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LA CAMA DE MI JEFE

LA CAMA DE MI JEFE

Status: Terminada
Genre:Romance / Yaoi / CEO / Completas / Arrogante / Romance entre patrón y sirvienta / Mujeriego enamorado
Popularitas:18.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Irwin Saudade

Adrik es un mujeriego, arrogante y adinerado que no logra ser feliz. Naim quiere ser feliz pero no sabe cómo lograrlo. Un día la vida permite que ambos se conozcan de la forma más explícita posible y así, tanto el adinerado como el exprostituto, mezclaran sus vidas para complementarse mutuamente. Ficción romántica Boys Love

NovelToon tiene autorización de Irwin Saudade para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

QUE EL ALMA

—No te preocupes. Yo...

—No suelo rogar. Debes aceptar mi propuesta, es lo menos que puedo hacer para poder pagarte lo de...

—¡Está bien! Aceptaré tu oferta —le digo con seguridad.

El viento hace que mi cuerpo sienta un poco de frío. Él asiente y se acerca a mí.

—Déjame ayudarte con tus bolsas.

Sus manos se aproximan a mis manos y siento como su piel me roza cuando hace el intercambio.

—¡No te preocupes! Yo...

Pero es demasiado tarde, él ya tiene las bolsas de mis compras y soy yo quien ahora tiene su racimo de plátanos con una botella de vino.

—Sígueme. Mi vehículo está por aquí.

Su espalda brilla con las farolas. La camisa blanca hace que su cuerpo se vea muy grande, ancho y fuerte. Viste un pantalón de mezclilla y mis pies me conducen detrás de él.

—¿En dónde vives? —Me pregunta.

—Vivo en San José Vista Hermosa.

—No queda muy lejos de aquí.

—Sí, por eso decía que no era necesario que me llevaras a mi casa.

—No hay problema. Quiero pagarte lo que me prestaste.

Saca las llaves de su vehículo. Pulsa el botón del control y las luces de una Suburban negra se encienden en amarillo como estrellas fugaces.

—Sube. Yo me encargaré de acomodar esto en la cajuela —me quita el racimo de plátanos y la botella de vino.

¿Subir? ¿En qué asiento? ¿En qué momento la vida decidió sorprenderme al vivir algo extraño como aceptar la bondad de un hombre al que no conozco de tiempo?

Decidí sentarme como su copiloto. Mi celular vibro, me llegó un mensaje de julio.

**Julio: **¿Dónde estás? Acabo de llegar a tu casa y no estás. ¿Aún no llegas del trabajo?

**Naím: **Pase a comprar unas cosas al supermercado. Ya estoy por regresar a casa.

**Julio: **Está bien. Compre pizza para la cena.

La puerta del conductor se abre y él aborda. Enciende la camioneta y los faros del vehículo iluminan el frente.

—¿Te pusiste el cinturón de seguridad?

—No. Aún no —y entonces me aseguro con el cinturón.

Comenzamos a avanzar. Sus manos se aferran al volante. La noche es bella. Comienza a sonar una melodía en volumen bajo y no sé qué podría hablar con él.

—¿Fumas? —Me pregunta.

—No.

—¡Qué bueno que cuidas tu salud!

—Sí, yo...

—¿Podrías encender un cigarrillo para mí? —Me ofreció su cajetilla de cigarros.

—Yo no...

—El encendedor está en la guantera.

¿De verdad? ¿Encender un cigarrillo? ¡Todo estaba pasando de forma apresurada!

—Está bien.

Abro la guantera y busco el encendedor. Saco un cuadro de metal. Le quito la tapa y enciendo la flama. Tomo un cigarrillo de la cajetilla, el vehículo está en movimiento y entonces...

—¿Puedo abrir la ventanilla? —Le pregunto.

—¿Te molesta el humo de cigarro?

Nos detenemos frente a un semáforo en luz roja.

—Pues la verdad no me molesta que fumen, pero no lo soporto.

—¿Es malo para tu salud? —Sus ojos se enfocan en mis ojos y no puedo creer que este hombre esté pregúntame algo así.

—Es malo para la vida. No solo para ti o para mí. El cigarro es malo para la vida.

Pareció que mis palabras lo dejaron pensando.

—¿Crees que soy un tipo malo?

—¿Por qué debería creer eso?

—Porque en tu mirada percibo un poco de desconfianza.

—¿Desconfianza? Si tú me causarás desconfianza, no habría aceptado pagar tu cuenta del supermercado y tampoco habría aceptado tu oferta de llevarme a mi casa.

Entonces sus labios se dibujan en un gesto que yo logro interpretar como una sonrisa simple.

—¿Qué edad tienes?

—Estoy por cumplir veinticinco.

—¿Veinticinco? Yo pensé que tenías dieciocho.

—¿Parezco de dieciocho?

—Pues sí. Eres come años.

—¿Qué edad tienes tú?

—Adivina.

—¿Adivinar? No lo sé.

—Haz un cálculo. Me viste desnudo hace rato, puedes pensar en...

—¿Treinta y cinco? —Pregunto sin miedo.

—Acertaste.

—¿De veras?

—Sí. Tengo treinta y cinco.

El vehículo comenzó a avanzar y di por hecho que el semáforo había cambiado a verde.

—Me llevas diez años.

—Es correcto.

—¿Y por qué fumas?

Él estaba muy concentrado en el frente. Había más autos en la avenida y a esta hora de la noche ya no había tanto tráfico.

—No fumo.

—¿Y entonces?

—Me suicido lentamente.

Jamás imaginé que él podría decir algo como eso. Sus palabras me parecieron una broma.

—Bueno, pues yo creo que no deberías seguir fumando.

—¿Tan pronto ya tienes la confianza para darme órdenes?

