Ambos creían haber encontrado su final feliz, pero les rompieron el corazón de la forma más cruel.
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Capítulo 2
...Kaleus....
Estaba en casa de Irina, con nuestro hijo, Darren. Él estaba viendo dibujos animados, totalmente ajeno a la guerra que se producía dentro de mí cabeza.
Soy un imbécil, lo sé. Se suponía que iba a casarme con Oriana, con mí novia. Pero, tan pronto Irina regresó, mis sentimientos por ella resurgieron como si nunca hubieran desaparecido.
Intenté mantener la distancia, pero ella siempre estaba cerca. Con su hermosa sonrisa, su cabello sedoso y sus ojos repletos de dulzura... La extrañaba.
Cuando ella confesó que aún me amaba, mis esperanzas habían regresado. Sé que no debería haberme sentido así por ella, quiero decir, yo estaba con Oriana. Pero no podía engañarme más, quería a Irina; la quería de regreso.
Claro que Oriana no lo tomó bien y me rompió el corazón verla llorar por mí culpa, pero necesitaba romper con ella, para así poder ir con Irina.
Cuándo ella dijo que me daría un día para decidir, accedí para pensarlo mejor. Pero, estando aquí, con mí ex-novia y mí hijo, no necesito pensar nada. Son ellos con quienes debo estar.
Tomé mí chaqueta, iba a ir al parque para decirle a Oriana que elegía a Irina, pero antes de que pudiera hacerlo, una voz dulce me detuvo.
—¿Te vas? –Incluso con una simple pregunta, Irina me hacía temblar, la observé, bebiendo su hermosa apariencia y asentí–.
—Quiero decirle a Oriana que se acabó, que quiero estar contigo... –Susurré, ella brilló y me abrazó. Dios, no tienen idea de cuánto había extrañado sus abrazos, enterré mí rostro en su cabello, respirando su aroma, perdiendome en el momento–.
—No creo que ella le importe que no vayas, sólo envíale un texto. –Respondió y, aunque lo consideré, negué–. –Incluso si la voy a dejar, debo hacerlo en persona, como un hombre. –Respondí, mientras le acariciaba la espalda de arriba a abajo–.
Ella acercó su boca a mí oído y susurró.
—Darren está viendo televisión, ¿No quieres recuperar el tiempo perdido...~?
Su descaro me hizo temblar, causando que me olvidara por completo de Oriana. Ví cómo Irina caminaba hacia la habitación y, en el proceso, se quitaba las prendas revelando el cuerpo que años atrás pasé horas venerando.
Fui con ella, nos encerré en la habitación y le hice el amor como nunca antes. Y, por primera vez en años, me sentí completo.
...Oriana....
Ya eran las tres de la mañana y Kaleus no había llegado.
Nunca pensé que el lugar donde fui la mujer más feliz, sería el mismo lugar donde me romperían el corazón. Supongo que fue mí culpa por siquiera pensar que Kaleus me eligiría por encima de Irina.
Lloré como un bebé, el parque estaba cerrado y ya debía irme. Comencé a caminar por la ciudad, todo estaba cerrado y vacío. Mis lágrimas se habían secado, pero el dolor en mí corazón seguía intacto.
Mientras caminaba, escuché a alguien llorar, me detuve; buscando el lugar de dónde provenía dicho llanto y vi a un hombre en una parada de autobús.
Tenía el rostro ocultó en sus manos, podía ver sus lágrimas caer. A su lado, un ramo de flores destrozado, no debería interesarme el motivo de su llanto pero, no pude evitarlo.
No hay nada más triste que sufrir solo, así que me acerqué a él, sentándome a su lado.
—Hola... –Hablé en voz baja, él levantó la vista y vi cansancio, dolor, y sufrimiento en su mirada. No respondió, se puso de pié, dispuesto a irse, así que solté un suspiro–. Puedes irte si quieres... –Murmuré, pero si necesitas hablar, puedes hacerlo conmigo. –Informé, observándolo–.
Creo que él notó mis lágrimas, las cuales se habían secado pero habían dejado atrás ojos rojos e hinchados. Volvió a sentarse a mí lado, mientras secaba sus propias lágrimas.
—Soy Oriana... –Me presenté, tratando de sonar amigable, aunque todo lo que quería era llorar hasta morir–.
—Soy Helios... –Respondió, con la voz ronca y entrecortada por tanto llorar–. ¿Qué hace una mujer sola en la madrugada? –Indagó, mientras comenzaba a recomponerse–.
Solté un suspiro tembloroso, mientras sentía que el nudo a mí garganta regresaba.
—Estaba... Estaba en el parque... –Susurré, mientras las lágrimas llenaban mis ojos, él me observó atentamente, y notó cuánto dolor me causaba hablar de ésto, así que decidió interrumpirme–.
—Necesito un trago, ¿Vienes conmigo? –Preguntó, mientras se ponía de pie–.
Dudé porque no lo conocía, pero cualquier lugar era mejor que ir a casa. Sequé mis lágrimas y asentí.
—Sí, vamos...
Ambos fuimos a un bar y comenzamos a beber sin parar, ya era casi las cinco de la mañana y nosotros seguíamos bebiendo.
—Estábamos comprometidos, mí boda iba a ser en dos días... Y me dejó, me dejó tan pronto como ella volvió. –Mi voz ronca y las palabras se alargaban más de los necesario debido al alcohol en mí sistema–. L-Lo esperé en el parque... ¡¡¡Y no llegó!!! –Rompí a llorar nuevamente–.
—¡¡¡Ese hombre es un hijo de puta bastardo!!! –Exclamó él, mientras hipaba–. Yo fui a un maldito viaje de negocios y decidí volver antes, para sorprender a mí esposa. La sorpresa me la llevé yo cuando la encontré teniendo sexo con mí mejor amigo... –Reveló, mientras bebía del pico una botella de Bourbon–. S-Su excusa fue que ella quería tener hijos... Y yo no. Por eso lo hizo, por eso me engañó. –Su voz se rompió y comenzó a llorar–.
Así como él, también lloré. Ahí estábamos; dos desconocidos llorando juntos porque nos rompieron el corazón.
cómo estas
cuentame