Tras perder a su padre y su madre terminar con graves lesiones, Violeta se ve obligada a conseguir mucho dinero para salvarla. Es entonces que logra un trato con el CEO para ser su esposa por un año. Las cosas parecen sencillas hasta que él empieza a preguntarse por qué debe dejarla ir ahora que tiene lo que deseó por tanto tiempo. Sin embargo, el pasado regresa para poner a prueba su matrimonio.
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Antes de empezar - capítulo I - Las preparaciones
Prólogo
Tras perder a su padre y su madre terminar con graves lesiones, Violeta se ve obligada a conseguir mucho dinero para salvarla. Es entonces que logra un trato con el CEO para ser su esposa por un año. Las cosas parecen sencillas hasta que él empieza a preguntarse por qué debe dejarla ir ahora que tiene lo que deseó por tanto tiempo. Sin embargo, el pasado regresa para poner a prueba su matrimonio.
Mensaje de la autora
Bienvenidos a esta novela del 2023. Gracias por acompañarme en este proceso de escritura y aprendizaje constante.
Algunas aclaraciones
Esta novela fue pensada para un concurso, por lo que es posible que comparta algunas características con otras que hayan leído. Mi intención es dar mi perspectiva y tratar de sorprenderlos. No quiere decir que comparto el pensamiento, ni concuerdo con las acciones que realizan los personajes.
Sus opiniones y mensajes son bienvenidos, ya que enriquecen a la historia, sobre todo mientras la estoy escribiendo. Recuerden hacerlo desde el respeto.
Trataré de responder a sus comentarios y dudas siempre que esté a mi alcance.
Por último
Si mi novela les gusta, no se olviden de dejar sus votos y sus me gusta; porque eso me hace saber a cuantas personas he llegado, posibilitando a sí también a que más personas me lean. Puesto que es inmenso el tiempo que le dedico a crear historias que ustedes son capaces de devorar en días.
***
Capítulo Uno
Aún no puedo creer como es que terminé en esta situación. La asistente me pregunta si el vestido me gusta. ¿Qué importa si es bello un vestido que nunca deseaste llevar? Le digo que si solo para avanzar en eso. Quiero ir al hospital para ver cómo sigue mi madre. Papá y ella tuvieron un accidente hace un mes de regreso a casa. Unos maleantes los quisieron asaltar y al parecer no les bastó con robarles, sino que tuvieron que descargar sus armas sobre ellos. Papá defendió a mamá y la mayoría de los disparos fueron a su cuerpo y murió antes de que la ambulancia llegara. En cambio, mi madre solo recibió un disparo, pero este tocó uno de sus órganos vitales y ahora está intubada esperando que yo consiga el dinero para que pueda estar en la lista de espera para un trasplante. Esos malditos me dejaron prácticamente huérfana y ni siquiera sé quiénes son.
—Señorita Violeta debemos ir al estilista ahora —dijo mi asistente, la cual me había puesto mi futuro esposo para prepararme para la boda que tendríamos esta misma semana.
—Sí, claro —dije y me ayudaron a quitarme el enorme vestido.
Antes de hoy era una chica normal de veintidós años que estudiaba en la universidad de bellas artes. Con una apariencia desfavorable para lo que podría pensar la mayoría. Mi padre decía que yo era un diamante en bruto, sé que lo decía con cariño, pero siempre me pareció ofensivo. Sin embargo, después de un día al lado de mi nueva secretaria pasé a estar con un bronceado que dejó todo mi cuerpo del mismo color, algo que no sabía que era posible; mi cabello pasó de castaño a rubio dorado y me llega a la cintura, ya que tengo la cabeza llena de extensiones. Y en la prueba de maquillaje descubrí que existe más que el labial y las sombras. Esa chica puso en mi rostro más de veinte productos. Algo que supongo que con el uso prolongado hará que se me caiga el rostro.
—Está perfecta —dijo mi asistente cuando terminaron conmigo y al verme en el espejo solo pude reconocer mis ojos—. Muy bien, ya terminamos por hoy. Aquí está el cheque que necesita para presentar en el hospital. La limusina la llevará, mañana iremos a comprarle ropa.
