Esta es la historia de Elena y Aarón.
Ambos ya enfrentan una dura situación, en donde una hija y su amor serán los motivos por los que ellos pelearan.
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Prólogo.
Elena.
- Ya estoy listo ~dice mi hermano~
- De acuerdo, solo faltan unas cosas más ~le digo mientras empaco mis cosas~
- Estoy emocionado ~se tira a mi cama~ Estaré con mi novia todo un fin de semana, y en su casa. ¿No es eso emocionante?
- Mmm... ~me alzo de hombros~ Si fuese otra chica sí, esa tipa no me cayó nada bien.
- Solo la vista hace dos meses en la cena que organizó mamá para la presentación de nuestro noviazgo ~me mira~ No has tenido la oportunidad de conocerla a profundidad.
- Tienes razón ~le doy un beso en la frente y salimos de mi habitación~ Igual no me cayó bien ~digo y él rueda los ojos~
Bajo de mi habitación con mi pequeña maleta y mi hermano a mi lado. Hoy es viernes y me voy a Londres con mis amigas a pasar el fin de semana, mi hermano se quedará en casa de su novia que vive allá y yo lo llevaré.
- ¿En serio tienen que irse todo el fin de semana? ~pregunta mi madre~ No estoy muy confiada.
- Mamá, tengo 20 años, no soy una niña ~ruedo los ojos~
- Tranquila, ella "se sabe cuidar" ~dice entre comillas y lo fulmino con la mirada~
- ¿Te olvidas que soy tu hermana mayor?, apenas tienes 16 años ~le digo~
- Sí, pero yo no me iré a vivir la vida loca este fin de semana, me quedaré en casa de mis suegros, con mi novia ~se burla y yo le saco mi dedo medio~
Gracias a mi abuelo que me heredó algunas propiedades, entre ellas una casa en Londres, mis amigas y yo nos quedaremos allí; en mi casa.
Estoy tan emocionada, papá mando a que la redecorarán a mi gusto y contrató personal para que la mantuvieran aseada. No despedimos de mis padres y salimos de la casa en busca de mis amigas.
***
- ¡Londres, aquí vamos! ~grita Grace en el asiento de atrás~
- En cuanto lleguemos a tu casa, nos cambiamos y salimos a divertirnos ~me dice Hanna al lado de Grace~
- Es increíble, es la primera vez que vengo a Londres sola, y con mis amigas ~digo emocionada~ También es la primera vez que me quedaré en mi casa.
- También es la primera vez que cogerás en Londres ~dice Grace y río~
- ¿Se olvidan de que estoy aquí? ~dice mi hermano con fastidio en el asiento del copiloto~
- Solo ignoranos ~le dice Hanna~
- A mí no. Si quieres... ~ya va a empezar~
- Grace... ~le digo con tono de advertencia mirándola por el retrovisor~
Ella me sonríe con malísima y me guiña un ojo. Todos los presentes sabemos que desde que nos conocemos, se quiere tirar a mi hermano, pero Benedict no la soporta; incluso la soporta menos que a Hanna. "Es tan escándalosa", es lo que siempre me dice él.
Después de tres horas, dejo a Benedict frente a la dirección que me ha dado (ambos nos miramos con cara de: ¡qué casa!) y luego llegamos a ,la mía mis amigas y yo. ¡Me encanta! Y a mis amigas también. Después de acomodar a mis amigas en sus habitaciones, voy a la mía para ducharme y comenzar a vestirme. Hoy es viernes y nos iremos el lunes en la mañana, ya que es festivo.
- ¡Hoy es viernes y el cuerpo lo sabe! ~grita Grace cuando me ve bajando las escaleras~
Hanna y yo reímos, ambas amamos a Grace, es alegre y demasiado extrovertida. Es de ambiente y obviamente siempre en nuestros peores días ella es la que llega a pintar nuestro mundo de rosa.
Llegamos al club, está a tope y la música nos hace hablar en gritos para poder entendernos. Tomamos una mesa y unos segundos después, un camarero nos trae una botella de champagne.
- Cortesía del hombre de blanco ~nos dice señalando la mesa de enfrente~
Desde aquí podemos ver lo atractivo que es, debe de estar en sus treinta. Las tres a la vez sonreímos y lo saludamos con la mano, el hombre sonríe, pero vemos que su vista se fija en Grace.
- Creo que te quiere a ti ~le digo al oído~
- Bueno, pues es bastante atractivo y puedo dármelo ~dice sirviendo el líquido en las tres copas~
Damos un largo trago cuando la vemos despedirse e ir hacía la mesa del hombre, creo que por esta noche la perdimos.
