LEGENDARIA

El Coronel había pasado de largo de la mujer dejándola con los puños apretados afuera del Aeropuerto, Mariana había insistido en llevar a Diana, sin embargo, la morena decidió ir caminando, ella sabía que necesitaba aclarar sus pensamientos, así que Mariana no tuvo otra opción que respetar la decisión de su amiga.  Diana se iba bastante concentrada en el camino hasta que una Lamborghini se estacionó al lado de ella.

- Súbete te llevo - Su voz había levantado los bellos de la piel de la morena.

— Prefiero caminar - fue la respuesta dada por Diana.

— No te he preguntado si quieres caminar o qué mierda quieres hacer, te estoy diciendo que te subas - Benjamín era implacable y Diana había obedecido sus órdenes, la tensión en el interior del Vehículo era notorio y la Morena tragó saliva ante dicha situación - ¿Te pongo nerviosa? - Las manos del Coronel se posaron por encima de las piernas de Diana.

— Solamente estoy cansada - Respondió Diana - Así que cierra la boca y conduce - Luego de que Diana expuso aquellas palabras, Benjamín dejó escapar una pequeña sonrisa poniendo en marcha el vehículo, sin embargo, no había apartado sus manos de las piernas de la mujer.

— Tengo trucos para quitar el cansancio— Benjamín aparentemente disfrutaba molestar a Diana.

— La señorita Herrera supongo que también está cansada— El cambio drástico de las Facciones de Benjamín fue evidente mientras apretaba las manos en el volante.

— Si vas a hablar nada más para mencionar a esa mujer te recomiendo que mejor cierres la Boca - Benjamín ya no ha vuelto a decir absolutamente nada y Diana tomó la decisión de hacer lo mismo - ¿A dónde te llevó? - Preguntó Benjamín cortando aquella atmósfera silenciosa incómoda y pesada.

— En el Condominio de la Avenida La Galería— Respondió vagamente la mujer 15 minutos más tarde se habían adentrado en uno de los Condominios más costosos del País, pero Benjamín siguió guardando silencio luego de haber realizado la pregunta - ¿Estás molesto? - bien Diana no sabía porque razón no soportaba que el hombre se mantuviera en silencio.

— ¿Debería de estarlo? - Benjamín seguía mirando las Lujosas casas hasta que Diana habló.

— Sigue adelante hasta el Complejo de departamentos - Indicó Diana hasta que efectivamente habían llegado hasta donde la mujer le había indicado mientras el vehículo se estaciona - Gracias - Expuso la morena sin dirigirle ninguna mirada a Benjamín intentando de hacer el esfuerzo de abrir la puerta del vehículo, sin embargo, esta se encontraba bloqueada - Abre la puerta.

— No quiero - La respuesta de Benjamín hizo que Diana le dirigiera la mirada - te ves muy adorable.

— ¿Eres bipolar? - Diana lo fulminó con la mirada— Abre la maldita puerta quiero salir - La única respuesta que Diana recibió fue un beso.

Los labios del Coronel presionaron con fuerza los labios de Diana, la morena abrió su boca permitiendo que el beso se profundizará, el Coronel quería tomar el control mientras la agarraba del cabello, sus dientes tiraron del labio de ella aquello ocasionó que Diana suelte un gemido de dolor, pero a la vez se sintió placentero mientras sus labios tenían un encuentro salvaje.

— Esta es la manera en la que alguien se despide - Con aquellas palabras las puertas fueron desbloqueadas.

— Disculpe Coronel, pero yo no me despido de nadie así por si no lo sabe nadie es tan bellaco como usted - Diana salió del vehículo cerrando con fuerza después.

— Joder, Diana, no tienes una heladera en tu casa o alguna barra de Maquillaje costoso - Benjamín se quejó suspirando, posteriormente había puesto en marcha nuevamente el vehículo.

La morena había llegado en su departamento, luego de cerrar la puerta se recostó por ella llevándose los dedos en sus labios, una pequeña sonrisa se visualizó en su rostro, pero el timbre de su celular la sacó de sus pensamientos— ¿Hola? - Diana había respondido.

— Esta noche en Naife Discoteca habrá una fiesta la organizan los Chicos del Último año de Derecho, vayamos - Diana solamente negó con la cabeza al escuchar a Mariana.

