NovelToon NovelToon
Una Reencarnación Tranquila

Una Reencarnación Tranquila

Status: Terminada
Genre:Magia / Malentendidos / Reencarnación / Mundo de fantasía / Salvando al mundo / Apocalipsis / Completas
Popularitas:4.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Aly25

Su muerte no es un final, sino un nacimiento. zero despierta en un cuerpo nuevo, en un mundo diferente: un mundo donde la paz y la tranquilidad reinan.

¿Pero en realidad será una reencarnación tranquiLa?

Más tarde se entera que está en una novela web

NovelToon tiene autorización de Aly25 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Lo que significa Vivir. capitulo 1 & 2

...CAPITULO 1...

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Boom.

Boooom.

Baaang.

El cielo que caía bajo el mundo ardía, era de un color rojo.

No quedaba nada, el mundo había sido completamente destruido.

Ya no había nadie con vida.

Zero corría con el corazón lleno de adrenalina..

Su cuerpo estaba destrozado, la piel rasgada por heridas viejas y nuevas eran muy evidentes a simple vista.

la sangre tibia le escurría por su piel, casi pareciendo una segunda piel.

La espada que empuñaba era más una extensión de su voluntad que un arma, pues está ya no contaba con filo.

La pistola en su cinturón estaba descargada hacía días, pero aun así la conservaba.

Crackkkkkkkk

El suelo bajo sus pies crujía como si el mundo mismo estuviera a punto de colapsar.

La ciudad, que alguna vez fue gloriosa, ahora era un cementerio de cadáveres.

Una sinfonía de muerte llegaba a etse lugar..

Todo estaba repleto de sangre, parecía un río.

El fuego y el humo se mezclaban.

La sangre junto con el polvo se podía respirar en cada rincón del planeta.

Por supuesto, la culpa de este desastre la tenían monstruos que habían salido de las llamadas 'puertas'.

—¡Maldita sea...! —gruñó Zero, sintiendo cómo su cuerpo flaqueaba. La sangre se deslizaba por la comisura de su boca con un sabor metálico y familiar. Su aliento se volvió una nube caliente en el aire envenenado.

GRRRAAAUHHH.

El rugido lo hizo estremecer.

La criatura que ahora lo perseguía parecía un experimento fallido de la naturaleza: cabeza de serpiente, cuerpo de oso, rugido de león. Como si los tres horrores se hubieran fundido en uno solo. Pero lo peor no era eso…

Hormigas.

Cientos.

Miles.

Enjambres deformes, mutados, fusionados con restos de otros seres.

Mandíbulas imposibles, patas como cuchillas, ojos que no eran ojos.

Una pesadilla viviente que se retorcía y devoraba todo a su paso.

Ellos salen de una puerta grado +SSS.

Realmente la humanidad habia sido extinguida, el único sobreviviente en este mundo era Zero.

Zero sintió náuseas.

Su estómago se le revolvió con un asco que quemaba cada vez que volteaba hacia atrás.

“Ugh, qué asco…”

Corrió.

Corrió como si el infierno entero lo persiguiera.

Porque lo hacía.

Cada paso era un suplicio para el.

Crackkk.... Crackkkkkkkkk..... Tapppppp

La tierra temblaba con cada movimiento del monstruo, una vibración sorda que se sentía más en los huesos que en los oídos.

Las rodillas de Zero empezaban a ceder.

El polvo lo ahogaba.

El dolor lo devoraba.

Tenía que correr.

Pero su cuerpo ya no podía, pues antes de eso se había enfrentado a una especie de pajarraco.

Se quitó todo lo que le pesaba.

El cinturón.

Una pistola sin balas, realmente en este momento no le importaba.

El sonido de la espada ya desgastada resonó en sus oídos..

Las pocas herramientas que traía consigo ahora estaban en el suelo.

Todo.

Absolutamente, todo lo que traía encima de el las tiro.

Incluyendo una botella de agua o al menos lo que parecía ser una botella.

Taaakkkk.....

Cada golpe metálico parecía una burla cruel como una campana que anunciaba su muerte.

