Nuestro planeta, este hermoso nido donde vivimos parece no querernos aquí. es un planeta feroz, estamos a diario expuestos a todas sus infamias desde lluvia hasta volcanes, el mar que nos refresca nos da oxígeno y alimento y también se eleva, inmisericorde borra ciudades enteras de sus costas, tifones, terremotos. La tierra cuando así le provoca se hunde, se desliza sin importar cuantos de sus hijos queden tapiados Los seres humanos nos hemos abocado a socorrernos los unos a los otros, siempre nos sentimos inclinados a proteger al más débil. Desde tiempos inmemoriales nos hemos organizados para paliar embates de la madre gea. allí donde un accidente natural nos lesione estaremos prestos a ayudarle. en esto basamos nuestra existencia. Ustedes no están solos cuentan con nosotros. Estamos en el mismo barco tratando de mantener el rumbo. Aqui nacimos y moriremos. pero mientras tanto con ilusión y con esperanza parimos hijos, sembramos árboles y forjamos futuro para las nuevas generaciones.
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CAPITULO II
Eduardo Figueredo no se engaña, se sabe un hombre bien parecido, pero es su cuenta
bancaria quien más levanta el interés de la mayoría de las mujeres que trata.
Aprendió a vivir con eso. Se graduó en economía joven y desde siempre trabajo
en los hoteles al lado de toda la familia. A sus treinta y cuatro, no se
equivocaba con las mujeres sabía que ya es hora de sentar cabeza y formar una
familia. Por eso abandono la sala de reunión del grupo. Allí iban los solteros
más codiciados, el poco frecuentaba esos lugares, pero claro no era un santo.
Le dijeron que allí siempre iba Martha, la mujer que lo traía intrigado, a
veces al alcance de sus ansias e inmediatamente se escabullía y se hacia la
difícil. Ya conocía el juego. Pero se sentía muy aburrido de esos trotes. Llego
sin avisar, burlo los centinelas de manera que nadie advirtió su presencia,
entrando al salón pudo verla haciendo el mismo juego con el presidente de
Parker, a diferencia que era este muy joven e ingenuo y debía sentirse halagado
que una mujer mayor le dedicara su tiempo. Se quedo en las sombras viendo el
espectáculo y el intercambio de caricias a lo mejor por un carro nuevo o un
viaje. Consumió varios tragos hasta que lo descubrió su fiel socio y primo que
sentándose con él lo acompaño entre chiste y tragos. De tal forma que a las
siete salían rumbo a sus predios con un sabor amargo.
-Roberto - le hacía conversación a su primo y socio - dime amigo cuando voy a conseguir
la mujer que yo quiero.
-Ojalá no sea hoy -se burlaba Ernesto - porque con esta pinta se va a decepcionar y desde cuando a ti te
caen mal los tragos.
-Ando molesto y no almorcé, porque la andaba buscando para cenar con ella
-No importa eso no vale nada. Mañana las veras buscándote.
-Pero ya no me interesa. Lo que realmente busco no lo voy a conseguir en lugares como
ese.
-Eso si es verdad, búscala detrás de un escritorio, en un banco, la bolsa de Valores,
Tribunales. Hospitales, industrias, Cámara de comercio, a pesar de inteligentes
algunas son también bonitas. Lo que te va a animar es una amiga hermosa que te
está esperando hace rato.
-Ok me baño y subo. Dile que se vaya calentando.
-Yo, no díselo tu. Cuidado primo es de la familia. Buenas noches
-Animar - pensó molesto - si talvez por un rato. Me da igual la noche ya está echada a
perder. Que más podía salir mal.
Ni siquiera la fresca serranía que soberana se extiende somnolienta, disfrutaba
tener a los pies la húmeda ciudad de los parques, ni siquiera luna hay para
distraer la mirada y los pocos luceros titilantes luchan contra las borrascosas
nubes que invaden el cielo. Definitivamente no es su mejor noche. Entro en la
habitación, un aroma esta esparcido por todo el ambiente, se respira la pureza
y la frescura de las rosas. Avanzó sigiloso. La luz del Vestier está encendida,
través del cristal se aprecia una figura femenina acicalándose. Se sentó en la
cama y la vio entre brumas, presume que sintió su presencia porque coqueta dejó
caer una toalla liberando una melena ondulada de cabellos rojo que cayó en
cascada y atrevida soltó la otra que cubría su cuerpo de guitarra y su piel de
armiño, un cuerpo perfecto se refleja en los tres espejos del Vestidor, nada
que desperdiciar se veía hermosa como una ninfa desnuda. Se deslizo provocativa
y bailo: sus hermosos senos generosos, su reducida cintura, amplias caderas,
las piernas perfectas, sabe cómo seducir.
No esperó invitación. rápidamente se quitó la ropa y todo lo que le pudiera
estorbar, ella coqueta retrocede sacudiendo osada piernas, hombros y cadera;
suave se desplazaba como si flotara, el excitado avanza a medio camino le rodeó
su diminuta cintura y la otra mano la mete en la horqueta de sus piernas y la
atrajo dominándola. Debía estar muy contenta porque se quedó quieta, sabía que
su acto había tenido el efecto esperado.
