Calabozos Y Sueños

En medio de una multitud de personas que se amontonaban como hormigas en un hormigero se movia entre ellos un joven mago de pelo castaño piel blanca, ojos marrones y un tatuaje extraño en el brazo, deteniendo sus pasos por  un instante voltea a ver un puesto cercano a el el cual tiene una cabeza con una complexion extraña, al acercarse hacer un pedido el vendedor nota su prescencia.

Vendedor:

"¿Cuantas le pongo?"

Aldrin:

"5 de asada por favor."

El vendedor dice emocionado:

"Salen 5 de Asada para el joven."

Mientras Aldrin cruza los brazos para esperar su pedido, observaba como el vendedor  con una maestria implacable picaba en pedazos pequeños la carne en su tablita usando el mango del cuchillo para equilibrar el golpe del corte y asegurando asi que todo saliera con prescicion quirurjica, al lado un niño inocente observando con afliccion y anhelo el delicioso manjar que Aldrin iba a devorar de un solo bocado, movido por el desden que le causaba la mirada del  niño decide estirar su mano y darle una porcion de su comida, entusiasmado por  saciar su paladar le dio una mordida voraz a la tortilla pero grito de dolor y con colera al apreciar que habia marcas de mordida en la palma de su mano y no en la carne que tanto ansiaba comer, miro con recelo al muchacho vestido con ropa verde, quien se regocijo conteniendo su gozo con la palma de su mano para tapar de su boca el ruido que demostraba lo mucho que se estaba esforzando por contener su desprecio, buscando huir de la conversacion toma un puñado de monedas doradas y las esparce por la tabla de madera que tiene enfrente para pagar, el vendedor satisfecho inclina la cabeza para demostrar su gratitud a su benefactor quien sacude la cabeza del niño y le da una leve cachetada para continuar su ruta, la cual lo lleva hasta una taberna, donde el olor a piel y carne podrida lo perturba hasta los huesos pese a lo putrefacto del olor Aldrin decide endurecerse y con una mirada que arde de , determinacion toma impulso y abre la puerta de una patada, la cual se estrella bruscamente contra la pared atrayendo miradas de los bandidos que ahi se encontraban, los cuales al reconocer el semblante y titulo solo pudieron desviar la mirada hacia las botellas de cerveza que estaban bebiendo pues estaban angustiados por la prescencia de ese ser, Aldrin camina a fuego lento de manera despreocupada sin preocuparse ni lamentar la angustia que provocaba en el interior de los presentes, tomo con su mano derecha una silla de madera de cuatro patas haciendola hacia atras mientras se colocaba rapidamente en ella causando que se tambaleara, El cantinero se acerco mientras limpiaba un vaso de botella que recien acababa de ser usado.

Cantinero:

"¿Que le puedo ofrecer majestad?"

Aldrin:

"Quiero un vaso de leche."

El cantinero se giro para tomar un vaso de madera cubierto de metal negro para rellenarlo usando un jarron repleto de leche fresca, tirando de la llave para que el liquido saliera el cantinero puso su vaso bajo el liquido del cual saldria el liquido blanco mientras buscca monedas metiendo cuidadosamente las manos en sus bolsillos para buscar la paga de la bebida es perturbado por un olor a pieles viejas, tratanndo de averiguar de donde viene el olor repugante como si fuera el de un cadaver voltea y ve una silueta misteriosa pues era una figura de un anciano, cuya edad y semblante parecia que se la iba a llevar el viento como al tamo, curioso se bajo se su asiento, caminando hasta la mesa del anciano el cual comenzo a gruñir repudiando la prescencia de Aldrin, gritando y gruñiendo al mismo tiempo el anciano comenzo a dirigirse a Aldrin.

Anciano:

"Joven viajero, no necesitas decirme nada pues yo ya lo se todo de ti, deberas reflexionar y pensar muy bien lo que vas a hacer o decir pues llegara un punto en tu vida donde deberas entregar lo mas prreciado para ti."

Aldrin:

"¿Lo que mas apreicio?"

Anciano:

"Por ahora solo deberas cuidar tus espaldas y no confiar ni de tu propia sombra pero pese a todo, lo que sea que eligas  traera una gran bendicion o una gran destruccion al pueblo ."

