Marcel Dávila había pasado la noche con un desconocido al haber sido drogada por su madrastra. Como resultado de esa noche, ella quedó embarazada y, por sugerencia de la malvada mujer de su padre, ella se vio obligada a casarse con un hombre cruel, muriendo en manos de este.
Pero el guardián de las almas decidió darla una nueva oportunidad a Marcel, regresándola al pasado, justo cuando ella descubría su embarazo y para cambiar su destino, ahora ella debe de encontrar al padre de su hijo, sin imaginar que se trata de Anubis Salvatore, duque del imperio de Azulea, un poderoso y temido hombre lobo. ¿Qué pasará cuando Marcel lo encuentre? ¿Anubis aceptará a su hijo?
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La desgracia de Marcel
Marcel Dávila hija Marcelo Dávila un marqués importante del imperio de Galatea. Al morir su madre cuando ella tenía apenas 5 años de edad, la joven se quedó a cargo de su Nana, ya que su padre se limitaba solo a trabajar.
Su padre, al ser un hombre influyente en el imperio de Galatea, siempre pasaba el tiempo haciendo negocios fuera de casa, y por esa razón casi no tenía tiempo para pasarlo con Marcel.
El marqués, luego de dos meses de haber muerto la madre de Marcel, llegó a casa con una mujer llamada Susana, la cual tenía una hija de la edad de Marcel, y esa niña tenía por nombre Elena, y era una niña muy obediente y juiciosa delante del marqués.
Debido a sus muchas ocupaciones, el padre de Marcel le delegó las funciones de la casa a su nueva esposa, y está feliz de la vida manejaba a voluntad los asuntos del marquesado.
La niña luego de que su madrastra tomará control absoluto de la mansión, empezó a tener problemas hasta con su alimentación y otros de sus problemas fue: que su madrastra la obligó a darle su habitación a su hija Elena, ya que según Susana, ambas son hermanas y merecen compartir sus cosas, por la bondad de Marcel dar su habitación Susana le asignó otra muy fea, misma que era limpiada solo por su Nana, y está también se encargaba de bañarla y vestirla, y lo hacía no por orden de Susana, puesto que cuando la difunta marquesa murió, la Nana se ofreció de buena voluntad para servir a Marcel, además de eso, Susana prohibió que los demás sirvientes atiendan a Marcel, lo que significa que estos ignoraban a la pequeña.
Los mejores vestidos, zapatos y juguetes eran tomados por Susana para dárselo a su hija Elena, y esta última en compañía de su madre, se burlaban de Marcel en muchas ocasiones, y le decía que ella era una bastarda sin madre, a la que su padre no la quiere. La pobre Marcel solo hacía llorar, y nunca fue capaz de hablar con su padre sobre los abusos que se cometían en su contra.
Marcel para vestirse lo hacía usando los vestidos más viejos y feo que le daba Susana y su hija, y muchas veces no tenía zapatos para andar por la casa, ya que los que Susana y su hija le daban, estaban ya en mala condiciones. Su malvada madrastra cuando asistía a reuniones sociales, solo iba con su hija Elena y allí ambas se lucían como damas nobles y refinadas.
Aunque el marqués pagaba los mejores maestros para ambas niñas, a Marcel solo se le enseñó modales para que cuando este delante del marqués, no haga quedar en evidencia a Susana, en cambio, su hija, aun siendo poco inteligente, recibía educación de los mejores maestros que pueden haber en esa época.
Susana le pagaba extra a los maestros, para que no le den clases a la niña, ya que ella en un futuro quería que su hija sea la heredera de la fortuna del marqués, y los que se negaban a recibir tales sobornos, eran amenazados por Susana, y de esa manera, ellos hacían lo que ella les ordenó.
La Nana no se quedó atrás, y a escondidas de dicha mujer le enseñó a leer y a escribir muy bien a Marcel, y por eso no tuvo la necesidad de usar otro maestro en particular para aprender tales cosas.
La Nana era su único apoyo cuando el marqués no estaba, ya que cuando Susana ordenaba que se le dé la sobras de las comidas, la Nana a escondidas de ella y sus aliados, le llevaba frutas y uno que otro postre y lo guardaba bien debajo de la cama, en una tabla del piso.
Cuando llegaba el marqués, Susana fingía que era la mejor de las madres, y juntos como una familia compartían la mesa, como la haría una familia feliz.
Pero cuando el hombre nuevamente se iba a hacer negocios fuera de la casa, la cosa otra vez volvían a la normalidad, y la vida de Marcel era igual.
Cada cumpleaños, el marqués le regalaba algún regalo caro a su hija, y dicho regalo terminaba en las manos de Elena, o en algunos casos rotos.
