, tienes eso y mas..
Gibran: Repito, crees que tengo 5 millones para ti?
Sharon: Ya te dije sí, tienes eso y más.
Gibran: Pues para TI, no tengo nada Sharon, ya olvidaste que me exigiste, no buscarte más y que nunca querías nada de mí y no querías ver mi fracasada cara?.
Sharon: Yo nunca dije eso, que yo recuerde, además todo eso es cosa del pasado. Velo por el lado noble, me harás un bien.
Gibran: Hay Sharon es obvio que no cambias.
Sharon: Mira hagamos un trato, tú me das los 5 y yo te devuelvo tus empleados y dejo de molestarte para siempre.
Gibran: No a esa gente, te la puedes quedar no me interesan, y respecto a no volveremos a molestar será por escrito, firmarás algunos papeles frente a mi abogado y te haré la transferencia a tu banco, pero todo será por escrito, tómalo o déjalo tienes 1 día para pensarlo mientras mi abogado redacta el documento, ahora puedes retirarte te veré mañana a esta hora con mi abogado.
Sharon salió furiosa y llena de ira, sabía que el la tenía en sus manos y eso le ardía en verdad.
En cuanto a los trabajadores pasaron al despacho y uno a uno le dio una liquidación bastante generosa. Ellos salieron quejándose y diciendo que era una miseria.
Al cerrar la puerta subió, con su hijo y Silvana, el niño se había quedado dormido y ella velaba su sueño.
Pregunto a Silvana si había oído todo.
Silvana: lamentablemente si, al niño le puse audífonos para que no, escuchará nada, pero tu exmujer no habla grita.
Gibran: Si lo se, a veces me preguntó cómo me enamore de ella, y no se ni que pensar, lo único bueno de ese matrimonio es mi hijo.
Silvana sonrió sabía que era cierto, Samuel era un niño maravilloso, educado, dulce, sonriente y atento.
Ella lo quería mucho y lo veía como a su hijo.
Gibran: Pequeña habrá que contratar más personal.
Ambos sonrieron y se dedicaron a irse juntos a dormir mañana sería un día importante.
sino es lo mismo de siempre