Ava es una joven a punto de graduarse de doctora el cual siempre ha sido su sueño, al conocer a maximiliano un hombre multimillonario quien queda hipnotizado por su belleza, su amor se basa en romance hasta que el tuvo un terrible accidente quedando en coma, ella se ve obligada a tomar decisiones si el, cuando el despierta el caos llega y ella descubre lo despiadado que es, ¿podrá Ava salir a tiempo de ese amor sin remedio?
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Decisión
Me quedé sentada en la sala de espera del hospital, esperando noticias de Maximiliano. Los días pasaban y no había mejoría. Me sentía desesperada y angustiada.
De repente, Elias despertó y pude hablar con él. Le informé sobre Maximiliano y su estado, y Elias se quedó devastado.
—¿En coma?— repitió, su voz llena de dolor. —No puede ser—
En ese momento, la puerta de la habitación se abrió y entraron la mamá y el hermano de Maximiliano. La mamá de Maximiliano tenía una expresión de preocupación y ansiedad en su rostro. Su hermano, por otro lado, parecía igualmente angustiado.
—¿Cómo está?—preguntó la mamá de Maximiliano, mirándome con ojos llenos de lágrimas, habíamos hablado un par de veces por teléfono con ellos después que maximiliano me los presentará.
Me levanté y me acerqué a ella. —No hay cambios—, respondí, mi voz suave. —Sigue en coma—
La mamá de Maximiliano se cubrió la boca con la mano y cerró los ojos, como si estuviera intentando contener el dolor. Su hermano se acercó a ella y la abrazó.
—¿Qué dicen los médicos?— preguntó Arnold el hermano de maximiliano.
—Dicen que es un proceso lento y que debemos tener paciencia— respondí. —Pero es difícil verlo así y no saber qué pasará—
La mamá de Maximiliano se sentó en una silla y se cubrió el rostro con las manos. Su hermano se sentó a su lado y la abrazó, intentando consolarla.
Me senté con ellos y nos quedamos en silencio durante un rato, cada uno perdido en sus propios pensamientos y preocupaciones. La espera era agonizante, y solo queríamos que Maximiliano se despertara y estuviera bien de nuevo.
El doctor vino a hablar con nosotros, su expresión era seria y compasiva. —La situación de Maximiliano es estable, pero no hay cambios significativos en su estado—dijo. —En este momento, podemos considerar la opción de llevarlo a casa con los equipos y cuidados necesarios—
Mi corazón se hundió al escuchar sus palabras. Llevar a Maximiliano a casa en ese estado era un pensamiento abrumador. La mamá de Maximiliano se cubrió la boca con la mano, intentando contener las lágrimas.
—¿Qué significa esto?— preguntó el hermano de Maximiliano. —¿Qué debemos hacer ahora?—
—Deben esperar— respondió el doctor. —Deben tener paciencia y fe. Maximiliano puede reaccionar en cualquier momento, pero también es posible que este proceso dure mucho tiempo... o incluso que nunca despierte—
La habitación se quedó en silencio, como si el tiempo se hubiera detenido. La mamá de Maximiliano comenzó a llorar suavemente, y su hermano la abrazó, intentando consolarla. Yo me sentí como si estuviera en un sueño del que no podía despertar.
—¿Qué debemos hacer para cuidarlo en casa?—pregunté, intentando mantener la calma.
—Necesitarán equipos de cuidado intensivo en casa, incluyendo enfermeros y terapeutas— respondió el doctor. —También necesitarán apoyo emocional y psicológico para manejar la situación—
La mamá de Maximiliano se levantó y se acercó al doctor. —Haré lo que sea necesario, pero necesito que autorice trasladarlo hasta ciudad K— dijo, su voz era firme. —Quiero que Maximiliano esté cómodo y seguro en su casa—
El doctor asintió con la cabeza. —Entiendo. Haré que los enfermeros y terapeutas vengan a hablar con ustedes sobre los detalles del cuidado en casa—
—Espere un momento señora Eliza, ¿Llevarlo a ciudad K? ¿Porque no lo hace aquí?—dije muy preocupada al pensar que se lo iban a llevar para otra ciudad.
—Es lo mejor hija, allá está su casa, estamos nosotros su familia, el solo estaba aquí por trabajo—dice ella tomando mi mano.—Sabes que puedes venir si es lo que deseas, eres su prometida—
Mire a Elías y el me dijo: —Es lo mejor Ava, todo lo de el está alla—dijo —puedes ir y cuidarlo, tu eres doctora—
No supe que decir, Pero de lo que no tenía dudas era que yo tenía que estar junto con el.
—Esta bien, hablaré con mis padres—dije mientras salía de la habitación.
Llegué a casa y les informé a mis padres sobre el estado de Maximiliano y la decisión de su madre de llevárselo a su casa para su recuperación. Les dije que necesitaba hablar con ellos sobre algo importante.