'Si no puedo ganar, debo huir'- Ese era el lema de Zero.

Una lección aprendida con sangre.

Desde niño lo tuvo que aprender, pues el apocalipsis había empezado cuando el tenía la tierna edad de cuatro años, cuando perdió a sus padres por culpa de una puerta de clase F tuvo que esconderse hasta un señor lo encontró

No había tenido ni infancia adecuada según decían ellos.

Algunos adultos decían que si hubiera algo 'sistema' como en las 'novelas web', la humanidad no hubiera perdido.

Una vez el anciano que me salvó de pequeño me entrego un libro, me dijo que era género shounen, me dijo que disfrutará algo de lectura.

realmente me gustó pero era el único 'tomo' según el anciano.

Realmente no se cómo era el mundo antes del apocalipsis, solo por relatos lo llegué a conoce.

En la era en vivo solo hay hambre, pues muchas personas murieron a causa de eso, la comida era realmente escala, al punto de que la que todavía existía era venenosa.

Todos tenían miedo, sobre todo las personas adultas que tenían familia.

La taza de natalidad ahora era inexistente, pues tanto como la madre e hijo morían a los pocos días morían.

Los monstruos no fueron los únicos, algunos humanos también eran malos si no tenías cuidado, ellos te traicionaban.

Realmente me hubiera gustado conocer el mundo que me contó ese anciano,, pero sabía que eso era imposible.

Además si Zero sobrevivió, no porque fuera fuerte, sino porque sabía cuándo correr y cuando tomar la iniciativa, al igual saber cuándo atacar al enemigo. Y esta vez le tocaba correr.

Pero no podía.

Si cuerpo en estos momentos no lo dejaba.

Era demasiado frustrante.

El cuerpo de Zero se desplomó frente a una pared derruida.

Su aliento era un jadeo ahogado.

Su pecho se movía con dificultad, como si respirar le costara más que pelear.

Era realmente frustrante no poder moverte como quieres.

Tosió sangre, tenía mucho dolor y además le recorría un frío que parecía como si un hielo te callera encima.

(Zero solo había visto hielo solo una vez y esa vez le tocó ir a pelear a una puerta de clase B, tenía solo 10 años, no tenía el equipamiento adecuado, solo un cuchillo.)

—Quería… vivir… —susurró, apenas un murmullo.

Zero no se había dado cuenta, pero las lágrimas ya corrían por su rostro.

Una risa amarga escapó de su garganta.

—Lo siento… No cumplí mi promesa.

El deseo número 5,895 era vivir hasta el final.

Cómo Zero era el más pequeño, todos acordaron dejarle sus últimos deseos antes de morir, sabían que era muy egoísta de su parte, pero realmente quería que el más pequeño viviera aunque sea en este infierno.

Pensaban que tal vez.... Tal vez en unos años la humanidad ganará y que el pudiera experimentar lo que en realidad es una vida normal.

Crackkkkkkkkk........ Clackkkk....

El suelo volvió a temblar con las pisadas.

GRRRAAAUHHH.......

El rugido del monstruo fue como una campana.

El monstruo ya lo había alcanzado.

Zero levantó la cabeza con esfuerzo.

La criatura no se detuvo.

No se abalanzó.

Se deslizó como un líquido vivo, como si la gravedad misma se torciera para dejarlo pasar.

Tenía una mandíbula triple.

Primero una grande, como la de una serpiente, cubierta de baba oscura y vapor. Luego una segunda más interna, parecida a una araña, con colmillos curvos. Finalmente, una tercera que no parecía diseñada para matar, sino para triturar y desgarrar.

El hedor que soltaba era insoportable.

Zero intentó pararse pero solo tosió sangre.

Una garra lo alzó como si fuera una muñeca rota.

Lento, fue demasiado lento.

Todo su cuerpo temblaba.

El miedo lo dejó en blanco.

No podía pensar.

No podía moverse.

Era un niño otra vez.

—ah… —alcanzó a decir.

Y la mandíbula se cerró.

CRUNCH.

El sonido fue seco.

Podía escuchar claramente su piel desgarrándose, huesos crujir y romperse.

