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Entre Siglos Y Maldiciones

Entre Siglos Y Maldiciones

Status: En proceso
Genre:Romance / Época / Pareja destinada / Brujas / Reencarnación / Fantasía épica
Popularitas:2.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Lya RB

Desde que tiene memoria, Catalyn Spencer ha tenido poderes que la han llevado a ser discriminada incluso por su propia familia, pero solo su mejor amigo, Derek, la ha aceptado tal y cómo es. Sin embargo, cuando se encuentra con la bruja Victoria, su futura mentora, y la invita a unirse al aquelarre Eclipsis, descubrirá que Derek guarda más secretos de los que esperaba y podrían estar relacionados a una maldición mucho más oscura y peligrosa.
Los caminos de las personas están conectados por algo mas que el destino. Las mejores historias de amor a veces no tienen un final, a veces, ni siquiera tienen un comienzo y el hilo rojo podría romperse más de una vez.

NovelToon tiene autorización de Lya RB para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 1: Traición y Duda

ACTO I: Fuego

Catalyn se despertó con el corazón latiendo tan rápido que sentía que en cualquier momento se detendría. Tomó grandes bocanadas de aire e hizo presión en su pecho, y recurrió a la única forma que conocía de tranquilizar su corazón: empezar a recitar hechizos.

A veces las palabras venían a ella tan fácil como lo era respirar, otras veces tenía que esforzarse por aclarar su mente y pronunciar cada sílaba. A veces eran una neblina que la enredaba y la dejaba vagando entre palabra y palabra, otras, simplemente fluían como un río en calma. Intentaba no usar su poder, sabía muy bien que alguien podría descubrirla y tacharla de fenomeno o, incluso, caer ante el miedo y la paranoia y hacerle daño..., como había sucedido años atrás. Su madre se había vuelto loca y había recurrido a toda clase de ayudas, incluyendo aceptar los consejos del sacerdote de la iglesia que Catalyn tanto detestaba, el padre Nicolás. No la culpaba, después de todo, crecer encerrada en las tradiciones católicas podían hacer que la gente empezara a temer a lo desconocido, a lo diferente. Temer a lo incierto era propio del instinto del ser humano, y que ella fuese capaz de revivir a una planta con tan solo tocarla a los seis años de edad era, definitivamente, algo peculiar. Pero, demonios, ¿acaso alguien podía culparla a ella por sentirse increíblemente bien cuando su magia salía a flote?

Pronto su corazón dejó de latir con discordia y su respiración se normalizó lo suficiente como para que dejara de jadear. Soltó un suspiro de alivio, se enderezó y se miró en el espejo. Retocó un poco el color de sus labios e hizo desaparecer sus ojeras. No quería lucir como si hubiera estado llorando toda la noche, aún cuando fue esa, precisamente, la realidad. No parecía una reina de belleza, pero no se veía como una chica lastimada y débil. Lo suficiente para encarar su día.

Para cuando salió del baño, su madre la estaba esperando con el desayuno en una bandeja. Catalyn sonrió e intentó no hacer una mueca de disgusto al ver la cruz de plata colgando de su pecho.

- ¿Estás bien? - le preguntó su mamá, entrando a su cuarto.

- Solo estaba algo mareada.

- ¿Has estado practicando?

Resultaba algo irritante que su mamá no mencionara jamás sus poderes y que solo se refiriera a ellos como si fueran un tabú. Era rara, era distinta. Era una bruja en medio de humanos, pero no tenía que tratarla como si fuera un espécimen peligroso.

- No tanto como me gustaría.

- Sabes que cuando usas demasiado tu... - ¿Iba a decir "magia"? -, cuando te esfuerzas de más sueles enfermarte.

Claro que no lo diría. Y eso no era cierto. Con los años había aprendido los límites de su poder, habían ido desaparecendo mientras ella crecía.

- Lo sé, pero este no es el caso.

- De acuerdo -. No parecía convencida -. Derek no tarda en llegar. Supongo que te llevará a la universidad de nuevo.

