En Otra Vida

Gian:

Negaba con la cabeza, Naima solo me miraba sin decir ni una sola palabra, realmente estaba demasiado molesto, nunca me hubiera imaginado nada de lo que Eva estaba haciendo.

Gian: Sabía que con algo nos iba a salir.

Naima: si le pasó algo…

Gian: ¿Qué le va a pasar? Dejó el celular para que no la llamemos, ya me conozco ese maldito juego.

Naima: solo hay que escucharla.

Gian: ¿Qué te va a decir? ¿Ahh? Es que mi tía me prohibió salir. ELLA DEBIÓ ACATAR LAS ORDENES, no escabullirse como una delincuente.

Cerré los ojos respirando con tanto desespero, en verdad que Eva, podía hacer que perdiera la cordura y más ahora. Naima apartó sus lagrimas, negué con la cabeza acercándome a ella, sostuve su mano jugando con sus dedos, sostuve su barbilla haciendo que me mirara.

Naima: No debí castigarla.

Gian: hiciste bien, pero ella rebasó los límites.

Escuché que la puerta de atrás se abrió, aseché un poco viendo que Eva entraba con un mini vestido, me aparté de Naima cruzando los brazos, hasta con cuidado iba cerrando la puerta…

Gian: ¿EN QUEEE DEMONIOS ESTABAS PENSANDO?

Dio media vuelta con tremendo salto mirándonos a los dos, tragó saliva dibujando una pequeña sonrisa. Mi pecho subía y bajaba de lo alterado que me mantenía por la situación que estaba con ella en este momento. Naima se levantó preocupada, corrió hacia ella, la sostuve de la mano, no iba a considerar que no solo nos ha faltado al respeto desobedeciendo.

Eva: Tío yo…

Gian: NADAAA, ACUTASTE POR TU PROPIA CUENTA… NO TENDRÁS MESADA, NO SALDRÁS SIN TU MADRE A NINGUNA PARTE, NO TENDRÁS CELULAR Y MENOS PORTATIL, ESTÁS CASTIGADA Y ESTA VEZ HABLO EN SERIO.

Eva: No eres mi papá para castigarme, ustedes solo son mis tíos que así como les miento, igual me han mentido durante mucho tiempo. NO TIENEN DERECHO SOBRE MI.

Asentí con la cabeza, en verdad que me estaba conteniendo para no ir y emparejarle la otra mejilla donde la había dado la cachetada Naima… así quería que fueran las cosas, adelante… conmigo esos jueguitos de niña rebelde no los iba a tolerar.

Gian: TIENES RAZÓN, NO SOMOS TUS PADRES NATURALES, PERO SOMOS TUS PADRES LEGALES, TUS VERDADEROS PADRES TENIAN LA CONFIANZA Y SABÍAN CON QUIEN DEJARTE EN CASO QUE ALGO LES PASARA, ASÍ QUE TE GUSTE O NO, SOMOS TUS PADRES Y ESTA ES MI CASA Y LA VAS A RESPETAR… ¿TE QUEDAAAA CLAROOOOO?

Dio dos pasos hacia atrás, se asustó de la manera que le hablaba, nunca había tenido la necesidad de hablarle de esa manera y menos levantarle la voz, pero la actitud que en este momento tenía era todo por largarse a esa maldita fiesta y sin permiso.

Pasó frente a nosotros demostrando que no le importaba los castigos que se le estaban dando. Iba directo a las escaleras, no perdía la vista de ella, caminé siguiendola… ahhh por que lo de quedarse con el celular y la portátil estaba hablando muy en serio… se subía a pasos apresurados, se detuvo en el ultimo escalón mirando desafiando.

Eva: NO SABES COMO ME HUBIERA MUERTO JUNTO A MIS PADRES, ELLOS ESTAN REVOLCANDOSE EN SU TUMBA VIENDO COMO ME TRATAN.

Una fuerte punzada sentí en mi corazón, cada palabra bien dada al corazón, esos eran los golpes bajos que por ahora tenía Eva contra nosotros.

Gian: POR OBRA Y GRACIAS A DIOS SIGUES CON VIDA, ASÍ QUE AGRADECE QUE NO TE MANDO A VOLAR CON TODO Y ESOS DIENTES POR GROSERA.