— Bien, pasa por mí a las 10 - Respondió la morena, luego de terminar la llamada Diana le había prestado atención a su bandeja de Entrada encontrándose con varios chats de Martín, Diana decidió ignorar todos sus mensajes yéndose a preparar el Jacuzzi minutos después la morena había dejado caer su pijama cerrando los ojos, pero al segundo de hacerlo los ojos oscuros de un Coronel se adueñó de su mente.

☆ Morena, piensa nsa que mis manos sean aquellos que te acaricien todo el cuerpo, que mis labios recorran tu cuello, mientras sientes mi respiración se acelera - Diana había empezado a acariciarse, pero unos segundos después abrió sus ojos de inmediato al darse cuenta de que ella se encontraba a solas su respiración estaba agitada y la voz del Coronel se reproducían en su mente.

— ¿Qué te pasa Diana? - Se preguntó la morena antes de introducirse al agua, pero la sensación de necesitar un poco la estaba abrumando hasta que había guiado nuevamente la yema de sus dedos por su abdomen la morena se mordió el labio inferior, pensar en aquel hombre era como recorrer los bordes de la entrada al infierno, con sus ojos cerrados ella lo tenía cerca.

— Benjamín - Susurró Diana mientras su cuerpo se había sacudido y más al pensar en que era el Coronel la persona que lograba aquella satisfacción en su cuerpo, Diana dejó escapar un suspiro y una sonrisa al abrir los ojos - Jodido hombre— La morena suspiraba mientras pensaba en el Coronel.

Las horas habían pasado, eran 22:35 P.M. Diana y Mariana se encontraban en el Interior de la Disco, mientras que en el Área Vip también se encontraba un hombre que vestía completamente de negro tomando un vaso de Licor con un cigarro en manos.

— ¿Por qué tan solitario? - Sus ojos oscuros analizaron a la mujer que tenía ante sus ojos, vestido corto que le quedaba al cuerpo no dejando nada a la imaginación, la mujer estaba muy dura y el hombre tampoco era ajeno a lo que la mujer provocaba en su cuerpo.

— ¿Dónde quieres hacerme compañía aquí o en la cama?.

— Ana Ferrer - La mujer extendió sus manos, pero un pequeño tatuaje de serpiente en sus dedos hizo que Benjamín Walton sonriera aún más.

— Benjamín Walton- Respondió el hombre que no aceptó la mano de la mujer, pero si la había estirado haciéndola sentarse en su regazo - No me has dado una respuesta - Expuso el hombre acariciando el hombre de la mujer.

— Prefiero la cama - Respondió de manera sensual la mujer.

— Si estás embarazada no deberías de estar tomando y fumando— Mariana había encarado a Patricia.

— Tú no tienes por qué meterte - Patricia había reaccionado— Ah, si está la cornuda número 1 del Ránking— Patricia se burló al observar a Diana.

— Cállate - Mariana había golpeado fuertemente a Patricia.

— Basta Mariana - Diana interrumpió logrando detener a su amiga.

— Te juro que voy a hacer que mis Abogados se paren mañana a primera hora en tu puerta.

— No te tengo miedo, voy a hacer que los abogados de Martín también aparezcan mañana a primera hora en la puerta de tu departamento, porque tú no estás embarazada— Mariana se burló - O mejor aún vamos para ver que tal va tu embarazo.

— Mariana tiene razón— Martín había llegado— Patricia por tu bien esperó que mi hijo esté bien - El rostro de la mujer se había puesto pálida, mientras que en el área Vip el alboroto había llamado la atención del Coronel.

— Muñeca lo del sexo será para otro momento - Benjamín se puso de pie saliendo del sitio, la silueta femenina era bastante familiar hasta que logro enfocar perfectamente a Diana, Benjamín arrugó la frente al descubrir que la morena estaba en la Disco, pero el fastidio le ganó la partida al observar a Martín.

— Vamos Patricia— Volvió a expresar Martín.

