Ahora Soy Una Maga Sanadora

Durante la atención de la noche, el conde se veía nervioso y preocupado…

Conde: Lady Susan, antes de empezar, podríamos hablar…

Susan: si claro, dígame…

Conde: eh… ¿piensa irse de la Gran Isla?

Susan: si… pero, aun no… usted necesita algunas semanas más de tratamiento…

Conde: entiendo… entonces ese hombre, asistente del duque, ¿se fue?

Susan: si…

[eso es bueno, ese hombre era demasiado empalagoso]

Susan: aunque estará viniendo seguido, para coordinar algunos detalles del asilo…

[¡maldición! Por lo menos tengo algunos días]

Al día siguiente, después de la primera atención con magia sanadora, Jay entro muy preocupado a la oficina.

Jay: señor, tenemos un problema en el puerto.

Conde: ¿Qué pasó?

Jay: al parecer hay una pelea por los lugares de embarcación.

Conde: vamos de inmediato… que preparen el carruaje.

Jay: si señor.

El conde salió ansioso y molesto de la oficina y en la entrada de la mansión, se encontró con Susan…

Susan: wow justo estaba pensando en usted…

Conde: ¿sí? Dígame…

Susan: ¿no está apurado?

Conde: no, no… dígame…

Susan: es que… bueno… quería preguntarle… bueno más bien pedirle algo…

Un leve sonrojo estaba en el rostro de Susan y jugaba con sus manos, intentando ocultar su nerviosismo.

Conde: dígame…

[puedes pedirme el cielo, la tierra o ir a la guerra y no dudaría…]

Susan: es que… bueno es… sobre la feria que habrá en el pueblo…

Conde: si…

Susan: es que… dicen que es principalmente para parejas… por eso… le quería pedir… si…

El corazón del conde, saltaba en su pecho, por lo que coloco una mano sobre su corazón, intentando controlarlo…

Conde: dígame…

Susan respiro profundo y lo miro a los ojos… el conde sentía que se le había olvidado respirar.

Susan: usted les daría permiso a las muchachas de las cocinas y a sus esposos, para asistir… es que me contaron que, nunca habían ido junto a sus parejas… los que somos solteros, nos podemos quedar a trabajar… por favor…

El rostro del conde estaba inmóvil y pestañaba lentamente, como si quiera asimilar su petición…

Conde: usted me quería hablar, para pedir permiso por los trabajadores de la mansión…

Susan: asi es… lo siento, si me sobrepase… pero…

Conde: eh… no, no es eso… pero, entonces usted no irá a la feria, dijo que… le gustaría ir…

Susan: lo sé… pero…

Conde: mmmm bueno, al parecer va ir toda la mansión, como yo voy a estar allá, no es necesario que se queden aquí…

Susan: ¿en serio?

Conde: si, puede avisarles, que todos lo que quieran, tienen permiso para ir a la feria…

Susan: muchas gracias…

Susan le dio un abrazo rápido y se despidió, para salir casi corriendo hacia adentro de la mansión.

El conde suspiro pesadamente, mientras mantenía la mirada en la puerta… realmente él se había imaginado muchas cosas… de repente, se acordó, porque estaba ahí, y se fue al carruaje.

Dos días después, una feria, muy alegre se desarrollaba en el centro del pueblo, habían puestos de comida, venta de diferentes cosas, bailes y música…

El conde busco a Susan para llevarla, pero ella ya se había ido…

Conde: ¿con quien se fue lady Susan?

Jay: con un guardia…

Conde: ¿qué? ¿con quién?

Jay: y tres muchachas de la cocina…

Conde: mmmm vámonos entonces…

Jay: señor, usted aun no puede bailar…

Conde: no, ¿Por qué?

Jay: por si lady Susan quiere bailar…

Conde: mmmm

La feria transcurría en alegría y cordialidad, toda la gente de la mansión, estaba muy contenta y el conde, aunque su rostro, no lo demostrase, le agradaba que todos los trabajadores anduvieran siempre juntos… pero, por supuesto, no perdía de vista a Susan.

Una semana después, el conde continuaba intentando acercarse a Susan…

Susan: ¿Cómo se siente?

Conde: mucho mejor, ya siento mas fuerza en las piernas…

Susan: eso es bueno… no se olvide que, me dijo que hoy iríamos a dar un recorrido en barco…

Conde: por supuesto… además…

Jay: señor, lo está esperando lady Varsovie…

Conde: dile que estoy ocupado…

Lady Varsovie: ¡ay querido! Porque estas tan enojado… déjame hacerte un masaje para que te relajes…

Conde: ¿Qué haces aquí? Te dije que no vinieras sin avisar…

Lady Varsovie: quería darte una sorpresa, no pudimos hablar durante la feria… además, deberías dejar que te ayude, puedo hacer todo el trabajo que le corresponde a la condesa...

Susan no había dejado de mirarla… y el conde lo notó.

[realmente es una mujer muy distinguida y hermosa]

Conde: no, tu no harás el trabajo de condesa, ni ahora, ni nunca, asi que no hagas comentarios que se puedan malinterpretar…

El conde hablaba firmemente, pero no podía evitar mirar a Susan… esperaba que ella haya entendido… Lady Varsovie, si había entendido que esa advertencia se la daba, por Susan y apretó sus manos en su vestido…

Lady: Muy bien Robert, me iré, no es necesario que seas tan rudo… yo solo quería ayudar… pero, volveré, fuimos amigos desde niños, no podemos dejar de vernos…

Ella salió de la oficina, molesta y se fue de prisa del lugar…