SEXTO libro de la serie ENTREGANDO MI CORAZON.
Desde que puedo recordar, todos buscan abrazarme, tomarme las manos o simplemente acercarse a mi. No soy alta, por lo que siempre me dicen que parezco una pequeña muñeca. Salvo mi familia, rehúyo de cualquiera... excepto él. Si está cerca mío, me alejo, pero por lo rápido que hace latir mi corazón.
Desde que puedo recordar, solo he sentido dolor, solo he escuchado gritos. Siempre estuve en un entorno frío y miserable, siempre me he mantenido distante... hasta ella. Siempre me he sentido cálido a su alrededor y me aterra que esa calidez se extinga, en manos de mi propia sangre.
La historia de Lily y Sebastian.
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LILY (CAP. 24)
Parece que Layla no tiene planes de vernos, pero sí de alejarnos. Eso es lo que ocurre cuando todos estamos disfrazados en un avión, rumbo a quién sabe dónde. ¿Qué necesidad hay de vestime como una bibliotecaria anticuada? De hecho me encanta estar tapada, pero desde hace años que finjo ser una chica que le gusta mostrar mucha piel. Miro a todos: Garreth está como un líder de boy scout, la abuela está como una bruja con berruga en la nariz, mi tío Josemaria dejó el hábito para ser un motero, mis padres parecen personas ricas estereotipadas (ellos paran en bermudas y sandalias por lo general); y podría seguir. Todos estamos distintos, hasta nuestras facciones cambiaron. Algo malo debe estar pasado y Layla se quedó sola a enfrentarlo.
Tengo sentimientos encontrados.
Hemos pasado dos meses en el hotel de una de las mejores amigas de Layla, una de sus hermanas. Me siento feliz de que mi prima no haya estado sola todo este tiempo, pero a la vez me siento desplazada. Me he esforzado mucho, he trabajado tanto el dominio de mi temor interno que nadie pensaría en mi como la extra tímida que soy. Maldita sea, incluso estoy postulándome para un puesto muy demandante. Siento que he avanzado mucho, pero quien quiero que lo vea no me ha dicho ni un hola.
Puedo ver que Garreth también siente esa incertidumbre y malestar. Somos los mas cercanos en edad a Layla y siempre hemos buscado ser su mejor apoyo, ya que la familia siempre crecerá. El y yo no decimos nada, solo vemos a Cameron y Teresse contar anécdotas y travesuras de Layla. Todos se ríen, pero nosotros seguimos serios. Estamos tan atentos a ellas, que nos damos cuenta cuando les suena el celular al mismo tiempo. Ambas rápidamente lo ven y empiezan a buscar con la mirada por el salón. Ponemos la espalda recta y vuelvo a mostrar mi perfectamente bien fingida personalidad.
- Hey, chicas, ¿nos buscan?
Elevo mi mano en un llamativo "hola".
\= Pensar que Layla ha golpeado a muchas chicas ruidosas.
+ Y tiene una prima igual.
Lo dicen con una sonrisa y vuelvo a guardar mi malestar.
- La diferencia es que soy SU ruidosa y a mi me ama.
Les guiño un ojo y se ríen. Estoy soltando puras oraciones vacías y siento que estoy a punto de llorar.
+ Que bueno que lo sepas. Siempre paraba preocupada de qué hacer para que sus "bebes" no se sientan desatendidos. Horarios, paseos gratuitos, ropa en descuento, alojamientos seguros y baratos, libros de la universidad casi regalados.
Reese empieza y Cameron asiente.
\= Así es, nuestra ruda los ama con locura. Intentaba ocultarlo, porque Reese y yo no tenemos eso y ella no quería presumir de sus "preciosos". Ahora, uds y los otros niños deben ir a estudiar. Ella ya alistó su cubierta para que lleguen bien y ocultos a sus destinos. Alisten sus maletas. Sus vuelos salen en 2 horas. Tic tac.
No les digo nada y voy a mi cuarto. Ella realmente nos ama. Nunca nos abandonó. Lo que dijo Resse es cierto. No hemos tenido dinero, pero las cosas llegaban mágicamente. Ahora si puedo llorar, de alegría y alivio. Una parte de mi pensó que nos reemplazo, pero no. Ella nos ama. Ella me ama. Le mostraré que he crecido y que seré la mejor reina del bajo mundo.