Eva: HAZLO… HAZLOO, TE DEMANDO POR MALTRATO.

Naima: Eva…

Eva: NO SE DAN CUENTA… ME HACEN TAN INFELIZ, SIEMPRE LO QUE USTEDES QUIEREN, SOLO ESO. NO ME ESCUCHAN, NO ME ENTIENDEN, SOLO EXISTEN USTEDES Y SU ESTUPIDO DESEO DE TENER HIJOS PARA HACERME A UN LADO… PIDANLE A DIOS QUE LES REGALE UN MALDITO HIJO Y A MI DEJENME EN PAAAZ.

Naima: EVAAAAAA….

Me quedé helado en escuchar sus palabras, no hice ni el intento por sostenerla, salió corriendo hacia su habitación, me quedé en completo shock, nunca, jamás me había hablado de esa manera.

Gian: SE ACABOO… SE ACABÓ…

Subí los escalones de dos en dos, la puerta de la habitación de Eva la cerró de un fuerte portazo, conmigo no Eva, ya fue suficiente, Naima subía tan rápido las escaleras, en cambio yo estaba hecho una furia, sostuve la perilla, la giré viendo que había cerrado con seguro, no me importó, levanté el pie soltando tremenda patada a la puerta abriéndose de inmediato, estaba con el celular en la mano levantando el colchón de la cama queriendo guardarlo allí, me acerqué sosteniendo su mano sin dañarla, no vaya ser que se le ocurra decir algo que no…

Eva: AAAAyyyy…

Le di poca importancia a su grito de dolor, solo estaba actuando ya que ni le apreté la mano.

Gian: Sueltalo Eva.

Eva: Me lastimas, me duele.

Pasé la mirada hacia su mano viendo que estaba algo morada por alguna lastima que tuvo, la solté de inmediato cuando arrojó su celular rompiéndose algunas partes, la miré con una ceja levantada asintiendo con la cabeza, caminé hacia el levantando los pedazos que quedaban, caminé hacia su escritorio donde estudiaba, jalé los cables del cargador sosteniendo la portátil. Naima entró a la habitación venía a Eva que se sobaba su mano, cosa que era mejor que no se metiera. Le di el celular y la portátil, caminé hacia la mesa de estar abriendo los cajones, buscaba lo que fuera que pudiera hacer que tenga contacto con sus amistades, no le dejaría ni una sola opción, abrí la mochila sacando sus libros y libretas.

Eva: Estas invadiendo mi privacidad.

Miré la puerta que quedó colgando del golpe que le di…

Gian: Estas en mi casa, cuando crezcas y trabajes, entonces tendrás la tuya y podrás impedir la entrada en cualquier lado, todo lo que portas y lo que tienes sale de mi bolsillo.

Eva: Eso es mentira… SÉ QUE TENGO UNA FORTUNA.

La miré haciendose los grandes los ojos, pasé la mirada hacia Naima, pero ella negó la cabeza, ¿Cómo demonios lo pudo saber?

Eva: Así que esta es mi casa, y los puedo echar si así lo deseo.

Quedé frente a ella cruzando los brazos, me daba un poco de gracia, como si su dinero fuera la única manera en que hemos vivido.

Eva: Voy a buscar a un buen contador y que cuente cada dólar que tengo desde que mis padres lo dejaron…

Gian: Hazlo, ¿crees que me importa? No Eva, gracias al cielo Naima y yo solo somos tus tíos, lo has dejado bien claro, no necesitamos de tu dinero para sobrevivir, tu tía tiene una profesión, igual yo, cada dólar… Escúchame bien Eva… CADA DÓLAR QUE TENGO EN MI CUENTA BANCARIA HA SIDO POR EL ESFUERZAO DE MI TRABAJO.

Eva: Pues lo sacas de mi empresa, no sé de que sea, pero tengo mi negocio.

