Desde los 10 años, Latifa le ha confesado su amor al Príncipe Salomón y le ha pedido que se case con ella. Su destino es ser sólo una candidata a novia del heredero al trono del reino Sufan. Ella sólo es una agregada cultural, alguien a quien nadie ama y nadie extrañará una vez que se cumpla el objetivo de unir a los protagonistas.
Así era hasta que llegué yo, una persona madura que murió en otra realidad, pero esta es una nueva oportunidad para mi, así que no quiero seguir el destino marcado de Latifa, dejaré atrás rogar por el amor de un hombre, las declaraciones sin sentido y pedir el reconocimiento de los padres, es tiempo de darle a esta chica un destino donde ella sea la que tome las decisiones. ¿Habrá alguien que la quiera así?
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In pass
Hoy, como todos los días, comencé con mi nueva rutina de ejercicio, debo adquirir mayor flexibilidad, sueño con practicar parkour en el reino, peeero, mi condición física no es muy buena, así que he comenzado con los ejercicios básicos.
Desde hace un mes la escuela es un lugar muy tranquilo y, digamos que cumple su objetivo: educar.
Atrás quedaron los enredos amorosos, las declaraciones sin sentido y las luchas por un hombre, es curioso… pero pareciera que todo se detuvo y nadie sabe qué hacer o a dónde ir, además de las clases.
Los protagonistas están “atorados” en su “amistad” viéndose y suspirando desde lejos; la villana sólo mira a la heroína con odio, pero no hace nada; el villano principal sigue viendo de lejos al amor de su vida y odia cada día más al protagonista y yo, --la amiga de la infancia del prota—por fin puedo estudiar tranquilamente, sin que nadie me moleste, mis compañeros me ven con lástima, pero pocos saben que en realidad esto es lo que he esperado desde hace seis meses.
Creo que en este momento debo presentarme, soy Latifa Leibe, y soy amiga de la infancia del princeso, perdón, del Príncipe heredero del reino Sufan, Salomón; lo conozco desde los 10 años y la verdad no me gusta, es demasiado soso y predecible para que llame mi atención, pero por el bien de mi supervivencia he debido declararle amor eterno desde esa edad y pedirle que se case conmigo.
El tipo es el clásico príncipe de cuento de hadas… alto, atlético, de cabello rubio, ojos violetas (símbolo de la realeza) piel apiñonada, sumamente arrogante –se siente parido por Dios—y que nadie lo merece… bueno, no necesariamente así, pero este tipo suele ser bastante egocéntrico.
En este momento me encuentro estudiando en el primer año de la Real Academia, una escuela de élite que ofrece, como su nombre lo indica, educación de alta calidad a los miembros más distinguidos de sociedad y yo soy, en este momento, uno de ellos.
Salomón: Latifa, tráeme agua para refrescarme.
Latifa: Claaaaro (sin mirarlo) ¿de horchata o Jamaica?
Salomón: (con cara de no saber a qué se refiere) Agua fresca, siempre dices que quieres que me case contigo y que me amas, pero ¿eres incapaz de saber lo que es el agua fresca?
Latifa: Oh, disculpe Alteza (sardónica), es sólo que no sabía si la quería en botella, cubeta, fuente, lluvia, con el doble de “H” que “O”, para lamer, o en spray, tal vez desea solamente refrescarse, deseo hacer sus deseos realidad, ya sabe… es solo que quiero ser lo más precisa posible para que su humor sea el mejor una vez que las gotas del líquido pasen por su gañote o si desea que la experiencia lo lleve a sentir las gotas llegar al fondo de su estómago, intestinos y demás…
Salomón: Espera, espera, espera, hablas demasiado rápido y no entendí ni la mitad de lo que acabas de decir… solo quiero que hagas tu parte y me traigas agua. Si lo haces bien consideraré dejar que me veas beberla…
Latifa: (Más sarcástica) ¡En serio! ¿Si lo hago bien considerará premiarme permitiéndome verlo beber el agua? Wow, este es el día más maravilloso de mi existencia, seguramente debí salvar a toda una nación en mi otra vida para recibir como premio el permiso de mirar a su majestad saciar su sed, cuando todos en este momento nos derretimos debido al intenso calor que se ha vivido estos días, lo que ha hecho que mis neuronas deseen viajar a la playa para nadar y broncearse…
Salomón: Bueno, traerás el agua o no… tengo sed… y si no aprovechas esta oportunidad, ¿deberé pedirle a alguien más que lo haga?
Latifa: (Irónica) No, claro que no majestad, ¡jamás querría perder semejante oportunidad…!
Dicho esto, no me quedó de otra que ir a buscar el agua, afortunadamente Rufus siempre tiene suficiente en su tazón, así que sólo tuve que tomar prestada una copa de plata del comedor y afortunadamente ese pequeño pastor alemán no cuidaba bien de su molde de agua, llené la copa y la llevé directamente al principillo de pacotilla que me da órdenes como si fuera su esclava.
Latifa: Majestad, aquí está el agua que me pidió, espero sea lo suficientemente refrescante para usted.
Salomón: Vaya, te tardaste dos minutos en llegar, estaba pensando en pedirle a alguien más que me trajera una jarra con agua, pero veo que llegaste antes.
Latifa: (Sarcástica) Es bueno que me apuré, no fuera mi mala suerte que usted encontrara a un sirviente de verdad y le pidiera el agua...
Afortunadamente, para mí, el Príncipe es un hombre de palabra y cumplió su promesa de permitirme ver cómo se tomó completa la copa de agua que le llevé, la cual fue –por sus expresiones—lo suficientemente refrescante para él, se notó en cada gesto de su bello rostro que disfruto del líquido traído por mí… doy gracias en mi mente a Rufus por darle su sazón… jejejeje.
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hay mi pobre zaid /Grimace/ ojalá se le aclare lo que siente por latifa y actúe como le dijo el tío lou