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En Las Garras Del Mafioso.

En Las Garras Del Mafioso.

Status: Terminada
Genre:Yaoi / Completas / Mafia / Diferencia de edad / Triángulo amoroso
Popularitas:497.8k
Nilai: 4.7
nombre de autor: Wang Chao

Después del incidente en aquel hotel, Luka marcó una línea con su jefe, lo que pareció funcionar por algún tiempo, sin embargo, ¡Su jefe siempre está detrás de él!.

¿Qué puede hacer para evitar caer en las garras del mafioso?

📌Segunda novela de la trilogía: Hermanos Mancini.

NovelToon tiene autorización de Wang Chao para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 11. Desaparecido.

—El secretario de Dragón es tu hermano Luka, ¿Verdad? —Cuestionó Vicenzo, mientras miraba la información que había llegado hacía unos momentos a su teléfono. 

Elio lo miró, con un rastro de confusión en las cejas, pero, aun así, asintió—. ¿Por qué?, ¿Le pasó algo? —Él se puso inmediatamente de pie y caminó hacia su esposo. Vicenzo, tan rápido como pudo, cerró el correo y apagó el celular. 

—Nada, únicamente quería saber para poder hacer negocios con él. —Mintió. 

—¿Qué negocios? —Sin embargo, Elio era demasiado inteligente como para creer en esas palabras. Llevaban suficiente tiempo juntos como para saber que, esa expresión en su rostro, significaban mentiras y problemas. 

—Últimamente, hemos tenido problemas con los rusos, y tengo entendido que ellos tienen buenos tratos con los Bernocchi, necesitaba de su ayuda. —Vicenzo se acercó a Elio y lo abrazó por la cintura, después, beso su cuello y sus labios—. No te preocupes, todo está bien. 

Elio no dijo nada, por el momento, iba a dejar las cosas así. Sin embargo, eso no significaba que no investigaría por su parte. 

...----------------...

Vicenzo llegó al lujoso bar que, sabía, administraba Alessandro Bernocchi. Si bien ambos habían quedado en una enemistad marcada, aún estaba preocupado por Luka. 

Al llegar a la oficina, el guardia abrió la puerta por él y le hizo entrar. Dentro, los dos Bernocchi estaban sentados, uno frente al otro. Ambos llevaron sus ojos hasta el imponente Vicenzo Di Marco y le saludaron. 

—Me enteré por Mike que Luka ha desaparecido, ¿Puedes decirme que mierda paso? —Su voz era amenazante y su mirada fría—, ¿Cómo mierda dejaste que esto ocurriera?, ¿Qué se supone que le voy a decir a mi esposo? 

—¡Cálmate cabrón!, tú aquí no vienes a mandarnos. —Gritó Leandro, mientras se ponía de pie.

—¡Está bajo tu mando, imbécil!, ¡Y ni siquiera estás haciendo nada para dar con él! —Vicenzo estaba furioso. Leandro tampoco estaba tan calmando, se puso de pie, y fue hasta él para agarrarlo del cuello, sin embargo, Alessandro lo detuvo. 

—Cálmate, lo más importante en este momento es Luka, no él. —Dijo. Él era el más calmado de los tres, aunque estaba preocupado, sabía que no ayudaba en nada el pelear en ese momento. 

—¿Ni siquiera tienen idea de quién puede ser? —Preguntó Vicenzo, luego de un minuto de silencio en el que mantuvieron las intensas miradas de enojo. 

—Tenemos una idea vaga. —Leandro agarró una carpeta de la mesa de madera y la entregó a Vicenzo—. Tuvimos un inconveniente con ellos en nuestra última entrega, sin embargo, todo se resolvió, no tienen motivos para traicionarnos así. —Afirmó—. Voy a hablar con ellos. 

—Te estás tardando, ¿No? —Vicenzo no desaprovechó la oportunidad para recalcar su incompetencia. 

—Iré ahora. Hermano, si ocurre algo, avísame de inmediato. —Dijo, viendo a Alessandro. Él asintió. 

Leandro salió de ahí, sacó su teléfono móvil y marcó el número que tenía guardado, sin embargo, no hubo respuesta en absoluto. Hizo dos llamadas más, hasta que por fin conecto con la otra persona. Ocupó el asiento del copiloto y el chófer comenzó a conducir. 