Aldrin:

"La tipica profecia, de un hechicero anciano como si no existiera algo que nos permitiera comunicarnos instantaneamente y desde cualquier lugar parece que todavia vivimos en el siglo Pasado, pero finalmente creo que entendi que como si yo fuera el foco de todo siempre soy el que debe hacer algo importante por el bien de la historia, buah que cliche."

Anciano:

"No menosprecies las profecias joven aventurero, despues de todo tarde o temprano tendras que salir de tu zona de confort y salir a explorar el mundo real, por mas miedo que de la idea esa es la realidad de todos nosotros."

Aldrin agacho la cabeza por un momento mirando directamente la mesa de marmol para buscar distraerse a las extrañas palabras de profecia que de su boca salian pero a pesar de todo el decidio seguir asi que antes de que le dirigiera unas palabras de agradecimiento al señor, miro con incredulidad  como aquel señor habia desaparecido en su mente solo quedaba cuestionarse si todo lo que habia en su vida o en ese momento era igual o mas falso que sus hechizos, llamo al mesero al levantar una mano, al acercarse este  le dejo un par de gulden´s sin pronunciar palabra, se levanta para dar unos pasos hacia abrir la puerta Aldrin sintio como la brisa del sol acariciaba su rostro suavemente, sintiendo una punzada en el pecho como si fuera un instinto decidio acercarse, para camuflarse entre los arboles y los arbustos del bosque que juntos formaban una especie de escondite para las criaturas de la noche que de ahi surgian viendo todo de forma difusa como si sus ojos fueran de cristal Aldrin nota una raya de color cafe cerca de unos arbustos por lo que decide descansar un rato recostando su cuerpo en el cesped de ahi, dejando ir un suspiro su pecho se relaja sintiendo como si de su cuerpo le hubieran quitado un peso de encima, sus ojos se cerraron y no vio mas que oscuridad, hasta que el galopar proveniente del trote de un corcel que estaba cercano a su ubicacion lo alerto, interrumpiendo su sueño, con rabia y desden decidio buscar la fuente de ese ruido, el cual paracia mas cercano a el de lo que parecia pues aun con todo y lo que pasaba logro ver una silueta alta de orejas puntiagudas piel blanquecina rosando a gris, sosteniendo un arco de madera, vio como un mecanismo de madera con un circulo marcado con rayas azules, negras, celestes y una roja en el centro aparecian en la punta del dispositivo vio como con una concentracion envidiable suspiraba y soltaba la cuerda de su arco para disparar, la flecha como si tuviera conciencia propia se desvio de su camino original  quedando clavada a centimetros del rostro de Aldrin quien solo pudo gozar con la mala punteria de aquel jinete, con desprecio grita desde el arbol en el que esta apoyado.

Aldrin:

"¡Oye amigo, debes dominar el arco y la flecha en vez de que ellos te controlen a ti!"

Bajandose de la montura de aquel caballo albino con alas, El arquero guardo su arco y flecha en el costado de su brazo izquierdo, mirando con recelo al mago con ropas verdes y negras que tenia enfrente.

Lucian:

"Perdon pues majestad pero no todos podemos usar un hechizo para poder atinar a la primera, ademas mi arco y flechas ya estan muy gastados."

El sudor del arco y flechas se quedaron impregnados en el costado del arquero quien perplejo observo como sus armas ahora aparecieron en las manos de Aldrin quien coloco su arco mirando fijamente a aquel joven elfo dejo ir la flecha al soltar la flecha que tenia agarrados de ambos puntos, el dueño original de las herramientas solo pudo observar asombrado por la inhumana punteria que tenia la nueva prescencia que acaba de entrar en su vida, movido por el morbo decidio hacerle una pregunta antes de que el se retirara.

Lucian:

"Mi nombre es Lucian de la tribu de los algreist, ¿Cual es el suyo?"

Los ojos de Aldrin se abrieron como cortinas en un viento  de primavera al notar que habia una prescencia en el reino que no sabia de su existencia, aun asi respondio la intriga.

Aldrin:

"Aldrin Veylenor es  un honor conocerte  y recuerda: un buen herrero jamas culpa a sus herramientas. Sin decir nada Aldrin tomo camino hacia un rumbo que estaba iluminado por pequeñas multitudes de luciernagas en ambos costados y Lucian solo  se limito a observar con angustia como el semblante de aquel hechicero se iba desvaneciendo en la tenue luz de aquel bosque que ocultaba misterios muy misteriosos entre sus ramas.