Encuentro Casual - Parte 1

“Ah” suspiró el conde Cuddyer una vez que llegó a su mansión.

Una fiesta tan grande había sido agotadora.

“¿Cómo están mis hijos, Leo?” preguntó a su mayordomo mientras este le ayudaba a sacarse el saco.

“Ambos están durmiendo, señor”

“La próximo semana vendrán las hijas de los Widget así que asegúrate de hacer una presentación digna para ellas”

“Si, señor” se retiró dejándolo descansar.

“Si, es lo mejor. Él aún es un niño, estoy seguro que ya lo olvidó” suspiró nervioso.

¿Qué era lo que tenía que olvidar su hijo? Era un misterio que aunque lo torturarán no se atrevería a revelar.

La esposa del conde había fallecido un poco después de que su segunda y última hija naciera, fue una noticia que sacudió todo el país y muchos pensaron que después de unos años el conde se volvería a casar y todas las damas solteras estuvieron atentas. Sin embargo, no parecía que el conde buscara esposa. Pero ese no era el tema.

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“Mi padre ya llego ¿cierto?”

Nathaniel, hijo mayor del conde jugaba con un cuadro viejo echado en su cama.

“Así es joven amo” Leo le contestó fluidamente.

“¿Tienes algún otro reporte?” le preguntó por su aún continuidad.

“El señor dijo que la otra semana vendrán las hijas del duque Widget para socializar”

“¿Socializar? ¿Yo con unas niñas?”

“¿No puedo negarme como las otras veces?”

Anteriormente él pudo evitar a diferentes niñas pero esta vez se trataban de gente que era cercana a su padre por generaciones, era más complicado.

“Lamentablemente no, usted sabe que los Widget son el escudo de la familia Cuddyer”

“Lo sabía pero … un momento dijo ¿hijas? No solo existía esa presumida de Adelaide?”

“¿Por qué dijiste “hijas” si los Widget solo tienen a una hija?”

“Hace un mes adoptaron a una niña”

“¿Y por qué no lo sabía?”

“No sé sabe mucho de ella, sólo que la propia madre del duque la eligió”

“¡¿Qué?! Pero eso es importante, qué clase de niña es esa”

“No lo sé señor ¿Quiere que lo averigüe?”

“…No. Yo mismo lo descubriré cuando la vea. Veré si como las otras” tocó su barbilla enorgullecido de su apariencia.

Una de las causas por las que detestaba salir era porque su hermoso aspecto le daba problemas, las niñas eran muy posesivas e imaginativas. Y él era un vanidoso sin reproche.

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“Zuri, vamos a ir a dar una vuelta por la ciudad así que coge dinero para poder ir”

“Sí, señorita” se apuró en llevar lo suficiente.

La razón por la que Willow se disponía a salir a tan solo dos días después de la fiesta era simple, su ropero era muy pobre para ser miembro de esa familia. Su hermana vestía hermosos vestidos que parecían dignos de fiestas pero ella no tenia esa libertad y lo necesitaba aún más con la pronta visita al Condado.

“¿Realmente es necesario sorprenderlos? Los Cuddyer son cercanos a los Widget, es imposible que ellos me ayuden pero algo en mí me dice que puede ser útil. Sí. Sería satisfactorio ver como la propia mano que sostiene la apuñala”

“¡Muévete si no quieres morir!” gritos de sus soldados y su conductor interrumpieron sus pensamientos.

“¿Qué pasa con esos gritos?”

“Señorita no salga quizás solo sea un mendigo en el camino” le dijo sentada y calmada parecía como si esa mujer había olvidado que una vez ella también fue encontrada de una forma parecida por la ex duquesa .

No dijo nada pero ignoró su recomendación y salió del carruaje ignorando a su criada.

Un cuerpo de un niño casi escuálido se encontraba delante de su carruaje. Por una razón ese niño le hizo recordar a su madre, su madre solía tirarse frente a los carruajes para limosnear, pero este niño parecía no tener ni fuerzas para hacer eso. Era como si hubiera caído por la falta de alimento.

“¡Párate mocoso!”

“¡¿Acaso no sabes ver de quién es el carruaje qué acabas de obstaculizar?!”

Los guardias lejos de sentir compasión y empatia por el pequeño se disponían a pisotearlo como si fuera un pedazo de basura sin valor.

“Maldita gente ¿Lo ayudó? ¿Me causará problemas hacer eso? Estoy segura que sí, mi madre y hermana me gritarán pero ¿Desde cuándo me importa lo que piensen? No soy ninguna insensible para quedarme sin hacer nada al final yo ahora soy quien manda aquí”

“Basta” ordenó y sus caballeros al instante se pusieron rígidos como rocas y le dieron permiso.

Ella acercándose al cuerpo que tenía al frente pudo ver con mayor claridad al sujeto. Parecía ser un niño de 7 años, tenía la cara sucia y felizmente no estaba sangrando por los golpes aunque su estado decía que no había probado comida de hace un buen tiempo.

“G-Gra..cías” su voz era un hilo cortante capaz de desvanecerse en cualquier momento.

“¡Guardias métanlo al carruaje!” ordenó al verlo perder la conciencia.

Ellos dudaron. Meter a un individuo en ese estado y sin conocer quién era le traería problemas pero en este momento era Willow que ordenaba con una mirada gruesa que acabó sus dudas e hicieron lo que se les pidió.