V. Presa.

Habían pasado tres horas y media. Alessandro se encontraba en el sillón al lado de la cama, revisando correos de varios socios, y terminando de revisar archivos en el ordenador.

Aurore emitió un quejido, abriendo los ojos lentamente. Frunció el ceño con confusión, intentando recordar qué sucedió. Miró a su al rededor, pero en su campo de visión no percató que había alguien más. Costándole mucho se levantó para sentarse, todo le daba vueltas. Jadeó cubriéndose el rostro con las manos por varios segundos, no sabía dónde estaba, ¿cómo llegó ahí?

–Cavernícola... ¡Todo fue culpa suya! –Se dijo a sí misma todavía con los ojos cerrados.

–Parece ser que ya se encuentra mejor. –Ella se llevó la mano al pecho asustada.

Se ruborizó al pensar que escuchó lo que había dicho.

–¡Me asustó! ¿Por qué no dijo que estaba ahí?

–¿Debo anunciarme en mi propia habitación? –Contestó con otra pregunta elevando las cejas.

Tras escuchar eso su respiración era pesada, ¿qué hacía en su habitación?

–¿Cómo llegué aquí? No recuerdo nada...

–¿No recuerda que se desmayó y la llevé en brazos hasta aquí? –Acentuó más la última palabra para dejarlo claro.

–Me desmayé...sí, ahora lo recuerdo. Pero, ¿por qué me trajo aquí y no a mi dormitorio?

–¿Usted qué cree? –La vio entrecerando los ojos mirándola de pies a cabeza.

Siguió el recorrido que hizo él de su cuerpo y percató de repente que ya no vestía la misma ropa.

–¿Qué hago con este vestido? –Preguntó miedosa.

Él no contestaba, la analizaba.

–¡Conteste! ¿Qué hago así vestida? ¿Acaso se atrevió a tocarme?

Dejó el ordenador en el sillón acercándose al pie de la cama.

–¿Le disgustaría? –Aseveró acercándose un poco más.

Seguía sentada y se levantó rápidamente lo que provocó que casi se cayera por causa de la fatiga. Él la agrarró de la cintura, con sus fuertes brazos al rededor atrayéndola firmemente a su pecho. Percibió el temblor que emanaba su cuerpo, sin duda él no le era indiferente.

Nunca conoció a una mujer así, parecía tan auténtica. Se inclinó hacia su rostro.

–Y bien, ¿no le gustaría? –Susurró seductoramente con tono ronco sin dejar de verle los labios.

Se moría de ganas por besarla, la miraba con hambre.

–Es...un d-depravado... –Titubeaba nerviosa, el rostro le ardía.

En ese mismo instante entró Olivia, haciendo que se separaran de sopetón. Alessandro soltó una maldición por lo bajo.

Aurore sentía que el aire volvía con normalidad a sus pulmones, ¿qué le había pasado? Se comportaba como una tonta cuando estaba cerca de él, no se reconocía, ella no era así.

–Perdónenme... Por la interrupción. –Se disculpó avergonzada.

–No interrumpe nada, me levanté rápido y perdí el equilibrio, el señor tuvo la amabilidad de ayudarme. –Aclaró Aurore.

Alessandro no quitaba la vista de ella.

–Aurore, no sabía qué elegir de su vestidor, agarré ese vestido, le queda todo perfecto.

Ella lo vio a él, tenía una sonrisa pícara, se estaba burlando de ella todo ese tiempo.

–Gracias por todo, Olivia. Es usted muy amable conmigo.

–Pero dejaré de serlo si no empieza a comer ahora mismo. –Tenía una gran bandeja en las manos, con variedad de alimentos.

–Se lo agradezco de corazón, pero no tengo apet...

–Debe comer, no se alimenta bien, así que no rechiste. –Esta vez fue él quien habló, estaba serio.

–De acuerdo, pero tengo que cuidar de Florentino, lo dejé hace media hora en el jardín.

–Muchacha, lleva horas dormida. Florentino debe estar en su dormitorio.

