Lilith, que trabaja en un club exclusivo como mesera, un día llama la atención de un cliente muy importante, ¿qué pasará ahora?
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Capitulo 10
Todavía envuelta en una sabana, me fui al baño, o eso pensé, abrí una puerta y era un closet, estaba lleno de ropa, zapatos, y accesorios, todo era muy bonito, y se notaba que era de marca, solo no podía entender, por qué todo eran vestidos de diversas formas, y colores.
Salí del closet, y entre por otra puerta que si era un lujoso baño, no me detuve a mirar los detalles, solo me quite la sábana, la ropa interior, entre a la ducha, y por primera vez en mucho tiempo tome un baño de agua caliente, la ironia de la vida es realmente brutal, después que vendí la casa de la abuela, no había tenido un baño como este, con agua caliente y jabon perfumado, me siento culpable de disfrutar de esto mientras la abuela sigue enferma.
Sal del baño, me envolví en una toalla, y la sabana, la puse sobre la cama otra vez, entre al closet del antes, busque en las gavetas, hasta que encuentre la ropa interior, todo era nuevo, asi que supuse era para mí.
Tome un set de ropa interior, y tome un vestido sencillo de color azul, con detalle en blanco que parecían como de nieve, busque un calzado, solo había zapatillas, tome unas blancas, y un bolso pequeño de color blanco también.
Me puse toda la ropa lo más rápido que pude, hice una cola en mi pelo, después de secarlo, un poco de brillo de labios, y puso todas mis cosas del bolso que cargaba el día anterior, en el que iba a llevar este día.
Me mire dos segundos en un espejo, y la persona que me devolvia el espejo, ya no era yo, o por lo menos externamente.
Salí de la habitación, el apartamento era enorme, habían tres personas, el hombre mayor que entro está mañana con la Madre del señor Sawiris, la mujer que dijo que iba a llevarme al médico y el chofer que me fue a buscar a mi departamento, con el otro hombre ayer.
— Buenos días.
— Ya podemos irnos, señorita vamonos. Dijo la señora que se llamaba Laura.
— Sí, conteste yo.
Es normal para mí la frialdad de las personas, incluso, cada persona, ve su propio mundo y responsabilidad, y no se preocupa por otros a menos que, resulte afectado por algo.
La mujer salió del departamento y yo la seguí, tomamos el ascensor, bajamos al primer piso, ya en el vestíbulo, esperamos unos minutos a qué el chófer que bajo con nosotros, buscará el auto y lo pusiera frente al edificio, después que esto sucedió, salimos del edificio, subimos al auto y nos pusimos en marcha.
Todo el camino fue muy silencioso, supongo que estas personas no hacen relación con las mujeres de paso de su jefe, el viaje duro al rededor de 30 minutos, llegamos a un gran hospital, había venido aquí, por unas medicina una vez, es un hospital privado de mucho prestigio.
Después que llegamos, la señora Laura y yo entramos, ella me dirigió a un consultorio, era muy lujoso, una secretaria con mala cara nos atendió, me miró como mucha gente lo ha hecho, por encima del hombro.
Una enfermera, vino por mí, la señora Laura, se quedó sentada, yo entre, todo era impermeablemente blanco, en el consultorio una joven y guapa doctora estaba sentada en su escritorio de cristal, tenía una una silla blanca, la enfermera, me hizo una señal para qué me sentará.
La mujer se quedó mirándome, por un largo rato, yo me quedé inexpresiva, hasta que ella decidiera hablarme.
— No te pareces para nada a ella. Dijo la doctora.
— ¿Eh?
Estaba un poco confundida, ¿quien es ella?, y por qué me miraba con tanto desprecio, supongo que estaba pasando algo que yo no sé.
— ¿Cómo te llamas?, me preguntó ella.
— Lilith, respondió.
— ¿Qué edad tienes?, pregunto, mientras movía un bolígrafo entre sus dedos, sin embargo, no estaba escribiendo nada.
— 20 años.
Detuvo de mover el bolígrafo, y sonrió algo burlona, siento como si me hubiera convertido en un chisme para esta mujer, se nota que ya tiene unos 30 años, su sonrisa, paso de la burla a la amargura, y en sus ojos se podía ver el resentimiento, era una mujer muy bella, sin embargo, siento una mala energía cuando la miro.
— Seth, me pido que hiciera todos los chequeos clínicos pertinentes, ya que nos veremos seguido me presento, mi nombre es Eva, soy la prima de Seth.
No sabía que decir, primero me trató de una forma y luego de otra, de fría, paso amable, siento que me dejó de cuidar de esta mujer, algo me lo grita, tengo que tener cautela, mi misión es sobrevivir estos tres meses a toda costa.
— Vamos a chequeo, me dijo ella.
Se paró del asiento, yo también, la seguí hacia la parte atrás, dónde había un cubículo, con una camilla, la enfermera está en el lugar, me pidió, que me quitará la ropa y me pusiera una bata, luego que me subiera a la camilla, después me sacaron sangre, e hicieron un examen ginecólogo, más tarde me piden que baje de la camilla, me midieron y pensaron.
Eso fue todo, me puse mi ropa otra vez, y seguí a la doctora al consultorio principal, me hizo una señal para qué me sentará, me miró de forma extraña otra vez, y luego de escribir algo en lo que parecía ser un reporte medico, me dijo.
— En la vida, persona inocentes tienen que pagar, como si fueran culpables, ¿lo sabes verdad?, me dijo ella de la nada.
¿A qué se refiere con eso?, inocente pagando como culpable.
— ¿Que quiere decir?, le pregunté.
— Mi primo es un hombre casado, y aun así, te estás metiendo con él, aunque no lo sabías hasta ahora, no quiere decir que, no sea un pecado lo que estás haciendo.
¿Casado?, lo he visto desde lejos por 6 meses, va todas las noches al club, tiene a Susan como su amante fija, ¿dónde está su esposa?, me gano la curiosidad y le pregunté.
— ¿Dónde está su esposa?
— Muerta, me respondió ella, su cara hizo ese gesto siniestro otra vez.
Lo que está pasando aquí, yo no quiero saber, por qué a cada paso, las cosas se complican más y más.