Santino al fin encontró a quién amar, pero todos ya habían decidido lo que él debía sentir por aquella mujer, al final él era el hombre del corazón de hielo, en el que solamente había amor para la familia.
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Once
Soy su novia, soy su novia, soy su novia, era lo único que repetía en su mente Denisse, después de aquello no había escuchado más nada, no hasta que sintió que la mujer le tocaba un hombro.
- Señorita ¿ Le pasa algo? Se quedó como ida.- le preguntó con una preocupación que se notaba más fingida que promesa de políticos.
- No, lo siento, es que la llamada anterior me dejó preocupada- le mintió- Ahora mismo le aviso al señor Roberts que usted ha llegado.- y levantó el intercomunicador que la mantenía en contacto con su jefe- Señor- le dijo y él no contestó- La señorita Kate está aquí.
- Dile que pase, llevo rato esperándola- fue todo lo que le dijo y ella se levantó para abrirle la puerta.
Kate era una mujer muy hermosa, ella y Óscar se conocieron con quince años, ambos eran los populares del colegio al que asistían, incluso fueron los reyes en su graduación del instituto y pese a todas las predicciones de sus compañeros en aquella época, nunca habían sido más que amigos.
Ella se había enterado que el hombre había vuelto para quedarse y pensó que este era un buen momento para intentar ir más allá que cuando eran unos chiquillos y decidió visitarlo, pero al llegar a verlo nunca pensó encontrarse tan cerca de su objetivo una mujer que podría resultar en la competencia, así que decidió mentir con lo de ser su novia, y por la reacción de la chica, se dio cuenta que no estaba muy errada con lo que había pensado.
Media hora después Denisse tocaba la puerta de la oficina de su jefe, necesitaba pedirle permiso para irse más temprano y pasar por la universidad, él se iría de viaje después del almuerzo y la oficina no podía quedarse sola, así que tendría que ir en la mañana.
- Señor- le habló y él ni se dignó a mirarla, todavía estaba enfadado por encontrarla hablando con el informático- Necesito ir a retirar unos documentos personales a la universidad a la que asistía, quería saber si puedo irme ahora.
- ¿Vas a la universidad ?- le preguntó la mujer mientras se miraba las uñas sentada en el sofá de la oficina.
- Iba- le contestó ella.
- Ese es el problema de ser pobre, nunca logras terminar nada de lo que empiezas- Denisse le fue a contestar que ella ya había terminado y con una nota que estaba segura que la mujer no tendría ni comprándola, pero con el rabo del ojo vio a Óscar sonreir, él lo hizo pensando en que Kate no había cambiado nada en todo el tiempo que no se habían visto, pero a la pelirroja aquella sonrisa le pareció un insulto a todas las personas que como ella luchan sin descanso cada segundo de su vida para alcanzar sus sueños, así que desilusionada decidió no rebatir lo que aquella mujer había dicho.
- Señor- le habló esperando una respuesta.
- Ve Denisse, recuerda que yo viajo esta tarde, así que necesito que regreses temprano.
- No se preocupe, lo haré- él la vio salir y su corazón se fue detrás de ella, hubiera querido darle miles de besos antes de irse, pero aquello era lo que había, y las reglas las había puesto él mismo, y aquella mirada no pasó desapercibida para la otra mujer en la oficina, que ahora si estaba segura que tenía que actuar rápidamente.
Denisse fue a la universidad y recogió todo lo necesario para acreditar que ya era una ingeniera y cuando iba de regreso a la empresa su teléfono comenzó a sonar, miró quién era y sintió miedo, era su hermano, él nunca llamaba a aquella hora, sabía que ella estaba trabajando.
- Lucas- respondió.
- Hermana, estoy en el aeropuerto de New York, necesitamos hablar.- aquellas palabras sembraron el terror en las venas de la chica, su madre llevaba tiempo enferma y que su hermano estuviera allí sin avisar no era bueno.
- Toma un taxi, te mando la localización de un parque que está a dos calles de mi trabajo, allí podemos hablar con calma, te espero, un beso.- y escuchó a su hermano mandarle un beso también antes de colgar.
La chica no tuvo que esperar mucho tiempo en aquel parque para ver a su hermano Lucas aparecer, él era de piel mucho más oscura que la de ella y pelo muy negro, en resumen, era la imagen y semejanza de su padre, que aunque era el único y mejor padre que había conocido Denisse en su vida, no era su padre biológico, por eso no llevaban parecido ninguno.
El joven era cinco años menor que su hermana pero al ser bastante alto y fornido no se notaba mucho la diferencia de edad, llegó hasta la chica y la abrazó y si no fuera por que sabía que en unos momentos, con lo que él le diría, ella se derrumbaría y algunos de los dos tenía que ser fuerte, habría llorado con aquel abrazo.
Lucas no venía a otra cosa que a avisarle personalmente que su madre se moría, la mujer ya sentía poca fuerza para seguir viviendo y había insistido que su hijo viniera a buscar a Denisse y a su tía, no quería que ellas recibieran esa noticia por teléfono y con lágrimas en los ojos le prometió a su hijo aguantar hasta que él regresara con las dos mujeres más importantes de su vida.
Como esperó el chico Denisse se deshizo en lágrimas de sufrimiento y él solo la abrazaba mientras besaba una y otra vez la roja cabellera de su hermana mayor.
- ¿Aquella no es tu secretaria?- le señaló Kate a Óscar con el dedo a una pareja que se abrazaba en un banco de un parque mientras él la besaba una y otra vez y el hombre apretó el volante del auto que conducía- Vaya documentos personales que iba a recoger en la universidad- aprovechó para dejar todo el veneno posible, encontrar a la chica en aquella situación le había venido como anillo al dedo- Bueno, muy personal si que parece, tan personal que se van a hacer uno de tanto abrazo.
- Ya basta Kate- le contestó Óscar- Esa es su vida privada.
- Bueno, muy privada no parece, están en medio de un parque y en su horario de trabajo.- volvió a hundir el aguijón la mujer.
- Ya te dije que basta, dime a donde te llevo, todavía tengo que hacer algunas cosas en la empresa antes de irme.- terminó de decirle a la fastidiosa mujer casi gritándole y ella se sonrió, por lo menos tenía dado un buen paso.