–¿Horas? Dios santo, he perdido la cabeza... –Suspiró–. ¿Dónde se encuentra mi teléfono? Lo había puesto en un pequeño bolsillo del otro vestido. –Preguntó preocupada.

Olivia se alarmó.

–¡Lo tiré al cesto de basura!! Se manchó gran parte y pensé que sería difícil limpiarlo. Quería coserle uno yo misma para remediarlo.

–¡Enséñeme dónde lo tiró, por favor!

–Sí, venga conmigo.

Aurore se disponía a salir de la habitación con prisa, pero Alessandro la atrapó por la muñeca.

–Olivia, retírate. –Ordenó.

–Alessandro, ¿me encargo yo de recuperar el aparato? –Preguntó indecisa.

–No recuperes nada, sal de aquí.

–¿Cómo se atreve? ¡Es mi teléfono! –Intentó librarse de su agarre pero la sujetaba con resistencia.

Olivia no tuvo otra alternativa que salir.

–Firmó un contrato en el que está sometida a todas las reglas.

–¿Usted llama a eso, reglas? ¡Es una gran injusticia! No puedo salir, no puedo poseer ni un dispositivo electrónico. ¿Piensa que es Dios con el poder de dirigir a su antojo la vida ajena? –Forcejeó, en vano–. Necesito comunicarme con el hospital para informarme de la situación en la que se encuentra mi madre, debo pagar su cirugía lo antes posible porque cada día que pasa su vida está en peligro. Me está separando de lo que más amo, y eso no se lo pienso permitir, ¿oyó? –Su cuerpo vibraba de rabia.

–Número 1, no puede tener ningún tipo de comunicación con el exterior. Y número 2, he sido muy flexible con usted, intente incumplir algo del contrato, y terminará en un hoyo junto con ese malnacido.

–No crea que me quedaré tranquila. Huiré de aquí en cuanto tenga la mínima oportunidad.

–Inténtelo, veremos si logra pasar más allá del jardín. –La veía con desafío, sabía que se iba a divertir mucho a partir de ahora.

–Es un monstruo. Es que acaso, ¿no tiene piedad?

Inevitablemente recordó varias cosas que intentaba dejar enterradas. Pero, por mucho que les eches tierra, siempre salen a la superficie.

–Piense lo que quiera.

–Y, ¿por qué yo? Déjeme ir, puede buscar otra candidata para el puesto. Yo me iré, sin problemas.

–A Florentino le gustó su compañía, ya está aquí, una vez que se entra en este lugar no se sale... Vivo.

–¿Me está amenazando "Señor sin sentimientos"? –Dijo esto último, desafiándolo.

–Tenga cuidado con la forma en la que me habla. –Jamás nadie se había atrevido a hablarle así a Alessandro Ferrari.

–¿A sí? ¿Y qué me hará según sus amenazas? ¿Golpearme hasta matarme como intentaron hacer con Jake hace unas horas?

–No colme mi paciencia, usted no sabe de lo que soy capaz.

–¡Déjeme hablar con el hospital! –Estaba enojada, no podía creerse en qué lugar se había metido.

Él estaba sorprendido, cualquier persona se callaría después de una amenaza suya pero esta mujer, definitivamente era diferente. En vez de apuntarla con un arma en la frente, solo quería hacerla suya en esa misma cama. Esa rebeldía despertaba en él sus más profundos deseos lascivos, y esos labios lo descontrolaban.

Se acercó a ella como abeja a la miel, la tenía a unos centímetros de su cuerpo, sin dudarlo la agarró de su estrecha cintura pagándola a él, sus rostros estaban demasiado cerca. La miró fijamente por varios largos segundos, esos ojos color azul zafiro lo descomponían. La veía como una fiera lo hacía con su presa.

Ella se estremecía en sus brazos, lo que provocó que su deseo incrementara en él, la sostenía con tal firmeza que sus cuerpos estaban sumamente juntos, parecían fusionarse en cualquier momento. Aurore puso sus manos en su pecho, intentando zafarse de su agarre, pero no se movió ni un centímetro. Se quedó totalmente muda, las palabras se atascaban en su garganta.

