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El Alfa Y Su Luna Prohibida

El Alfa Y Su Luna Prohibida

Status: En proceso
Genre:Hombre lobo / Brujas
Popularitas:47.8k
Nilai: 5
nombre de autor: @ngel@zul

Damián Blackwood, es un Alfa dominante que ha construido un imperio oculto entre humanos, jamás pensó que una simple empleada pondría en jaque su autocontrol. Isabella, con su espíritu desafiante, despierta en él un deseo prohibido… pero lo que comienza como una peligrosa atracción se convierte en una amenaza cuando descubre que ella es su compañera destinada. Una humana...
Bajo la sombra de antiguas profecías y oscuros secretos, sus destinos colisionan, desatando fuerzas que nadie podrá contener.

NovelToon tiene autorización de @ngel@zul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Una mujer obstinada

La sala de reuniones de Blackwood Enterprises era un espacio elegante y moderno, con enormes ventanales que ofrecían una vista panorámica de la ciudad. En la cabecera de la mesa, Damián Blackwood observaba a los presentes con su típica expresión dura e imperturbable. Frente a él Selene, sostenía su tableta con firmeza, conteniendo la frustración que comenzaba a formarse en su interior debido a las constantes interrupciones o refutaciones de su jefe ante sus propuestas.

—Con todo respeto, señor Blackwood —dijo, manteniendo la compostura— creo que deberíamos enfocarnos en una estrategia más interactiva para atraer a las nuevas generaciones. Las redes sociales nos ofrecen una oportunidad única de conexión con el público.

Damián cruzó los brazos, y recostándose en su asiento con un aire de paciencia forzada la miró directamente a los ojos.

Ella no apartó la mirada.

—No necesitamos conexión, señorita Montero, necesitamos resultados —replicó con voz firme—. Nuestra empresa se ha construido sobre bases sólidas, y dudo que cambiar nuestra imagen para complacer a un público volátil sea la mejor estrategia.

Selene sintió un escalofrío recorrer su espalda. Su tono autoritario le resultaba insoportable, y aunque deseaba enfrentarlo, darle un par de bofetadas para hacerlo entrar en razón, sabía que no podía. El sujeto autoritario era su jefe, el dueño de la empresa, el que con solo chasquear los dedos podía hacer que los chicos de seguridad la sacaran a la calle sin darle oportunidad de nada. Aún así la muchacha quiso argumentar su estrategia.

—Pero, señor… Si tan sólo me diera la oportunidad de extender mi propuesta...

—La decisión está tomada, señorita Montero—la interrumpió él, con una mirada cortante— Implementaremos la estrategia propuesta por el equipo financiero. Se acabó la discusión.

La reunión continuó unos minutos más, pero Selene apenas escuchó el resto. Su orgullo herido la obligó a mantener una expresión neutra, aunque por dentro hervía de indignación. Aún no comprendía porque el hombre rechazaba sus propuestas, aunque había aceptado algunas antes, esto era porque ella le había pedido a sus compañeros que las presentaran como propias. La conclusión las rechazaba porque era ella quien las presentaba.

Cuando finalmente salió de la sala, lo hizo con una calma aparente, caminó con paso firme hasta la cafetería de la empresa, donde su mejor amiga, Carla, ya la esperaba con un café en mano.

—¿Y esa cara? —preguntó Carla, alzando una ceja apenas la muchacha estuvo frente a su mesa.

Selene se dejó caer en la silla delante de ella con un suspiro exasperado.

—¡No lo soporto!— su amiga ladeó la cabeza intentando comprender aunque ya se imaginaba por donde venía la cosa— ¡a Blackwood, no lo soporto! —soltó— Es arrogante, terco y controlador. No importa cuánto me esfuerce, al final siempre tiene que imponerse.

—Bueno… es el jefe —dijo Carla, encogiéndose de hombros— ¿Rechazó tu propuesta?

—Si, según él no quiere arriesgarse por complacer a un público volátil.

—Eso si que es nuevo— replicó su amiga— Pero no te preocupes, tal vez no seas la única que no lo soporta, si no fuera porque es insoportablemente sexy, seguro nadie lo haría.

Selene puso los ojos en blanco, aunque no pudo evitar recordar esos ojos azules intensos y esa presencia que la hacía sentir… demasiado consciente de él.

—¡Ah, pero puedo asegurarte que si le doy la misma propuesta a alguno de los chicos, la va a aceptar sin chistar!

—Bueno, amiga. No te estreses, mejor cuéntame sobre el chico que conociste la otra noche— dijo Carla cambiando de tema, y la muchacha comenzó a contarle su experiencia con un joven que conoció a través de una red social.

Mientras tanto, en la oficina de Damián…

—¡No entiendo cómo esa mujer puede ser tan obstinada! —gruñó Damián, apoyando las manos en el escritorio de su oficina.

Su Beta y amigo de la infancia, Marcus, lo observaba en silencio, disimulando la diversión que le causaba ver a su amigo en ese estado.

—¿Te refieres a Selene? —preguntó con sorna, demostrando que sabía el nombre de pila de la muchacha— No sé que te traes con ella, es una empleada muy eficaz, desde que ella trabaja con nosotros ha habido variaciones muy buenas dentro de su área.

—¿Selene?— indagó Damián ignorando todo lo que su amigo había dicho— ¡Cómo sea!

— No sabía que alguien podía sacarte tanto de quicio.

—No me saca de quicio —respondió Damián, con voz tensa— Solo que no me gusta que desafíen mis decisiones.