Catalyn sintió que su corazón daba un vuelco.

- Como siempre - se limitó a decir, mirando por la ventana y esperando verlo mientras terminaba su comida.

El hecho de vivir con su madre aún cursando la universidad era una razón para que se sintiera aún más como un bicho raro, pero viviendo tan cerca no podía darse el lujo de que sus compañeros descubrieran sus habilidades. Despertarse en medio de su cama en llamas o con hojas volando a su alrededor seguramente alertaria a cualquiera.

Se vistió tan rápido como pudo cuando su madre dejó su habitación y se dio una mirada al espejo antes de bajar las escaleras y encontrarse con él. No podía decir que era la chica más hermosa, pero tampoco enfrentaría el hostil ambiente estudiantil viéndose como una indigente. Sonrió a su reflejo, de nuevo, convenciendose de que, como cada día, lograría llegar al anochecer sin tener una crisis que la delatara frente al mundo.

Bajando las escaleras, escuchó su voz. Rodó los ojos irritada al notar que su corazón se aceleraba de nuevo y decidió ignorar el cosquilleo en su estómago. Después de todo, cada mañana sucedía lo mismo.

- Catalyn -. Él hizo una reverencia y le ofreció su mano. Ella la aceptó y le siguió el juego -. ¿Lista para otro viaje con su fiel corcel?

- Como tu digas, chofer.

- Muchas gracias por llevarla, Derek. Y, por favor, tengan mucho cuidado - le dijo su mamá, dándole la matutina bendición a la que Derek siempre agradecía. Catalyn detestaba que lo hiciera, pero las costumbres de su madre no deberían de interferir en su relación. O al menos intentaba convencerse de eso.

- ¿Cómo has estado? - le preguntó él mientras abrochaba su casco -. Luces cansada.

- A diferencia de alguien, yo sí suelo estudiar.

- ¿Insinuas que yo no?

Catalyn lo miró a los ojos y le sostuvo la mirada. Tal vez como un desafío para ella, tal vez para que él la viera de cerca.

- Mejor vámonos. No me gusta llegar tarde.

Catalyn se permitió, por unos instantes, recostarse sobre la espalda de Derek y cerrar sus ojos. Su corazón dejaba de latir con discordia y su magia recorría sus venas con tranquilidad, como si la marea de pronto se apaciguara en la orilla. Pocas veces las voces en su cabeza guardaban silencio y cuando sucedía lo único que podía hacer era desear detener el tiempo. Pero los momentos en que el río se mantenía en calma eran demasiado efímeros como para disfrutarlos lo suficiente, y pronto llegaron a las puertas de su universidad.

Y, como siempre, fueron los primeros en llegar. Y, como cada mañana, Alice los miró de arriba a abajo en el momento en que pisó la entrada del salón de clases, juzgando cada movimiento que pudieran hacer. Luego les sonrió, se sentó al lado de Derek y él dejó muy en claro que ella era la que portaba el título de ser su novia.

Catalyn había aprendido a ignorarlos. Después de todo, eran sus mejores amigos. Merecían ser felices.

Lo que ella sentía solo era una inmadurez, una señal de que solo se sentía sola. Y él, que había llegado en su peor momento, la había refugiado. Le había dado silencio cuando el mundo era demasiado ruidoso. Solo era eso, un recordatorio de que se sentía apartada del mundo.

Después de todo, él merecía ser feliz. Y parecía serlo con Alice.

Casi todas las clases las compartía con Alice, pues, después de todo, la conocía desde que era niña y solo había podido tener la suficiente confianza en ella desde... desde que su mejor amiga había decidido huir años atrás. Y aunque tuviera más amigos a los que acudir, no se sentía del todo cómoda compartiendo casi todo su día con ellos. Podrían notar que los vasos cerca a ella temblaban o que el agua sonaba como una pequeña melodía cuando Catalyn tarareaba. Cualquier detalle fuera de lo normal sería razón para causar discordia y miedo. Su madre se lo había recordado lo suficiente como para que llegara a olvidarlo, y siempre alegaba lo peligrosa que era por lo que había causado años antes con Mary... (recordar su nombre dolía). Por eso, cuando en medio de un examen los nervios le ganaron y el suelo empezó a temblar como si fuera un pequeño temblor, prefirió retirarse antes de causar pánico.

