XVII. Viaje.

Aurore tragó saliva, rezaba en su interior con la esperanza de que no la haya oído.

–¿Q-qué hace aquí?–Preguntó nerviosa.

Él no contestó solo se dedicaba a verla, después de unos largos e interminables segundos que para Aurore parecían ser horas habló.

–¿Con quién hablaba? –Preguntó frunciendo el ceño.

–Con nadie... ¿Por qué la pregunta? –Le temblaban las manos, las juntó poniéndolas tras su espalda para que él no lo notara.

–La escuché hablando, ¿me está diciendo que son alucinaciones mías?

–Hablaba sola, me gusta hacerlo cuando me encuentro en mi habitación. –Dijo intentando ser convincente, el parecía creérselo o al menos eso quería pensar ella.

–Mañana viajamos a primera hora, espero que no se le peguen las sábanas.

–No se preocupe. –Respondió entendiendo la indirecta.

Él se cruzó de brazos y se dedicó a observarla por un momento.

–¿No insistirá en saber a dónde nos dirigimos?

–¿Para qué? No recibiré ninguna respuesta, prefiero ahorrar palabras, señor Alessandro. –Dijo con un tono sarcástico, la observó con intensidad, ella desvió su mirada.

–Vamos a Francia, estaremos cinco días. Añada ropa de frío, si no lo ha hecho.

Ella lo vio confundida.

–¿Por qué debemos acompañarlo?

–¿Quiere arriesgarse a que se repita lo que pasó con ese hombre?

–No, claro que no...

–Pues no siga haciendo preguntas y haga lo que se le pide, debe calmar ese carácter que tiene. –Terminó diciendo mientras la ojeaba de pies a cabeza, para después irse desapareciendo de su vista. Aurore suspiró cerrando los ojos, daba gracias a dios por no haber sido descubierta.

...--------------...

Aurore se despertó más temprano de lo inusual, por alguna razón no había podido conciliar el sueño. Aprovechó que tenía tiempo de sobra y se dio un largo baño enjabonándose todo el cuerpo, mientras se relajaba en el agua. Después del baño fue al vestidor y eligió un suéter beige delgado de mangas largas y cuello alto, junto con un falda de pana marrón con botón delantero. Calzó unos botines negros con tacón alto, se alisó el cabello dejando caer su larga melena hasta la cintura y elaboró un maquillaje un poco más elaborado en los ojos con un labial rosa carmesí. Por último tomó una gabardina negra, pero no se la puso, la colocó en su antebrazo. Antes de salir le comunicó a Ámbar que se iría de viaje.

Agarró sus maletas y las desplazó despacio hasta la puerta delantera, no quería darle más trabajo a nadie, e hizo lo mismo con las de Florentino que ya se había alistado y desayunado. Alessandro entró a la cocina donde se encontraba Aurore ayudando a Olivia. Antes de que notaran su presencia aprovechó la oportunidad de verla, esa falda corta no hacía más que definir la silueta de su perfecto y redondo trasero, y sus piernas esculturales podían destacar. Tuvo mejor vista cuando ella se inclinó para dejar unos platos en el armario bajo. Estuvo durante un largo tiempo disfrutando de lo que veía, la simple idea de imaginar que pudiera poseer todo eso lo excitaba. Aurore que estaba ordenando unos alimentos no percató que había alguien más, pero Olivia sí lo hizo.

–Bueno días, Alessandro. Entra, no molestas ni mucho menos. –Él inmediatamente entendió a qué se refería, y carraspeó.

–Ya nos vamos, salga cuando termine. –Dijo dirigiéndose a Aurore.

–No puede, no desayunó todavía. –Respondió Olivia antes de que pudiera hacerlo ella.

–Lo hará en el avión. –Terminó diciendo para salir por donde vino.

–Olivia, no pasa nada. Sabes que no soy mucho de desayunar. –Le comentó a la mujer que parecía enojada por el comportamiento de Alessandro. –Ya terminé, iré a por Florentino y saldremos.

–Dame un abrazo, muchacha. Me sentiré muy sola aquí sin ustedes.

