El demonio de ojos rojos - Parte 2

“Compasión ¿eh? Cómo si vaya a creerle, sé muy bien que algo oculta. Los demonios como ella no sienten compasión por los demás. Ese niño ¿dónde se ha metido?, si él no reveló quien es entonces pensó que Willow era mi herramienta, si eso es así entonces debo evitar que hable con otra persona. Pero si le contó podría destruir todo. Y los Cuddyer, estoy seguro que esos niños no saben nada, el mayor no parece inteligente y la menor es tan estúpida como su madre”

Quizás no era una buena decisión subestimarlos.

“Bueno qué más da, estoy segura que si no murió en el incendio la calle y el hambre lo hará” sonrió dentro de su carruaje, podía imaginar como ese niño moría bajo la lluvia desplomándose mientras que miles de carruajes pisaban su cabeza hasta hacerla una con el barro “Sí, definitivamente esa sería una buena vista”

El por qué ella quería tanto que Willow sea Emperatriz era algo complicado. Para esa mujer que siempre lo tuvo todo, riqueza, posición, belleza e inteligencia no era nada suficiente o quizás si creyó que era suficiente hasta que se dio cuenta de que en realidad no lo era.

Ella era la segunda hija del Emperador anterior, por el hecho de ser mujer y ser la segunda no podía nunca competir contra su hermano y pensó que era suficiente el hecho de ser aclamada por todos como una Santa. Pero de ahí se dio cuenta de algo, ella nunca quedaría grabada en la historia, su nombre nunca sería escrito y recordado. Ella necesitaba algo que la haría grande y recordada por todos, algo o alguien.

Después de varios intentos logró encontrar la respuesta producto de sus esfuerzos, ser la creadora de una villana o de una gran mujer, ser conocida como la madre de alguien grande y luego robarse su gloria y ser admirada. Encontró esa respuesta el día que se encontró con Willow.

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“¡Atrapen a esa mocosa ladrona!” un hombre empezó a gritar junto con un grupo, parecían demasiados para ir sólo por una simple niña.

“Qué escandalo” abrió su ventana para hacer entrar el aire en ese día soleado.

“Mi señora creo que no es una niña cualquiera”

“¿Qué?”

“Últimamente las sirvientes dicen que hay una niña que parece un gato astuto que toma lo que quiere y desaparece, pierden la concentración por verla frágil pero es un monstruo”

“¿Un monstruo? Qué ocurrente”

“¡Guardias, agárrenla!” se volvió a escuchar los gritos más cerca.

“Esta gente piensa que puede dar ordenes a mis hombres, qué se habrán creído”

“Qué esta pasando aquí” salió frunciendo el ceño molestada por el alboroto.

Ni bien salió los hombres parecían verla con una cara pálida.

“Su Gracia, discúlpenos sólo queríamos atrapar a la niña que esta atrapada en sus caballos”

“¿En mis caballos?” volteó y efectivamente las ropas viejas de esa niña se habían estancado.

Por una razón desconocida su curiosidad despertó.

“Esa niña…esa niña tiene el cabello plateado”

Era sumamente raro ver a alguien con ese color de cabello, sólo se habían visto niños de la realeza o del linaje Widget poseer ese color tan raro.

“Ninguna de ellas tuvo ese color, ella…quién es ella”

“Tráiganla” ordenó a sus caballeros.

“Oh, gracias, Su Gracia por la ayuda”

“¿Ayuda?”

“Sí, por ayudarnos a atrapar a esa ladrona”

“Aquí esta señora” uno de sus caballeros agarro con fuerza los brazos de la pequeña.

“Aun no se si se las entregaré” sonrió.

“Levanta su rostro”

Quería ver sus ojos, si poseía ojos violetas o azules, como los de ella podía ser perfecta. Pero no fue así, unos ojos rojos como la sangre viva resaltaron.

“Esos ojos, los recuerdo. Claro fueron de esa mujer”

“Qué curioso” se disponía a observarlos más de cerca.

“Señora no la toque, es hija de una prostituta. Tiene sangre inmunda en sus venas” dijeron en coro los hombres.

“¿Prostituta? Así que te dedicaste a esto después que tu querido novio te dejo, la ocultaste bien para ser tan estúpida”

“Tomen esto, creó que será suficiente para pagar lo que se robo” le dio la orden para que Zuri les diera unas monedas de bronce.

“Gracias, mi señora” aceptaron las monedas.

“Ya verás mocosa, tal vez esa mujer te convierta en su esclava y pagues por todo”

“Ah. Por cierto” llamó su atención “¿Acaso son ignorantes? Esa cabellera plateada ¿no les dice nada?” les preguntó.

“¿Eh?”

“Nada. Olvídenlo. Al parecer la educación en Ferlia es cada vez peor” les dejó marcharse.

“¿Cómo te llamas?” la miro agudamente.

“….”

“¿No vas a hablar? Te acabo de salvar y no dices nada, qué feos modales”

“…No le pedí que lo hiciera” le contestó con ojos furiosos.

“¡¿Esa es forma de hablarle a la señora después de que te salvo?!” los guardias la sacudieron igual que a un trapo viejo.

“No dije nada malo”

“Jaja, eres muy divertida. Esta bien si no quieres decirme, eres bastante cuidadosa” acarició su rostro sucio “Esos ojos, sabes…”

“El color rojo es visto como maldito, lo sé” la interrumpió.

El color rojo en los ojos o cabello era signo de maldad o crueldad, estaba relacionado con guerras y muertes por lo que eran tan raros como los cabellos plateados. Pero mientras que los plateados significaban paz y eran vistos como símbolo de hermosura, el rojo era odiado.

“¿Tu madre los tiene?”

“No le importa”

“Eres muy ruda” cruzó los brazos “Yo creo conocer a tu madre, posiblemente sea una de mis amigas”

“Imposible, ella odia a personas como usted”

“¿Cómo yo?”

“Sí, gente que se cree mejor que otros y que piensa que con el dinero consiguen todo”

“Oh, que curioso, yo también pienso igual. El dinero no te da todo, ¿sabes qué es más importante que el dinero?”

“…La vida”

“Exacto, pero no se puede vivir por siempre así que al menos tu nombre debe de vivir”

“Para que eso pase se debe de ser muy buena persona o un demonio ¿Quién es usted?”

“Oh vaya, tú ya me estas preguntando. Bueno…yo creo que siempre hay alguien más noble que uno así que un villano siempre es temido”

“…¿Ya me puedo ir?”

“Oh claro, claro, suéltenla” ordenó con una sonrisa mientas subía a su carruaje “Nos volveremos a encontrar, pequeña” fue lo último que le dijo.

“Tsk, espero que no” le contestó la niña mientras se iba corriendo.

Y así fue como una mujer ansiosa de ser recordada y no ver morir su nombre encontró alguien que se ganó su curiosidad. Ojos plateados que eran amados por todos y ojos símbolos de todo malo, era una combinación rara pero a la vez interesante.