Historias Cruzadas

Iván se paró sobresaltado, no esperaba que ella estuviera nuevamente ahí, ¿Qué escucho?

Irina- fue todo lo que puso decir.

Iván, me ayudaste a salir de la mansión Volkov, me has tratado sumamente bien desde que me conociste, lo menos que puedo hacer por ti es ayudarte- dijo ella- cuéntame ¿Qué te atormenta?

Uffff hace solo unos días salí, de Londres, me fui a Italia con mi tío para lograr encontrar mi camino e ingresar a la organización sin que ellos lo sepan- dijo Iván - Tres días después me case contigo, nose como explicarle lo que hice.

Ok ok es... Complicado, pero no imposible, quizás solo podemos decir que nos estamos conociendo o que somos pareja- dijo la chica- no es necesario decir que estamos casados. Odio mentir, pero hay ocasiones que lo ameritan.

No lo puedo creer, ¿Acaso eres un ángel o algo así???- dijo Iván corriendo a abrazarla- gracias Irina, ahora estamos a mano ja ja ja ja ja.

Ja ja ja ja que tonto eres- dijo ella dándole un leve golpe en su pecho.

La atracción que ambos sentían entre ellos era inevitable, aunque ellos no lo querían aceptar un nuevo sentimiento crecía en el aire, quizás era cariño, para Iván era la necesidad de protegerla todo el tiempo y para Irina agradecimiento por todo lo que él estaba haciendo.

Ah por cierto, me encantó la habitación Iván, voy a darme una ducha y ayudar a la señora Haydee con la cena- dijo ella saliendo del despacho.

No es necesario que hagas eso Irina- Respondió Iván.

Lose, pero quiero hacerlo- respondió- ¿Puedo verdad?

Claro que sí nena, puedes hacer lo que quieras- dijo él con una sonrisa.

Haydee observaba todo desde un rincón, y ese brillo en los ojos de Iván nunca lo había visto, sabía que su niño se estaba enamorando, al fin una buena chica robaba su corazón.

Después de que Irina se dio una ducha, bajo a la cocina para ayudar con la cena.

Buenas noches Haydee ¿Qué va a cocinar hoy?- dijo la chica.

Oh señorita Irina, me sorprendió, ¿Desea algo en especial?- pregunto ella.

Claro que no, lo que haga está bien, ¿Puedo ayudarla?- pregunto nuevamente la chica con vergüenza.

Por supuesto mi niña- dijo Haydee- ven, ¿Me ayudas a lavar esas verduras?

Claro, no es por presumir, pero suelo hacer una muy buena cazuela de verduras- respondió Irina.

Así pasaron las dos lo que restaba de la tarde cocinando y conociéndose, a Haydee le cayó muy bien Irina, notaba la tristeza en sus ojos cuando hablaba de su familia, le contó que su mamá le enseñó a cocinar cuando aún vivía. Iván escuchaba todo desde lejos, no quería que lo notarán, en algún momento ella se abriría así y le contaría a él todo lo que ella creería necesario. Cuando la cena estaba casi lista y el aroma se extendía por toda la casa él decidió aparecer.

Eso huele delicioso nana- dijo Iván.

Prepara la mesa Iván, hoy quién cocino fue tu esposa- dijo Haydee