¡Qué pasaría si un joven adinerado, descendiente de la familia Abraham, dueño de la empresa más exitosa del mundo...
¡Ahora tiene que disfrazarse como un conductor de mototaxis en línea!
¿Será capaz de contener su mal hábito de derrochar dinero y vivir en la pobreza?
Bara Abraham es forzado por su padre y debe afrontar su destino de convertirse en un conductor de mototaxis en línea empobrecido, hasta que el destino finalmente lo lleva a conocer a una mujer con problemas complicados en su familia,
¿Podrá Bara ayudar a la mujer de sus sueños? ¿Aunque su identidad es solo la de un conductor de mototaxis en línea?
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Capítulo 12
Al poco tiempo, el trío se sobresaltó por el sonido de una moto deteniéndose justo enfrente de la residencia de Adi Sanjaya.
Diva y Lina asomaron inmediatamente la cabeza por la ventana, curiosas por ver quién se atrevía a entrar en su opulenta morada.
Momentos después, Diva y Lina intercambiaron miradas y sonrieron con malicia,
Nunca imaginaron que la misma persona de la que estaban hablando estaría presente, exhibiendo su presencia,
Junto a un conductor de transporte privado de escasos recursos que había traído a Arimbi de vuelta a casa.
Diva y Mama Lina se acercaron a Papa Adi, despertando su curiosidad acerca de la persona que acababa de aparcar su moto afuera...
"¿Quién está ahí afuera, mamá? ¿Puedes ver quién ha detenido su moto delante de nuestra casa?"
Papa Adi preguntó, con los ojos llenos de preguntas..
"Pa... sería mejor que saliéramos ahora, verás por ti mismo quién ha entrado descaradamente por nuestras puertas,"
Diva instó, tirando del brazo de Papa Adi, y el hombre de mediana edad se levantó rápidamente y salió para abrir la puerta principal.
Al llegar a la terraza, Papa Adi se quedó impactado al ver a una mujer que conocía bien, charlando juguetonamente con un conductor de transporte privado.
Al ver esta imagen, la cara de Papa Adi se contorsionó de rabia, dándose cuenta de que todos los comentarios de Diva y Lina eran ciertos.
Arimbi, su propia carne y sangre, estaba envuelta en un amorío con un conductor de transporte privado.
Con una voz atronadora, Papa Adi llamó a su hija...
"Arimbi..."
El grito de Papa Adi hizo que Arimbi y también Bara se sobresaltaran, mirando hacia el hombre de mediana edad que gesticulaba con ambas manos en las caderas...
"¡Papá...!"
Los ojos de Arimbi se abrieron de par en par.
Mientras tanto, Bara logró esbozar una débil sonrisa; parecía que las dos mujeres serpenteantes ya le habían chivado su llegada al señor Sanjaya.
Arimbi se había opuesto a que Bara entrara a la puerta mientras la dejaba...
Pero Bara insistió porque quería demostrar que no era un cobarde escondido a la sombra.
Especialmente porque, después de hoy, Bara tenía planes de acercarse a Arimbi, y necesitaba estar preparado para enfrentarse a sus padres, aunque solo recibiera insultos...
"¿Quién es este hombre que está a tu lado, Arimbi?"
Papa Adi gritó con fuerza...
Arimbi empezó a tener miedo, apretando fuertemente sus manos, mirando a Bara y luego de vuelta a su padre.
Diva y Mama Lina sonrieron con desprecio hacia Arimbi, alimentando la ira de Bara al presenciar a las dos mujeres venenosas...
"Maldición... realmente quiero estrangular a las dos. Pobrecita Arimbi, tener que vivir con ese tipo de serpientes,"
Bara pensó amargamente para sí mismo.
De repente, se escuchó el sonido de una bofetada propinada por Papa Adi que aterrizó en la mejilla izquierda de Arimbi...
¡Tachán!
"¡Ay... perdón, papá!"
Arimbi exclamó angustiada...
Bara se sorprendió al presenciar tal crueldad, ¿cómo podía un padre herir a su hija de esta manera...
"¡Tú ingrata, esto es lo que te he enseñado, Arimbi? ¿Quieres manchar mi nombre, ¿eh?! Al asociarte con alguien pobre como él, eres igual que tu difunta madre Arimbi, siempre desobediente y desafiante,"
Papa Adi gritó, furioso, y Arimbi lloró más fuerte, herida cada vez que su padre insultaba a su difunta madre...
Al ver el curso de los acontecimientos, Bara se bajó de su moto, decidido a hacerle ver al señor Adi Sanjaya su error...
"Perdón por mi intromisión, señor, pero debo aclarar que Arimbi no ha hecho nada malo. Es completamente inapropiado que usted, su padre, cometa violencia contra ella,"
Bara se levantó, defendiendo a Arimbi, provocando que Papa Adi escupiera en el suelo con disgusto...
"Pah... ¡qué audacia la tuya de darme lecciones a mí, un pobretón! ¿Crees que eres tan grandioso, ¿eh?! Solo para que lo sepas, me niego a permitir que mi hija tenga cualquier relación con un desgraciado como tú. Ahora, sal de mi casa, o te voy a echar a la fuerza."
"De acuerdo... dejaré su residencia, señor Adi Sanjaya, pero... volveré mañana, porque le prometí a Arimbi que la protegería de las viles serpientes acechando,"
"¿Qué quieres decir con eso, desgraciado? ¿Crees que mi gran casa alberga serpientes, ¿eh?! Me has insultado indirectamente, maldito desgraciado,"
Papa Adi replicó, enfadado, al igual que Diva y Mama Lina, quienes entendieron exactamente a qué se refería el 'desgraciado'...
¿Quiénes más podrían ser las serpientes sino ellas dos...
"Sí... nunca lo comprenderías, Sr. Adi Sanjaya, porque estás cegado por un amor falso y engaño. Ahora me marcharé y espero que nunca más atormentes a Arimbi, porque si un solo rasguño la afecta, la llevaré lejos de esta casa embrujada para siempre", amenazó Bara valientemente, silenciando a todos los presentes...
En realidad, el papá Adi sentía que el rostro de este hombre le resultaba familiar, como si lo hubiera visto en algún lugar, pero no recordaba dónde...
Arimbi estaba realmente impresionada por la valentía de Bara, porque era la primera vez que un hombre osaba desafiar a su padre, incluso amenazándolo hasta dejarlo sin palabras...
Después de eso, Bara subió a su motocicleta y encendió el motor, su mirada fija en el rostro de Arimbi.
"Arimbi, ve a tu habitación ahora y recuerda cerrar la puerta de inmediato, para que las serpientes no se atrevan a entrar sin ser invitadas. Mañana te llevaré a la oficina, porque a partir de esta noche, eres mi responsabilidad", declaró Bara firmemente, haciendo que Arimbi asintiera con la cabeza, su corazón floreciendo de alegría...
Pasaron minutos y la motocicleta de Bara desapareció de la vista.
Entonces, Arimbi corrió hacia la casa, ignorando los gritos de su padre...
"Arimbi... detente, no me enfades más, Arimbi, no hemos terminado de hablar", los gritos de su padre quedaron sin respuesta. Sintiendo un inmenso dolor y decepción hacia su padre, ella eligió alejarse para que él pudiera encontrar la felicidad sin ella.
