La joven Yasí era una chica esclava de la familia más importante de la ciudad, cuya madre era indígena y cuyo padre era el dueño de ellas y de todo cuanto las rodeaba. Ella y su madre sufrían los maltratos de la familia por lo que Yasí soñaba con ser libre. ¿Logrará Yasí obtener su libertad y la de su madre?
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Capítulo 5 Yasí la hija del Oidor
Un nuevo día comienza otra vez en la Mansión del Oidor. Yasí sirve el desayuno.
Oidor: —Hoy tendré un largo día, llegaré tarde. Yasí ordena que me alisten el carruaje, en seguida salgo...
Yasí:— Sí mi Señor, en seguida...
Esposa: —Esposo no es mi intención reprocharle, pero ¿No considera usted que le está dando a Yasí atribuciones que no son propias de una esclava? Los demás esclavos podrían sospechar y no es conveniente por su investidura que se sepa que Yasí es su hija ilegítima.
Oidor: —No se preocupe esposa, no sucederá. Me retiro.
Cuando el Oidor se fue, la Esposa aprovechó para intentar nuevamente deshacerse de ella, así que la mandó a llamar. Yasí entra a los aposentos de la Esposa del Oidor. La señora hacía mucho tiempo que estaba separada del Oidor y dormía en una habitación independiente de él.
Esposa del Oidor: —Yasí que placer que estés aquí, ja ja ja ja, dijo con una risa irónica. Catalina ordena que nadie nos moleste y luego cierra la puerta con llave, agregó. Continuó: —Yasí ven pasa te invito a que entres a mi bodega secreta.
Yasí entró, el lugar era una sótano secreto que se encontraba escondido debajo de lo que simulaba ser el piso, bajando unas escaleras. Para sorpresa de Yasí el lugar estaba repleto de cofres llenos de oro y joyas. ¿Ves todo esto Yasí?, es mío y de mis hijas de nadie más. Seguramente te preguntarás cómo he conseguido toda ésta riqueza. Fácil, parte de lo que se saca de las minas jamás llegó a las manos de la corona porque si no hacen lo que les digo caerán por algo soy la Esposa del Oidor. Mirá bien porque tú todo esto nunca tendrás. Luego ordenó a Catalina: — Atala y cuélgala, vamos a divertirnos, porque hoy va a pagar por haber nacido. Y dijo a Candelaria: —Azótala de tal manera que no se vean las heridas, quítale la falda y azótala en las piernas y las nalgas.
Candelaria comenzó a azotarla: —Esto es por haberte robado tú y tu madre a nuestro padre, maldita serpiente. Juro que hoy será tu último día, le dijo con odio. Yasí comenzó a llorar y gritar del dolor. Grita todo lo que quieras aquí nadie te escuchará, le dijo. Y siguió pegándole con rabia.
Catalina: —Qué fastidio escucharla gritar, dijo. Tomó un pañuelo y se lo ató a la boca. —Yo también me vengaré, dame el látigo Candelaria, ahora me toca a mí. Catalina desahogó toda la envidia que sentía hacia Yasí y Yasí se desmaya.
Esposa del Oidor: —Bájenla de ahí, le cambiaremos la ropa con sangre y la quemaremos, luego la despertaremos y diremos que tuvo un accidente limpiando por eso no puede caminar. Cuando vaya a su habitación le llevaré un té para que no despierte nunca más. Y si el Oidor sospecha de nosotras no tendrá pruebas porque son hierbas medicinales que si se toman en dosis elevadas pueden llegar a matar.
—Despierta maldita serpiente, le dijo Catalina, echándole agua fría en la cara. Yasí despertó sobresaltada y adolorida. No dijo nada porque sabía que sería en vano.
—Ve a tu habitación, nosotras diremos que tuviste un accidente. Sé que no vas a negarlo porque no quieres preocupar al Oidor, mosquita muerta. Le dijo Esposa.
Se levantó como pudo, rengueando por el dolor, a duras penas Yasí llegó a su habitación. Se recostó en la cama y se durmió. Más tarde la cocinera lleva un té que le había ordenado preparar la esposa del Oidor.
Cocinera:—Niña despierta, aquí te traigo un té. ¿Me quieres contar lo que te sucedió? Le preguntó preocupada.
Yasí:—No te preocupes no fue nada grave, fue un accidente nada más.
La cocinera no quedó convencida de lo que dijo Yasí, tenía el presentimiento de que algo malo le había pasado. Cuando Yasí termina de tomar el té cae desmayada en su cama. La cocinera se asusta, y grita ¡Niña! ¡¿Qué te ocurre?! Dándole palmadas en la cara. De pronto ve que sangre se derrama entre sus piernas. La cocinera la tapa con una manta y sale corriendo a escondidas de las señoras de la casa porque estaba segura de que ellas tenían algo que ver con lo que le pasaba a Yasí.
—Señora voy al mercado, prometo que no tardaré, le dijo la cocinera a la Esposa del Oidor.