La primera mordida le arrancó medio torso.

Sintió cómo su piel se abría como papel mojado.

Cómo el dolor superaba toda comprensión.

Cómo su espalda se quebraba.

Los intestinos caían por la comisura de la mandíbula como hilos pegajosos y cálidos.

Zero no murió de inmediato.

Siguió consciente.

Era una desventaja de ser un 'despertado'.

Los despertados, solo tenían mejorados sus sentidos o su fuerza, pero no algo más allá de eso.

Chomp.

Un brazo desapareció.

Snap.

Un pie.

La criatura no comía como un depredador con hambre.

Comía como un niño aplastando insectos, era muy curiosa y demasiado torpe, pero se podía sentir un poco de diversión.

Zero sintió cómo su garganta era succionada.

El cráneo crujió.

Los ojos salieron de su órbita.

Su conciencia flotó, aún unida al cuerpo por un hilo cruel.

Y en ese instante final, solo pensó

"Me hubiera gustado vivir una vida como la que ellos me contaban, una vida realmente traquila" - Zero cero los ojos pensando que realmente solo era una leyenda lo que ellos le contaban.

Realmente me hubiera gustado vivir.......

----------------

Zero se despertó desorientado, pensando en que por fin ya no tendría que pelear para sobrevivir.

Había mucha oscuridad a su alrededor, pero era una oscuridad que se sentía realmente cálida, así que decidio dormir otro rato sin pensar demasiado en las cosas.

Zero realmente estaba cansado.

----------------

El silencio era realmente tranquilizador, se sentía muy tranquilo, realmente no quería salir de allí.

Había mucha paz, tanta paz que por primera vez en mucho tiempo, Zero no sentía dolor.

Realmente no dolía, era bastante cómodo.

No sentía miedo, tampoco sentía el peso del cuerpo herido.

Tampoco sentía la preocupación de que comería mañana.

Solo había un vacío, un vacío realmente cálido y acogedor.

¿Era esto la muerte?

No era tan terrible como lo imaginó.

No había nada.

Podía quedarse ahí.

Podía flotar para siempre.

----------------

De repente Zero sintío un cosquilleo.

Primero suave, pero de repente un gran dolor lo lleno.

Sentía que su cabeza estaba siendo aplastada contra algo duro. Sintió que se le salían los ojos.....

La cabeza le dolía horrible

Trato de moverse, trato de todo y no pasó nada, lo único que quedaba era ser fuerte y aguantar ese dolor.

Pero...... ¿Por qué sentía tanto dolor?- una línea interrumpió sus pensamientos

—¡Felicidades, es un niño!

Un estallido de luz lo golpeó.

Todo era un soNido de llanto.

Zero sintió como si fuera arrojado, todavía le dolía mucho la cabeza y su cuerpo.

No sabía lo que era, pues no podía abrir los ojos y eso le causaba aún más miedo.

Trato de abrir los ojos, hasta que en un intento lo logro.

Solo veía dos siluetas que parecían ser de mujer,

Veía todo borroso en ese momento lo que le hizo sentirse frustrado y empezó a llorar más fuerte.

La mujer parecía estar cubierta de sudor con ojeras y cabello violeta alborotado, pero sus ojos brillaban con una ternura infinita.

—Mi bebé… —susurró, acariciándolo con manos temblorosas.

No soy tu bebe, no me cargues.- aunque Zero estaba acostumbrado a que lo carguen por ser "el mas joven', no le gustaba que lo toquen las personas que no están en su lista de autorizados.

Me ocasionaba asco por alguna razón

Zero seguía llorando de frustración por no gritarle que lo soltara, además su cuerpo no le obedecía.

Pero se congelo al darse cuenta de algo.

El aire no olía a sangre ni a polvo, tampoco olía sucio, de hecho olía raro.

Zero quedó en shock y empezó a analizar su entorno, aunque no podía ver, existían sus otros sentidos.

No se escuchaban explosiones, ni rugidos, ni zumbidos de enjambres.

Solo el sonido de voces suaves.