- ¿Crees que deberíamos ir por ella?, sigue siendo un desconocido ~le digo a Hanna~
- Sabes perfectamente que Grace acabará con ese hombre y con todos los que traten de propasarse ~me alzo de hombros y asiento porque es verdad~
Salimos a la pista un par de veces y una de esas en las que nos sentimos deshidratadas, nos acercamos a la barra.
- Oh Dios... Mira eso ~me codea y sigo su mirada~ Que morenazo.
Veo a un morenazo de al menos 1,90 viendo fijamente a Hanna, sus facciones parecen latinas, sus ojos son color miel y su sonrisa... ¡Derrite!
- A ti te gusta el chocolate, ¿no? ~le digo con una sonrisa~
- Me encanta ~se toma el martini de un solo sorbo y se encamina al hombre~
Me quedo sola en la barra y me tomo un shot doble, quiero bailar, por lo que comienzo a moverme aún en la barra.
- Eres tan ardiente que siento que me estás quemando desde hace una hora en la que llevo viéndote ~me giro~
Veo a un hermoso chico de cabello negro, sus ojos oscuros son tan profundos que me estremezco. Sus facciones... Son perfectas. El chico me sonríe y yo no puedo evitar hacerlo también. No se ve mayor, parece que está en sus veinte como yo.
- ¿Esa es la labia que utilizas? ~digo poniendo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja~
- No puedo negar que suelo ser más hablador, pero francamente me has dejado... ~me escruta de pies a cabeza~ Eres hermosa ~se pone a mi lado y pide un whisky~ ¿Qué tomas?
- Lo mismo ~me mira y yo me alzo de hombros~
- ¿Y la hermosa mujer de ojos esmeraldas anda sola?
- No, mis amigas parecen que tendrán una noche más divertida que yo ~digo dándole un sorbo a mi trago~
- Me iré ~dice Grace llegando hasta nosotros~ Llegaré en la mañana ~me besa y se va~
- ¿Lo ves? ~le digo y este ríe~
Después de cruzar algunas palabras me invita a bailar y por supuesto, acepto. ¡Qué hombre tan atractivo por Dios!, la forma en la que se mueve y guía mi cuerpo a sus movimientos, sus manos tocándome y acariciándome sutilmente, no es vulgar ni grosero, es sensual.
Me giro, fijo mis ojos en los suyos y muerdo mi labio inferior haciendo que me dedique una sonrisa ladina. De acuerdo, también quiero pasar una noche divertida.
Me atrevo a besarlo y él enreda una de sus manos en mi pelo profundizando el beso, mientras que la otra se ajusta a mi cintura apretándola levemente. Me pregunto si su boca también es buena para otras cosas.
Después de bailar al menos dos canciones más, volvemos a la barra, esta vez me pido una Coca Cola, siento calor, mi cuerpo esta caliente y no precisamente por el ambiente.
- Oye, creo que nos veremos en la mañana ~ahora Hanna se acerca a nosotros~
- Cualquier cosa, me llamas, vale ~le digo y nos despedimos~
- Es cierto, parece que tus amigas se divertirán esta noche ~se termina su trago de un solo sorbo y me mira~ ¿Y tú?, ¿la pasarás bien está noche?
- Sí... ~sonrío y bebo de mi refresco sin apartar mi vista de la suya~ Creo que sí.
Por alguna razón, estamos hablando como si nos conociéramos de toda la vida aunque ni siquiera nos hemos preguntado nuestros nombres ni nuestras edades.
- ¿Qué tal si me llevas a un lugar menos ruidoso? ~rodeo su cintura con mis brazos y él sonríe~
- Me parece bien ~me besa y nos marchamos del club~
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
La mañana siguiente:
Siento que la cabeza me martilla y los rayos del sol colándose por la ventana me queman los ojos. No estoy en mi casa, pero aún así sonrío. ¡Este hombre es una bestia en la cama! Creo que nunca antes me habían tomado de esa forma, de hecho, este ha sido el mejores sexo de mi vida.
Miro a mi lado... Estoy sola, ¿a dónde fue? Justo cuando me lo pregunto, lo veo saliendo de la ducha, me sonríe y yo igual.
- Buenos días ~me dice~
- No puedes pasearte en frente de mí apenas con una toalla cubriendo tu cintura ~miro su abdomen marcado~
No es alguien corpulento, es delgado, pero si cuerpo se ve trabajado. Muerdo mi labio inconscientemente y vuelvo a la realidad cuando el se acerca y me besa.
