Impura

"Cumple tus promesas o todo acabará mal "

•¿Equipo?•

Unas horas después...

Todo el lugar se quedo en silencio por un momento hasta que se empezaron a oír a los humanos murmurando cosas entre ellos.

— ¿Un trato, por qué querrías hacer esto? — preguntó Narine confundida — Creí que los humanos trataban de evitarlo —

— No soy como los demás, esto podría beneficiarnos a ambas partes, tu grupo puede recuperar a su compañera y descubrir los secretos de los humanos a cambio quiero devuelta a mi hermana, su protección, y que me ayuden a hacer unos trabajos simples —

— ¿Disculpa?, quieres que estemos a tus pies en pocas palabras — Habló por primera vez Ciro.

— No, quiero que nos apoyemos mutuamente ambos ganaremos, su amiga o compañera como ustedes lo vean, la dejaré libre — le hizo una señal a alguien a su lado.

Después de unos largos minutos volvió pero con Río a su lado, la empujó bruscamente para hacerla caer de rodillas.

— Ten cuidado idiota — susurró Río.

— ¿aceptas? — Está vez miro a Hazel esperando una respuesta.

Hazel volteo a ver a Narine, quisiera hablar, pero sabía que esa decisión la tenía que tomar Narine y nadie más.

— Está bien, aceptamos — miró igual a la humana sus ojos completamente diferentes, Verde con rojo.

— Entonces, ¿no crees que deberíamos conocernos cara y cara? —

Narine se quedó un momento sin pronunciar alguna palabra, hasta que levantó sus manos sujetando su máscara para quitársela, se vieron varias caras sorprendidas, ella miró de reojo a Ciro y a Hazel esperando que hicieran los mismo.

Ambos se miraron antes de quitarse las máscaras.

— Genial, ¿lo hacemos ahora? — extendió su mano hacia ellos.

Narine se acercó dando pasos seguros viendo como los humanos alrededor de la humana tomaban sus armas preparados para atacar; sin embargo no se detuvo hasta estar en frente a ella observo por unos segundos la mano extendida, y la tomó.

Una luz apareció entre ambas manos formando un lazo sellando el trato, luego desapareció dejando unas pequeñas marcas en las muñecas de ambas.

— Nunca había hecho un trato con ninguno de los tuyos, esto es permanente — le señaló la marca en su muñeca.

— No, depende cuánto dure nuestro trato, una vez finalize desaparecerá — se dio la vuelta dirigiendo su mirada a Río — Si eso es todo nos iremos —.

— Esta bien, los veo mañana — dijo mientras seguía mirando la marca.

— ¡Esperen! — gritó un hombre entrando al lugar arrastrando a alguien con ayuda de otro. — Encontramos a este intruso dentro de una de las habitaciones — le quitó la máscara mostrando a un impuro conocido.

— Harith — Ciro vio como su compañero estaba en el suelo malherido.

— Esos impuros trataron de infiltrarse y atacarnos — volvió a hablar el hombre señalando a los tres demonios.

Todos apuntaron sus armas a ellos, Narine solo observo a Harith en el suelo.

— Romy, donde sea que estés sal ahora — Habló Narine mentalmente.

— Reina nos intentaron sabotear por favor reconsidere su decisión — el hombre se arrodilló delante de la chica.

Otro hombre se acercó silenciosamente a Río sacando su espada.

— Ellos tienen que morir — levantó su espada.

— ¡Alto! — gritó reina

Antes de que tocará a Río una mano lo detuvo evitando cualquier cosa la persona que se interpuso le sonrió divertida.

El hombre cayó sentado viendo atemorizado los ojos de aquella impura.

Romy soltó una risa burlona viendo como el hombre la miraba temblando.

La mayoría por se quedaron paralizados viéndola.

— Lo lamentó mucho su majestad por tan inoportuno momento — dio una leve reverencia hacia la chica.

Río se desató se levantó del suelo y se puso a su lado.

— No digas tonterías, Romy —

— Le prometemos que no quisimos hacer nada en su contra solo quisimos asegurarnos que nuestra amiga regresara con nosotros y el — Romy miro de reojo a Harith — No tengo ni idea de que hace por aquí —.

Río que se había alejado tomó a la humana que trajeron y la acercó a la Reina.

— Ah, cierto me había olvidado de ti — la humana voltio los ojos.

— Aquí está su hermanita, ¿ya podemos largarnos? esos humanos apestan —

La reina miró a su hermana y luego a las dos impuras.

— Pueden irse, pero las espero, a todos aquí mañana y no vuelvan a hacer esto porfavor —

— Claro que sí su majestad lo que usted pida, además no puedo desobedecer a lo que diga recuerde todos estamos en el trato — le mostró su marca en el brazo — así que le juro mi protección hasta el día en el que muera — se arrodilló delante de ella pero viéndola.

— Deja de decir ridiculeces — le dio un golpe en la cabeza y la obligó a levantarse. — nos vamos —.

El grupo salió de ahí poniéndose las máscaras de nuevo.

Saliendo de ahí, todos dejaron salir un suspiro, el olor de esos humanos les resultaba muy asqueroso.

Narine miró a Harith poniéndose delante de él.

— Te dije que te quedarás en la casa — Harith solo miraba el suelo.

— Casi arruinas todo —

— Tranquila Narine hablemos en el refugio que estar aquí mucho tiempo puede causarnos problemas — se metió entre ellos Romy alejando a Narine de Harith.

Narine le hizo caso empezando a caminar y los demás la comenzaron a seguir.

— ¿Por qué viniste? casi hechas a perder todo —

— No quería quedarme sin hacer nada — por fin habló Harith.

— Lo sé pero también ayuda mucho el que obedezcas a Narien, además no creo poder evitar el castigo de nuestra líder otra vez — Río se acercó a ambos.

— Tiene razón Romy, pudo haber acabado muy mal sabes — .

— Lo siento... —.

— Solo ten más cuidado la próxima vez que vengamos y hazle caso a Narine ella sabe lo que hace —.

Harith solo asintió mientras caminaba, Romy miró a Río.

— Oye y tu ¿que se siente estar en el mundo humano? — pasó su brazo por encima de los hombros de Río.

— Ni me lo recuerdes es horrible — respondió recordando.

Varias horas después llegaron a su casa cansados por el largo viaje que tuvieron que hacer.

- Hazel, Romy y Harith vengan conmigo - Narine habló con voz fuerte, Romy suspiró.

- Al parecer no nos salvamos del castigo -