Se dieron un cálido abrazo despidiéndose y fue en busca de Florentino que permanecía en su cuarto.

–Cielo, ya nos tenemos que ir. –Le dijo mientras lo veía jugar con unos cochecitos.

–Aurore pero yo no quiero dejar a mis juguetes solos. –Respondió con tono triste.

–No te preocupes, volveremos en unos días. –Se acercó hasta estar junto a él–. ¿Qué te parece si nos llevamos a alguno de ellos para hacerte compañía?

Él asintió sonriente y agarró el peluche con el que siempre dormía, lo tomó por la mano y salieron de la mansión, habían varios coches y vigilantes por los alrededores. Alessandro estaba apoyado sobre el auto terminando de colgar una llamada mientras depositaban las maletas dentro. Aurore y el pequeño se acercaron hasta su posición, trayecto que Alessandro no desaprovechó para ojearla. Pero para su disgusto no era el único, todos los presentes la devoraban con la mirada. Sentía hervirle la sangre.

–Póngase la gabardina. –Dijo con irritación en la voz.

–Estoy bien, gracias. –Respondió confusa.

–Hace frío, haga lo que le digo. –Volvió a decir pero esta vez enojado.

–Ya le dije que estoy bien, no tengo frío.

¿Qué le pasaba a ese hombre? ¿Acaso sufría de bipolaridad?

–Entonces métase al auto, Florentino sí tiene.

Aurore volteó la vista hacia el pequeño y este parecía estar bien.

–Está bie...

–Suba al auto. –Ordenó elevando la voz. Aurore no entendía qué le ocurría, hizo caso de mala gana.

Minutos después Alessandro subió sentándose al lado de Florentino que se encontraba en el medio, le indicó al chófer que iniciara el trayecto. De camino Aurore miraba por la ventana con los brazos cruzados bajo su pecho disgustada, mientras él hablaba por llamada en italiano. Al colgar verificó que Florentino se encontraba bien y deslizó con disimulo su mirada hacia ella, sin poder evitarlo bajó la vista a sus senos que parecían pedir a gritos salir del suéter con sus brazos haciendo fuerza bajo ellos. Maldición, pensó él. Empezaba a tener demasiado calor.

Aurore giró hacia Florentino que parecía estar entretenido con el camino y vio cómo Alessando bajaba la ventanilla mientras susurraba algo que no logró escuchar.

–Questo ti succede per un idiota... 《Esto te pasa por imbécil...》 –Murmuró Alessandro entre dientes. Y agarró una gabardina negra del asiento trasero poniéndosela sobre las piernas. Aurore lo observó confundida, tampoco hacía tanto frío como para cubrirse.

Después de dos horas llegaron al aeropuerto, el chófer condujo hasta aparcar junto con un avión en el cual estaba escrita la palabra FERRARI. Aurore cayó en cuenta de que era privado, por supuesto, cómo un hombre tan adinerado no tendría uno exclusivamente para él solo.

Alessandro salió el primero abriendo la puerta para que ella y Florentino hicieran lo mismo. Lo siguieron hasta entrar dentro, Aurore quedó impresionada, era bastante lujoso y acogedor. Él entró de lo más normal, como si fuera habitual llegó hasta el piloto para darle algunas señas, el pequeño corrió a unos de los grandes y cómodos asientos.

–Aurore, ¿puedes encederme la televisión? –Preguntó con entusiasmo.

–Sí, claro. –Tomó el mando a distancia que se encontraba en la mesa, y la encendió. Después de pasar por varios canales se decidió por uno de dibujos animados.

Se veía tan tranquilo y relajado mientras se entretenía viendo la emisión. A diferencia de ella, jamás había estado antes en un avión.

–Florentino, ¿viajaste en avión además de esta vez? –Preguntó aún de pie.

–Sí, con mi tío hace un año. Aurore, siéntate conmigo.