Él pasó a ver sus labios, y no tardó ni un instante en unirlos con los suyos, apoderándose de ellos en un beso lento y tierno, ella intentaba soltarse pero terminó cediendo, poco a poco pasó de ser cálido a apasionado. Él exploraba cada rincón de su boca con la lengua en busca de la suya, el beso se profundizaba más, la vehemencia y pasión aumentaban.

Aurore depositaba las manos en su pecho, sentía que en cualquier momento perdería el equilibrio. Quería alejarse, le faltaba el aliento pero él seguía besándola sin cesar, adueñándose de sus labios sin ningún tipo de privación. Minutos después, Alessandro dejó de besarla, si no perdería la cabeza. Y el control, por completo.

Sus labios se separaron unos centímetros, y sus pulmones volvían a tener aire. Los dos jadeaban, con la respiración entrecortada. Mirándose en silencio. Aurore no sabía qué decir, era consciente de que se estaba metiendo en un terreno peligroso. ¿Cómo pudo contestarle al beso? Por dios, ella no era así.

–Yo... Yo... –No pudo más, y salió apresurada.

Llegando a su dormitorio, cerró la puerta y posó la espalda sobre ella. Le quemaba la cara, sentía un cosquilleo en los labios, se llevó los dedos a ellos, y los tocó procesando lo que acababa de ocurrir.

–Mi primer beso... –Recordó la intensidad con la cual la besaba. Sus besos eran tan exigentes, y apasionados; no quería separarse de él–. Ya...ya...cállate, no digas tonterías. –Suspiró, haciendo una mueca–. ¿Cómo pude dejarme llevar? –Se tapó la cara con las manos avergonzada.

Diez minutos después bajó al comedor con Florentino, evitando por todos los medios encontrarse con él.

Por otra parte, Alessandro se vio obligado a darse una ducha de agua fría, esa mujer le había provocado una enorme erección. Las pequeñas gotas recorrían su cuerpo, calmándolo.

Salió con una toalla en la cintura.

–Maldición. ¿Cómo pude excitarme tan rápido con un beso? –Tenía el sabor de Aurore en sus labios, su perfume sellado en sus fosas nasales.

Pero, debía poner distancia a toda costa, era la niñera de Florentino y sería un problema involucrarse con ella.

En la tarde, Florentino junto con Aurore ya habían comido y se encontraban en el jardín. Alessandro bajó y se sentó en la larga mesa esperando a que le sirviesen, en frente suya había grandes ventanales y los veía jugar con Peter.

Esa mujer parecía una niña jugando, no podía creer que pudiera ser tan tierna y a la vez desorientarlo dejándolo atontado con un simple beso. Se tiraba en la hierba, Florentino caía sobre ella. Intentaban atrapar al perro entre los dos pero no lo conseguían. Llevaba minutos observándolos, cuando notó la presencia de alguien detrás.

–Es maravillosa, ¿cierto, Alessandro? –Comentó Olivia, sirviendo la comida.

–Parece gustarle a Florentino...

–¿Sólo a él? –Susurró.

Alessandro la había escuchado perfectamente, claro que le gustaba pero solo era eso, deseo y nada más. Y olvidaría ese deseo estando con otra mujer. Hacía dos semanas que no intimaba con nadie y lo necesitaba urgentemente.

...--------------...

Luego de una hora, Aurore entró con el chiquitín hacia la cocina, el pequeño estaba cansado de tanto correr y quería beber agua, sirvió un vaso y se lo dio.

–Aquí tienes, cariño. Siéntate para no derramarlo sobre tu ropa. –Lo ayudó a sentarse en uno de los taburetes.

–Aurore, ¿podemos jugar más con Peter? –Este pequeño tenía más energía que todas las personas de la casa juntas.

–Mi vida, ¿no estás cansado? –Preguntó muerta de amor por él, tenía los mofletes y la naricita de color rojo de lo agitado que estaba.

–Es que...es que quiero jugar un poquito más y él también quiere. –Bajó de la silla dirigiéndose a Aurore–. Porfa... –puso esos ojos de corderito, que le ponía a su tío siempre que quería algo.