La risa de una mujer.

sintió cómo lo envolvieron en mantas suaves. El pecho cálido de su madre —su nueva madre— lo sostenía. El olor a leche lo sorprendió.

Una lágrima diferente a las anteriores rodó por su mejilla sin que supiera por qué.

—Shh… shhh… ya pasó… —dijo la mujer, meciéndolo con dulzura.

Nunca había sentido eso.

Nunca.

En su vida anterior, el afecto era un recuerdo borroso.

Su madre murió cuando él tenía cuatro o eso creía, tal vez fue antes, tal vez ni la conoció realmente. Solo recordaba esconderse, correr, sobrevivir.

Recordaba a ese anciano que lo cuido hasta que lo protegió y termino muriendo por su culpa.

Pero ahora…

Estaba en brazos de alguien.

Quiso hablar, decir algo, y quería preguntar muchas cosas.

Pero su garganta no emitió palabras.

Solo un débil llanto.

La mujer lo besó en la frente.

—Te llamarás Leo —dijo, sonriendo—. Mi pequeño Leo…

"Leo", pensó.

Miró alrededor con ojos empañados.

No entendía mucho.

No era el mundo avanzado, destruido y gris de su vida pasada, estaba confundido..

El corazón de Leo —antes Zero— latía con fuerza en ese pequeño pecho. No por miedo. No por angustia. Sino por una emoción nueva, casi olvidada.

Esperanza.

Había vuelto a nacer......

Tal vez, ahora… sí podría vivir.

----------------

Dos días después.

Leo se acostumbraba poco a poco a su nuevo cuerpo.

Pequeño, torpe y bastante limitado.

No podía moverse mucho, pues su cuerpo no se movía como el quería.

No podía hablar, ni caminar. ni siquiera podía ver bien, pero podía sentir.

Tampoco podía entender el idioma

Era otro idioma, pero podía sentir las intenciones de la otra persona.

Los días eran tranquilos.

Demasiado tranquilos.

A veces le daban escalofríos.

El silencio ahora no traía muerte, sino descanso.

El sonido del agua hirviendo.

El canto de un pájaro.

El tintinear de cucharas.

Su madre lo cargaba a todas partes.

—Hoy amaneció soleado, Leo.

Y él la miraba atento con esos ojos que habían visto infinidades de muertes.

No tenían la inocencia de un lindo bebé.

A veces soñaba con su antiguo mundo.

El rugido.

Las hormigas.

Aquella figura invisible que atacaba sigilosamente a las personas y dejo más de 2,000 muertes.

Se despertaba llorando.

Pero ella siempre lo tomaba en brazos y lo calmaba.

—Shhh… ya pasó… estás a salvo, leo… —murmuraba, con la voz del cielo.

A salvo.

Sí, ella tenía razón.

Por fin estaba a salvo.

Era tan extraño.

Si existían los monstruos por supuesto que existiría una nueva vida, ya nada era imposible.

ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ

En lo más profundo de la naturaleza, una energía antigua vibraba.

Algo había cambiado.

Una chispa nueva acababa de nacer.

Leo

Aquel que había sobrevivido ante innumerables pruebas del 'escritor'.

Aquel destinado a salvar este mundo, por fin había nacido.

Esa profecía llegó a manos de la iglesia.

Trataron de buscarlo, pero fallaron miserablemente.

Era realmente difícil buscar a alguien sin alguna pista.

Pero sabía que estaba a salvo, por lo menos, aún no era el momento de ir por el.

El mundo le había dicho que estaba con una buena persona que daría la vida por el.

Mientras eso pasaba Zero ahora conocido como Leo se encontraba descansando entre leche tibia y canciones suaves, el no sabía nada, pero el realmente es muy importante para este mundo.

Le esperaba un futuro realmente triste.

Un futuro lleno de sufrimiento.

Un futuro lleno de soledad.

El mudo realmente será cruel con ese pequeño niño, pero el mundo no le da pruebas que no podrá superar.

Y esa pequeña luz que podía salvar el mundo había vuelto por fin a su lugar de origen.