Ella asintió y tomó asiento junto a él, no podía evitar sentirse nerviosa, le temblaban las piernas. Se cruzó de brazos intentando calmarse mientras miraba la televisión. Alessandro que al fin salía de la cabina de pilotaje hizo lo mismo pero en uno de los asientos laterales, echó un vistazo en su dirección y otra vez ella estaba en esa posición, ¿quería provocarlo? Apartó la vista rápidamente, no quería pasar otro largo rato intentando volver a recuperar el control de sí mismo. El avión despegó, con varias turbulencias que asustaron a Aurore, aunque pudo contener su nerviosismo respirando hondo. Una azafata pelinegra pasó por el pasillo, preguntándole a Alessandro si deseaba algo, a lo cual el se negó inmerso en su trabajo.

–Buenos días, Srta. ¿Desea algo? –Preguntó con una amplia sonrisa.

Aurore se moría de hambre, sus tripas ya se empezaban a quejar.

–Buenos días. Si le soy sincera no sé qué pedir. –Respondió un poco avergonzada.

–No hay ningún problema. –Dijo con un aura encantadora. –Aquí tiene el menú, así podrá decidir.

Después de un momento se decidió por un omelette con jugo natural. La azafata le preguntó lo mismo a Florentino, pero este lo rechazó, pues ya había desayunado en la mansión. Le trajeron la comida tiempo después, y estaba delicioso. Las horas transcurrían desde que se montaron al avión. Aurore se preguntaba cuánto tiempo estarían en vuelo. Varias veces miraba a Alessandro, que se encontraba totalmente concentrado tecleando en su portátil, prefería no interrumpirlo.

Florentino yacía dormido, examinó qué hora era, como pensó ya habían pasado cinco horas. Tomó el mando y apagó la televisión para no molestarlo, hizo lo mismo con la ventanilla deslizando la cortina. El tiempo pasaba y Aurore cada vez se sentía peor, unos mareos monstruosos se adueñaron de ella, se sujetó la cabeza con las manos respirando regularmente para intentar tranquilizarse. Alessandro que seguía verificando varios documentos, alzó la vista en su dirección. Florentino estaba profundamente dormido, mientras su niñera parecía estar mareada.

–¿Se siente bien? –Preguntó frunciendo el ceño mientras la veía sujetándose el rostro con las manos.

–S-sí... –Contestó en la misma posición.

–No lo parece.

–Sólo estoy... Un poco mareada.

–Si desea algo para tomar, pulse el segundo botón de su asiento.

–No, no es neces...

No pudo terminar, unas ganas descontroladas de vomitar aparecieron, se levantó de su asiento y se apresuró hasta llegar al aseo, después de cerrar la puerta se arrodilló ante el inodoro y expulsó absolutamente todo lo que tenía en el estómago, estuvo varios minutos tratando de recomponerse, los mareos no desaparecían, se sentía demasiado débil.

Fue al lavabo a enjuagarse la boca, en el armario de baño habían productos de todo tipo totalmente nuevos. Tomó un cepillo de dientes y la crema dental, después de cepillarse y enjuagarse se vio al espejo, su malestar se veía reflejado en el rostro. Debía regresar a sentarse, notaba que se caería en cualquier momento. Se agarró de donde podía mientras abría la puerta, y al abrirla por completo Alessandro estaba apoyado sobre el marco, cruzado de brazos, observándola.

–¿Se encuentra mejor? –Preguntó observando cómo se sujetaba para mantener la estabilidad.

–No me encuentro muy bien, supongo el desayuno me sentó mal. –Dijo intentando ser clara al hablar.

–¿Siempre le sucede cuando viaja en avión?

–Nunca lo he hecho.

–¿Qué no hizo? –Preguntó arrugando el entrecejo.

–Viajar en avión, es la primera vez que lo hago.

Él la miró sorprendido ante su respuesta, la vio fijamente con vehemencia a lo que ella respondió mirando en otra dirección, no podía mirarlo a los ojos si no quería desfallecer delante de él con lo que provocaba en ella.

–Voy... a sentarme, discúlpeme. –Dijo en casi un murmullo.

