Princesa Asesina

El hermano de Alia entró en pánico y pudo ver la expresión determinada de su pequeña hermana – ¡no vayas! – por alguna razón sintió que este no era el primer encuentro de ambos.

– ¡Suéltame hermano! – habló forcejeando de su agarre.

La mano blanca de Alia se volvió un poco morada por el agarre.

Mordiéndose el labio con fuerza Alia supuso que su hermano no la dejaría ir así que solo tenía que usar el arma secreta.

– ¡hermano me duele mucho!

La voz  que llegó a los oídos del hermano de Alia lo sorprendieron soltando su agarre sintió que había hecho algo malo.

El hermoso rostro frágil con lágrimas de pera de su pequeña hermana le hicieron doler el corazón quería darse una bofetada por lo que había hecho.

– ¡Es mi oportunidad! – pensó Alia con determinación.

Soltándose del agarre de su hermano mayor corrió sosteniendo su vestido largo.

– ¡Alia! – gritó el hermano dándose cuenta que había caído en la trampa.

Ignorando la voz que le gritaba, los ojos otoñales de Alia reflejaron la figura sobre el caballo indiferente como rey.

Desenvainando la espada sus ojos destellaron con una luz tan determinada, moviéndose entre los enemigos esquivó los ataques, su cuerpo es sumamente ágil pese a no tener un despertar.

Saltando con todas sus fuerzas, su espada atacó el cuello del hombre misterioso.

El hombre quien lleva una máscara color tinta en el rostro, sentado sobre su caballo parecía indiferente como si no recordara que había derribado fácilmente a su enemigo.

Para ser más precisos no le daba importancia a sus ojos, no valía la pena, lo que nunca esperó es que la persona que ahora lo atacó fue….

¡Esa mujer quien lo envenenó!

– ¡Eres tú! – su voz ronca habló fríamente.

Sus ojos obsidianos carecieron de brillo, reflejando la hermosa figura de la  joven quien estaba decidida a matarlo.

Esta acción repentina la encontró divertida, siguiendo su juego esquivó el ataque que  apuntaba sobre su cuello.

 "¡swish!",

La hoja afilada resonó con un sonido nítido claro que cortaba solo el viento.

– ¡Lo esquivo! – murmurando para sí misma Alia se sorprendió solo un poco ya que sabía que era poco probable que lo lastimara con un solo ataque.

Levantando la vista sus ojos se encontraron con los suyos emitiendo miles de chispas  incompatibles.

Entrando en pánico Alia puso en práctica las habilidades de espada que le enseñó su maestro moviendo su espada apuntó en su puntos vitales.

Aunque sus movimientos eran extremadamente mortales el hombre enmascarado se mantuvo firme su aura se volvió más indiferente esquivando con facilidad los ataques.

Sus ojos brillantes que antes mostraban interés dejaron de mostrar emoción, suspirando perdió el interés en la batalla.

– ¡Aburrido! – quejándose, su mano derecha se movió a una velocidad inhumana.

Golpeando el pecho de Ali con una fuerza tan brutal.

Sin darle tiempo de reaccionar, Alia solo sintió como su cuerpo salió disparado, llegando a 6 metros de distancia cayó al suelo rodando.

– ¡cof,cof! – vomitando sangre, Alia miró con incredulidad al hombre misterioso en el caballo oscuro como tinta.

El hermano de Alia al ver su lamentable estado gritó – ¡Ali! – Caminando de rodillas tocó su pecho, sus huesos casi quebrados le impedían moverse más.

Apretando los puños, deseo matar al hombre que ha lastimado a su hermana.

Sus ojos se volvieron enrojecidos por la furia y soportando todo el dolor golpeó el suelo con su mano izquierda.

– ¡Oscuridad eterna! – resonó su voz como una orden.

¡La noche eterna parecía retumbar!

En el cielo oscuro miles de espinas  se formaron conteniendo un poder casi aterrador.

Como una lluvia inmensa se precipitaron hacia el hombre misterioso.

– ¡Su alteza! – gritaron los enemigos estirando sus manos con pánico.

Un estruendo inminente se desencadenó, la fuerza del ataque arrasó con todo incluyendo con los que luchaban entre sí.

Alia quien está cerca tirada sobre el suelo fue lanzada rodando cada vez más lejos incluso su hermano se estrelló contra la muralla.

Nadie quedó en pie, todos los guardias y los enemigos quedaron tirados en el suelo inconscientes.

La vista casi borró de Alia se posó sobre donde había caído el ataque poderoso esperando que tuviera éxito en matar al enemigo formidable.

Sin embargo sus esperanzas se vinieron  abajo por qué lo que vio la hizo estremecer de miedo.

El polvo que no dejaba ver lo que había sucedido se disipó revelando al hombre misterioso sobre el caballo y las espinas quedaron quietas a su alrededor sin moverse no  atravesaron su cuerpo ni lo tocaron

Su rostro cubierto por la máscara no dejaba ver su expresión se mantuvo indiferente como siempre, alto e indomable esta persona a quien Alia llama “Gran demonio” es el tercer príncipe del imperio sagrado una fuerza poderosa y respetada.

Chasqueando sus dedos finos se burló – ¡Nada nuevo! 

¡Crac! 

¡Las espinas oscuras se rompieron!

Un estruendo aún más fuerte resonó sobre el cielo y miles de fragmentos cayeron al suelo hasta disiparse por completo.