Sorpresivamente,, esa profecía llegó no solo a la iglesia si no a unas cuantas personas, por lo menos llegó a algunos seres que habitaban ese mundo al igual a los que no habitan este mundo, todo era realmente incierto

Pero la luna, emocionada porque por fin la luz más hermosa bajaría a este mundo, adornó el cielo con estrellas titilantes y un resplandor suave como un suspiro que limpio todas las impurezas malvadas que habitaban el mundo.. y los humanos, con el corazón palpitando, la llamaron " La Noche del Primer Latido de la Luz más pura"

^^^Continuara.....^^^

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

...----------------...

...----------------...

...----------------...

...----------------...

...----------------...

...----------------...

...----------------...

...----------------...

...----------------...

...----------------...

...----------------...

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

...CAPITULO 2...

En una pequeña habitación silenciosa, el llanto de un bebé recién nacido se elevó como un eco frágil y desorientado, chocando contra las paredes y colándose entre las rendijas de la madera.

Era un sonido puro, sin malicia, pero con una angustia tan intensa que parecía arrastrar consigo el peso de una historia muy pesada, de un alma cansada que no terminaba de comprender dónde estaba.

El pequeño cuerpo se revolvía entre las mantas suaves.

Su pecho, apenas del tamaño de una fruta, subía y bajaba con cada sollozo entrecortado, como si el mundo le doliera desde el primer aliento.

El aire le quemaba los pulmones, la luz detrás de sus párpados cerrados lo hería, el tacto lo estremecía.

Todo era demasiado.

Un grito más lo sacudió.

WAAHH... WAAHH...

La habitación era cálida, sí, pero no lo suficiente para calmar la presión en su diminuto pecho.

La sensación del frío aire al rozar su piel suave era abrumadora.

Era como si el mundo estuviera demasiado vivo, demasiado presente, y su cuerpecito no pudiera con todo al mismo tiempo.

El bebé era Zero o al menos, lo había sido.

Un nombre, una identidad, un pasado… todo eso todavía palpitaba en lo profundo de su conciencia, aferrado como una raíz vieja que se niega a morir.

Pero ese ya no era su nombre.

Ahora tenía otro.

Leo....

Leo...

El nombre nuevo flotaba en el aire era muy desconocido.

Como un guante que aún no calzaba del todo, pero que poco a poco comenzaba a envolverlo.

La confusión no tardó en convertirse en miedo.

Su llanto se hizo más agudo, más desesperado.

No podía ver bien, no podía moverse, no podía hablar.

Todo lo que era, todo lo que había sido, estaba encerrado en un cuerpo diminuto, incapaz de reaccionar como su mente le pedía.

Y sin embargo, en medio de ese llanto, la verdad se volvió imposible de ignorar.

Sí. Había vuelto a nacer.

No era un sueño.

No era una alucinación, realmente estaba vivo.

Lo entendía, con esa certeza cruda que sólo se alcanza cuando se ha vivido demasiado.

Ya no estaba en su antiguo mundo.

Ya no era Zero.

Era Leo.

Un bebé recién nacido.

Había vuelto a empezar.

Su llanto continuó.

Su cuerpecito se sacudía por el esfuerzo, los músculos débiles se contraen sin fuerza, las manos temblaban sin dirección.

El llanto brotaba como una cascada contenida durante demasiado tiempo.

Sus lágrimas eran saladas y calientes, resbalaban por sus mejillas redondas y palpitantes.

Volver a nacer trajo consigo muchos problemas.

Uno de los más inquietantes era que, cada vez que se quedaba dormido, siempre recordaba algo de su vida anterior.

No importaba cuánto intentara aferrarse a la calma que ahora sentía, el pasado lo alcanzaba en sus sueños.

A veces eran fragmentos vagos: el sonido de la lluvia golpeando contra una ventana rota, el olor metálico de la sangre impregnando el aire, el crujido de escombros bajo sus pies, otras veces, eran recuerdos tan vívidos que, al despertar, le costaba reconocer si estaba vivo o muerto.

En sus sueños, el pasado volvía a envolverlo con un peso realmente insoportable.