—Bueno, en realidad, yo...

—Me da igual lo que digas. Yo soy el que decide. Nadie suele juzgar lo que hago —percibí que se enojaba.

—¡Lo siento! Este día me he entrometido bastante contigo.

—Como sea. Ya casi llegamos a San José Vista Hermosa.

—Puedes dejarme en el parque. Mi casa está cerca de allí.

—Como tú digas.

Me sorprendió bastante que de forma tan radical su tono de voz cambiara. ¡Él era un hombre muy autoritario! Por eso, decidí encender el cigarro. El churro comenzó a colorearse de rojo anaranjado en la punta y al apagar la llama del encendedor, una columna ligera de humo llegó a mi nariz. ¡Tabaco!

—Aquí está tu cigarrillo —me animé a decirle.

Desvío la mirada del frente, sus dedos tomaron el churrito y no fue capaz de mirarme a los ojos. Llevo el cigarro a su boca. Succionó con mucha fuerza. Pasaron algunos segundos y entonces, liberó el humo de sus pulmones. ¡El aroma se intensificó!

Mi cabeza comenzó a doler. Me sentí mareado y entonces, no me dio miedo bajar la ventanilla de mi costado.

—Al parecer eres delicado —se atreve a decir.

—¿Me estás juzgando?

—Para nada. Solo digo lo que veo.

¿Y yo que podía ver en él? Si bien, su supuesto acto de generosidad se había convertido en un viaje insoportable, este hombre rico, seguro, creía que era el más poderoso del mundo. ¡Qué patético! Su belleza se veía apagada  por su actitud tan engreída.

El vehículo se detuvo en otro semáforo. Quise tomar aire sin tabaco y desabroché mi cinturón de seguridad. Saque mi cabeza por la ventanilla y el viento nocturno me consoló bastante bien. ¡Y el momento mejoró bastante!

Un vendedor callejero de flores se acercó a mí.

—¿Compras flores? —Me preguntó él.

Tenía dos ramos y uno de ellos, principalmente el de colores blancos y rosas, lucía más hermoso que el de los girasoles. ¡Flores blancas con aroma dulce!

—¿De a cómo das ese ramo? —Quiero saber.

—Está en cincuenta pesos.

Y no lo dude ni un segundo. Busqué mi cartera para poder pagar, pero no la encontré en mis bolsillos. Seguramente la dejé en la bolsa de las compras.

—Perdón, no encuentro mi cartera —le hago saber al vendedor.

El hombre pareció desilusionado por perder su venta, pero entonces...

—Toma las flores —dice el conductor.

—Pero yo...

Se acercó a mí, el tabaco se intensificó más por la cercanía y extendió su mano en dirección al vendedor con un billete de doscientos pesos.

—Cóbrate por las flores —dice el engreído.

El vendedor acepta el billete y yo estoy como tonto, mirando la escena sin decir nada.

—Claro, ahorita, le doy su cambio.

—No me des cambio. Es tu dinero. ¡Gracias por las flores!

Un auto comienza a pitar el claxon y el semáforo ahora está en verde. El conductor vuelve a tomar asiento y comenzamos a avanzar.

—Toma. Son tuyas —me dice él.

Mis manos sujetan las flores y el aroma dulce me pertenece ahora. ¡Son gardenias!

—¿Te gustas las flores?

—Sí. ¡Me encantan!

—Qué cursi te ves.

—Gracias por...

—Así te estoy pagando el gesto por haberme ayudado con la cajera hace rato.

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🤗Finita💖💫
Wow que bonito capitulo.
Yendi Jaramillo Avila
una pregunta, ya termino la historia o falta algun extra?
Bella Maldonado Beltran
hermosa historia ,felicidades solo quiero pedirte si puedes terminar la historia Inefable y subirla por aqui por favor .exito
Alita
Excelente novela,.
Alita
Gracias por esta nueva historia. Otra oportunidad de sumergirnos en tus relatos. Tan maravillosos. Millones de exitos en tu nuevo proyecto y aquí seguiremos esperando a que surjan nuevas inspiraciones.
Gabriela Mero Cedeño: Que bellos los protagonistas.
Sin duda la mejor elección que hizo Nam fue aprender a amar a Adrik. Pues desde que lo conoció siempre estuvo para él y le dio todo de sí mismo.
total 1 replies
Leidism Sivila
😍😍😍😍
Yendi Jaramillo Avila
Excelente
Bella Maldonado Beltran
que buen capitulo ,por fin se separó de Marco espero un lindo final ojala que tengan un bebe.
Eloisa Ramírez
Cuando el sentimiento es verdadero, no hay pecado, se llama AMOR!!
Sara Roble
muy bueno,excelente
Santa Alba
Malo
Leidism Sivila
Regálame imagen de los personajes por favor es muy linda historia Pero no des larga sino será fastidiosa.... me gusta las historias pero no muy largas
🤗Finita💖💫
Hay que amor tan puro y bello.
🤗Finita💖💫
Eso fue intenso.
Bella Maldonado Beltran
lo que menos esperé de la madre de Adrix ,vieja enferma porque no dejan que Nam sea feliz con Adrix .
Leidism Sivila
Realmente una desgraciada 😤😤🤬 su mala experiencia desepciona a sus propios hijos que mal 😭🥺😔😭
Alita
GRACIAS por actualizar, que emocionante capitulos los de hoy. /Kiss/
Bella Maldonado Beltran
cuando subiras más capitulos o la dejaras sin terminar como tantas otras sin final .con mucho respeto los autores tambien les deben un poco de respeto a sus lectores.gracias
Mizore Hirano
hace demasiados saltos la historia y se vuelve confusa,se me dificulta seguir el hilo
Eddy Ruiz Gaviria
Excelente
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