- ¿Quieres desayunar? ~me susurra en los labios~
- Gracias, pero no ~me levanto y él se hace a un lado~ Tengo que irme, pero ha sido un placer conocerte... ~dejo la frase al vuelo porque no sé si nombre~
- Aarón ~me mira fijamente los pechos~ El gusto es todo mío...
- Elena ~respondo mientras me pongo el vestido~
Escucho voces fuera de la habitación y frunzo el ceño, son voces masculinas.
- Me estoy quedando con unos amigos por este fin de semana ~la puerta se abre y agradezco haberme puesto el vestido antes~
- ¡¿Qué onda?! ~dice un chico rubio~ Oh... Lo siento, no sabía...
- No te preocupes, ya me iba ~tomo mi cartera y mis tacos del suelo~
- ¿No me digas que ya perdiste tu virginidad? ~entra otro chico riéndose y yo lo miro sin entender~
- ¿Quieres callarte? ~le responde Aarón~ Es más, salgan los dos de aquí ~dice empujándolos fuera de la habitación~
- ¿Qué fue eso?
- Solo les gusta joderme la vida ~se rasca el cuello con nervios~
- Tú... ¿Cuántos años tienes? ~entrecierro los ojos~
- Yo... ~parece entre asustado y nervioso~
- ¿En serio eras virgen? ~abro los ojos con sorpresa~
- ¿Qué?, no. Ellos solo están jodiendo ~rueda los ojos~ Tranquila, no lo era. En cuanto a mi edad... Tengo 17 años.
- ¡¿QUÉ?! ~pego el grito en el cielo~
¡¿Pero cómo?!, es que... ¡Es que no se ve de esa edad! Dios mío, me acosté con un chico un año mayor que mi hermano menor. ¡¿Pero cómo estaba en el club sí aún es menor de edad?!
- ¡¿Qué carajos hacías tú en ese lugar anoche?!, ¡eres un niño! ~lo acuso molesta~
- Mis amigos tienes contactos ~se alza de hombros~ A demás, soy bastante maduro para mi edad.
- ¡Oh por Dios! ~me llevo las manos a la cabeza~
Salgo apresurada de la habitación mientras escucho la voz del chico llamándome, sus amigos solo se limitan a mirarme mientras salgo del depa.
- Espera ~siento que me jalan del brazo~ Yo... Dame tu número, podemos...
- No, esto definitivamente no va a volver a pasar ~lo interrumpo~ Eres un ni...
Me jala hacia él y me besa. Al principio me resisto, pero joder, sus labios son exquisitos. Poco a poco voy cediendo mientras enredo mis manos a su cuello.
- Me encantó lo de anoche y quiero repetirlo ~vuelve a besarme~
- Eres un niño ~susurro en sus labios~
- No creo que después de lo que pasó, te importe mucho eso ~sonríe con picardía y yo muerdo mi labio inferior~ Vamos, dame tu número ~agita su celular frente a mí~
Ruedo los ojos y dudando un poco, anoto mi número. Intento irme nuevamente, pero vuelvo a ser jalada por él hasta que nuestros labios se encuentran de nuevo.
***
- ¡17 años! ~gritan las dos al unisono~
- Así como lo escuchan, pero... ~las miro~ Coge como un puto Dios ~paso mis manos por mi pelo~
- Cielos... Que rico ~dice Grace~
Mi celular timbra en una llamada, es un número desconocido. Me quedo mirando la pantalla indecisa, algo me dice que se trata de él.
- Nos iremos el lunes de igual forma ~Hanna se encoge de nuevo~ Cógetelo mientras dure este fin. No siempre uno se topa con buenos polvos.
- Tiene casi la edad de mi hermano menor ~frunzo los labios~
- ¿Y qué?, ¿crees que Benedict no coge? ~pregunta Grace~
- De hecho no ~digo con ironía~ Mi hermano apenas tiene unos meses de noviazgo con la mimada de su novia. Él me cuenta todo y aún no ha pasado nada.
- Pues estoy segura que algo va a pasar en estos días ~dice Grace~
- Benedict es un chico de los buenos, pero que tu hermano tenga casi la misma edad del chico no significa que tú te tengas que sentir como una cuarentona. Solo vive por los dos días que nos quedan aquí.
El celular vuelve a sonar y muerdo mi labio mientras pienso en la noche anterior. ¿Qué malo puede pasar?