[¿Qué quieres?] Respondió con un tono de molestia. Aunque los negocios transcurrieron sin más problemas, no volvieron a tener contacto con ellos. Se podría decir que estaban en términos neutros.

—Secuestraron a mi secretario, malditos bastardos. —Leandro estaba seguro de que ellos habían sido los causantes, ni siquiera dio pie a la duda. 

[No, Dragón, yo no he secuestrado a nadie. No haga acusaciones falsas, o podría salirle caro.] Aunque su voz se escuchaba convincente, Leandro no podía confiar en sus palabras. Al final, ambos eran delincuentes y sabían perfectamente que, en esos negocios, no había lealtad asegurada. 

—Eres el primer sospechoso, Geovanny, ustedes son mi competencia directa, y seguramente buscan sacarle información. Dime dónde mierda está y cuánto dinero quieren, o la próxima vez que nos veamos, tendrás un arma en tu frente. 

Las amenazas eran verdaderas, sin embargo, la otra persona ni siquiera se inmutó. 

[Piensa lo que quieras, yo no he secuestrado a nadie. —Afirmó, con total seguridad—. Sin embargo, sí conozco a alguien que está interesado en el tráfico de personas.] 

—Veámonos en el mismo lugar en media hora. Recuerda ir solo y desarmado. 

[¿Crees que soy idiota?] Dijo con una carcajada. 

—Tú lo mencionaste, querido primo. 

Leandro no dijo otra cosa y colgó la llamada. Luego de darle órdenes al chófer, miró nuevamente la pantalla de su celular. Él había tomado varias fotografías de Luka, y en ese momento, era lo único que podía consolarlo. 

Sin embargo, recordando el rostro sonriente de Luka, mientras abrazaba a ese bastardo, le hacía hervir la sangre de coraje. No obstante, no era el momento adecuado para enojarse, lo primordial era dar con su paradero. 

—Te encontraré, Luka… 

...----------------...

—Primo, no tan querido. —Saludó, de forma arrogante, un hombre joven, de unos veintisiete o veintiocho años. 

Geovanny Bernocchi era el heredero del grupo Bernocchi, una empresa dedicada al transporte de carga al mundo entero. Su padre había comenzado a traficar puedas únicas por doquier, vendiéndolas a precios exorbitantes en el mercado negro. Él aún no podía comprender como es que una persona podía pagar tanto por una espantosa pintura. 

—Habla. —Ordenó, con aires de superioridad. Geovanny sonrió, arrogante. Si algo lo caracterizaba, era que jamás en su vida había bajado la cabeza ante nadie. Ni siquiera ante su padre. Por supuesto, no estaba dispuesto a ser opacado por Leandro.

—Tú pediste esta reunión, tú eres quien necesita de mi ayuda, no puedes exigir aquí, primo. —Geovanny se recargó en la delantera de su automóvil de lujo. 

—¡Deja tus estúpidos juegos, habla de una maldita vez!, la vida de Luka está en juego… —él estaba desesperado, por cada minuto perdido con ese idiota, era una posibilidad menos de vida para Luka. 

—De acuerdo, tranquilo. Recuerda, el que se enoja, pierde. —Geovanny curvó sus labios en una sonrisa burlona y se acercó a él, llevando una tableta electrónica en su mano izquierda, la cual había agarrado de encima del auto deportivo—. Aquí está la información que buscas, pero… Nada es gratis. —Geovanny paso su mano derecha por el pecho de Leandro y la bajó hasta su abdomen—. ¿Qué estás dispuesto a dar? 

—Estoy dispuesto a darte un balazo en la cabeza si no quitas tu mano de encima. —Amenazó Leandro, agarrando con fuerza la muñeca de su primo y alejándolo de él. 

—No eres divertido, por eso estás solo. —Geovanny se alejó, entregando la tableta electrónica y agarrando su muñeca con la otra mano, si hubiese usado más fuerza, seguramente le hubiese roto el hueso. 

—¿Quiénes son? —Leandro ignoró el comentario y centro su mirada en las fotografías que mostraba ahí. 