Al dar unos pasos el vértigo no la dejó continuar perdiendo el equilibrio completamente, cuando casi sentía que caería al suelo unos fuertes brazos la agarraron con vigor aprisionando su cintura con ellos, sintió con su espalda el torso ceñido de Alessandro. Segundos después notó cómo unos labios tocaban su oreja, y cuello para después inhalar el perfume de su cabello. Aurore no sabía si se desmayaría por los mareos, o debido a las fuertes emociones que pasaban a velocidad de luz acompañados del pulso acelerado al sentir sus labios sobre su piel.

–Definitivamente no se siente bien. –Susurró Alessandro en su oreja al mismo tiempo que la rozaba con sus labios.

Aurore se estremeció en sus brazos al oír su ronca voz. Las palabras se atoraron en su garganta, él descendió una de sus manos hasta su cadera mientras con la otra bajaba un poco el cuello de su suéter, sintió a la perfección cómo sonreía.

–Parece que su piel no me olvida... –Volvió a susurrarle.

–Debería soltarme, señor Alessandro... Nos verán. –Dijo por fin con la voz entrecortada, intentaba luchar con el huracán que sentía dentro de ella.

Él la tomó por la cintura haciendo que dé la vuelta para mirarlo, su deseo desenfrenado aumentó al ver su rostro totalmente cubierto por el rubor.

–¿Quiere que la suelte? –Preguntó con voz seductora.

Ella lo miraba fijamente con dificultad.

–S-sí... Eso quiero.

–De acuerdo. –Dijo deslizando levemente su mirada para parar en sus labios y volviéndola a ver con intensidad.

La soltó separándose un poco de ella para tener una mejor vista de su cuerpo pasando sus ojos con picardía por el, y se dirigió a su asiento como si no hubiera ocurrido nada. Aurore que seguía trastornada por el comportamiento de Alessandro fue en la misma dirección agarrándose de los asientos para sentarse en el suyo junto a Florentino que continuaba dormido. Vio con disimulo a Alessandro pero este actuaba normal, ¿acaso era ella la única que sentía la tierra moverse más rápido y el tiempo detenerse al mismo tiempo cuando estaba cerca de él?

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Comments

Gladys Yapura

Gladys Yapura

buena trama exelente

2023-11-10

0

Lorena Larios

Lorena Larios

pobre que feo se siente

2023-09-24

0

Flaquita Toledo

Flaquita Toledo

Tiene drama, tristezas, alegría, me gusta esta novela

2023-08-15

0

Total
Capítulos
1 I. Temor.
2 II. Destino.
3 III. ¿Provocación?
4 IV. Reglas.
5 V. Presa.
6 VI. Diferente.
7 VII. Recuerdos.
8 VIII. Perdóname.
9 IX. Espanto.
10 X. Imborrable.
11 XI. ¿Segura?
12 XII. Opuestos.
13 XIII. Nunca.
14 XIV. Fiera.
15 XV. Amenaza.
16 XVI. Indiferencia.
17 XVII. Viaje.
18 XVIII. Peligro.
19 XIX. Prueba.
20 XX. Obsesión.
21 XXI. Confesiones.
22 XXII. Perdón.
23 XXIII. ¿Muerta?
24 XXIV. Desobediencia.
25 XXV. Misterios.
26 XXVI. Descontrol.
27 XXVII. Cambio.
28 XXVIII. Magia.
29 XXIX. Protección.
30 XXX. Adiós.
31 XXXI. Infierno.
32 XXXII. Escoria.
33 XXXIII. Peligrosa.
34 XXXIV. Aurore.
35 XXXV. Noticia.
36 XXXVI. Plan.
37 XXXVII. Roto.
38 XXXVIII. Por ti.
39 XXXIX. Confianza.
40 XL. Desolación.
41 XLI. Presentimiento.
42 XLII. Falsedad.
43 XLIII. Decepción.
44 XLIV. Castigo.
45 XLV. ¿Real?
46 XLVI. Inexistente.
47 XLVII. Acechados.
48 XLVIII. Loco.
49 XLIX. Amor.
50 L. Ayuda.
51 LI. Disculpa.
52 LII. Confesión.
53 LIII. Sentimientos.
54 LIV. Monstruo.
55 LV. Fuego.
56 LVI. Lujuria.
57 LVII. Pesadilla.
58 LVIII. Eternamente.
59 LIX. Sorpresa.
60 LX. Calidez.
61 LXI. Insaciable.
62 LXIII. Desvanecimiento.
63 XLIV. Secuestrador.
64 XLV. Durmiente.
65 LXVIII. Vida.
66 LXIX. Asesino.
67 LXX. Negocios.
68 LXXI. Creer.
69 LXXII. Amnesia.
70 LXXIII. Ubicación.
71 LXXIV. Flor.
72 NOTA INFORMATIVA.
73 LXXV. Advertencia.
74 LXXVI. Vivo.
75 LXXVII. Escapar.
76 LXXVIII. Verdades.
77 ACLARACIÓN.
78 LXXIX. Carnada.
79 LXXX. Cena.
80 LXXXI. Pasado.
81 LXXXIV. Necesidad.
82 LXXXV. Mensaje.
83 LXXXVI. Terror.
84 LXXXVII. Engendro.
85 LXXXVIII. Rojo.
86 LXXXIX. Momia.
87 XC. Odio.
88 XCI. Locura. (Final: 1°Parte)
89 NOTA INFORMATIVA 2.0
Capítulos

