Mientras Tu Dormias

Una vez fuera de la habitación Camila decidió ir a la cocina, ahora si iba a desayunar, pues antes no había podido hacerlo. Pero mientras caminaba hacia allí, iba murmurando con una mezcla de ira, angustia, desconcierto y varios sentimientos encontrados.

-¿Quién se cree esa para sacarme de nuestra habitación así como así?- pensaba en voz alta- ¿Acaso pensará que por el solo hecho de que me casé con él en estas condiciones puede correrme como si nada?- entonces sin pensarlo un minuto más se giró sobre sus pies caminando de regreso a la habitación dispuesta a sacar a esa mujer de allí.

Cuando llegó al pasillo, con todos esos sentimientos encontrados notó que la puerta se hallaba entre abierta y oyó la voz

-Espero que cuando te recuperes, me des el lugar que merezco- decía la muchacha, entonces Camila que había pensado en entrar y sacar a la mujer de allí, decidió no hacerlo, pero sí quedarse escuchando- No entiendo por qué mi tía te casó con esa mujer, si tan solamente me hubieras hecho caso cuando te pedí que le dijeras de lo nuestro...

La muchacha se mordía los labios con nerviosismo, de acuerdo a lo que ella estaba oyendo, la mujer que se hallaba allí adentro con su esposo era "¿Qué era? ¿Su amante, su mujer, su novia?", pensaba para luego hacer sus propias deducciones.

-Imposible- dijo en voz alta.

-¿Qué cosa es imposible, cuñada?- preguntó Andrew sobre sus hombros, rozando con su respiración el oído de Camila, pues se hallaba detrás de la muchacha sin que ella hubiera notado su llegada.

-¡Andrew, me asustaste!- Exclamó Camila.

-¿Y por qué? ¿qué haces aquí como escondida?- indagó él.

-Nada, yoooo- balbuceó ella- vine a ver si tu prima ya se iba.- agregó entrando, para encontrarse con la lamentable escena de Rocío dándole un beso en los labios a su esposo.

-Perdón, ¿qué estás haciendo?- preguntó Camila y la otra mujer se sobresaltó.

-Bueno- dijo girándose hacia la muchacha- Qué más da, de todos modos cuando Adrián despierte te ibas a enterar- replicó

-¿De qué?- indagó una vez más Camila.

-De qué Adrián y yo teníamos una relación- afirmó la mujer frente a ella.

-¿Una relación?- murmuró la muchacha- Sí eso es así, lo lamento mucho...

-¿Qué cosa lamentas?- le preguntó Rocío dudando.

-Lamento que estés poniendo tus esperanzas en un hombre casado- respondió Camila, tomando valor de algún lado para ella desconocido- Así como también lamento que ya no puedas venir a verlo.

-¿Cómo? Yo voy a venir a ver a Adrián las veces que me dé la gana?- dijo la mujer enfrentándose a ella, Camila negó con la cabeza mientras una línea delgada se formaba sobre su rostro imitando una falsa sonrisa.

-No. A partir de hoy tienes prohibido entrar a nuestra habitación a verlo- ordenó la muchacha con mucha seguridad- Así que te agradecería que salieras de nuestra habitación, ahora.

-¡No puedes hacer eso!- refutó la otra.

-De hecho sí puedo y lo estoy haciendo- acotó Camila, mientras del otro lado de la puerta...

-Tiene carácter la muchachita- murmuraba Andrew sonriendo- Va a ser muy divertido todo esto.

-¡No puedes impedirme que venga a la casa!- Exclamó Rocío exaltada.

-Es cierto, pero si puedo impedirte que entres a nuestra habitación- respondió Camila, tomando a la muchacha de un brazo para sacarla.

-Cuando Adrián despierte ¡Vas a ver! ¡Él va a ser quien te corra de esta casa!- vociferó Rocío jalando su brazo, soltándose del agarre de Camila.

-Cuando Adrián despierte, veremos si eso pasa- aseveró Camila y cuando vio que Rocío ya se encontraba del otro lado de la puerta, simplemente la cerró en sus narices ignorando a la mujer que seguía despotricando y maldiciéndola.

-¿Qué pasó prima?- preguntó Andrew con diversión- ¿Alguien más aparte de mi hermano te ha corrido de la habitación?

-¡A ti que te importa!- respondió ella para luego salir del lugar, insultando a Camila y prometiendo regresar y lograr que esa mujer terminara en la calle.

Mientras tanto Camila se dejaba caer sobre la cama, bufando para luego girarse y quedar en una posición que le permitiera ver con claridad el rostro de su esposo.

-Al parecer te gusta complicarte con mujeres difíciles, esposo mío- le dijo- Lo siento mucho, pero mientras que yo siga casada contigo esa mujer no va a volver a pisar nuestra habitación- agregó cerrando luego los ojos y suspirando profundamente.

No supo en qué momento pero se quedó profundamente dormida, su sueño era muy tranquilo, su respiración lenta y serena, de pronto la despertaron los golpes que alguien estaba dando en la puerta, abrió los ojos y se sorprendió al ver que el brazo derecho de Adrián se hallaba envuelto en su cintura, parecía como si la estuviera abrazando.

-¡Lo que faltaba!- se dijo- Qué en sueños juegue a la enamorada y tome sus brazos para que me abrace.

Quitando el brazo de su esposo de encima, Camila se puso de pie y fue a abrir la puerta.

-Hola- la saludó Jackson de pie en el pasillo- espero que no te moleste, pero necesitaba ver a Adrián antes de marcharme.

-Oh, no. Por supuesto, adelante por favor, yo voy a bajar al jardín así puedes quedarte a solas con él- respondió ella y salió de la habitación, al cerrar se quedó de pie junto a la puerta unos segundos.

-¡Ay, hermano!- dijo suspirando Jackson- estás metido en tremendo lío- Casarte sin tu permiso es lo peor que se le podría ocurrir a tu madre, aunque debo reconocer que tu esposa es muy bella, diría que incluso más que otras mujeres o amigas que pude conocerte.

-¿Más amigas o mujeres?- dijo en voz baja Camila que a pesar de no ser una persona chismosa, seguía de pie junto a la puerta- ¿Tan mujeriego habrá sido?- se preguntó y luego se dio cuenta de que no era correcto lo que estaba haciendo, así que sacudiendo cualquier pensamiento que la incitaba a seguir escuchando una charla que no le debía interesar, decidió bajar y salir al jardín a mirar las estrellas en el cielo.