–Cariño se está haciendo de noche, y Peter seguro está cansado al igual que yo, dejémosle relajarse. –El brazo le dolía una barbaridad.

Florentino la tomó de la mano, intentando convencerla mientras se lo pedía por favor. Lo que provocó que soltara un quejido, ya que era el mismo brazo.

–Aurore, ¿estás bien? –Preguntó preocupado.

–No te asustes cariño, no es nada. ¿Qué quieres hacer ahora? –Le dedicó una sonrisa.

–Seguro que estás bien... –Florentino parecía querer llorar.

Aurore lo sentó en la encimera, y acarició su rostro con las manos.

–Corazón, mírame. No te preocupes, no me va a pasar nada, solo es un pequeño rasguño.

–¿Te vas a ir, y dejarme como mis papás? –Sus ojos se critalizaron, y eso la rompió.

–Eso nunca pasará. Me tendrás a mí, tu tío siempre estará a tu lado, Olivia te hará esas galletitas que tanto te gustan. Peter y tú seréis los mejores amigos por toda la eternidad como ahora, y...

Florentino no la dejó terminar cuando le dio un abrazo de repente, esos pequeños brazos la rodeaban, provocándole unas enormes ganas de derrumbarse. En realidad necesitaba tanto ese abrazo, y el hecho de que provenga de aquel ángel, la hacía tan feliz.

–Te quiero mucho, Aurore...

–Yo también te quiero, cielo. ¡Tengo una idea! ¿Qué te parece si vemos una película?

–¡Sí! ¡Sí! ¡Vamos a ver una película! –Correteaba por toda la cocina.

–Hago las palomitas súper rápido, ve al salón a  elegir la película y ahora voy, ¿vale?

–¡Vale! –En menos de un segundo había desaparecido de la cocina corriendo.

Aurore no entendía cómo un cuerpecito tan pequeño tuviera tanta energía.

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Comments

Lorena Larios

Lorena Larios

me gusta la historia

2023-09-24

0

Flaquita Toledo

Flaquita Toledo

los dos se sintieron atraídos!

2023-08-15

0

Lucia Feliciano Falcao

Lucia Feliciano Falcao

Este niño es una hermosura 🥰🥰🥰.

2023-08-09

0

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Capítulos
1 I. Temor.
2 II. Destino.
3 III. ¿Provocación?
4 IV. Reglas.
5 V. Presa.
6 VI. Diferente.
7 VII. Recuerdos.
8 VIII. Perdóname.
9 IX. Espanto.
10 X. Imborrable.
11 XI. ¿Segura?
12 XII. Opuestos.
13 XIII. Nunca.
14 XIV. Fiera.
15 XV. Amenaza.
16 XVI. Indiferencia.
17 XVII. Viaje.
18 XVIII. Peligro.
19 XIX. Prueba.
20 XX. Obsesión.
21 XXI. Confesiones.
22 XXII. Perdón.
23 XXIII. ¿Muerta?
24 XXIV. Desobediencia.
25 XXV. Misterios.
26 XXVI. Descontrol.
27 XXVII. Cambio.
28 XXVIII. Magia.
29 XXIX. Protección.
30 XXX. Adiós.
31 XXXI. Infierno.
32 XXXII. Escoria.
33 XXXIII. Peligrosa.
34 XXXIV. Aurore.
35 XXXV. Noticia.
36 XXXVI. Plan.
37 XXXVII. Roto.
38 XXXVIII. Por ti.
39 XXXIX. Confianza.
40 XL. Desolación.
41 XLI. Presentimiento.
42 XLII. Falsedad.
43 XLIII. Decepción.
44 XLIV. Castigo.
45 XLV. ¿Real?
46 XLVI. Inexistente.
47 XLVII. Acechados.
48 XLVIII. Loco.
49 XLIX. Amor.
50 L. Ayuda.
51 LI. Disculpa.
52 LII. Confesión.
53 LIII. Sentimientos.
54 LIV. Monstruo.
55 LV. Fuego.
56 LVI. Lujuria.
57 LVII. Pesadilla.
58 LVIII. Eternamente.
59 LIX. Sorpresa.
60 LX. Calidez.
61 LXI. Insaciable.
62 LXIII. Desvanecimiento.
63 XLIV. Secuestrador.
64 XLV. Durmiente.
65 LXVIII. Vida.
66 LXIX. Asesino.
67 LXX. Negocios.
68 LXXI. Creer.
69 LXXII. Amnesia.
70 LXXIII. Ubicación.
71 LXXIV. Flor.
72 NOTA INFORMATIVA.
73 LXXV. Advertencia.
74 LXXVI. Vivo.
75 LXXVII. Escapar.
76 LXXVIII. Verdades.
77 ACLARACIÓN.
78 LXXIX. Carnada.
79 LXXX. Cena.
80 LXXXI. Pasado.
81 LXXXIV. Necesidad.
82 LXXXV. Mensaje.
83 LXXXVI. Terror.
84 LXXXVII. Engendro.
85 LXXXVIII. Rojo.
86 LXXXIX. Momia.
87 XC. Odio.
88 XCI. Locura. (Final: 1°Parte)
89 NOTA INFORMATIVA 2.0
Capítulos

