Las Crónicas De Salem

El tiempo parecía detenerse en Salem mientras Emma y Lucas continuaban su búsqueda implacable de la verdad. Día tras día, se sumergían más profundamente en los secretos enterrados del pasado, desenterrando pistas que los llevaban cada vez más cerca de la verdad oculta detrás de los juicios de brujas.

Una tarde fría de noviembre, Emma recibió un mensaje anónimo que la dejó sin aliento. Una voz desconocida la citaba en el bosque al anochecer, prometiendo revelar información crucial sobre los eventos de Salem.

—¿Qué piensas hacer? —preguntó Lucas, preocupado por la seguridad de su amiga.

Emma sostuvo el teléfono con manos temblorosas, sintiendo la intriga y el peligro en cada palabra del mensaje.

—Tenemos que ir, Lucas. Esta podría ser nuestra oportunidad de descubrir la verdad.

A regañadientes, Lucas asintió, sabiendo que no podría disuadir a Emma de su determinación.

—Entonces vamos. Pero ten cuidado, ¿de acuerdo?

Con el corazón latiendo con fuerza en sus pechos, Emma y Lucas se adentraron en el oscuro y retorcido bosque de Salem, siguiendo las indicaciones del mensaje anónimo. La oscuridad los rodeaba, y el aire estaba cargado con una tensión palpable mientras avanzaban más y más en la maleza.

Finalmente, llegaron a un claro en el bosque, iluminado por la luz de la luna llena. En el centro del claro, una figura encapuchada los esperaba en silencio, su presencia envuelta en misterio.

—¿Quién eres? ¿Qué quieres de nosotros? —preguntó Emma, su voz temblorosa pero firme.

La figura levantó lentamente el capuchón, revelando un rostro pálido y marcado por el tiempo.

—Soy alguien que busca redención. Y tengo información que puede cambiarlo todo —dijo la figura, su voz llena de pesar y arrepentimiento.

Emma y Lucas intercambiaron miradas, sintiendo la intriga crecer dentro de ellos.

—¿Qué tipo de información tienes? —preguntó Lucas, con cautela.

La figura suspiró, como si llevara una carga demasiado pesada.

—Sé la verdad sobre lo que sucedió en Salem. La verdad sobre quién estaba realmente detrás de los juicios de brujas y por qué ocurrieron.

Los ojos de Emma se abrieron con asombro, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.

—¿Cómo puedes estar seguro de que lo que dices es verdad? —preguntó, su voz apenas un susurro.

La figura se acercó, su presencia envuelta en sombras.

—Porque fui testigo de todo. Fui parte de ello. Y ahora, es hora de que la verdad salga a la luz.

Con un gesto de la mano, la figura sacó un viejo pergamino y lo entregó a Emma, sus ojos brillando con intensidad en la oscuridad.

—Aquí encontrarán las respuestas que buscan. Pero tengan cuidado. El conocimiento es poder, pero también puede ser peligroso.

Emma tomó el pergamino con manos temblorosas, sintiendo la verdad palpitar bajo sus dedos.

—Gracias... por esto. ¿Quién eres? ¿Por qué estás haciendo esto?

La figura se retiró lentamente hacia la oscuridad, su voz flotando en el aire.

—Eso no importa. Lo único que importa es la verdad. Úsenla sabiamente.

Con eso, la figura desapareció en la oscuridad, dejando a Emma y Lucas con más preguntas que respuestas.

—¿Qué vamos a hacer ahora? —preguntó Lucas, mirando el pergamino con curiosidad.

Emma apretó el pergamino contra su pecho, sintiendo la responsabilidad pesar sobre ella.

—Vamos a descubrir la verdad. Aunque nos lleve hasta lo más profundo de las sombras de Salem.