Marcus soltó una carcajada.

—Claro… No es que te moleste que te desafíen, es que te molesta que sea ella quien lo haga.

Damián no respondió. Se limitó a mirar por la enorme ventana, tratando de ignorar la inquietante sensación de que la joven humana lo afectaba más de lo que estaba dispuesto a admitir.

Después de su desahogo en la cafetería, Selene volvió a su oficina con paso firme, aún sintiendo el calor de la rabia en su piel. Se dejó caer en su silla y soltó un suspiro mientras encendía su computadora. Intentó concentrarse en los informes que tenía pendientes, pero su mente regresaba una y otra vez a la reunión.

El sonido de las teclas resonó en el aire cuando empezó a escribir un correo, pero su concentración se vio interrumpida por el golpeteo de los dedos de Carla contra la puerta.

—¿Todavía sigues molesta? —preguntó su amiga desde la puerta, apoyándose en el marco con una taza de café en la mano.

—¿Molesta? — bufó la joven— No, para nada. Solo que me encanta que mi jefe sea un déspota al que le gusta tener siempre la última palabra.

Carla sonrió con diversión.

—¿Y qué vas a hacer?

—Seguir trabajando y demostrarle que mi propuesta era mejor.

Mientras tanto, en el piso superior, Damián intentaba enfocarse en la pila de documentos sobre su escritorio, pero su oído agudo captaba los sonidos del edificio con claridad: el murmullo de conversaciones en los pasillos, el repiqueteo de tacones sobre el suelo de mármol y, en particular, la inconfundible voz de la muchacha, incluso a la distancia.

Se obligó a concentrarse, hojeando los reportes de finanzas con el ceño fruncido. Sin embargo, el eco de su discusión con ella seguía en su cabeza. La forma en que lo había enfrentado, sin miedo ni sumisión, lo irritaba… y, al mismo tiempo, despertaba algo en su interior que prefería ignorar.

Marcus, sentado en un sillón frente a su escritorio, no pudo evitar sonreír al notar la rigidez en la mandíbula de Damián.

—Sigues molesto —comentó con fingida indiferencia.

—No estoy molesto.

—No, claro que no —se burló su Beta— Estás perfectamente tranquilo. Tanto que llevas cinco minutos mirando la misma hoja sin leer una sola palabra.

Damián cerró el archivo de golpe y se levantó, dirigiéndose a la ventana. Desde allí podía ver el ajetreo de la ciudad, las luces parpadeando en la distancia.

—No me gusta cuando la gente cuestiona mis decisiones —dijo en voz baja.

Marcus arqueó una ceja.

—Tal vez no es la gente en general, sino una persona en particular. Y creo que deberías averiguar la razón. Convengamos que no es la propuesta de Selene lo que no te gustó, sino que fuera ella quien la presentara.

—Eso no es cierto— replicó Damián.

—¿Ah, no? Entonces, ¿Por qué las anteriores propuestas las aceptaste, sabiendo que eran suyas? Porque no puedes negarme que quienes las expusieron no eran los que las habían ideado.

Damián no respondió. Pero en su mente, la imagen de Selene, con sus ojos brillando de desafío, permanecía grabada con una nitidez que lo frustraba más de lo que estaba dispuesto a admitir.

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Georgina Green
me encanta la novela ahora es cuando se pone buena /Drool/
Ynney García
nojoda que la diosa le de otro hombre que si tenga huevos ya Damián me saco la
piedra
Magdalena Tortorelli Limongi
hola escritora mucha literatura más acción
@ngel @zul: Hola, bella. ¿A que clase de acción te refieres exactamente?
total 1 replies
VásGa Nbeth
va muy lento con eso de si acepta o no lo que es. como que avanza y luego retrocede y sigue dudando.
Ynney García
que tan alto es el escritorio para que su espalda choque con el, o es que están sentados no entiendo
Ynney García
jajaj tipo bueno si eres un pelin tirano
Ana María Andarcia
Excelente muy buena continúe con los demás capitulos
martina araque
Me gusta esta novela, aunque Gael es un vampiro malo no entiendo porque de las sombras oscuras
Georgina Green
me encanta la trama
Claudia Muñoz
aun no la termino, pero hasta acá me tiene atrapada!!
Claudia Muñoz
gracias,por mandarme el resto de la historia!!! 😃
Claudia Muñoz
me encanta la historia, espero poder leer el resto, ya que he leído varias y nunca les puedo encontrar el final!!
Ana Maria Olivares Páez
excelente
Gabriela Mero Cedeño
Awww
Anais Martin Nevado
o yo he leído mal o la autora se ha colado ....no era que Carla era la esposa de alguien de la manada????
Ingris Serrano
🥰🥰🥰🥰🥰😍😍😜😍😜😍😋😜😍😜😜💋💋💋💋💋💝💝💝💖🥰🥰🥰
Mariana
hola!! me encanta todo de este novela, todo, en especial el estilo con que está escrita......describe muy bien las emociones y hace que lo subjetivo y profundo se sienta real . Felicitaciones y ....muchas gracias.💫
@ngel @zul: A ti, por leer y calificar
total 1 replies
Ido Rojas
no. pues esta novela está ! super ! felicidades
Ido Rojas
Gael será un demonio 😈 ?
Ido Rojas
No se por que Luna no deja la empresa , así no la sigue gumillando de esa manera .Siendo tan inteligente , no creo que no consiga otro trabajo . Los dos ya me fastidiaron ; ella por aguantar humillacion tras humillación y el menospresiandola
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