La Amante

Gavril esta vez si estaba un poco ebrio, que su esposa no le respondiera las llamadas y la situación con Valentina habían provocado al hombre una necesidad de beber hasta perder el conocimiento, pero cuando Luka le dijo que tenía que hablar con la Colombiana detuvo la bebida marchándose del lugar.

Vicktor llevo a su jefe a la mansión de Valentina "Señor ¿Necesita que lo ayude?"

"No es necesario, puedes entrar y pedirle a la empleada que te prepare la cena" Dijo Gavril.

"Si señor"

El hombre ingresó al enorme lugar, su corbata estaba floja y su cabello algo desordenado.

"Señor, no sabía que vendría ¿Cenará?" Preguntó Daria.

"No ¿Dónde está Valentina?"

"Está en la habitación, comió un poco, pero está muy triste... Señor estoy preocupada, pasa mucho tiempo sola y aunque trato de darle confianza, aún no me considera alguien íntimo" Confesó la empleada.

"Iré a verla"

Gavril subió las escaleras y cuando llegó a la habitación la mujer estaba acurrucada en su saco y escuchaba una canción en español.

🎶No hay nada que perder

Cuando ya nada queda en el vaso

Y no puedes saber

Qué fuerte es el poder de un abrazo

Ya se fue el tren

Y esta calle nunca más será igual

Aprendiste a tener miedo

Pero hay que correr el riesgo

De levantarse y seguir cayendo

Pero hay que correr el riesgo

De levantarse y seguir cayendo🎶

El hombre se acercó a su móvil que estaba en la pequeña mesa al lado de la cama y detuvo la pista "La canción es muy triste, mi hijo saldrá llorón si sigues escuchando eso"

Valentina se levantó de inmediato al escuchar la voz familiar, sus ojos hinchados y húmedos eran testigo de su llanto, la niña se puso de pie encima de la cama y enredó los brazos en el cuello del hombre, Gavril rodeo con sus brazos la cintura de la mujer o un poco más abajo tal vez y luego sintió como las lágrimas de Valentina humedecían su cabello.

"Val no puedes estar tan triste en tu estado, trata de hacer un esfuerzo por el bebé" Dijo Gavril golpeando con su respiración el pecho de la mujer.

La mujer se separó, pero sus manos aún estaban en los hombros anchos del hombre, Gavril alzó la mirada apreciando el hermoso rostro de la chica. Valentina se acercó y rozó los labios del ruso con los suyos.

Gavril mordió levemente el labio inferior de la niña y luego lo succionó un poco, la niña Imitó el acto y empezó un beso suave delicado y torpe por parte de la mujer, pero poco a poco el castaño fue guiando hasta hacer del beso algo excepcional, el hombre apretó un poco las nalgas de la chica y Valentina enredó las piernas en la cintura del ruso cayendo ambos en la cama.

"¿Lo quieres? Eres libre Val" Dijo Gavril mientras besaba su cuello.

"Si lo quiero señor Volkova" Dijo Valentina cerrando los ojos al sentir el tacto del hombre cerca a sus muslos.

"Dime Gavril"

"Hueles a alcohol Gavril"

"¿Te molesta?"

"Me gusta"

Gavril quería reivindicarse la primera vez de la niña había sido algo brusca, él deseaba que ella sintiera un placer inigualable "¿Confías en mí?"

"Mmmmh si ¿Dolerá?"

"No tanto como antes, esta vez disfrutaras más cuando este dentro de ti" Confesó Gavril.

Gavril quitó el pequeño short con todo y bragas y también la pequeña blusa, Valentina quiso tapar su desnudez con sus manos "Me da vergüenza"

"No deberías, no te imaginas como me gusta cada parte de tu cuerpo" Gavril dejó un camino de besos desde la boca de la chica hasta llegar a su centro.

Valentina sintió una descarga magistral, las sensaciones eran agradables y muy placenteras, la Lengua del ruso hizo movimientos experimentados y sintió desbordarse.

Gavril al sentir y saborear la humedad de la pelinegra se desvistió dejando ver su cuerpo marcado, tonificado y su grande erección en medio de sus piernas, el hombre fue encima de la chica y la besó mientras se adentraba lentamente, Valentina sintió como se deslizaba con mucha más facilidad el falo del hombre y el pequeño dolor se fue con las embestidas.

Valentina tuvo miles de sensaciones y con un sexy gemir llegó al límite, Gavril se movió con más fuerza y tampoco pudo contenerse llegando al clímax un poco después que la paisa.

El hombre salió con cuidado y Valentina sintió un poco de ardor, el hombre la jaló suavemente atrayéndola hacia él, abrazándola.

