Una Pareja Fuera De Lo Común (Sin Editar)

-Oh… Gracias – Con cierto recelo tome el bolso y lo ignoré pero él seguía ahí parado

-¿¡Que quieres!? ¿No se supone que me odias? Pues ya vete- Le recordé y me volteo los ojos

-Pues estas en lo correcto, te odio pero no eres la única mujer a la que odio asi que no te sientas tan especial

-No lo pretendía. Ya vete- Le dije alejándome.

-¿Demonios, acaso la carretera es tuya? ¿Dónde están las escrituras de propiedad?

-Me importa un carajo si es mi calle o no, pero estas invadiendo mi espacio personal así que espabílate- Le grite y me aleje más

-Sí que estás demente

-Mira quien habla

-Berrinchuda y mala actuando, además de loca e histérica. Lástima del hombre que se convierta en tu esposo

-Pues tal vez es que no me interesa tener uno

-Apuesto que es porque no puedes conseguir uno

-Lo dice el que está inscrito en una página de citas a ciegas

-La que me inscribió fue mi madre, yo ni loco lo habría hecho. Además te recuerdo que también estas ahí

-Pues al parecer tenemos madre con la misma locura. ¿Por qué sigues aquí? ¿Acaso quieres un autógrafo de esta mala actriz?

-¿Puedes dejar de ser sarcástica por una vez en tu vida? Solo trataba de acompañarte

-Pues no me interesa tu compañía

-Ni a mí la tuya, pero por si no te das cuenta hay tres imbéciles que no dejan de verte y se les nota a leguas que vienen ebrios hacia ti

Volteé a ver hacia atrás y efectivamente era así. Definitivamente había sido una mala opción traer un vestido estilo princesa corto. No podía dejar que eso volviera a suceder, apreté mis puños y piernas con fuerza preparándome para cualquier situación

Instintivamente me corrí hacia Adrián que me miro extrañado por mí actuar y me hice detrás de él al ver a los hombres a solo unos pasos de nosotros

-Pero que hermosura de mujer. ¿Acaso tienes miedo? No hay porque tenerlo, solo pensábamos que tal vez… querrías divertirte con nosotros

-No me interesa divertirme con ebrios dementes- Le dije enojada detrás de Adrián que estaba en silencio mirando a los hombres y el hombre que me había hablado me miro de arriba abajo con una mirada pervertida que me llenó te terror y asco

-¿Por qué tana agresiva? Ven, solo queremos hablar ¿No amigos?- Sus amigos ebrios asintieron apenas pudiendo colorasen de pie y el hombre que estaba más sobrio dio otro paso al frente pero Adrián se colocó frente a él cubriéndome como si buscara protegerme lo cual me sorprendió

-Sera mejor que tú y tus amigos se vallan- Les dijo Adrián en un tono serio y pausado y los tres hombres empezaron a reír y en cuando eso pasó llegaron otros cinco hombres que también salieron de la discoteca donde habían estado esos tres

-Oigan amigos. El hombre del traje cree que puede amenazarnos- Les dijo uno ebrio a los demás y yo me empecé a asustar. Varios de ellos tenían traje y se veían bastante brandes y fornidos. Ni con todo el kunfu del mundo podría pelear con ellos con lo aterrorizada que estaba, ese olor a alcohol solo me recordaba… A él… quien me mató

-No los estoy amenazando. Pero ella les acabó de decir que no le interesaba acompañarlos. Así que ustedes… Lárguense-Espetó Adrián delante mío hacia ellos. Lo último lo dijo como si los estuviera amenazando y un hombre que tenía una botella de licor en su mano de la lanzo directo a la cabeza de Adrián pero él la golpeó con su mano causando que callera al suelo

-Creo que el del traje quiere pelear- Dijo un hombre ebrio y empecé a temblar

-¿Estas bien? – La voz de Adrián me hizo percatarme de que hasta mis labios temblaban