—Necesito decirles algo— dije, con voz firme. —Me voy con ellos—
Mi padre se sorprendió. —¿Qué? Ava, esa no es una buena decisión. Tienes la universidad, estás a punto de terminar. ¿Qué vas a hacer allá?—
—No voy a dejar la universidad— respondí. —Puedo seguir estudiando de manera virtual o trasladarme a la universidad de allá. Lo importante es estar con Maximiliano y cuidarlo hasta que se despierte—
Mi madre me miró con preocupación. —Ava, piénsalo bien. Esto es una decisión importante. No puedes dejar todo atrás sin pensarlo—
Pero yo ya había tomado mi decisión. —Los amo mucho, papá y mamá—dije. —Pero también amo a Maximiliano y no puedo estar lejos de él en este momento. Me voy a ir con ellos para cuidarlo hasta que despierte. Ya está decidido—
Mi padre suspiró y se pasó la mano por la cabeza. —Ava, no sé qué decirte. Esto es una locura—
Mi madre se acercó a mí y me abrazó. —Te apoyaremos en lo que decidas, hija. Pero asegúrate de que estás haciendo lo correcto para ti—
Asentí con la cabeza. —Lo estoy haciendo por Maximiliano y por mí. No puedo estar sin él en este momento—
Mi padre asintió finalmente. —Está bien. Si eso es lo que quieres, te apoyaremos. Pero manténnos informados y no te olvides de nosotros—
Les sonreí y los abracé. —No me olvidaré de ustedes. Los amo—
Y con eso, mi decisión estaba tomada. Me iría con Maximiliano y su familia para cuidarlo y apoyarlo en su recuperación.
Me dirigí nuevamente al hospital para hablar con la señora Paulina, la madre de Maximiliano. Al llegar, la encontré sentada en la habitación de Maximiliano, con una expresión de alivio en su rostro.
—Señora Paulina— dije, acercándome a ella. —Quería hablar con usted sobre algo importante—
Ella me miró con curiosidad. —¿Qué pasa, Ava?—
—Me voy con ustedes a Cuidad K— dije, sin rodeos. —Quiero estar con Maximiliano y cuidarlo hasta que despierte—
La señora Paulina se alegró visiblemente. —Oh, Ava, eso es maravilloso— dijo, sonriendo. —Me sentiría mucho más tranquila sabiendo que estás allí para cuidarlo—
Me sonrió y me tomó la mano. —Ya está todo listo para llevarlo a Cuidad K— dijo. —Los enfermeros y terapeutas están preparados para cuidarlo en casa—
Asentí con la cabeza, sintiendo un sentido de determinación. —Estoy lista para hacer lo que sea necesario para ayudar a Maximiliano a recuperarse—
La señora Paulina me abrazó. —Gracias, Ava. Significa mucho para mí y para Maximiliano—
Me fui a casa a preparar las maletas, ya que salíamos mañana temprano hacia Cuidad K. Mientras empacaba mis cosas, pensé en mis amigos y decidí llamarlos para contarles la noticia.
—¿Qué pasa?—respondió Alice al teléfono.
—Quiero verte a ti y a Evans en el café de siempre—dije. —Tengo algo importante que contarles—
—¿Qué pasa?— preguntó Alice, intrigada. —¿Todo bien con Maximiliano?—
—Sí, todo bien— respondí. —Pero necesito verlos en persona para contarles—
Quedamos en encontrarnos en el café al día siguiente, unas horas antes de que saliera el vuelo. Me senté en una mesa y esperé a que llegaran mis amigos.
Cuando llegaron, se sentaron y me miraron con curiosidad. —¿Qué pasa?— preguntó Elias.
—Me voy con Maximiliano y su familia a Cuidad K— dije, sin rodeos. —Voy a cuidarlo hasta que se recupere—
Mis amigos se miraron entre sí, sorprendidos. —¿Estás segura?— preguntó Alice.
Asentí con la cabeza. —Sí, estoy segura. No puedo estar lejos de él en este momento—
Mis amigos me abrazaron y me desearon suerte. —Te vamos a extrañar— dijo Evans —Pero sabemos que estás haciendo lo correcto—
Les sonreí y les agradecí su apoyo. —Los voy a extrañar también—dije. —Pero necesito estar con Maximiliano ahora—
Nos despedimos y les prometí que les mantendría informados sobre la situación de Maximiliano. Después de eso, me fui a casa a recoger las maletas para ir al aeropuerto.
Mis padres me llevaron al aeropuerto, allí nos esperaba un vuelo privado y preparado para transportar a maximiliano.
Tuve una despedida dura con mis padres y amigos, Pero me sentir tranquila porque estaba haciendo lo que mi corazón me pedía, me despedí de mis padres, Evans y Alice me prometieron irme a visitar apenas puedan.
Me di la vuelta y les di la espalda a mis padres y amigos, sintiendo una mezcla de tristeza y determinación. La despedida había sido difícil, pero sabía que estaba haciendo lo correcto. Mi corazón estaba con Maximiliano, y no quería estar separada de el.
Subí al avión con la familia de Maximiliano, sintiendo un sentido de propósito. La señora Paulina me sonrió y me tomó la mano, agradecida por mi decisión de acompañarlos.
—Gracias por estar aquí, Ava— dijo. —Significa mucho para nosotros—
Asentí con la cabeza, sintiendo un nudo en la garganta. —Estoy aquí para Maximiliano— respondí. —No lo dejaré solo en este momento—
El avión despegó, y mientras nos alejamos de la ciudad, la incertidumbre del futuro no me asustaba, porque sabía que estaba haciendo lo correcto, me iría con ellos a Cuidad K y haría todo lo posible para cuidar y apoyar a Maximiliano en su recuperación....