El espía del Virrey vio el extraño movimiento en la casa del Oidor y decidió seguir a la cocinera. La Cocinera llegó a la Real Audiencia y pide ver al Oidor, pero no se lo permiten. El espía del Virrey al ver el movimiento de la cocinera y la preocupación en su rostro, informó al Virrey:— Vuestra Señoría, disculpe pero es urgente. La cocinera del Oidor está afuera esperando y su rostro refleja angustia, parece que algo malo sucedió. Dile que pase, dijo el Virrey.
La cocinera entra al despacho del Virrey y le dice: —Vuestra Señoría es urgente necesito hablar con el Oidor. —Es imposible, en estos momentos está en un juicio, le contestó el Virrey. —Una de las hijas del Oidor está muy mal parece que se está muriendo, dijo la cocinera entre lágrimas, ¡¡Por favor Vuestra Señoría le ruego que envíe un médico y avise inmediatamente al Oidor que la niña se le está muriendo!!
El Virrey no quiso desaprovechar la oportunidad para obtener más información de la casa del Oidor, y le dijo: —No se preocupe, yo me encargaré ahora mismo iré con mi médico de confianza, y le avisaré al Oidor. La cocinera llevaba muchos años trabajando para el Oidor por lo que sabía la verdad. Sorprendida por la actitud del Virrey, ¿pensó qué haré cuando el Virrey llegue y vea que se trata de la esclava?
Llega el Virrey con el médico a la Mansión y la cocinera le dirige hasta la habitación de Yasí. Cuando el Virrey entra a la habitación y ve a Yasí le dice:
Virrey: —¿Por qué me has mentido para salvar a tu compañera? ¿Tú sabes que te puedo castigar por esto?
Cocinera: —Por favor Vuestra Señoría perdóneme, no es lo que usted piensa. La niña es muy valiosa para el Oidor, si ella muere, él moriría de pena.
El Virrey ordena al médico la revise.
Médico:—La joven tiene golpes en las piernas y la cadera. Por los golpes ha sufrido un aborto espontáneo. También ha sido envenenada. Se trata de un veneno que actúa lentamente. Si usted me autoriza puedo salvarla.
Virrey: Hágalo, ordenó.
Estaba cayendo el sol cuando el Oidor llega a su casa preocupado por Yasí. Sabía que esta vez no podía escapar de las interrogaciones del Virrey. Primero decidió ir a ver a su hija. Al entrar a la habitación sorpresivamente se encontró con que el Virrey no se había movido de ahí. Yasí continuaba dormida, y el Virrey ordenó que nadie se enterara de que él estaba allí y que nadie entrara. Cuando la esposa preguntó por Yasí, la cocinera le mintió y le dijo que debido al té quedó dormida, pero ella tenía la certeza que amanecería muerta por lo que no hizo nada más.
Virrey: —Señor Oidor usted me tiene que explicar muchas cosas. Su cocinera fue a buscarlo desesperada porque dijo que la vida de su hija corría peligro. Llego y me encuentro con su esclava a punto de morir envenenada, con golpes en el cuerpo y un aborto. Es evidente que esconde algo, Oidor,¡¡dígame!! Le ordenó enfurecido el Virrey y agregó lleno de rabia por los celos que sentía ¡¡¿Es que usted se ha aprovechado de ella?!!
Cocinera: —Vuestra Señoría por favor no se enoje,no es lo que usted está pensando. Suplicó desesperada y se arrodilló. La niña estaba de novia con un muchacho de nuestra raza, y según cuenta la gente, se escaparon juntos y se casaron.
Oidor:—Vuestra Señoría, la esclava es mi hija y no quiero que nada malo le ocurra. Le dijo sin miedo a su reacción. —Sé que usted no dirá nada porque no tiene pruebas.
Virrey: —No diré nada pero con la condición de llevármela y no me puede decir que no porque yo la trataré mucho mejor de lo que la tratan aquí.
Oidor: —Veo que está muy interesado en ella. Adelante, Vuestra Señoría puede llevársela veo en sus ojos que no tiene intenciones de hacerle daño y que va a cuidar de ella mejor que yo. Yo ya no puedo cuidar de ella. Dijo con lamentándose profundamente.
El Virrey tomó a Yasí en brazos y ordenó que llevaran sus cosas. Cuando los esclavos y las Señoras se enteraron de lo que sucedió ya era muy tarde, el Virrey partía con Yasí en regazo en su carruaje.
Espero que esa tranquilidad les dure un poco, al menos hasta que Yasí se recupere y pueda seguir la marcha en caso necesario.
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Cambio de palabras: Oidor en lugar de Virrey.
Necesito saber si la autora es Correntina, tiene alma correntina, si es correntina por adopción, si tiene parientes o algo en corrientes porque las canciones son bien del chamame de esos lados....
Hasta lo leí cantando en mi cabeza, hasta música le puse 🤣🤣
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