La Luna Del Rey Alfa

Valentina se quedó el resto de la tarde en la biblioteca, cuando estaba en su mundo de libros se perdía por completo, en medio de la tarde la odiosa Rachel llegó por una larga lista que Valentina había escrito y aunque había pedido libros de todos los géneros, pero en especial libros de misterio y romance pensando en Julian y en ella misma por supuesto, la odiosa Rachel solo se llevó la lista sin decirle una palabra.

Al final de la tarde Valentina decidió llamar a sus padres les contó como estuvo su día, le preguntó a ellos por el suyo y como estaba su amado Sirius y les aseguro que estaba muy bien, colgó y fue al comedor pues ya era hora de la comida y para ser sincera no veía la hora de ver a Julian para que por fin le explicara porque la quería junto a él.

Cuando llego al comedor estaba vacío, pensó que Julian se habría retrasado, tomó asiento y empezaron a servirle solo a ella.

-Señorita el Alfa se disculpa, pero por sus ocupaciones reales no podrá comer con usted -dijo una de las chicas que le servían la comida, Valentina se sintió decepcionado así que solo asintió, comió y subió a su habitación, la cama era extremadamente, cómoda y por todas las emociones del día Valentina estaba muy cansada, así que se durmió rápidamente.

Al día siguiente despertó, tomó un baño y se puso un vestido blanco de encaje con la espalda descubierta en el palacio hacía mas calor que en el resto de Londres, salió directo hacia el comedor, donde para su gusto Julian ya se encontraba ahí.

\-Buenos días, Mujer, me disculpo por ayer, mis ocupaciones son bastantes -dijo el Alfa, mientras besaba la frente de la pelirroja- debes saber que Philip en este momento debe estar siendo liberado, cumplí con mi parte del contrato espero que tú cumplas con tu parte -dijo el Alfa, a cualquiera le hubiera sonado como amaneza pero Valentina lo vio mas como una pregunta.

\-Por supuesto -dijo Valentina- aquí estoy y no iré a ninguna parte.

\-Eso está bien, come, te llevaré a un lugar para hablar lo que dejamos inconcluso anoche -le comento él.

Al escuchar eso Valentina comió con rapidez, a la expectativa por lo que pasaria a continuación, cuando ambos terminaron, Julian se puso de pie y tomó a la chica de la mano, la guió hacías las puertas del castillo, pero no salieron de este, fueron hacia el jardín y voltearon para la parte de atrás del jardín, Valentina amo lo que vio en la parte trasera del Jardín, había una especie de bosque y unos establos, con algunos caballos y yeguas en ellos.

\-Los humanos que antes habitaban el castillo dejaron estos animales aquí y aunque nosotros los lobos no los necesitamos, tampoco quise deshacerme de ellos -comento Julian.

\-Son hermosos -dijo Valentina, ¿tienen nombre? -pregunto ella

\-Si -respondió el- Príncipe, Princesa, Titan, Medalla, Lolita y Neville, nombres muy básicos a mi parecer pero ya no se los iba a cambiar -dijo el Rey, mientras Valentina sonreía por su comentario.

\-Vamos allí -dijo el rey mientras tomaba de nuevo la mano de la chica y la guiaba hacia el bosque, los caballos están a tu entera disposición -le dijo mientras llegaban hacia un banco apoyado en un árbol, el Rey soltó la mano de la chica y la invito a sentarse.

\-Te gustaron las rosas que te envié el otro día a la biblioteca -pregunto Julian, Valentina lo miro con los ojos muy abiertos.

\-¡Fuiste tu! -exclamó Valentina sorprendida, pero ¿porque?, no nos conocíamos en esé entonces.

\-Yo si te conocía Mujer, Valentina la razón por la que te traje aquí no es tan complicada, solo temo de tu reacción -comenzó Julian, recuerdas lo que te expliqué ayer sobre los lobos y sus mates, pues tu Mujer, tú eres mi mate, mi Luna, Aquel día que te vi fuera de la biblioteca fue uno de los pocos días que he salido del palacio desde la primera vez que llegué, como sabes no suelo dar mi cara, he mandado desde las sombras, pues prefiero hacer las cosas sin tanto protocolo, no me importaba que nadie se arrodille frente a mí, simplemente quería gobernar bien, pero esa noche llegué a mi límite y no quería estar más encerrado así que le dije a Finn que tomáramos uno de los autos y condujéramos a través de la ciudad, pero cuando te vi a ti, lo supe, eras tú, tengo 35 años y nunca he tenido afán de encontrar a mi Luna, pero tan pronto te vi, no entendía como había podido vivir todos estos años sin ti, ese día no salte encima de ti porque Finn lo evito y cuando viniste a mí por lo de Philip, tome la oportunidad, sé que no fue lo mejor, te obligue a estar a mi lado, pero no supe como más hacer las cosas, solo sé dar órdenes, contigo no supe como comportarme-

Finalmente lo dijo Julian, saco de su mente y corazón todo lo que había estado guardando por semanas.

Valentina quedó en shock, ¿Era ella la Luna de este hombre Lobo, era ella su Mate?, significaba eso que él la amaba, explicaba eso todas las sensaciones que él creaba en ella.

\-Yo, yo, no sé que decir -balbuceo Valentina- la verdad, desde que te vi también he sentido millones de sensaciones, pero todo lo que me dijiste es un poco Impactante.

\-Lo sé Mujer, lamento decirte todo así, pero ya era hora de ser sincero, no te niego que me quiero lanzar encima de ti ahora, marcarte y hacerte mía, pero no te quiero presionar, sigamos con nuestros planes, sé la bibliotecaria y ya sabes que el palacio es prácticamente tuyo cuando estés lista para ser mi mujer aquí estaré esperándote-

\-Gracias Julian, siendo así ya estoy retrasada en la biblioteca -dijo la pelirroja mientras sonreía y empezaba su camino de nuevo hacia el palacio, tal vez se habia mostrado tranquila y distante, pero queria alejarse de el para pensar bien en todo, eso no quitaba que tenia ganas de saltar a los brazos del lobo, cuando había dado unos cuantos pasos, paro y volvió corriendo hacia Julian, apoyo sus manos en el amplio pecho del Lobo quien ya se había puesto de pie, se empino y poso sus labios sobre los del Rey, este la abrazo rápidamente separándola del suelo y la beso con pasión, cuando fueron obligados a separarse por falta de aire, Valentina corrió lo más rápido que pudo hacia el castillo mientras dejaba al Alfa con una pequeña sonrisa.