El Vaivén De La Vida

Katrina al fin entro al hogar que la vio crecer con todo su equipaje, retornando a su vida luego de 8 meses en los Ángeles, donde, en busca de nuevas oportunidades y siguiendo un gran amor, Roger Patrick, un gran actor de renombre en Hollywood, vivió por un tiempo.

Todo comenzó luego de que al fin finalice su tóxica relación con Charly, su novio de toda la vida, con muchas idas y venidas. Pasado unos meses, encontró trabajo en la gran ciudad de Buenos Aires, cómo asistente de vestuario en un trabajo en donde se revolucionó el país al recibir al gran actor de Hollywood. Roger Patrik, un hombre de 58 años, alto, elegante, rubio y de ojos verdes. Con tan solo 25 años, Katrina, quedó embellecida con la amabilidad, madurez y delicadeza del hombre, es así como se fue en busca de una oportunidad laboral y su nuevo amor.

Todo parecía color de rosas en un principio, pero venían de mundos muy diferentes y una jovencita de un pequeño pueblo como Katrina no soporto el nuevo nivel de vida, con paparazzi y elegantes eventos por doquier. Así que 8 meses después se encontraba ahí, de nuevo en casa de su papá.

-¿Ya bajaste todo del auto?- pregunto su prima Romina, quien había ido a esperarla.

-Si, sí. Creo que no olvidé nada.- respondió ella -¡Ya quiero ver la cara de papá cuando llegue! ¿Cómo estuvo en mi ausencia?-

-Ya te dije hasta el cansancio que bien...- respondió su prima.

Katrina se preocupaba porque desde que habían quedado solos con su padre, en su adolescencia, cuando su madre falleció en un accidente, se dedicó por completo a la salud del hombre, por una grave afección cardiológica y arterias tapadas. Nunca se había separado de él, hasta ahora, por insistencia de su propio padre.

-Menos mal ya le avisaste que venías...- comento Romi arrojándose en la cama.

-Por supuesto, no quería provocar una desgracia si me veía de sorpresa, lástima que justo fue con tu hermano a hacerse un estudio.-

-Debe de estar ansioso por llegar, pero Gero ya aviso que vienen de regreso...- respondió la otra chica y la quedó mirando mientras katri no dejaba de moverse de un lugar a otro acomodando cosas -Pero vos... ¿Qué paso que regresaste ahora? Creí que ibas a llegar el mes que viene, para mi casamiento...-

Katrina estaba por bajar una maleta de arriba de la cama, pero se detuvo y bajo la mirada.

-Katri...- insistió su prima.

-No funciono...- respondió sentándose desganada en la cama -Estaba tan ilusionada...-

-Pero ¿Qué paso?... Es decir, siempre dije que con 25 años eras muy joven...-

-26 ahora...-

-Bueno, como sea... El tipo parecía enamorado, vino a buscarte a la puerta de tu humilde casa en tu pequeño pueblo...-

-Si...- admitió ella y su prima tomo su mano -Es algo que me convenció para ir con él, pero... Somos de mundos tan desiguales... No solo por los lujos, la gran casa, los restaurantes 5 estrellas que aún no se que comíamos, sino periodistas a todas horas, eventos elegantes y su hijo ithan que me odia...-

-Ah si... Me contaste ¡ese idiota!- exclamó Romy.

-Menos mal que a sus hijas no las veía...-

-Aunque no debe de ser nada fácil que tu padre te presente a su novia mucho menor que vos...-

-Si, lo entiendo... así que por eso decidí desertar...- continuo Katri

-Te entiendo...- dijo Romy tomada de su mano y tirándose en la cama -Pero estaba ilusionada con que un famoso asista a mi casamiento...-

-yo también...- respondió ella arrojándose también y quedando cabeza con cabeza -Quería ver la cara de tu cuñada...- comento refiriéndose a la esposa del hermano mayor de Romy quien era muy pretenciosa y altanera.

Ambas comenzaron a reír.

La boda de su prima Romina fue espléndida, la novia lucía hermosa y el flamante esposo Tadeo no se quedaba atrás, Katrina observaba a la feliz pareja desde donde estaba sentado, su prima era dos años mayor, pero eran unidas como hermanas. Su tía era una viuda, hermana de su papá Osvaldo y quedó sola con sus hijos. Su primo mayor Ramón ya estaba casado, tenía 2 hijos y uno en camino, pero había mucha diferencia en edad, luego estaba Romy de 28 años y por último Gerónimo, quien tenía su misma edad, y por lo cual eran muy compañeros ya que compartieron colegios y amigos.

Katri veía todo desde donde estaba sentada, con añoranza y nostalgia a la vez. Su papá, Osvaldo, se inclino en la silla para hablarle de cerca.

-No hay muchos solteros que me agraden en la fiesta, hija...- comento

-¡Papá!- exclamó ella -¡No hace dos meses que me separé!-

-¿Y que tiene?- pregunto el hombre.

-Papi, no quiero volver a tener pareja nunca más.-

-¿Por solo dos relaciones fallidas?-

-Bueno, declaró que el único hombre de mí vida será mí papá...- bromeo katri.

-¡hija! Tu papi no será eterno... yo no quiero...-

-Papá, el mismo discurso me diste para que me vaya con Roger y no me gusta...-

-Pero es verdad hija...- respondió su padre tomando su mano.

-Papá...- pronunció ella con una sutil sonrisa y se quedó pensativa por un momento -Iré por poste, por hoy te dejo tomar un "Don Pedro".- continuo sonriendo, le dio un beso y fue hacia la mesa de los dulces.

Se dirigía hacia la mesa en donde había pasteles, bizcochuelos, tartas de diferentes estilos y postres. Llego a ver el último "Don Pedro", se apresuró a tomarlo, pues, el helado se podría derretir con facilidad. Cuando se disponía a tomarlo su mano choco con la de un masculino.

-Lo siento, pero yo lo vi primero.- dijo un joven moreno y alto, aparentemente de su edad.

-Creo que se equivoca, ya lo tengo en mi mano...- respondió ella con arrogancia.

-Una joven con actitud por lo que veo... prefiere un postre que es helado y whisky.- comento el muchacho.

-Existimos mujeres a las cuales nos agradan los riesgos, señor.- respondió Katrina, tomo con firmeza el vaso, se dio la media vuelta, de regreso a su mesa.

-¡Por cierto, me llamo Valentino!.- exclamó él.

Ella frenó sus pasos y se giró hacía el joven.

-Jamas pregunté su nombre.- respondió. Giro de nuevo y se marchó, sintiendo la mirada del muchacho clavada en su espalda.