Una Apuesta Por Tu Amor.

Después de estar en la recepción del salón Gael llevó a Alana a la Suite que tenía reservada para ell, ahi podia descansar, cambiarse para toda la jornada.

En 3 horas empezaría la rueda de negocios y sería extenuante así que Alana recibió la Tarjeta del hotel que le ofreció Gael y entró para relajarse, Gael se dio la vuelta y se retiró a seguir organizando los negocios.

Adentro la habitación Alana dejó su bolso y se fue al baño para darse una ducha, Cuando salió del baño las cortina estaban semi cerradas y había una luz tenue en la habitación, haciendo que Alana frunza el ceño, no recordaba haber cerrada un poco las ventanas y cuando fue abrirlas del vestidor una figura alta salió y la atrapo tapando su boca para que no grite

        Shuuu… Gatita, tranquila no hagas bulla _ Basilio le susurro haciendo que Alana abra los ojos como plato.

        Basilio, sal de aquí ahora, no quiero chismes y cotilleo, si armo un escándalo lastimosamente también mi familia quedará manchada, vete ahora _ Alana estaba furiosa, él era un descarado de lo peor.

        Gatita, ven déjame abrazarte un rato, ¿traes algo debajo de esa bata? _ Basilio le hablaba con una voz profunda como un ronroneo.

        Ba… Basilio, quiero que me sueltes, te estas excediendo, eres un descarado, solo vete _ Alana sentía el peligro de nuevo, lo odiaba pero aun sentía que su cercanía le quemaba como el mismísimo infierno.

        Oh, claro que me iré, pero antes voy a castigarte por andar de coqueta con esos empresarios y no te quedaran ganas de volverlo hacer, te lo prometo _ Alana frunció el ceño y lo miro confundida pero cuando vio la mirada lujuriosa y candente de Basilio se asusto (esto no está bien) Alna parpadeo varias veces.

Basilio la tomó por la nuca y la besó posesivamente, mordió sus labios aunque Alana se retorcía y empujaba pero él le fue ganando hasta que ella dejó de luchar.

Basilio metió su mano por debajo de su bata por detrás hasta llegar a su redondo y exitante tracero y en un de sus glúteos le dio una nalgada haciendo que Alana sisee por el ardor.

Alana estaba un poco asustada pero algo en ella se sentía atraída a ese comportamiento de Basilio,  le volvió a dar dos nalgadas más haciendo sisee con más fuerza.

        Gatita, esto es solo un leve castigo, la próxima vez no podrás sentarte en un mes ¿entiendes? _ le susurró al oído sensual y firme.

        Basilio suéltame, me estas lastimando _ la voz de Alana era mas suave y tenía un tono de coquetería aunque ella no lo admitirá nunca.

        Alana, ven gatita, dejame ver debajo de esa bata _ Basilio empezó a acariciar debajo de su bata haciendo que Alana se ruborice.

Basilio saco la estorbosa bata dejando a Alana desnuda como Dios la trajo al mundo y es que Alana no luchaba como al principio.

Basilio empezó a dejar besos húmedos en su cuello haciendo que los primeros gemidos salen de los rosados labios de su gatita.

Basilio acaricio cada parte del cuerpo de Alana con urgencia, la deseaba, la anhelaba y aunque él mismo sabía que no la merecía no podía detenerse.

El la llevó a la cama y se subió sobre sus caderas de la niña a horcajadas atrapando la en el colchón , Alana trataba de cubrir sus senos mientras el la miraba como un rey sobre su tesoro que acaba de conquistar.

        Gatita, ya sabes que en la cama tienes que decirme, ¿lo olvidaste? _ sus palabras eran sensuales pero amnazantes, la primera y unica vez que estubieron juntos Basilio ya habia mostrado lo dominante que era en el sexo.

        Ba… Basilio, no hagas esto, por favor, yo… yo quiero que te vayas _ Alana estaba un poco asustada pero al mismo tiempo su cuerpo estaba expectante de lo que vendría.

Con un sonrisa malvada Basilio le dio la vuelta sin que ella lo advierta dejándola boca abajo en la cama y en su glúteo no castigado le dio una nalgada haciendo que Alana gima un poco y después masajeo la zona castigada mientras se acercaba al oído de Alana y le susurraba.

        ¿Como me llamaste gatita? quieres que te siga castigando? _ Basilio empezó a sacarse el saco y la camisa con el resto de la ropa.

        Ahy… yo... , por favor Se… SEÑOR ya no me castigues duele _ Alana sollozo un poco pero ese fue el juego la anterior vez, aunque él fue más delicado y cariñoso no quitaba su dominio sobre ella.

Basilio sonrió al ver que Alana se había sometido y procedió a tomarla con las ganas que había guardado estos 5 años, beso y mordió cada parte de su cuerpo y la embistió hasta gritar de placer, al terminar Basilio dejó a Alana dormida en la cama mientras él se dio un baño y se vistió, salió con cuidado y se fue a su suite que quedaba en el siguiente pasillo, pero antes de irse le dejó una nota a Alana.

Una hora antes de que empiece la ronda de negocios Alana se despertó sobresaltada mirando a su alrededor buscando a ese demonio que le había hecho algún embrujo para que no pueda resistirse.

Alana vio que no estaba y se fue apresurada a bañarse y cambiarse , debía estar lista pronto y no tenía tiempo para remordimientos y sentimientos de culpa, antes de salir encontró la nota que la hizo rechinar los dientes de ira.

Arrugó el papelito con toda su rabia y lo echó a la basura para salir con los puños cerrados de la indignación y la ira que la invadía (es un aprovechado) murmuraba indignada.

La nota era ligeramente corta.

        Gatita, eres hermosa y ahora se que no has estado con otros hombres más que conmigo, aun eres muy inexperta pero yo me encargare de enseñarte amor mio.

Alana se encontró con Gael en el Hall para ir al salón de la rueda de negocios, cuando entraron todos la seguían con la mirada y tomándola como una presa fácil de cazar pero el único tigre que se comia ese hermoso ciervo era Basilio Roman quien se paro enfrente y miro amenazante a todos haciéndolos desviar la mirada, el no hablo con ella o se acercó, se alejó después de la advertencia y la primera ronda inicio.

Después de 6 horas el último grupo se sentaría con la CEO y su representante de proyectos a presentar sus propuestas. 

La empresa de los Roman estaba entre los tres postulantes y antes que alguien pueda hacer algo, Basilio se sentó junto a Alana sin ningún problema o vergüenza.