Un Final Feliz Para La Extra.

Han pasado casi tres semanas desde que pude construir mi casa e ir decorando de a poco.

Drystan quedó encantado con la inmensidad de su habitación y con la decoración que hemos hecho entre los dos.

A Elliot le asigne una habitación que está conectada con la mía por una puerta, pero mientras aún sea un bebé tendrá su cuna dentro de la mía.

Juntos hicimos el jardín y elegimos la decoración exterior que tengo que decir me encanta.

Con el generador de energía a base de cristales la electricidad en la casa funciona a la perfección pero tuve que colocar interruptores que regulan la energía porque usando los transparentes es demasiado.

Comenzamos a vender las lámparas y todas se vendieron de inmediato, tuve que enviar más a la capital porque no le alcanzaba el tiempo para hacerlas con la gran demanda, todos en la capital quieren tener unas de esas en su casa.

Contrate gente para que trabajará en mi casa y en los cultivos, les di una casa moderna en el otro lado de mis tierras con todas las comodidades, les pago un buen sueldo y a cambio ellos me han dado sus casas en el pueblo, las cuales planeo demoler para construir casas y venderlas.

Creo que ese será otro de mis negocios, una inmobiliaria.

De algún lado tengo que ganar dinero, después de todo el que me lleve de casa del Duque no va a durar para siempre, igual la idea de copiar las monedas con mi poder no es mala pero prefiero ganarmelo de forma justa, al fin y al cabo no le hago daño a nadie construyendo las casas.

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–Señora.

Me doy la vuelta para ver a Dante que acaba de llegar del pueblo saludarme con una reverencia.

–Buenos días Dante.

–Ha llegado esto para usted mi señora.

Aún inclinado me muestra una carta.

–¿De quién es?

–El mensajero fue enviado por el señor Augusto y dijo que la carta era de parte del emperador.

¿Qué?

Tomó de inmediato la carta para abrirla.

"Señorita Dupeyrón.

Por la presente carta le extiendo una invitación para asistir al palacio imperial a la brevedad.

Estaremos esperando con ansias su visita.

Saluda cordialmente el emperador Aaron Thirwall de Rosel."

¿Voy a conocer al emperador?

¿Qué podría querer de mí?

–Dante prepara tu equipaje para ir a la capital.

–Sí mi señora.

Hace una última reverencia y se retira.

Entró a la casa para comenzar a preparar mis cosas y también la de mis hijos.

–Greta.

–¿Si mi señora?

–Necesito que me ayudes con el equipaje de los niños, en unas horas partiremos a la capital y por supuesto que tú vas con nosotros.

–Entiendo señora.

Con una inclinación de cabeza se da la vuelta para subir las escaleras e ir a la habitación de los niños.

Greta es una de las personas que contrate del pueblo y es una muy buena trabajadora, es eficiente, rápida y servicial.

Voy a mi habitación para preparar la ropa que llevaré y buscar la adecuada para el viaje, son tres días en carruaje hasta la capital.

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Tenemos que estar por llegar a la capital del imperio.

El viaje después de salir del pueblo sigue siendo un martirio, hace un tiempo le propuse al gobernador mejorar las calles con cemento y aceptó encantado, desde entonces nuestros viajes son mejores.

Entramos a la capital luego de mostrar nuestras identificaciones, las mías claro que son falsas, creadas a través de mi magia basándome en las verdaderas.

Vamos directo a la posada de la vez anterior.

Mañana estaré yendo al palacio por lo que queda de día lo paso con los niños jugando y viendo series.

No quería salir a comprar un vestido adecuado para ir al palacio imperial por lo que cree uno que se ajuste a mi gusto y se vea bien, los vestidos que utilizó en casa los diseñe yo pero los mande a hacer en una boutique del pueblo, no me gusta abusar de mi magia.

Utilizaré un vestido color crema manga larga y largo hasta los tobillos, escote cuadrado y un collar unido al escote con pedrería, las mangas tienen diseños de hortensias azules junto con sus hojas verdes.

Los zapatos son con tacón bajo, color piel, al igual que el vestidos están amarrados al tobillo con una correa con piedras azules y crema, cerca de la punta del zapato tiene unas hortensias azules.

–Mami, ese vestido es muy lindo.

–Gracias cariño.

–La ropa que nos da mami también es linda.

–Siempre trataré de darles lo mejor cariño, los amo mucho.

–Yo también te amo mami.

Lo mejor que me ha dado esta vida son mis amados hijos, haría lo que sea para que sean felices y de lo que más me alegro es de haber salvado la vida de Drystan.

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Estoy muy nerviosa.

Por primera vez en mi alocada vida estaré frente al emperador de Rosel.

En los sueños se veía como un hombre muy guapo, alto, cabello negro, ojos rojos, una sonrisa amable. Ama a su familia, vela por el bienestar de su pueblo y es despiadado con sus enemigos.

Es un hombre al cual admiro, ya que en un mundo donde tener más de una esposa está bien visto el siempre se mantuvo fiel a su esposa, la emperatriz Ivana Thirwall.

Llegamos al castillo y Dante mostró la carta de invitación enviada por el emperador, nos dejaron entrar de inmediato.

Al llegar a la entrada un guardia me abrió la puerta y me dio la mano para ayudarme a bajar.

–Muchas gracias.

–Es un placer señorita.

Un hombre vestido con un traje negro como de mayordomo se me acerco y me hizo una reverencia.

–Bienvenida señorita Dupeyrón el emperador la está esperando.

–Muchas gracias.

Sigo al hombre dentro del palacio y luego por los pasillos del mismo.

Este era un lugar enorme y hermoso.

Paredes blancas con detalles en oro, retratos de la familia imperial desde tiempos antiguos, jarrones con rosas y todos los pisos cubiertos con una alfombra roja.

Llegamos a una gran puerta de madera custodiada por dos guardias, el hombre de traje toca la puerta dos veces antes de abrir.

Se para a un lado haciendo una seña para que pase.

Al entrar me encuentro con un estudio en tonos negros y rojos, muebles de madera, un librero en toda una pared, sofas en el centro de la habitación y delante de una gran ventana un escrito.

En los sofás están sentados dos hombres casi idénticos.

Cabello negro, ojos rojos y una gran belleza.

Uno es el emperador.

–Saludos al sol y protector de este imperio su majestad el emperador Aaron Thirwall.

Hago una profunda reverencia.

–Bienvenida señorita Dupeyrón.

El emperador se pone de pie, extiende su mano tomando la mía para besar el dorso de la misma.

–Él es mi hermano el Archiduque Raymond Theron.

–Es un placer conocerte mi señor.

Al levantar la mirada después de hacer la reverencia me fijo bien en su cara para darme cuenta de que era el hombre al que le quite la capa en mi anterior visita a la capital.