Brenda Sanches es una mujer de 29 años que después de descubrir a su enamorado con quien pensaba ser madre decidí irse y hacerse madre mediante inseminación artificial lo que no sabe que el donante no es humano por error a ella le llegó su donación y el reclamara a sus hijos que pasara entre ellos ? estarán juntos por amor oh llegarán a un acuerdo por sus hijos ven a leer esta historia facinante
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capitulo 1
Capítulo - Aniversario
Hola, soy Brenda Sánchez. Tengo 29 años, soy castaña, mido 1.60 m y tengo un cuerpo normal. Mis ojos son marrones, mi tez es blanca y vivo en Ciudad Anónima con mi pareja, Alexis Báez, desde hace cinco años. La verdad es que nos llevamos bien. Alexis tiene 32 años, tez clara, mide 1.70, su cuerpo es agradable a la vista, no muy musculoso, su cabello es castaño y corto, y es lindo.
Hace poco le comenté que quiero ser madre. Él piensa que deberíamos esperar un poco más, que aún somos jóvenes. Yo respeto su opinión, aunque ya siento que estoy lista.
Hoy es una ocasión especial: cumplimos cinco años juntos. Me estoy mirando al espejo, asegurándome de que todo esté perfecto. Estoy emocionada porque hice una reserva en uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Además, tengo una gran noticia que darle, y siento que esta noche es el momento ideal para compartirla.
Ya lista, me siento a esperar. Miro la hora: 19:10. La reserva es a las 20:00. Decido llamarlo.
Primer tono... segundo... tercero... sin respuesta.
Me preocupa que le haya pasado algo. Espero unos minutos y vuelvo a llamar. Nada. Así que le escribo.
Mensajes:
Yo: Hola amor, ¿pasó algo?
Alexis (10 minutos después): No, nada. Solo me ocupé.
Yo: Ah, bueno, amor. No sabía que estabas ocupado. Me preocupé.
Alexis: Sí, lo suponía. Eres un poco exagerada. Bueno, ya sabes que no me pasó nada. Seguiré con lo que hacía.
Yo: Espera, amor. Hoy teníamos la reserva. Pensé que íbamos a festejar el aniversario.
Alexis: Oh, cierto eso. Será en otra ocasión, Brenda. Ya te dije que me ocupé.
Yo: Sí, pero como es un evento importante, pensé que podrías hacer un tiempo.
Alexis: Brenda, esto de verdad es importante. Así que cena sin mí. Luego lo recompenso. Nos vemos.
Yo: Está bien. Disculpa si no soy tan importante.
Salgo del chat y busco a mi amiga Alexa.
Chat con Alexa:
Yo: Hola, amiga. ¿Estás ocupada?
En menos de dos minutos me responde.
Alexa: Hola, bella. Estaba por darle de comer a mis gatos.
Yo: Oh, perdón por molestarte. Es que te necesito.
Llamada entrante.
—Hola, bella, dime. ¿Qué pasó? —pregunta con tono preocupado.
—Hoy cumplimos cinco años con Alexis… y me dejó sola. Dijo que tenía algo más importante.
—¡Uy, bella! No puedo creer que se atreviera a dejarte sola en el aniversario. ¡Pero ya hablaré con él!
—Ay, amiga, no digas eso. Seguramente es por trabajo. Él es muy aplicado.
—Discúlpame, bella, pero no puedo evitar pensar que no fue justo contigo. No es cualquier día. A ver, dejo bien alimentados a los gatos y voy para allá.
Cuelga. La adoro. Siempre está cuando la necesito. En eso suena el timbre. Es ella.
—Hola, bella. Vine lo más rápido posible —dice entrando—. ¿Así que te dejó plantada?
—Sí, me dejó sola. Ya tenía la reserva —digo con un puchero—. Por eso te llamé.
—¡Ah, no, señorita! No vas a pasar la noche llorando. Ahora vamos a ese restaurante, comeremos como reinas y luego haremos noche de chicas —dice con tono firme.
—Está bien. Vamos —respondo, sonriendo.
Ya en el restaurante, me acerco a la recepción.
—Buenas noches. Vengo por la reserva a nombre de Sánchez.
La recepcionista revisa en la computadora.
—Oh, ya ocuparon esa reserva.
—¿La tomó el señor Báez?
—Así es —responde.
—Bueno, voy a pasar. Es mi pareja. Quedamos en venir juntos.
La recepcionista me mira sorprendida.
—Disculpe, señorita, pero el señor Báez ya está con su acompañante en la mesa.
Siento una punzada en el pecho.
—¿Me puede dar otra mesa, por favor?
Ella asiente con una expresión de comprensión y nos acomoda. Alexa mira el lugar con preocupación.
—Bella… ¿y si vamos a otro sitio? —dice inquieta.
—¿Qué pasa? —pregunto, confundida.
—Nada, es solo que… no veo necesario que comamos aquí. Mejor vamos a tu casa y hacemos noche de chicas.
—Vamos, dime qué sucede —le exijo. Ella mira por encima del hombro derecho. Sigo su mirada.
Y ahí… siento que el mundo se me viene abajo. Mi garganta se seca. Me acerco a la mesa y lo encaro.
—¿Así que esto era lo importante para ti?
—Claro que sí —responde Alexis, sin alterarse.
La chica a su lado habla.
—Oh, prima. Tiempo sin vernos —dice.
Mi prima.
Mi prima.
—¿En serio, Alexis? ¿Con mi prima? ¿Acaso no tienes límites?
—Ella es diferente —responde con frialdad.
—¿Y encima tienes el descaro de decírmelo así?
—Brendita… —dice sonriendo—.creo que ya esta claro esto.
Siento que todo se rompe dentro de mí.