-¿Por qué tiemblas? Parece que hubieras visto un fantasma-Habló con tanta tranquilidad como si fuera su deber protegerme lo cual me dejo más atónita de lo que ya estaba. Un hombre corrió hacia nosotros y se lanzó sobre Adrián pero el solo con un pie causó que cayera al suelo y  luego todos comenzaron a  venir tras nosotros, ahí reaccioné y le lancé un tacón a uno en la cara y le di una atada a otro en sus partes íntimas mientras Adrián peleaba con los otros tres

Pero cuando me iba a quitar el otro tacón de zapato un hombre me tomo del pie y me hico caer y se volteó sobre mí, empecé a temblar y esa imagen de mi tío sobre mí me invadió, empecé a gritar que me auxiliaran como loca al sentirlo encima de mi sin abrir mis ojos, vi al bolso a mi lado y sin dudar tomé el teiser de corriente y se lo coloque en la cabeza dejándolo inconsciente sobre mí y Adrián me lo quitó de encima, yo cubrí mis rostro y apreté mis piernas

-¿Estas bien? –Parecía realmente preocupado, pero de algo que no me podía fiar era de esos hombres como él. Los hombres que fingen ser buenos y amables eran los peores porque cuando sacaban su verdadera naturaleza solo nos destruyen. Me ofreció su mano pero la palmeé y me levanté por mi cuenta, tomé mis tacones y mi bolso y empecé a correr

-¡Espera, Lucia! –Adrián me siguió y en cuanto me toco le lancé otro puño directo a la cara

-¡Entiéndelo de una vez, no quiero verte! ¡Te odio, a ti y a todos los hombres! Asi que no me toques y vete – Le grite y tome un taxi de ahí y sin dudarlo me metí en el para ir a casa

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ADRIAN

-Definitivamente no vuelvo a ir a una cita a ciegas en mi vida. Con Lucia o como se llamé quede purgado de por vida. Es una loca completa. Fingió ser paralitica llegando con una silla de ruedas, monto un show de berrinches, me dio dos puños en la cara a pesar de que le ayude y me trato más mal de lo que yo a ella. Parece a alérgica a los hombres. No volveré a ir a una cita a ciegas madre, jamás

-Bueno… Al menos sabemos que tu dinero no le interesa hijo, debes admitir que eso es algo bueno- Me dijo mi madre mientras todos me veían a punto de reírse. Yo estaba cubriendo mi nariz del puño que me dio lucia

-No al parecer no le intereso ni yo ni el dinero, pero es una loca completa, jamás dejaría a mi hijo con ella a solas. Quién sabe si no si no le dan ganas de hacer un caldo con él a esa bruja

Mi hermano estalló en risa al igual que mi padre y mi madre. Solo le pude lanzar un cojín a mi hermano enojado.

-Que te quede algo claro madre, y a todos ustedes. No me enamoraré jamás de Lucia o de alguna otra mujer. Por ende, lo de las citas a ciegas queda rotundamente cancelado

-Ya lo veremos hijo- Dijo mi madre en un tono confiado que odiaba pero fingí ignorarla y tomé a mi hijo en mis brazos ya que ya estaba dormido para ir a casa.

Al llegar a casa no pude evitar pensar en esa loca berrinchuda, tiene una mirada tan… enigmática, es como si fuera un muro impenetrable lleno de… No sé de qué, pero es seguro que esa mujer no está nada bien, la quité rápidamente de mi mente y me quedé dormido

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Efectivamente lo que mi madre dijo lo iba a cumplir… Llevaba dos semanas insistiendo, la primer semana solo llamaba para decirme que tenía nuevas citas a ciegas y la odia ignorar, pero desde hace una semana viene todos los días a mi empresa o a donde sea que estoy para taladrarme el cerebro con lo mismo, incluso mi hermano y mi padre. Odio que ambos se presten para eso, ahora ni siquiera voy a casa si no es necesario ya que sé que me le encontraré allá también. Incluso a traído a tres mujeres con ella “buenas “para que las conozca. No sé cómo quitármela de encima ya, me va a volver loco. Tengo una semana para sacar una línea de diseños nueva para la colección de otoñó pero no he podido hacer casi nada porque esta como una tarántula encima de mi

