Conocerte fue un disparo al corazón
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Capitulo 11
"Sé que voy a quererte sin preguntas, sé que vas a quererme sin respuesta"
^^^Mario Benedetti^^^
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La noche en el bar llegó a su fin, y mientras los últimos rezagados aún compartían risas, Fernando, siempre el responsable, se encargó de asegurarse de que todos llegarán a casa sanos y salvos. Algunos compañeros estaban algo pasados de copas, y Fernando con su actitud calmada, les pidió taxis y los ayudo a subir.
Samantha, que había intentado ahogar la incomodidad que sentía tras la conversación con Jessica, se encontraba más afectada por el alcohol de lo que hubiera querido. James, con su usual caballerosidad, se ofreció a llevarla a casa, Pero Fernando lo detuvo con una mirada firme.
- Yo me encargo James, tú ya tienes que irte. - dijo, mientras lo ayudaba a subir a un taxi.
Finalmente, solo quedaron él y Samantha. La ayudó a subir al coche, y durante el trayecto a su casa, Samantha permaneció en silencio, mirando por la ventana. Fernando, aunque no lo mostraba, estaba preocupado por ella, sabía que algo la había perturbado esa noche, Pero no quería presionarla.
Cuando llegaron a su destino, Fernando la ayudo a salir del coche y la acompaño hasta la puerta de su apartamento. Samantha, apoyada en él, intentaba encontrar las llaves en su bolso. Tras unos momentos de torpeza, Fernando tomo las llaves y abrió la puerta.
Entraron, Fernando vio que el ambiente era tranquilo y acogedor. Dejo Samantha en el sofá, para ir a la cocina buscarle un vaso con agua, Pero cuando iba a darse la vuelta, ella lo detuvo.
- No... no te vayas aún - dijo con una voz entrecortada por las emociones y el alcohol.
Fernando la miro con una mezcla de sorpresa y preocupación.
- ¿Estás bien, Sam? - pregunto suavemente, sentándose a su lado.
Ella lo miro, y en sus ojos había una tristeza profunda que él no había visto antes.
- Hay algo que no le he contado a nadie... Algo que me ha estado atormentando desde que llegué aquí - comenzó, su voz temblaba ligeramente.
Fernando se mantuvo en silencio, dándole espacio para que hablara. Sabía que lo que tenía que decir era importante.
- Me fui de New York porque... Porque fui engañada y traicionada por alguien que amaba ciegamente. Por alguien en quien le confiaba hasta mi vida. Richard, mi jefe... El hombre con el que estuve durante un año, resultó que estaba casado. Nunca me lo dijo. Yo no sabía nada, Fernando, te lo juro. Estuve un año, creyendo que era el amor de su vida, que me amaba sinceramente, y cuando descubrí la verdad, me sentí destrozada, tan avergonzada, no podía seguir allí. Tenía que alejarme de todo, de él... Por eso me vine a Los Ángeles.
Las palabras salieron con dificultad, como si fueran espinas que se arrancaba del pecho. Fernando la escucho con atención, sintiendo una mezcla de rabia por lo que le habían hecho.
Sin decir nada, Fernando se acercó un poco más, mostrando su apoyo. Samantha, ya sin lágrimas Pero con el corazón al descubierto, se dejó caer hacia él, apoyando su cabeza en su hombro.
- Gracias por escucharme - susurro, sintiéndose un poco más ligera después de hablar.
Fernando acarició suavemente su cabello.
- Siempre estaré aquí para ti, si me dejas Sam - le dijo con voz baja pero firme.
Se quedaron así por un momento, en un silencio que no necesitaba ser llenado. Compartiendo un momento de intimidad que no necesitaba palabras Sin embargo, cuando Fernando decidió que era hora de llevarla a dormir, sintió una extraña mezcla de emociones al verla tan vulnerable.
Mientras la ayudaba a levantarse, Samantha lo tomo por el cuello de la camisa, tirando de él hacia sí. Antes de que pudiera procesar lo que estaba pasando, sintió los labios de Samantha presionando los suyos en un beso de urgencia y deseo. La sorpresa lo hizo congelarse por un instante, Pero luego, casi de forma instintiva, se dejó llevar por el momento. Sus manos se encontraron en la cintura de Samantha, acercándola más, dejándose envolver por la intensidad del beso.
Pero entonces, algo dentro de él se activó. Un sentido de responsabilidad que le recordaba que Samantha no estaba en sus canales. El alcohol, ella agotamiento y las emociones desbordadas estaban nublados su juicio. Con un esfuerzo que le costó más del lo que hubiera querido admitir, Fernando se apartó suavemente, respirando con dificultad.
- Sam... - murmuró, su voz llena de conflicto interno. Sabía que no podía aprovecharse de la situación, por más que cada fibra de su ser quisiera quedarse allí con ella.
Samantha, con los ojos entrecerrados, parecía confundida y vulnerable, Pero también había un destello de deseo que hacía todo aún más difícil para él. Fernando la guío con suavidad hasta la cama, asegurándose de que tuviera cómoda. La cubrió con la colcha, notando como su respiración si iba haciendo más pausada mientras caía en un sueño profundo.
Fernando salió de la habitación con el corazón acelerado, sintiendo un torbellino de emociones en su pecho. Cerró la puerta y se apoyó en la pared del pasillo, tomando aire y tratando de calmarse. Sabía que está noche había cambiado algo entre ellos, pero no estaba seguro de como manejarlo.
Mientras caminaba a su auto, Fernando no podía dejar de pensar en lo que había pasado. Se tia un conflicto interno entre su deseo por Samantha y su determinación de protegerla, incluso de sí misma en ese estado.