Updated 89 Episodes

1
I. Temor.
2
II. Destino.
3
III. ¿Provocación?
4
IV. Reglas.
5
V. Presa.
6
VI. Diferente.
7
VII. Recuerdos.
8
VIII. Perdóname.
9
IX. Espanto.
10
X. Imborrable.
11
XI. ¿Segura?
12
XII. Opuestos.
13
XIII. Nunca.
14
XIV. Fiera.
15
XV. Amenaza.
16
XVI. Indiferencia.
17
XVII. Viaje.
18
XVIII. Peligro.
19
XIX. Prueba.
20
XX. Obsesión.
21
XXI. Confesiones.
22
XXII. Perdón.
23
XXIII. ¿Muerta?
24
XXIV. Desobediencia.
25
XXV. Misterios.
26
XXVI. Descontrol.
27
XXVII. Cambio.
28
XXVIII. Magia.
29
XXIX. Protección.
30
XXX. Adiós.
31
XXXI. Infierno.
32
XXXII. Escoria.
33
XXXIII. Peligrosa.
34
XXXIV. Aurore.
35
XXXV. Noticia.
36
XXXVI. Plan.
37
XXXVII. Roto.
38
XXXVIII. Por ti.
39
XXXIX. Confianza.
40
XL. Desolación.
41
XLI. Presentimiento.
42
XLII. Falsedad.
43
XLIII. Decepción.
44
XLIV. Castigo.
45
XLV. ¿Real?
46
XLVI. Inexistente.
47
XLVII. Acechados.
48
XLVIII. Loco.
49
XLIX. Amor.
50
L. Ayuda.
51
LI. Disculpa.
52
LII. Confesión.
53
LIII. Sentimientos.
54
LIV. Monstruo.
55
LV. Fuego.
56
LVI. Lujuria.
57
LVII. Pesadilla.
58
LVIII. Eternamente.
59
LIX. Sorpresa.
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LXI. Insaciable.
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LXIII. Desvanecimiento.
63
XLIV. Secuestrador.
64
XLV. Durmiente.
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LXIX. Asesino.
67
LXX. Negocios.
68
LXXI. Creer.
69
LXXII. Amnesia.
70
LXXIII. Ubicación.
71
LXXIV. Flor.
72
NOTA INFORMATIVA.
73
LXXV. Advertencia.
74
LXXVI. Vivo.
75
LXXVII. Escapar.
76
LXXVIII. Verdades.
77
ACLARACIÓN.
78
LXXIX. Carnada.
79
LXXX. Cena.
80
LXXXI. Pasado.
81
LXXXIV. Necesidad.
82
LXXXV. Mensaje.
83
LXXXVI. Terror.
84
LXXXVII. Engendro.
85
LXXXVIII. Rojo.
86
LXXXIX. Momia.
87
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