"¿Cómo te sientes?" Preguntó Gavril con los ojos cerrados su respiración era acelerada.

"Bien" Dijo Valentina apretando el brazo del ruso, no sabía donde meter la cabeza, ella había tomado la iniciativa, no supo lo que le pasó al ver al hombre tan guapo entrar por su puerta, la lleno de deseo.

"No te avergüences, tienes un lindo cuerpo y eres sexy, hace mucho no disfrutaba de un buen sexo" Confesó el hombre.

"Últimamente, me he sentido con..."

"Deseo, es normal por el embarazo" Gavril trato de que la mujer se sintiera mejor.

"¿Te puedo decir algo?" Preguntó la mujer.

"Puedes decirme todo lo que se te antoje" Dijo Gavril.

"No quiero ir a esos controles, esa mujer me hablo muy mal y yo no sabía que tenía que desnudarme y permitir que me introdujera no sé que cosa, eso es incómodo" Dijo Valentina enojada.

Gavril sonrió, él estaba buscando que se sincerara y lo había logrado "Te acompañaré y estaré a tu lado en cada procedimiento, pero es necesario que realices esos controles"

"Bien" Dijo Valentina y Gavril sonrió.

Valentina al verse expuesta Corrigió "No significa que si tú estas no me avergüence, pero no me sentiré sola ¿Puedes tapar tu rostro mientras voy al baño?" Preguntó.

"He visto todo" Dijo Gavril acomodándose para ver mejor la desnudez de la mujer.

Valentina se tapó como pudo con sus manos e ingreso al baño, Gavril observó la cama manchada con algo de sangre, el hombre quitó las primeras mantas dejando la siguiente, que estaba limpia.

Valentina salió envuelta en una toalla con las mejillas coloradas al ver que había quitado las mantas, Gavril se acercó y dio un beso en la frente "Me daré una ducha también"

La Colombiana aprovechó que el hombre había ido al baño para buscar ropa y vestirse, la chica busco unas bragas y se puso la camisa blanca de Gavril metiéndose entre las sábanas. Sentía mariposas revolotear por su estómago, deseaba que el sentimiento nunca se marchara, quería dormir y no verlo partir, la soledad la agobiaba.

El hombre salió del baño, seco su cuerpo y se metió debajo de las sábanas abrazando el delgado cuerpo de la chica "Pensé que te irías"

"Mi esposa se enteró de tu existencia, está molesta, aunque no pensaba ocultarlo, entonces esperaré a que pase su enojo" Se sinceró el ruso.

"Puedes quedarte cuando gustes, no me gusta estar sola" Dijo Valentina cerrando los ojos, el sueño la atrapaba.

"Debiste secar tu cabello" Dijo Gavril, pero al no tener respuesta volteó el rostro de la mujer observándola dormir.

"Eres tan hermosa e inocente que lamentaría mucho hacerte daño" Susurró Gavril.

"Mmmmh" Se quejó Valentina acurrucándose en su pecho.

Al día siguiente el hombre se levantó, pidió a Vicktor un traje y el hombre se vistió impecable, antes de salir de la habitación dio un beso en la frente de la mujer, el ruso pensó que se veía adorable con su camisa.

"Señor ¿Desayunará?" Preguntó Daria.

"No, estoy de afán, déjala dormir hasta cuando guste y dile al jardinero que de ahora en adelante pode el césped en las tardes, el ruido puede despertarla" Ordenó Gavril.

Daria sonrió "Señor ella es una piedra cuando está profunda, créame que nada la despierta"

"Bien, de todas maneras has lo que te pido y que coma lo recetado por Luka" Dijo Gavril marchándose.

En el auto Gavril le ordenó a Vicktor que lo llevara a la empresa "¿Qué sabes de mi esposa?"

"Está encerrada en su habitación, señor, no recibe alimento" Informó Vicktor.

"Tengo noticias de la muerte de la familia de la señorita Álvarez"

"Te escucho"

"No fue un accidente señor, fue provocado por su primo Anton" Comunicó Vicktor.

"¡Maldita sea! Es un perro desgraciado" Exclamó Gavril.

"¿Le dirá a la señorita?" Preguntó Vicktor.

"No le diré nada a la Señora Álvarez, Vicktor" Dijo el empresario observando por el espejo retrovisor a su hombre, le había hecho una advertencia de la manera más diplomática posible.

"¡Oh si señor! Lo siento mucho ¿Algo más que necesite?"

"Cómprale un móvil a Valentina y consigue una maestra para que le enseñe nuestro idioma, llévale revistas donde aparezca convocatorias de maternidad y ve con Yulia Rossi dile que su amiga está bien y puede visitarla" Ordenó Gavril.