Gian: El día que caiga en tus manos, será tuyo. Tengo todo el poder tutorial para tenerlo en mis manos donde UN SOLO MALDITO DÓLAR NUNCA HE TENIDO LA NECESIDAD DE TOMARLO. SÉ QUE ES TUYO… PERO NO NECESITO DE ROBARTE A LA QUE CREÍA QUE ME CONSIDERABA SU PADRE. CUANDO CUMPLAS LA MAYORIA DE EDAD, ENTONCES HABLAREMOS… MIENTRAS TANTO SIGUES DEPENDIENDO DE NOSOTROS.

Tomé la mochila terminando de sacar todo, di con mis tarjetas que le tenía dado y por su puesto que la suya, que no debe tener mucho, pero la dejaría sin nada en estos días. Arrojé la mochila. Le sonreí en forma de advertencia… Naima estaba parada junto a la puerta siguiéndome con la mirada, sostuve la portátil y el celular, capaz y la convencía para que se los dejara. Salí de la habitación negando con la cabeza, de mi nunca debieron salir esas palabras, pero estaba claro que los secretos de la familia empezarían a salir de la luz, donde habíamos quedado en no decirle por el momento nada a Eva, no por que me quiera quedar con su herencia, es lo que menos me interesa, pero a esa edad que tenga en sus manos la fortuna que ella tiene la hace vulnerable ante cualquier vividor y más aprovechándose que envolverla.

Bajé las escaleras solo pensaba en lo que ella igual había dicho sobre los hijos, cosas que nunca se deberían tocar… abrí la puerta del despacho, respiré profundamente, caminé hacia el escritorio tomando asiento. Saqué la llave de uno de los cajones abriendo el cajón principal donde estaban todos los documentos importantes de todos nosotros, metí la portátil y el celular así como sus tarjetas y las mías que eran las que le deba para que gastara sin tope alguna…

El rechinar de la puerta provocó que levantara la mirada, Naima entró cerrando la puerta.

Naima: Debiste preguntarle donde estaba.

Gian: ¿Dónde más? en esa fiesta con el menso de Brandon…. Si tanto dice que la quiere y sobre todo hacer bien las cosas, por que no la vino a dejar en la puerta de la casa y actuar como un verdadero hombre.

Naima: ¿Y si no estaba con él? Llamé a Jimena y ella tampoco contestó.

Gian: Por favor Naima… por favor… Es obvio que es su mejor amiga, le habrá advertido que si la descubrimos la llamaríamos. NO HAY SALIDA PARA EVA.

Asintió con la cabeza, se acercó sentándose sobre mis piernas, dejó caer su cabeza en mi regazo.

Naima: Se nos está saliendo de las manos Eva, la podemos perder.

Gian: Es la edad, solo que le llenan la cabeza de tanta cosa.

La aparté un poco haciendo que me mirara, podía de esta manera ver sus hermosos ojos, rosé sus dedos en su mejilla, ella sonrió tomando mi mano…

Naima: Nada de lo que dijo es lo que siente.

Gian: Hemos hablado de eso, sabes que cuando una persona dice lo que en ese momento suelta es por que lo lleva dentro por mucho tiempo, llega el momento que menos esperemos y lo deja salir, al menos con Eva asi funciona. Pero… ¿le dijiste sobre su herencia?

Naima: No, ¿Cómo se te ocurre? Pero… si te la pide.

Gian: Le puedo mostrar sus estados de cuenta, todo lo que quiera saber, pero entregársela, eso si que no. Todo a su tiempo.

Naima: Gian.

Gian: No quiero que te afecten sus palabras solo de los hijos, como dices, estaba en un momento de mucha atención, quizá sea más adelante o cuando los dos estemos preparados para tener una familia con Eva, Dios no ha querido que sea en este momento para apoyar a Eva que sinceramente, no la veo bien… Nada bien.

Naima: ¿Por que lo dices?

Respiré profundamente, no quería decir nada, pero esas actitudes ella de antes no las presentaba, pero la cercanía de Brandon a Eva, si me preocupaba, no tanto por que sea malo, solo es un chico que su madre le ha escondido muchas cosas ante la vista de los demás, tanto que era la misma madre quien le solucionaba sus problemas.

Negué con la cabeza, no quería preocuparla más de lo que ya estaba, la cosas con Eva iban a cambiar siempre y cuando ella lo deseara.

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