Soy La Tía

Soy Alejandro Lombardo tengo 28 años y soy la cabeza de mi hogar dueño de los exitosos bancos AyL S.A. nunca me he enamorado y no me interesa estarlo, muchos creen que soy gay porque dicen que a mi edad ya debería estar comprometido. Pero no me importa lo que la gente opinen.

Soy el menor de tres hermanos, mi hermana Lorena es la mayor y es paciencia psiquiátrica, todo empezó desde el día que la persona que debió protegernos y cuidarnos no lo hizo simplemente nos abandonó y nos dejó a nuestra suerte, nuestro padre no aguanto el abandono y se dedico al vicio y al alcohol poco a poco se fue dando por vencido se olvidó que tenía hijos y decidido quitarse la vida yo vi como se dio un tiro y desde ese día me jure no amar a ninguna mujer que no fuera mi hermana y bueno luego llego mi sobrina Andrea.

Mi hermano Sandro era el de la mitad murió un mes antes de nacer mi sobrina, ya que se empezó a involucrar con gente de mafia muy peligrosa, lo mataron porque la esposa del líder de esa mafia quería estar con él, pero mi hermano se negó y como ella no quería un no como respuesta le puso una trampa para que el esposo creyera que él le robaba, de esto me entere un año después y desde ese entonces jure vengar su muerte, ya que esta no quedara impune esa desgraciada mujer pagara por lo que hizo, a mi sobrina no le permitió crecer junto a su padre y bueno esa es una parte de mi historia.

Ahora me encuentro en la clínica, ya que mi tía llamo a la oficina y me dijo que mi cuñada intento suicidarse, desde la muerte de mi hermano y el nacimiento de mi sobrina entro en depresión y a pesar de todos los esfuerzos y con tanto psiquiatra y psicólogos nada ha a servido, es como si cada día quisiera morir.

Salgo de mis pensamientos cuando una mujer choca conmigo.

Alejandro: Acaso no tienes ojos o que por poco me tiras toda el agua encima mira como dejaste mi traje, mujer tenías que ser.

Lucía: Lo siento, no lo hice a propósito estoy muy nerviosa, en recepción me dijeron que usted es el cuñado de mi hermana Giselle y que tenía información por favor dígame como está ella. (digo al borde de lágrimas).

Alejandro: No sé mucho yo solo llevo 20 minutos aquí y ya la habían ingresado y hasta ahora no salen a dar información solo sé que está muy delicada. (que ojos tan profundos y hermosos los que tiene esta mujer, pienso).

Lucia: Esto no puede estar pasando, ayer que hable con ella estaba bien y nunca me comento que tuviera depresión, ahora como le explicó todo esto que está pasando a mi mamá. Que diablos le pasa me está lastimando suélteme.

Alejandro: La agarro de su brazo muy fuerte y le digo, que vas a saber de ella si nunca han estado con ella, ni siquiera en su boda o el nacimiento de mi sobrina estuvieron. Solo estás aquí para saber cuanto dinero de todo esto, pero te equivocas no te daré ni un solo pero.

Lucía: Me solté como pude y le di una cachetada, como se nota que habla sin saber nada, además si no estuve como usted dice es porque no se me permitía y a usted no tengo que darle ninguna explicación.

Alejandro: Como te atreves a pegarme eres una insolente. La tenía arrinconada cuando el doctor llego. Te salvaste por ahora y solo veo que ella me queda mirando desafiante.