Pero ojalá no lo hubiera hecho.

Salió a los pasillos de la universidad escuchando música, esperando encontrarse con alguno de sus amigos, pero cuando se dirigía a la salida, Catalyn escuchó la voz de Alice a lo lejos. Parecía estar llorando. Preocupada, apresuró sus pasos en dirección contraria. Sin embargo, cuando la encontró en uno de los salones, solo deseó haber ignorado su habilidad para escuchar y seguir con su camino.

¿Cómo podía hacerle eso a Derek?

Sin realmente quererlo, permaneció al lado de la puerta asegurándose que no la vieran y cerró sus ojos. Los sonidos a su alrededor se hicieron más nítidos, más ensordecedores. El tintineo de las gotas de rocío, los susurros de un par de chicos en los salones de clase, los pasos de cada persona en la universidad. Podía escucharlo todo, pero debía concentrarse en las voces de Alice y la otra chica.

- No entiendes lo que te estoy diciendo - alegaba ella, parecía angustiada.

- Claro que te entiendo - respondió la chica, parecía estar tan enojada que Alice quedaba opacada por completo -. Pero no tienes la valentía de enfrentarlo.

- Te pedí tiempo, Vanessa...

¿Vanessa? Catalyn no reconocía ese nombre.

- Y te lo di, he esperado por meses. ¿Y qué recibo a cambio? ¡Te encuentro besándote con Derek Dankworth!

Era su novio, ¿qué esperaba la chica? Llevaban saliendo seis meses, todo el mundo sabía de su relación...

O tal vez no.

- Tenía... tenía que convencer a mis padres de que...

- ¿De qué no tienes novia?, ¿de qué no te gustan las mujeres? ¡De esto se trata, Alice! No puedes mentir por siempre.

Catalyn se cubrió las manos con la boca y contuvo el aire como si pudieran escucharla. No podía creer lo que estaba presenciando, más aún tratándose de su mejor amiga. ¿Estaba usando a Derek?

- Tengo miedo, mis padres no entienden que esto se trata de amor, no de corrupción. Podrían enviarme a un centro de conversión o...

- ¿Qué tonterías dices? Esas cosas no existen ya.

Claro que lo hacían. Su madre le había ofrecido llevarla a uno con la esperanza de controlar su poder.

- Vanessa, ¿podrías perdonarme? Voy... voy a romper con Derek.

Catalyn sintió un vacío en su estómago.

- Esta es tu última oportunidad.

Acto seguido, Vanessa salió del salón sin molestarse por no hacer ruido y cerró la puerta de un golpe. Catalyn se estremeció y tomó aire antes de que el ambiente se volviera muy pesado como para respirar. El enojo, la tristeza y la angustia eran los peores sentimientos para contaminar el aire, y ella sentía como cada vez se ponía más denso y oscuro, casi como si una serpiente se enrollara en su cuello. Los sentimientos negativos siempre lograban hacerla sentir enferma, y era por eso que prefería mantenerse al margen cuando alguien a su alrededor estaba sumido en la tristeza. Pero esta vez era diferente.

Y... había algo oscuro y siniestro que se movía a la misma marcha que Vanessa. La vio alejarse y sintió escalofríos. ¿Quién era esa chica?

Respiró profundo y decidió que lo mejor era entrar a consolar a su amiga, aunque estuviera debatiéndose entre acusarla o simplemente guardar silencio.

Ella estaba llorando, tan desconsolada como un niño abandonado.

- ¿Cat? - Alice alzó la mirada -. Dios mío, ¿estabas escuchando?

Lo mejor siempre era hablar con la verdad.