No solo veía los recuerdos malos de su vida anterior, sino que también escuchaba esa voz que no ya no recordaba en lo absoluto.

Era una voz que resonaba en su sueño con una nitidez aterradora.

Una voz que no se quería olvidar, pero con el paso del tiempo no la recordaba.

Era un eco persistente en su mente, era suave, pero firme, como un susurro en la oscuridad.

A veces le hablaba con dulzura, otras con un tono severo que lo hacía estremecer.

Pero la voz seguía allí en su mente.

Era una voz verdaderamente cálida.

Era una voz que acababa de recordar muy claramente.

"Mi pequeño Zero, no tengas miedo, mamá te va a proteger de esos monstruos."

Las palabras llegaron a él, acariciando su ser de una manera tan profunda que lo hizo temblar, como si esa voz pudiera sanar todas las heridas, todas las ausencias que sentía en su pecho.

La voz lo envolvía con ternura, como una manta invisible que acariciaba su alma.

Su pecho se apretó con fuerza. "Mamá...".

Esa palabra se sentía extrañamente pesada.

En su vida anterior, no recordaba haberla pronunciado con tanta claridad.

Esa palabra resonaba en lo más profundo de su ser, pero al mismo tiempo, le parecía tan lejana, tan extrañamente familiar y a la vez tan distante.

"WAAAHHHH"

Zero, mientras seguía llorando, no se dio cuenta de que alguien caminaba hacia él.

Tak… Tak…

—"Leo, cariño…" —dijo una voz suave, acariciando el aire.

Leo. Así lo había llamado.

Ya no Zero.

Ya no soy el sobreviviente más joven.

Ahora era Leo.

Un bebé… un niño deseado y amado.

¿Acaso realmente lo era?

No sabía qué pensar.

La mujer se acercó, y el bebé sintió su calor antes de sentir sus brazos.

Ella lo levantó con mucho cuidado, lo acunó con manos firmes y dulces, y comenzó a arrullarlo con lentitud.

El movimiento era hipnótico, y aunque su llanto aún se oía, el ritmo de su respiración comenzó a cambiar.

—"Shhh… ya está… mamá está aquí…"

La voz femenina no era la misma que recordaba en sus sueños, pero era parecida.

Lo suficiente para que sus pensamientos desaparecieran aún más.

Su corazón latía con fuerza, agitado, atrapado entre sus dos realidades: el pasado que se negaba a morir, y el presente que aún no entendía.

Aun todavía no había aceptado esto.

Pero su cuerpo no le daba opción.

Estaba cansado.

Tan, tan cansado…

Una fatiga, más allá de lo físico, lo aplastaba. Como si hubiera vivido mil años y ahora todo su peso cayera sobre sus pequeños huesos de recién nacido. Cada respiración era un esfuerzo. Cada sollozo le raspaba la garganta.

Y entonces, justo cuando su cuerpo empezaba a rendirse, sintió algo diferente.

Un calor en la frente.

Leve al principio, como una caricia tibia.

Luego más persistente.

Una fiebre.

Su cuerpecito reaccionaba al estrés y a la batalla silenciosa entre su alma y su pequeño cuerpo.

La mujer —su madre— lo notó de inmediato. Acarició su frente con ternura, murmuró palabras reconfortantes que Leo no entendía, pero cuyo tono lo envolvía como un bálsamo.

—"Todo está bien, mi amor. Solo estás cansado. Mamá está aquí."

Leo no comprendía las palabras, pero sí el tono.

Era como escuchar música bajo el agua, distante pero reconfortante.

Cerró los ojos un instante.

La fiebre era extrañamente acogedora.

No ardía como en su vida anterior, cuando las enfermedades significaban la muerte.

No.

Esta fiebre era diferente.

Su cuerpo se relajó un poco más.

La tela del vestido de su madre le rozaba las mejillas.

Su manita temblorosa se aferró torpemente a ella, instintiva, como si supiera que ese contacto lo anclaba a la realidad.

No quería soltarla.

No ahora.

No cuando por primera vez sentía algo parecido a un refugio.

El llanto ya no salía.