Quedo de espalda, la volteó y vio sorpresa, la ignoró y a esa otra expresión que no
logró descifrar porque lo distrajo aquellos senos perfectos, se enloqueció con el
olor de su cuerpo y no hubo un solo centímetro que no haya acariciado, por un
momento entre la bruma del alcohol y la excitación oía que parara que le estaba
haciendo daño, más se motivó, reía era parte de la obra de teatro, con frenesí
la excitó al máximo y cuando era todo quejido y lágrimas la penetró,
sintió la oposición por la estrechez, desgarrando tejidos y luego por el himen
perforado causándole dolor, intentó compensar sellándole sus labios con un beso
delicado en un intento de dispensarle un poco de ternura y se concentraba para
que alcanzara el orgasmo juntos y borrarle el dolor de su cara. Cuando la sintió
extasiada se sintió muy mojado.
Pero me imagino – pensó Eduardo - que ella sabía lo que le esperaba, se quedó
dormida. Lástima – se amonestó - no me dijeron que era su primera vez, hubiera
sido más gentil. Es tan hermosa, lástima que se haya prestado a estas cosas. Ha
de tener problemas económicos y busco la manera más fácil de salir de ellos. Es
hermosa, algo pálida, parece una deidad escandinava con su pelo rojizos
ondulado y sus labios carnosos ha de tener los ojos verdes y esa piel
aterciopelada, lampiña e inmaculada. Deben haberle pagado toda la noche.
Se acercó al joven cuerpo y su piel tibia lo anestesio y dormitó. Un leve
movimiento lo despertó. Sonó el celular e inmisericorde trepó sobre ella y lo
alcanzó. Había poca luz, pero era innegable estaba llorando y estaba aterrada.
-Roberto – no jodas manito.
- ¿Dónde
estás cabrón? La prima se fue muy molesta.
- No importa aquí tengo otra. – y mirando a la chica que aplastaba – verdad belleza
que la estamos pasando bien.
-Ayúdeme señor Peña. Me hizo daño -grito la dama –
Se oyeron golpes frenéticos en la puerta y la voz alterada de la bedel. Fue
instintivo inmediatamente le tapó la boca, la niña se retorcía y le mordió la
mano y aun así no le quitó el peso, hasta que cesaron los ruidos en la puerta
no la soltaba porque aún luchaba y lloraba.
Roberto alterado reprendía a la empleada -como se atreve Maita a molestar al presidente
–
-No señor no entiende – se defendía la empleada – ahí no está el patrón, es solo la
niña de la Agencia, debió pasarle algo porque me canse de esperarla y ya no hay
taxi hace rato que debió irse-
-Y dime Maita porque va estar una pasante en el cuarto del presidente.
-Porque le di permiso para que se bañara y se cambiara ahí. Aquí no había nadie y la
niña, tiene dos trabajos y tenía que salir rápido, le insistí que se arreglara
aquí pues todo el edificio esta solo y el patrón nunca viene a esta hora.
Además, la están arreglando para los invitados de la fiesta. Por eso sé que la
niña está ahí haciendo su trabajo. Ella indica todo lo que no sirve y yo lo
llevo a la basura. Ya terminamos y calcule media hora para que se bañara y
vistiera y fíjese aún no sale del cuarto, déjeme echar una mirada no vaya a ser
que le haya pasado algo a la muchachita.
-Déjeme revisar esa chica es de la Agencia, hizo el parapeto, la empleada la llevaron
hace un cuarto de hora a su casa sana y salva.
-Qué raro -comenta la empleada – ella estaba apurada porque iba para el otro
trabajo. Muy juiciosa la muchacha y es apenas una cría. Dios la cuide y la
bendiga.
- ¿Como abrió la pasante el cuarto?
-Con mis llaves- nos pasaron el memorando que todas las habitaciones de abajo iban a
ser arregladas para las visitas del evento.
-Muy
bien Maita, váyase a descansar ya es tarde. Haces un buen trabajo. Está
pendiente de todo se te bonificara por eso.
-Gracias presidente Peña. Pero ni tan buena la niña salió y ni me di cuenta. Hasta
mañana que descanse señor.
En la habitación. La joven dejo de luchar, se desmayó.
- Oh Dios en que problema estoy metido. -Se lamentaba el joven ejecutivo.
Andaba muy borracho y zas de un zarpazo se le fue hasta el último vestigio de alcohol
de su organismo. se vistió, encendió la luz, abrió la puerta. Miró por todos
lados solo estaba Roberto. Lo jaló por el cuello, lo metió al cuarto y le mostró
la mujer en la cama.
- ¿Qué te pasa? ¿todavía borracho? es solo una más que se metió en tu cama\,
debería estar agradecida.
-No entiendes, mírala bien. Pero no la despiertes.
-Si es una joven muy bonita. ¿Y porque esta dormida?
-Porque no habría de estarlo, digamos mejor esta desmayada, no oíste lo que dijo Maita.
Es una joven y yo la confundí con una puta y así la traté. Por Dios solo a mí
me pasan estas cosas.
-Vamos Eduardo no es para tanto. La despierto. Hablamos con ella y le damos buen pago-
Se agacho, le cubrió su desnudez, le quitó las auriculares y la llamo. Por mucho
que la zarandeo no despertó. Le tomo el pulso, le palpo el cuello.
-Tiene
el pulso a millón – se asustó - ¡Le va a dar un infarto! Bicho. ¿qué le hiciste?
-La viole marico. Irrumpí en la habitación mientras ella se cambiaba y me lo tomé
como provocación. Es una joven pasante, era virgen y estaba tan borracho. Dios,
la trate tan mal. Ahora que hago.
.- Intentaron despertarla. Cuando vieron que era en serio y estaba más pálida, le
quitaron la sabana y vieron la hemorragia.