Marcel era castigada duramente por su madrastra Susana hasta por ella no hacer nada, ya que la mujer y su hija sentían un verdadero deleite al ver a la niña llorar y ser lamentable.
Poco a poco la joven perdió el respeto de los sirvientes de la mansión, y ya estos también la humillaban con muchas palabras, pues Marcel aunque sea la hija legítima del marqués y Elena no lo sea, la cosas allí debido a Susana era al revés, ya que aquella mala mujer solo favorecía a su hija Elena, y un sirviente en la mansión vivía mejor que Marcel.
Cuando la joven cumplió su mayoría de edad, he decir sus 18 años, el marqués quiso hacerle una fiesta donde ella también iba a debutar en la alta sociedad.
Por orden del marqués, la organización de la fiesta estuvo a cargo de su madrastra Susana, quien de mala gana aceptó tal cosa.
Ella tenía todo preparado para hacer que Marcel caiga en una trampa, misma que la haría pasar por la mayor de la vergüenza.
El día de la fiesta llegó, y ese día, Marcel fue preparada por su nana y esta tenía un hermoso vestido color violeta, el cual iba acompañado de finos accesorios, los cuales fueron todos regalos del marqués su padre, pues a pesar de que él no tenía tiempo para estar en casa, amaba a Marcel por ser ella hija de su único amor.
Cuando llegó la hora de la fiesta, Marcel, al ser la festejada, llegó de último con su padre al salón, la cual se estaba llevando a cabo en la capital de ese imperio, a esa fiesta asistieron muchos nobles, y todos allí se quedaron deslumbrados por la belleza de la hija del marqués, a la cual nunca habían visto.
Marcel bailó unas cuantas piezas de baile con su padre, luego de eso, ella bailó otras piezas más con los jóvenes solteros de la fiesta, ya que así se hacía en un debut en la alta sociedad.
De lejos su madrastra Susana y Elena veían con envidia y ojos llenos de malicia la joven, y esperaban el tiempo preciso para que ella caiga en su trampa, la cual consistía en que ella sea drogada con un fuerte afrodisíaco, el cual le haría estar inconsciente, y ella le pagó mucho dinero a un sirviente para que él se la llevará a la sala de descanso con discreción, y allí la violara como quisiera, y que diga cuando se descubra todo, que ella al estar borracha se le ofreció y él no se negó, y al no ser ella pura, Susana la ayudaría a casarse con cualquier viejo de ese imperio, y así su hija sería la única dama noble de la familia.
El plan dio inicio, cuando el marqués padre de la joven propuso brindar con ella, en honor a su mayoría de edad, y en ese momento, un mesero pagado por ella le llevó la copa de la bebida mezclada con el afrodisíaco el cual haría efecto luego de una hora en el cuerpo.
Todo parecía estar bien, hasta que la Nana vio el cambio de semblante de la joven, la cual parecía estar en mal estado.
De forma inmediata se dio cuenta de que algo malo estaba por pasar, ya que la niña apenas tomó una sola copa de vino, el cual no era tan fuerte, pues el marqués no quería que la niña se emborrachara en plena fiesta.
Con discreción, ella sacó a la joven de la fiesta y con la ayuda del cochero, llevó a la posada más cercana,
La Nana dejó en la habitación de la posada a la joven y bajó a despedir al cochero, y al hacerlo le mandó un mensaje al marqués diciendo: que la niña se quedaría con ella en una posada en la capital, ya que ella no se sentía bien del estómago.
Cuando el marqués recibió el mensaje de la Nana, no vio nada malo en eso, porque dicha mujer es de su confianza y él sabe que su hija está segura estando con ella.
♦️ En la posada
Luego de que la Nana despidiera al cochero, se regresó a la habitación, para encontrar que estaba vacía, y en ningún lugar estaba su niña Marcel.
Desesperada, ella salió de allí, en busca de Marcel, y pidió ayuda a los dueños de la posada, y esto la ayudaron a buscar por todo los alrededores, sin éxito alguno.
Mientras la Nana preocupada buscaba a la joven, Marcel luego de que por un momento se le aclarara la conciencia, se dio cuenta de que estaba en una habitación extraña para ella, y entró en pánico al instante, y temió lo peor, debido a que en aquellos días, era muy común que las jóvenes sean secuestradas y allí eran violadas por sus secuestradores.
"Para salvarse" ella salió de allí, y se fue a lo que según ella era la salida, pero en realidad, ella entró a una habitación oscura frente a la suya, y al hacerlo, nuevamente la conciencia se le nubló por completo, y el afrodisíaco estaba haciendo otra vez efecto en ella, provocando que su cuerpo tenga mucho calor y un deseo fuertes de hacer el amor.