Catalyn asintió, arrepintiendose al instante cuando notó los ojos azules de su amiga tan apagados que casi parecía sin vida. El dolor en su corazón hacía el ambiente pesado y Catalyn no pudo evitar sentirse mareada. Aun necesitaba aprender a controlar ciertas de sus habilidades.

- ¡¿Me estabas espiando!? -. Ella lloraba a mares.

- Te escuché llorar y quise ver que sucedía. Pero estabas peleando con esa chica y...

Alice pareció romperse aún más.

Catalyn, incómoda y algo indispuesta, solo se atrevió a abrazarla.

- ¿Qué voy a hacer?, ¿qué voy a hacer? - repetía ella.

- Primero debes hablar con Derek, él no merece que lo estés usando...

- ¿En serio estás pensando en él ahora mismo?

- Preguntaste qué debías hacer.

- No tenías que responder.

Catalyn rodó los ojos y solo dejó que ella siguiera hablando.

- Nunca debí aceptar ser su novia, pero Vanessa me hacía sentir tan bien... Y luego mis padres empezaron a preguntarme sobre ella, parecían realmente enojados. Tuve que decirles que Derek era mi novio.

- Tienes suerte de que él ya estuviera enamorado de ti.

- ¿Lo sabías?

- Eramos amigos antes de que se hicieran novios, él solía hablarme de ti.

- Ahora me siento peor. ¿Pero cómo decirle? No puedo simplemente contarle que estaba saliendo con una chica y con él al mismo tiempo.

- Debes encontrar las palabras adecuadas. Estoy segura de que si se lo dices él entenderá.

- Estás siendo muy optimista.

- Es mejor que solo dejarse ahogar.

- No puedo, Cat. No puedo herir a ambos.

- Estaré contigo, si me necesitas. Pero debes hablar con Derek y luego intentar hablar con tus padres.

- Estás pidiendo demasiado.

Catalyn soltó un suspiro, lo que estaba a punto de hacer iba en contra de su propio código moral con respecto a su magia, pero Alice la necesitaba y un pequeño empujón no estaba de más.

- Estaré contigo cuando le digas a Derek.

1
Andrexenx
Sii por fin
Andrexenx
😥
Andrés Felipe Hernández
"Te vamos a matar si sigues con tus chingaderas, mamón. Ponte con tus mamadas y te descuartizamos y tiramos de comer a los perros. Andate con cuidado porque no sabes con quién te metes, krnal"

-Victoria (2024)
Andrés Felipe Hernández
VIVAN LOS NOVIOOOOOOOOS!!
Andrés Felipe Hernández
Algo no me agrada aquí... >:v
Andrés Felipe Hernández
Eh, esa es mi frase
Andrés Felipe Hernández
"Para aprovechar la corriente del rie, no corres en su contra; te dejas llevar por el impulso de su cauce"
Andrés Felipe Hernández
So Easy (Soy ese)
Andrés Felipe Hernández
"Gracias a ti, Andrés pasó sus parciales; si eso no fue magia, ¿entonces que fue?"
Andrés Felipe Hernández
"Esto está mal, muy mal"
¿Es normal que las shippee?
Andrés Felipe Hernández
Auch
Andrés Felipe Hernández
¡¡Empieza el entrenamiento, pongan la canción de Rocky Balboa!!


*Motivational Música intensified"
Andrés Felipe Hernández
Imagino la escena en mi cabeza y la cara de Catalyn tipo: :0
Andrés Felipe Hernández
Fue un suspiro de "Dios, menos mal que aún tiene"
Andrés Felipe Hernández
Rutina de skincare y 10 ave Marías Bv
Andrés Felipe Hernández
De noche: Un aquelarre de magia
De día: Call Center de portabilidad de Claro :v
Andrés Felipe Hernández
No digas eso, chiquita
Andrés Felipe Hernández
Golpe bajo :v
Andrés Felipe Hernández
¿Que quien es Catalyn?
para unos, una extraña
para mi, mi diosa
mi aire vital para respirar
mi corazón palpitante
mi medicina
mi uso de razón
Andrés Felipe Hernández
AGARRENME que la mato :)
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