— Ella no está embarazada— Aquella voz hizo que todos se dieran la vuelta— Justamente hoy se había hecho la prueba de embarazo y salió negativa, es por eso que está tomado una de las primas de Patricia, la dejó al descubierto la confesión de la Joven hizo que Benjamín le prestará más atención a la reacción de Diana efectivamente aquello empeoró el mal humor del Coronel.

Martín agarró a Diana de las manos sacándola de allí - Diana - susurró Martín— Este es el momento perfecto para que tú me perdones si hay un culpable aquí lo admito soy yo, pero admito que de este error aprendí mucho - Martín colocó el rostro de Diana en sus manos - Perdóname déjame demostrarte que seré mejor - Antes de que Diana él diera una respuesta el celular de Martín había sonado para sorpresa de él, era una llamada desde la Base Militar indicando que necesitaban de sus servicios.

— Piénsalo preciosa, tengo trabajo, pero mañana te busco— Martín salió dejando a Diana a solas.

— ¿Le darás una oportunidad? - La voz de Benjamín se escuchaba desde la oscuridad— Contéstame Diana - El cuerpo del Coronel inmovilizó a la morena por la pared.

— No tiene nada que ver contigo, es mi vida, yo decido lo que quiero hacer, quítate.— Diana hizo el intento de zafarse del agarre de Benjamín, pero este no le dio el gusto.

— Diana, te prohíbo que vuelvas con él— El Coronel la agarró de la barbilla, sus miradas se encontraron.— ¿Me escuchas?.

— Te escucho, pero no pienso hacerte caso, voy a volver con el - Diana lo desafío con la mirada, pero sin previo aviso Benjamín la cargo llevándola a una de las salas de Villar con la que contaba la Disco.

—Espero que esto te haga entender que tú solamente eres mía— El cuerpo de la Morena fue posicionada por encima de la mesa de Villar.

- Estás mal - Diana volvió a levantarse, pero las manos del Coronel la volvieron a sostener besándola con ferocidad, un beso que derrochaba la posesividad de él, la mujer envolvió sus brazos por el cuello de Benjamín, no podía negarse al beso, no cuando el que lo daba era Benjamín Walton, un beso que describía que la deseaba, el hombre rasgó el vestido de la mujer.

— Era un vestido caro - Se quejo Diana entre besos.

— Te compro otros 100 iguales - Se notaba la excitación de Benjamín por aquello  que se sentía en sus pantalones, rápidamente acarició las piernas de la mujer, pero sin dejar los labios de ella, segundos después había introducido con fuerza su miembro en el interior de ella, dejando que Diana se llevará la cabeza hacia atrás, mientras las manos de Benjamín se posaron en su cuello, él la estaba devorando por completo, el cuerpo de la morena era un monumento.

El choque frenético de sus cuerpos era adictivo, la cavidad femenina empezaba a llevarlo a los límites, mientras sus cuerpos arden de placer.

— No te autorizo que te liberes - Benjamín realizo un movimiento lento - ¿Quieres Liberarte Diana? - El Coronel depósito una pequeña mordida en el cuello de la mujer que arqueó su cuerpo - Respóndeme - el hombre salio de su interior Diana sentía la virilidad rozando su cuerpo, pero Benjamín era cruel no se lo ponía donde ella quería, donde ella lo necesitaba después de haberlo sacado.

— Quiero sentirlo otra vez — Expuso la morena agarrando aquello en sus manos pequeñas, guiándola hasta su cavidad, fue allí que Benjamín perdió todo el control que le quedaba empezando a tener un encuentro intimo salvaje con la morena que recibía con placer las embestidas del Coronel sus cuerpos estaban profundamente enredados entre besos, mordidas y suspiros profundos por encima de una mesa de Villar que era testigo de la satisfacción placentera de la pareja.

— Estoy por alcanzar el climax - Susurró la mujer, Benjamín empezó a moverse más rápido y profundo, segundos después  habían encontrado su liberación, al mismo tiempo el cuerpo de Diana tembló todo el cuerpo de la mujer reaccionó.

— Eres mía Diana, eres jodidamente mía y no quiero verte cerca de Martín, ningún hombre debe estar cerca de ti - Los ojos oscuros de Benjamín la estaban mirando seriamente, la morena tragó saliva al observar la escultural imagen masculina que tenía por delante - No es amor, pero recuerda que somos amantes Clandestinos.