El regreso de la espada - Parte 1

El Palacio Imperial era hermoso por donde lo vieran, pintado con oro pulido y ventanas de cristales, era casi imposible pensar que este Imperio estaba en crisis. La guerra había cesado años anteriores pero por qué aún no estaban en buenos términos.

“Saludos a Su Majestad El Emperador Garrett Zane Russell. Que la bendición de la Diosa de la Plata de Ferlia os proteja” Sahara se inclinó ante la presencia del Emperador.

“Hasta que me visitas, Sahara ¿o debería de decir hermana?” en su imponente trono de plata con cristales en él, un hombre de cabello negro con canas y unos ojos dorados oscuros la miraron con agudeza.

“Por favor, disculpe mi insensibilidad, Su Majestad. Y guste en llamarme como usted desee. Ya he perdido el derecho de ser llamada su hermana hace mucho tiempo” le contestó aún con la cabeza agachada.

“Como quieras, cuál es el motivo de tu visita, Sahara Widget”

“Quisiera tener una reunión personal con usted. Tiene que ver con el futuro del Primer Príncipe”

“Ah, entiendo. Veo que encontraste la respuesta. En ese caso” se levantó del trono. Y ahora de pie se veía intimidante, con sus hombros anchos y piernas largas pero su barriga regordete también le quitaba puntos “Sígueme” le indicó.

Detrás del gran trono una puerta secreta que lo concretaba con una pequeña habitación. Dentro los dos pudieron empezar a hablar.

“Su Majestad, je encontrado la pareja perfecta para el Príncipe Frederick” dijo.

“¿La niña que recogiste?” él estaba al tanto.

“Sí, pero ella tiene sangre noble además es muy inteligente, digna de llevar ese puesto” le contó “¿Recuerda a la Baronesa Mitchell? Ella tuvo una aventura con mi hijo antes de casarse, la niña es hija de ellos dos. Sin embargo, a causa de la muerte de su madre ella quedó desamparada. Y el Barón Mitchell no sabe sobre su existencia, no se como ocurrió eso. Supongo que él sospechó que no era su hija y la echó” bebió un poco de té.

“Pensé que la Baronesa Mitchell murió embarazada y no pudo dar a luz”

“Supongo que el Barón nos engañó a todos. Y ahora está pagando por sus pecados al estar exiliado por voluntad propia en sus tierras. Pobre hombre, la carga de conciencia lo volvió loco”

“Saber que tu hijo tuvo otra niña con la Baronesa Mitchell es sorpréndete, conocía sobre su amistad pero pensar que tuvieron un romance cuando ambos estaban comprometidos. Jaja. Supongo que los polos opuestos se atraen. El bendito de Ferlia y la maldita de Ferlia, los dos crearon a una mestiza”

“Se puede decir que es mestiza, sin embargo, ella es más capaz que cualquier niña o adulto que conozca. No lo digo como su abuela sino como una ciudadana de Ferlia. Ella sería perfecta para el puesto de Emperatriz”

“¿No piensa volver de Santa como tú? Ser la Emperatriz será un camino duro si no esta preparada” bebió un sorbo “¿Esta preparada para una pelea contra otras candidatas, Sahara?”

“Sí, es la más lista. Nació para esto” sonrió.

“… Tú nunca estás tan confiada en alguien. Supongo que debe ser verdad. Debe ser como tú, eso me gusta. Cualquiera que se parezca a mi hermana es una persona interesante a pesar de ser mujer, claro, no eres inútil” sonrió satisfecho “Esta bien. Ella también entrará como candidata. Por fin, una Widget mujer como nuestra próxima Emperatriz. He estado esperando esto por mucho tiempo. Las cosas volverán a como deberían ser”

“Gracias, hermano” ocultó su maléfica sonrisa tomando un poco de té.

“¿Aun no hay noticias de mi hijo?” la pregunta casi hizo que la mujer arrojara su bebida.

“No, estoy segura que en ese trágico incendio el pobre chico murió. Quizás sea duro hermano pero tu querido hijo falleció quemado por las llamas” dijo sintiendo cada palabra.

“… Es eso así, entonces” frunció los labios “Sin embargo, son sólo suposiciones, seguiremos buscando. Manda a más hombres a la zona sureste. No podemos quedarnos con las dudas, él es mi hijo, Sahara, él es el Tercer Príncipe de este Imperio” insistió.

