El Alfa Caído

Capitulo XI: Tribu Invierno Azul y Raegon

Pude ver cómo el sol entraba por la ventana, los brazos de Caelum rodeaban mi cuerpo el cual sentía adolorido por todo lo que hicimos ayer. Me acurrucó más a su pecho porque aún estaba soñoliento

El sonido de la puerta hace que abra nuevamente los ojos, alzó la mirada para ver a Caelum y este seguía durmiendo

— Líder Caelum — Tomó la camisa de Caelum que era lo más cercano que tenía a mano para colocarmela e ir abrir la puerta. Abro un poco para que solo se me vea el rostro — Líder Aeris? — Dice sorprendido al verme en la habitación de Caelum. Anoche tuvimos que cambiarnos de habitación porque mi cama estaba demasiado asquerosa como para quedarnos allí

Aeris: ¿Que pasa Alex?

Alex: Vino un mensajero de la tribu Invierno Azul, al parecer fueron atacados por una tribu que es dirigida por un alfa llamado Raegon — Yo arrugó el cejo, ya que yo estaba muerto o bueno eso creía

Aeris:¿Cómo no entiendo? — Abro la puerta para poder escuchar mejor la explicación del chico.¿Será que es Aeris que ahora está en mi cuerpo? ¿O alguien está usando mi nombre para hacer estás cosas?

Alex: A..ah — Su mirada se desvía y mira a otro lado — esa fue toda la información que nos dijo. Lo demás lo desea conversar con los líderes — Yo asiento y entro a la habitación para ponerme unos pantalones

Aeris: Bien entonces vamos — Entro al baño me lavo la cara rápidamente y salgo para irme con Alex, no sin antes mirar a Caelum aún dormido. Después de ayudarme a bañarme tuvo que ir a limpiar un poco mi habitación por petición mía, ya que me daba vergüenza que los betas que les tocaba limpiar vieran ese desorden

Alex: Es él líder — Me dice señalando al hombre el cual está siendo atendido por Elian

— ¿Es usted el alfa de la tribu? — Yo niego mientras me siento al frente de él — ¿No es el alfa? — ¡Vaya Caelum me impregnó tanto de su olor hasta el punto de confundirme con un alfa? Veo a Elian y este al parecer sabe lo que deseo preguntar y asiente

Aeris: Soy Aeris el segundo al mando de la tribu. Cuénteme ¿cómo paso el ataque?

— Estábamos vigilando las fronteras de nuestro territorio cuando se nos informa que por el área este estábamos siendo atacado. Nuestro líder fue herido de gravedad y por eso estoy aquí para pasar el mensaje. Ellos dijeron que van a acabar con todos los líderes y deseaban unificar las tribus en una para así Raegon ser el único líder —

Caelum: Aeris? — Yo giro mi rostro y veo como Caelum venía hacia nosotros con su cabello despeinado y algo acelerado — ¿Que sucede?

Aeris: Alguien ataco la tribu Invierno azul. Tengo entendido que tenemos una alianza con ellos — Él asiente rápidamente y se acerca mas

Caelum: ¿Cómo está Iván?

— Nuestro líder ya salió de su estado de gravedad, pero está preocupado que está noche vuelvan esas personas a terminar su trabajo. ¿Quería saber si pueden brindar su ayuda? — La mirada de Caelum se dirige a mi y yo asiento

Caelum: Bien, está noche estaremos con ustedes para apoyarlos en caso de ser necesario — El hombre se levanta y le hace una inclinación a Caelum

— Muchas gracias líder

Después de eso Caelum, algunos alfas y betas fuertes tomaron sus armas y partimos a la tribu para apoyar con lo que necesiten

Elian: No se preocupe líder. Si llega a suceder a algo mandaré a mi esposo a informarle — Yo asiento para luego despedirme de todos y de los dos niños al lado de Elian

Caelum: Listo? — Yo asiento. El camino a la tribu fue algo súper rápido llegando antes del anochecer

Iván: Líder Caelum me alegra que me apoyes en esta situación — Dice acercándose y dándole un abrazo — Amigo ¿Cuando te volviste omega? — Dice burlón — ¿Y este hermoso omega?

Caelum: Iván — Dice en un tono serio poniéndose frente a mí y una mano en el pecho del líder alejándolo de mí

Aeris: Un gusto soy Aeris — El líder me ve de arriba a abajo

Iván: ¿Aún no le enseñas modales? — Pregunta serio

— ¿Y usted tampoco t... — alzó la mano para que Sam guarde silencio, él es un Omega que me apoya cuando Elian no está y está vez deseaba acompañarme

Aeris: No gastes saliva en personas con cerebro de nuez — Veo a Caelum serio

Caelum: Iván él es mi Omega y segundo a cargo de la tribu deberías de tener más respeto hacia él

Iván: Es un Omega

Aeris: Uno que tiene más bolas que tú por lo visto — Espeto molesto al ver cómo me está denigrando y no solo a mi a los de mi raza

Iván: ¿ Que has dicho?

Sam: Líder al parecer de no tener bolas también se está quedando sordo — Yo sonrió ampliamente, Sam era el más débil de todos su padre lo golpeaba todos los días y por esa razón fue el que más se esforzó para no volver a ser humillado. En este momento me siento muy orgulloso

Aeris: Así parece — Has Caelum soltó una risa al oir eso

Caelum: Vamos debemos ponernos de acuerdo en las estrategias que utilizaremos — Iván nos ve de mala manera y entra a la casa a conversar. En la enorme mesa estaba desplegado el mapa marcando el territorio de Iván

Iván: Ayer cuando vinieron atacaron por este lado. Así que lo más seguro que vuelvan por este mismo lugar

Aeris: Oh por supuesto, ellos ya atacaron por alli. Estoy seguro que ya sabrán que estarán esperándolos por ese mismo lado — Veo el mapa, Sam se acerca y muestra el área noroeste yo asiento — Lo más seguro es que aparezcan por este lado. Entonces lo mejor será prepararno y estar atento a esta área

— ¿Por qué obedeceremos a un Omega?

Aeris: Mis hombres no se moverán si yo no doy la orden ¿Entonces líder Iván desea o no nuestra ayuda? — Veo como alza la vista y mira a Caelum

Caelum: Iván Aeris sabe bien lo que hace es un gran estratega lo he visto con mis propios ojos ¿Sabes bien que no lo dejaría hablar si no fuera fuerte? — Iván asiente

Iván: Bien haremos lo que dicen las princesas — Dice refiriéndose a Sam y a mi, yo solo ruedo los ojos no tenía interés en pelear

Tome mis cosas y salí del lugar siendo seguido por Sam. debíamos ponernos en forma antes de la pelea

Caelum: Ah Iván avísale a tus hombres que no se metan con esos dos

Iván: Te preocupa que tú Omega y su amiguito salgan heridos — Se ríe mientras sostiene su herida

Caelum: Me preocupa tus hombres — Dice con una enorme sonrisa — Ya te lo advertí no deseos que vengas a mi llorando