Updated 89 Episodes

1
I. Temor.
2
II. Destino.
3
III. ¿Provocación?
4
IV. Reglas.
5
V. Presa.
6
VI. Diferente.
7
VII. Recuerdos.
8
VIII. Perdóname.
9
IX. Espanto.
10
X. Imborrable.
11
XI. ¿Segura?
12
XII. Opuestos.
13
XIII. Nunca.
14
XIV. Fiera.
15
XV. Amenaza.
16
XVI. Indiferencia.
17
XVII. Viaje.
18
XVIII. Peligro.
19
XIX. Prueba.
20
XX. Obsesión.
21
XXI. Confesiones.
22
XXII. Perdón.
23
XXIII. ¿Muerta?
24
XXIV. Desobediencia.
25
XXV. Misterios.
26
XXVI. Descontrol.
27
XXVII. Cambio.
28
XXVIII. Magia.
29
XXIX. Protección.
30
XXX. Adiós.
31
XXXI. Infierno.
32
XXXII. Escoria.
33
XXXIII. Peligrosa.
34
XXXIV. Aurore.
35
XXXV. Noticia.
36
XXXVI. Plan.
37
XXXVII. Roto.
38
XXXVIII. Por ti.
39
XXXIX. Confianza.
40
XL. Desolación.
41
XLI. Presentimiento.
42
XLII. Falsedad.
43
XLIII. Decepción.
44
XLIV. Castigo.
45
XLV. ¿Real?
46
XLVI. Inexistente.
47
XLVII. Acechados.
48
XLVIII. Loco.
49
XLIX. Amor.
50
L. Ayuda.
51
LI. Disculpa.
52
LII. Confesión.
53
LIII. Sentimientos.
54
LIV. Monstruo.
55
LV. Fuego.
56
LVI. Lujuria.
57
LVII. Pesadilla.
58
LVIII. Eternamente.
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LIX. Sorpresa.
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LX. Calidez.
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LXI. Insaciable.
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LXIII. Desvanecimiento.
63
XLIV. Secuestrador.
64
XLV. Durmiente.
65
LXVIII. Vida.
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LXIX. Asesino.
67
LXX. Negocios.
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LXXI. Creer.
69
LXXII. Amnesia.
70
LXXIII. Ubicación.
71
LXXIV. Flor.
72
NOTA INFORMATIVA.
73
LXXV. Advertencia.
74
LXXVI. Vivo.
75
LXXVII. Escapar.
76
LXXVIII. Verdades.
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ACLARACIÓN.
78
LXXIX. Carnada.
79
LXXX. Cena.
80
LXXXI. Pasado.
81
LXXXIV. Necesidad.
82
LXXXV. Mensaje.
83
LXXXVI. Terror.
84
LXXXVII. Engendro.
85
LXXXVIII. Rojo.
86
LXXXIX. Momia.
87
XC. Odio.
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