“No se si eso cambiará en algo. Pero obedeceré, no obstante te pido que aceptes el resultado cualquiera que sea. Él era tu hijo y también mi sobrino pero de todas formas en una batalla por el trono él hubiera caído primero”

“¡No, eso no es verdad!” gritó “Tú sabes bien que yo lo hubiera hecho Emperador, él era el hijo de la mujer que amé. No importaría lo que digan los nobles o el pueblo, él lleva mi sangre y por ende tiene el derecho”

“Y por eso mismo tuvo que desaparecer. Si él estuviera aquí el Príncipe Frederick no conseguiría el trono y Willow nunca sería Emperatriz”

“Es lamentable, su madre murió y ahora el príncipe”

“¡Maldita sea!” botó la tetera y las bandejas que estaban a su lado “¡No podemos permití eso! ¡Él es el único que me queda ahora!” mordió su labio inferior y Sahara pudo ver como una lágrima recorrió su mejilla.

“Ahora se arrepiente después de que él mismo ordenó que los perros se la comiera ¿eres una clase de psicópata, Garrett?”

“Entiendo tu dolor, hermano, pero no podemos hacer nada, aún te quedan dos hijos más, enfócate en ellos” agarró sus manos para consolarlo “Frederick y Benjamín, ambos también son bueno candidatos para el trono”

“Sahara, y-yo la amaba” sollozo ridículamente.

“¿Amabas? Tú la mataste”

“Lo sé”

“La amé tanto que me dolió ver su cuerpo destrozado ¿sabes? Sus ojos eran hermosos, él tenia los ojos de su madre” empezó a delirar “Sus bellos ojos aún los tengo, son como estrellas, Sahara”

“Hermano, ellos desde el cielo te guiaran”

“¡Por qué, por qué tengo que hacer esta mierda de acción con un tipo tan descarado!”

“Me alegro mucho que vinieras. Eres un gran apoyo en esta situación” le sonrió.

“Para eso estoy, yo te ayudaré a que tu Imperio sea grande, Su Majestad. Usted es mi hermano y mi Monarca, merece todo mi apoyo”

“Pero por supuesto, tienes que hacerlo. Eres una «bendita» después de todo” asintió “Sí, es tu deber, Sahara. Y eres bastante útil a pesar de ser mujer. Bueno, no tiene que ser menos, los de tu especie son inteligentes por naturaleza”

“Por supuesto, Su Majestad” asintió.

“… ¿Cómo esta Aedus?” recobró la compostura “A pesar de ser el nuevo Duque Widget no veo el por qué no venir a visitarme por asuntos familiares y no sólo por trabajo. Es decepcionante” chasqueó su lengua.

“Aedus es poco sociable, siempre lo ha sido desde pequeño. Supongo que vivir con monjas y sacerdotes contribuyó en ello”

“Sí, puede ser. Pero no podríamos hacer nada, la Iglesia lo quiso” suspiró “¿Y tú otra nieta? Pensé que casaríamos a Frederick con Adelaide”

“No, ella no puede serlo. Además cómo te dije, Frederick necesita a alguien de cabellera plateada, alguien que se gane el amor del pueblo y tenga la aprobación de la Iglesia”

“Me da curiosidad, esa niña que escogiste”

“Es verdaderamente interesante, estoy segura que la aceptarás. Y pronto la conocerás, va a intentar ganar el Concurso de Intelecto del Imperio” le contó.

“Entonces este año mi Frederick tendrá competencia”

“Más bien creo que será la oportunidad perfecta para que construyan lazos antes de que Frederick se aísle por su Internado”

“Así es, pronto ira al Imperio Ornia por su internado”

“No entiendo por qué aún siguen actuando así, la guerra ya cesó pero ellos aún siguen actuando de esa forma. Obligando a que los niños nobles vayan a su Imperio a esa edad hasta que cumplan su mayoría. Me parece que quieren lavarles el cerebro con sus ideas mediocres. Si sólo nosotros hubiéramos ganado esto no seria así” la dama mostró su enojo y su cara más horrible en la conversación “Oh, lo siento, Su Majestad, no Quispe ofenderlo, simplemente fue un arrebato”

“Por eso mismo tiene que ver un Emperador listo para atacar y una Emperatriz astuta, estoy seguro que nuestra elección podrá sacar al Imperio de esta situación. Dos Monarcas con el apoyo incondicional de la Iglesia y el pueblo”

“Sí, serán la pareja perfecta. Ambos traerán la paz a este Imperio”

Después de su charla Sahara regresó a su mansión para descansar. El día le había parecido eterno y quedó dormida no antes de que soñara despierta como de costumbre con el día de su preciado momento de victoria.