—No sé exactamente de dónde son, de hecho, nadie lo sabe. Sin embargo, sí sabemos que tienen miembros de todas partes del mundo. —Explicó—. Los que han entrado a Italia son del medio oriente, pero sus nombres, o sobrenombres, aún son un misterio para mí. 

Leandro arrugó las cejas y levantó la mirada—. ¿Dónde los encuentro? 

Geovanny levantó los hombros—. Tengo un contacto que intentó hacer un trato con ellos, pero algo que ocurrió ahí le hizo desertar. 

—Envíame la información. 

—Somos familia, pero no doy nada gratis. 

—¿Cuánto quieres? —Cuestionó.

—La cuestión no es cuánto quiero, sino, a quien quiero. —Una sonrisa maliciosa se formó en los rosados labios de Geovanny. Leandro entrecerró los ojos al ver esa mirada maléfica. Aunque Geovanny poseía la apariencia hermosa y pacifica de una paloma, era, más bien, una venenosa serpiente esperando para atrapar a su presa, asfixiara y engullirla completamente.

—Tú dirás. —Dijo. 

—Por ahora no, te diré cuando llegue el momento adecuado. —Él regreso a su rostro angelical, se dio media vuelta y se acercó a la puerta del auto—. Estaremos en contacto, primo. 

Después de subir, se alejó a toda velocidad de él. Leandro lo vio desaparecer en la carretera y regresó a la camioneta oscura. El chófer, que había estado atento y en guardia, por fin pudo dejar los nervios a un lado. 

—Vamos. 

...----------------...

Leandro entró a la bodega donde el contacto que Geovanny le dio, lo había citado. El lugar estaba silencioso, únicamente el sonido de sus pasos contra el sucio pavimento se escuchaba. 

—Leandro Bernocchi, no pensé que nos volveríamos a ver, y menos, en esta situación. 

Leandro giró su rostro hacia esa voz molesta. Cerró los ojos, esperando que fuera una maldita broma de parte de su molesto primo. Sin embargo, tan pronto como abrió los orbes, se encontró con ese rostro de burla y desdén. 

—Fabrizio Berti, cuántos años sin vernos. 

Una enorme sonrisa apareció en esos dientes amarillentos y ese horrendo rostro. Fabrizio caminó, orgulloso y prepotente, hacia él. Era delgado, con cabello rizado y alborotado, con una barba desarreglada, tenía ojos caídos, barbilla pronunciada y nariz ganchuda; sin duda alguna, era feo. 

—Que bueno que no olvidaste mi nombre o mi rostro. —Fabrizio se acercó a él y el olor a cigarrillos baratos inundó sus fosas nasales, sin embargo, lo que más le causó repudio, fue el olor a basurero que venía de él. 

—Imposible olvidar un rostro tan horrible como el tuyo. —Se burló Leandro. 

Fabrizio arrugó las cejas, pero después de unos segundos, soltó una carcajada. No le importaba la burla, después de todo, ya estaba acostumbrado a ello. 

1
Yuliana Caballero
Excelente
Yuliana Caballero
Muy malo
camila
Excelente
camila
pobre me dio pena, él se esforzó jajaja
Irene Diaz
Excelente
camila
Yo sería Andrea jajaja
camila
alguien está pensando en cortarse la barba jajajaja
camila
le dio en donde más le duele
Iván Pérez
Excelente
Alliette Cardoza
Me gustó muchísimo, tienes talento 😊
Wang Chao: Muchas gracias por tu apoyo /Heart//Heart//Heart/
total 1 replies
Betty Montaya
La paciencia es de sabios
Cobado Balaguer
Excelente
Alliette Cardoza
Pero a lucas se le olvidó que el lo rescató 🙄
Alliette Cardoza
Excelente
Marilyn Betancur
Lo que faltaba, es la putita de Dylan /Right Bah!//Cleaver//Hammer/
Maru Castrillon
Normal
Imacairy Lopez
Excelente
Betty Montaya
igual🤔
Luz Estela Franco Camacho
Muy buena gracias cortica pero sustanciosa felicitaciones
Vaa••§
ME ENCANTA FELICIDADES AUTORA 🎊🎉🎉🎉🥳🥳🥳🎉🎉🎉😘
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