Y QUIERO FLORECER COMO LAS FLORES DEL CAMPO

—Mi maestro me ha besado esta tarde —no me dio pena decirle.

Guzmán pareció un poco sorprendido, enfocó sus pupilas en mí y no me dio pena decirle lo sucedido esta tarde. ¡Tenía confianza en él!

—¿Y te gustó?

—No me desagradó.

—¿Qué opinión tienes sobre él?

Estábamos sentados alrededor de una mesa donde yacían nuestras bebidas. ¡Vinimos a tomar malteadas!

—Creo que no lo conozco suficientemente. Una parte de mí, o sea, si me siento atraída por él. Pero también me da miedo.

Arrugó su entrecejo.

—¿Por qué te da miedo?

Baje la mirada por unos segundos. Bebí un poco de mi malteada de chocolate.

—Supongo que no lo conozco en realidad. O sea, él conoce cómo es mi vida y cómo la estoy llevando, pero yo no sé nada de su vida.

Medito en mi respuesta a su pregunta.

—Y si tú conocieras más detalles de su vida, ¿saldrías con él?

Deje escapar un suspiro pesado.

—Es complicado. Todo se me ha complicado mucho estos meses.

—¿Qué te pasó?

—Denuncie a mi hermano y logré hacer que pagara todo el daño que me ha causado. Mi madre me odia más que antes por lo que le hice a mi hermano. Y luego, sin querer, va resultando que probablemente mi profesor es un... —me quede callado.

—¿Un qué?

¿Debía decirle? ¿Hacerle saber la realidad de mis sospechas?

—Creo que es un mafioso. O algo así.

Pareció sorprendido.

—¿Un mafioso?

—Así es.

—¿Te está amenazando?

—Para nada. Pero, si me da un toque de miedo saber qué tal vez no debo confiar en él.

Sus ojos, en ellos, comenzó a crecer la sensación de estar pensando sobre nosotros.

—¿Y qué has pensado en lo que te dije?

—¿Lo de intentar una vida juntos?

Asintió. Bebí más de mi malteada.

—Lo he sopesado y si me gustaría intentarlo. Pero, antes de lanzarme, quiero arreglar unas cosas.

—¿Tu profesor interviene en eso?

—Para nada. Son mis problemas familiares.

—Entiendo.

¿De verdad entendía? ¿Guzmán había pasado por lo mismo que yo?

—Y también, ya estoy por terminar mi curso. ¿Recuerdas que te dije que estoy en busca de tramitar la especialidad?

—No recuerdo mucho.

—Bueno. Me piden que busque una pasantía. Afortunadamente, la escuela me ha dado tres opciones y entonces, estoy checando eso también.

—Después de eso, ¿qué decisión tomarás?

—Pues aún no te puedo responder. En realidad, creo que debemos seguir dejando que el tiempo pase. ¡A lo mejor y lo que queremos no es lo mismo!

Arrugó su entrecejo.

—¿Estás rechazándome?

—No. Estoy diciendo una posible verdad.

—¿Una posible verdad?

—Lo que queremos ahora, tal vez mañana ni nos interese.

—¿Y cómo estás tan seguro de eso?

—Eso es lo que pasó conmigo y mi madre. Ella solía quererme con todo su ser y de pronto, dejo de tratarme como su hijo.

—Pero yo no soy tu madre.

—Pero puede que yo sí. Después de todo, llevo su sangre.

—Eso no tiene sentido.

—Tal vez no, o tal vez sí. Todo depende.

—No te estoy entendiendo.

—Te lo explicaré de este modo. Tú dices que quieres dejar de grabar contenido y así poder tener una familia, entonces debes comenzar a ver cómo vas a dejar de hacer eso para lograr lo que quieres. ¿Cómo planeas sobrevivir? ¿Qué harás para poder mantener una casa a flote? Quizá y en el proceso, te das cuenta de que siempre si nunca quieres eso y das vuelta atrás.

Lo dejé pensativo. Bebí más. No me desagradaba esta conversación, al contrario, era necesaria y una forma de poder ser sinceros.

—¿Te preocupa que no sea lo suficientemente capaz de poder sostener una casa? ¿Crees que solo sirvo para coger y ya?

Negué ligeramente.

—No. Lo que trató de decirte es que idees un plan. Por ejemplo, ¿qué harás después de retirarte? Si decidimos que esto funcione, ¿dónde vamos a vivir? ¿Vas a querer tener hijos? ¿Qué nuevas responsabilidades tendrás? ¡A eso me refiero! Debes comenzar a pensar como si las cosas que quieres ya fueran una realidad.

Sonrió ligeramente.

—No había pensado en eso.

—Ahora puedes hacerlo. Yo ya te he contado sobre mis planes para ahora, estoy vislumbrando qué hacer cuando al fin termine de pagar mi deuda familiar y obviamente, que haré después de la graduación.

En realidad, si quería a Guzmán, era muy dulce y demasiado amable. Pero, ¿de verdad yo le convenía en la vida?

—¿Y tú si quieres tener hijos?

Sonreí.

—En realidad no.

—¿Seguirás grabando colaboraciones para Only?

—Quizá ya no. Dejaré de hacer colaboraciones y solo me limitaré a subir fotografías. Poco a poco planeo dejar de usar la plataforma.

—Yo sí seguiré haciendo colaboraciones. ¿Te molesta eso?

—¡Para nada! O sea, tú y yo no estamos en una relación. De momento aún tenemos libertad. ¡Ya sabes! Tú puedes seguir grabando contenido con las demás personas de la industria. Es tu decisión. No tengo por qué molestarme.

...🔥🔥🔥...

...Una semana después......

—¿Ya elegiste donde quieres hacer tus prácticas? —Me pregunta ella.

La profesora Sofía me mira con emoción y está atenta a mi respuesta.

—Sí. La división médica me parece la mejor opción.

Asiente.

—Sí, ese es un buen lugar, aunque... —su mirada esconde algo y me intriga saber que es.

—¿Aunque?

—Un amigo mío me acaba de marcar y su empresa busca pasantes con urgencia.

—¿Aún hay lugares disponibles? —Quiero averiguar.

—Sí. ¿Podrías ir a una entrevista con él? Ofrece salario, a diferencia de las otras opciones.

¿Salario? Sonreí con amplitud.

—Está bien, ¿puede darme la dirección del lugar?

Salgo de la oficina de la profesora con una sonrisa amplia en el rostro. Tecleo en el Maps la dirección y veo que está a quince minutos de distancia. ¡Pediré un InDriver!

—¡Amaury! —Su voz captura mi atención.

Me giro lentamente para poder verlo y su mirada es hermosa.

—¡Hola! —Le saludo con cordialidad.

—¿Cómo estás? —Me ofrece un vaso de té—. Pase a una cafetería y te compre esto.

¿Qué sentimiento se escondía detrás de un vaso de té?

—¡Muchas gracias!

—¡Vamos! Es hora de ir a clase —siento que pone su mano en mi espada, casi en la cintura.

—Perdona, pero no tomaré la clase de hoy.

Parece impactado por mis palabras.

—¿No tomarás la clase? —Se anima a preguntarme.

—No. Tengo que ir a una entrevista para una pasantía. ¡Voy a tramitar mi diploma de especialidad!

No dice nada al instante, solo, me mira, me analiza y ligeramente, sonríe.