-Madre ya basta ¡Me vas a volver loco!- Le grité y los empleados me miraron extrañado… No era común yo que gritara, siempre era muy paciente, pero mi madre me tenía hasta el pelo

-De una vez te diré algo Adrián. Si para dentro de una semana no tienes a una mujer o al menos estas saliendo con una. Todos los días venderé con una mujer a tu casa. Y eso no es todo, definitivamente venderé mis acciones junto a las de tu hermano y tu padre a tu primo

-¿¡Que!? ¿Estás loca? Ambos sabemos que mi primo solo quiere disolver la empresa y crearse una de videojuegos, solo es un adicto

-Pues en tus manos esta que esta empresa famosa de ropa y las boutiques de cadena cierren y quedemos en bancarrota –Salió sin más y tiré los documentos al suelo

-Mi madre cuando me amenazaba lo hacía en serio y odiaba que me acorralaba. ¿Estaba tan mal no querer a nadie? ¿Estaba tan mal quería estar solo y no tener a nadie? Sencillamente me gustaba mi soledad

-Señor

-¡¡Que!! – Le grité a mi asistente Jake y se sorprendió

-Solo le quería decir que ya es hora de… recoger a su hijo

-Ahhh gracias. Puedes irte

-Si señor… ¿Seguro que no quiere que le consiga una nueva niñera para su

-NO, NIÑERAS NO. –Lo corte enojado y se fue rápidamente. Yo por mi parte me subí al auto para ir por mi hijo

Al llegar él estaba sentado en una silla esperándome con su rostro entristecido, lo saludé pero él no me respondió y la maestra me dijo que le preocupaba que el fuera tan ensimismado e introvertido. No era normal a su edad, dijo que posiblemente le hacía falta amor o acompañamiento de su padre y su madre. Yo asentí y me fui con Lukas

-¿Qué ocurre hijo? – Le pregunté ya en el auto al ver que ni siquiera me saludo

-Nada papá

-Hijo… ¿Qué sucedió?

-Papi… ¿Yo porque no tengo mamá? Todos los días viene mamás con mis compañeros pero yo no tengo

-Hijo… Es complicado

-¿Acaso mi mamá no me quiere? ¿Ella me odia?

-No, no es eso

-¿Me porte muy mal cuando pequeño y por eso me dejó?

-No hijo, para nada. Tú… tu-tu mamá te quiere mucho –Le aseguré y él se limpió sus lágrimas en silencio

-Sé que eso no es verdad. Ella no me quiere. Si me quisiera me vendría a ver o viviría con nosotros

-Tal vez a quien no quieres no es a ti… es a mí- Admití y el me volteo a ver extrañado

-Pero a ti todos te quieren. Todas las mujeres de tu trabajo te quieren y por eso me tratan bien

-Hijo… En el futuro lo entenderás. Pero puedes creer en mí, jamás me iré y siempre te querré

El asintió no muy convencido y al llegar a casa se metió en su cuarto, supuse que necesitaba un momento a solas así que me dispuse a cocinarle algo de comer a él pero cuando fui a llevárselo al atardecer no me quería abrir la puerta del cuarto

-Hijo… Abre la puerta por favor

-Hijo… Lukas, no es divertido. Abre o abriré yo – Al ver que no respondía abrí la puerta y estaba en la cama llorando aun. Me senté a su lado dejando el plato en la mesa de noche y lo abracé pero estaba muy sudado y sentía su piel caliente, casi ardiendo por lo que me preocupé, lo bajé envuelto en una cobija para ir al hospital pero escuche el timbre de la puerta y me apuré a abrir. Tal vez era mi madre, ella sabría qué hacer en esta situación

-¿Lucia? ¿Qué haces en mi casa?