Parecía que mis overoles pintados no le gustaban a la señorita que el CEO había dejado a cargo de mi cambio de apariencia. Aun así, no podía decirle nada por qué yo estaba al tanto de lo que me enfrentaba cuando firmé ese maldito contrato. Un año no es mucho tiempo si logro salvar la vida de mi madre; solo tengo que soportar el espectáculo y luego volveré a la facultad.
Según dicen los tabloides, la exesposa del CEO lo abandonó al enterarse de que este era gay, y su familia lo presiona para que les dé un heredero. Así que supongo que esa es en parte la razón de que este esté apurado por contraer matrimonio nuevamente. Según mi padre, en el mundo de los negocios hay que mantener las apariencias si no te devoran.
—Señorita Violeta. Estamos en el hospital —dijo el chofer después de abrirme la puerta de la limusina—. Debo acompañarla hasta adentro. Disculpe, pero mi jefe dio órdenes explícitas de que no me separe de usted.
—No se preocupe Mario, leí bien el contrato y estoy al tanto de lo que puedo hacer y lo que no —le aseguré y entramos al hospital.
Era impresionante como las personas me miraban. Días atrás nadie volteaba ni cuando lo llamaba para pedirle algo. En cambio, ahora que llevo escolta y voy vestida como una princesita de la gran manzana parecen querer volverse mi alfombra. Es una maldita sociedad que solo vive de las apariencias, detesto esto.
—Buenas tardes, la estábamos esperando —me dijo una mujer mirándome con temor—. El señor De la torre nos pidió que la asistiéramos en todo momento.
Ese era el nombre de mi futuro esposo. Al parecer, no solo me vigilaba y controlaba como debía verme; también hacía que todos a mi alrededor se volvieran demasiado serviciales, interesante.
—El doctor hizo que cambiaran a una habitación privada a su madre para que pudiéramos tratar de mantener al mínimo la posibilidad de contagio de enfermedades intrahospitalarias —me explicó la mujer.
Una vez que el médico me explicó cómo seguía la salud de mi madre y me aseguró que estaría primera en la lista, gracias a los millones que mi futuro esposo les había dado, me permitió entrar a verla. No pude evitar ponerme a llorar cuando pasé. Estaba llena de cables conectados a máquinas de las cuales no podía entender nada.
—Hola, mami —dije sin poder evitar sentir cómo se me cerraba la garganta—. Te necesito a mi lado, así que debes recuperarte pronto. Papá no querría vernos así, él quería que vivieras.
Recordé la última vez que fuimos por helado y sonreí levemente. Papá decía que yo siempre sería su pequeña y me había comprado un triple cono. Mamá se quejaba de que me siguiera mimando pese a mi edad y yo solo disfrutaba de su compañía.
—Señorita Violeta, es muy tarde. Debemos volver a la mansión —dijo Mario, el tiempo había pasado muy rápido.
—Lo siento —dije y me puse de pie.
—No se disculpe conmigo —me dijo como si se avergonzara—. Es solo que la señorita Alisé no va a estar feliz si no llegamos antes que el CEO. Seguramente querrá que usted cene con él.
—Podrías interceder por mí. No quiero cenar hoy —dije y al verme pareció sorprenderse. Me dio un pañuelo y al ver mi reflejo me di cuenta de que había arruinado todo el maquillaje que me habían puesto.
—No se preocupe, Alise enviará a alguien para que la ayude a que durante el viaje de vuelta la deje como nueva —dijo nervioso.
Saludé a mi madre y nos fuimos del hospital directo al coche. Por suerte para mí no había casi personas a nuestro alrededor, aunque escuché a algunas hablar a mis espaldas. Así que de camino a mi nuevo hogar por un año pasamos por una tienda donde dos chicas subieron al coche.
—No se preocupe, señorita Violeta. Antes de llegar a casa se verá maravillosa —dijo una de ellas mientras la otra me quitaba el maquillaje y así fue que al detenerse el coche frente a la mansión de la familia De la Torre me veía de nuevo como una princesa.
Autora: Osaku
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Pero que a caso el señor De La Torre no se a dado cuenta que la chica no es su anterior esposa? O se niega hacerlo? 🤔🤔