Su garganta ardía, sus ojos estaban pesados.

Solo quedaba el murmullo del corazón de su madre latiendo cerca del suyo, como un tambor suave que le decía: estás a salvo, estás aquí, puedes descansar.

La fiebre subió apenas un poco más.

Pero no le importó.

No había peligro.

No había monstruos.

No había alarmas, ni hambre, ni lluvia ácida, ni disparos.

Solo el vaivén lento de los brazos de su madre y su voz arrullándolo en un lenguaje que su alma comprendía aunque su mente no pudiera traducir.

—"Mi pequeño bebé Leo… tienes una gran fuerza."

Las palabras lo abrazaron como una canción de cuna, y con un último suspiro, se entregó al sueño.

Por primera vez, Leo no luchó contra el cansancio.

Y simplemente… se permitió descansar.

Cuando cerró los ojos, su madre se inclinó sobre él con ternura y con la yema de su dedo índice, tocó suavemente su frente.

Una luz tenue y calida en forma de un lindo osito apareció en la frente del bebe al contacto, para luego desaparecer.

—Mi pequeño bebé… —susurró ella con una sonrisa melancólica—, con este hechizo vas a olvidar muchas cosas malas y buenas solo que se va a tardar un poquito, tal vez algunos días o incluso un año en olvidar todo. Solo por un tiempo mientras creces, te lo prometo y cuando seas más grande, te daré la opción de retirar el hechizo si quieres, bebe.

Le acarició el cabello con suavidad, y en su mirada había un amor tan profundo como el cielo nocturno.

—Duerme tranquilo, mi amor.

^^^Continuara.....^^^

1
Carla Quintana
cómo que ya terminó autora?
Aly🍀: lo continuaré, tendrá 60 capitulos (⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)⁠❤
Aly🍀: lo continuaré, tendrá 60 capitulos (⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)⁠❤
total 2 replies
Carla Quintana
excelente ☺️
Aly🍀
Muy interesante, lo bueno empieza en el Capítulo 28
Carla Quintana
y a mí me encanta comentar autor, felicidades excelente trabajo ☺️
Aly🍀: gracias(⁠ ⁠˘⁠ ⁠³⁠˘⁠)⁠♥, mañana hay nuevo capítulo ☺️
total 1 replies
Aly🍀
lo bueno va a comenzar en el capítulo 28, ténganme paciencia 😭🥲
Carla Quintana
Mi honesta reacción:😱
Carla Quintana
Eres malvada autora, como me dejas en este suspenso... necesito un maratón.
Aly🍀: ya subí un nuevo capítulo, estoy subiendo diario a las 8:00 AM, luego me tomo descanso de 2 días.
total 1 replies
Carla Quintana
noooo, tengo el presentimiento de que algo muy grave sucederá 😭
Aly🍀: jejeʕ⁠ ⁠ꈍ⁠ᴥ⁠ꈍ⁠ʔ
total 1 replies
Carla Quintana
Leo tiene el cabello morado o castaño?
Aly🍀: exacto (⁠.⁠ ⁠❛⁠ ⁠ᴗ⁠ ⁠❛⁠.⁠), jsjsjsj ya se está verificando el CAP en unos minutos se sube, espero que lo disfrutes, cualquier coda que pueda ser mmm confusa no dudes en decírmelo (⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)
Carla Quintana: muchas gracias autor por su amabilidad 🤗, eso quiere decir que Leo heredó los ojos de su padre y el cabello de su madre solo que en una tonalidad más clara, me encanta su novela estaré esperando las actualizaciones.
total 3 replies
Carla Quintana
estoy un poco confundida, Artemisa tiene el cabello morado o castaño?
Aly🍀: Su original es morado con la poción es castaño pero nooveltoon no me deja modificar el orden de las imágenes 😭
total 1 replies
Carla Quintana
autor(a) que se quede con Liam por favor 😭
Carla Quintana
morí pero de ternura 😆
🔹Lili🔸🐦
Me dio ternura 😭😭❤️❤️❤️
🔹Lili🔸🐦
Que bonito 😭😭😔
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play