

EL CHICO DE ONLY FANS

 

MI ALMA SE SIENTE LIBRE

...Dos semanas después......

—¡Tengan buen fin de semana! —Francisco se estaba despidiendo de la clase, era hora de volver a casa.

Guarde mis cosas, afuera estaba nubladito y ese clima me agradaba bastante.

—¿Ya te vas? —Francisco se detuvo cerca.

—Sí.

—¿Tienes algún plan para mañana?

—No lo sé. Estoy esperando a que un contacto me confirme algo.

—Vale.

—¿Por qué? ¿Me quieres invitar a algún lado?

—Pensaba invitarte a comer —dice él. Me mira a los ojos y sonríe.

—Buena idea.

Sonreí. Tome mi bolso.

—Si quieres me puedes confirmar más tarde. ¿Te parece?

—Por supuesto. Ya me voy. ¡Cuídate!

Asintió, sonrió y se fue. ¿Qué pensamientos cargaba ese hombre? Mi vida estaba siendo demasiado intensa y él parecía ser muy inocente como para querer ayudarme.

Su encuentro íntimo resultó ser una charla sobre mí y mis sentimientos. Me puso a pensar, he estado reflexionando en lo que quiero hacer con mi vida y hasta cuando seguiré estando en exhibición candente. ¿Por qué Francisco me ayudaba a tomar un buen rumbo en la vida?

Conecte los auriculares y salí del campus. Afuera no quemaba el sol. Las nubes grises permitían que el ambiente estuviera fresco y agradable.

—¡Hola! —El tipo se acercó a mí con una sonrisa amplia.

Pause la música.

—¡Hola!

—¿Cómo estás?

—Bien.

Jamás lo había visto en mi vida y pensé que era un vendedor ambulante o que tal vez me estaba confundiendo con alguien.

—Mi nombre es Julián Betancourt y es un verdadero gusto poder saludarte en persona.

¡Qué! Quede pasmado. ¿Cómo es que él sabía que esta era mi escuela?

—¿Tú me enviaste flores el otro día? —Le pregunto con seguridad.

—Así es. ¿Te gustaron?

—Eran lindas.

—Que bueno que...

—¿Cómo diste conmigo? Me refiero a este momento —no lo dejo terminar su frase.

Vestía jeans desgastados, camisa de cuadros y botas de cuero café. Sus ojos eran de color café oscuro y su cabello estaba alborotado. ¡Era atractivo! Alto y fuerte.

—Tu hermano me comentó que estabas esperando a que yo viniera por ti.

¡Maldición! ¡Germán era un maldito! ¿Y este hombre tenía la culpa?

—¿Cuándo te comento eso?

—Ayer.

¡Mierda! Tuve que mantenerme calmado, me obligue a no explotar y quise mostrar amabilidad a este tipo.

—Bueno, en realidad no estaba esperando nada de ti, pero, qué amable eres.

Sonrió.

—¿Te gustaría ir a comer? Tengo el día libre.

¿Ser grosero con él? ¿Se lo merecía?

—Supongo que sí.

—Ven, subamos a mi auto.

Un Porsche de color negro estaba estacionado justo enfrente de la escuela. ¡Impresionante! Evidentemente, era de él, saco las llaves de su bolsillo y desactivó la alarma.

—Conozco un lugar cerca de aquí que tiene buffet, no es necesario que vayamos en auto. Podemos ir caminando. Es a una cuadra.

Tome esa decisión, porque en realidad yo no conocía del todo a este tipo y, aunque era cuñado de mi hermano, no me daba buena pinta todo esto.

—¿Caminando?

—Sí. No le va a pasar nada a tu auto. Puedes pedirle al guardia escolar que le eche una mirada de vez en cuando.

Julián parecía inseguro, quizá hasta muy despistado. ¡Rechace su oportunidad de llevarme en su auto!

...🔥🔥🔥...

—¿Y a qué te dedicas? —Fui directo.

Él terminaba de masticar un bocado de pasta.

—Soy comerciante.

¿Qué clase de comercio aplicaba él?

—¡Qué padre!

—Sí. La verdad si nos está yendo muy bien en el negocio. Hemos crecido mucho y soy un pilar lleno de dinero —parecía sentirse orgulloso de lo que había logrado.

—Pues me da gusto por ti. Suena a que no debes esforzarte mucho.

—Exactamente.

Termine de pelar un camarón y lo introduje en mi boca para masticarlo. ¡Sabroso!

—¿Y qué estás estudiando? —Tuvo la curiosidad de preguntarme.

—Ofimática.

—¿Cuándo te gradúas?

—Pronto. Me falta un mes para terminar el último módulo.

—¡Qué chido! ¿Y qué piensas hacer después?

—Quiero tramitar mi especialidad, así que buscaré donde hacer una pasantía.

—¿Buscas trabajo?

—No. Trabajo ya tengo.

—¿Y como piensas tramitar tu especialidad?

—Planeó adquirir experiencia en el campo donde aplica mi profesión. Ya tengo algunas opciones, la escuela me ayuda con eso.

Dirigí mi atención al plato frente a mí y di unos cuantos bocados más. Terminé mi porción.

—Cuando dices que ya tienes trabajo, ¿te refieres a crear contenido para adultos?

Recordé lo que mi hermano había dicho de él.

—Sí. De momento ese es mi empleo.

—Genial. ¡Me gusta mucho tu trabajo! Eres muy lindo —dice con cierta lujuria en la mirada.

Sus palabras no me incomodaron, de hecho, si me sentí halagado de cierto modo.

—Mi hermano dijo que eras un admirador mío.

Asintió orgulloso.

—Suelo ver tus videos constantemente. ¡Me excitas mucho!

—Va, es interesante saber eso —no sé me ocurrió otra cosa que decir.

—¿Te interesaría que yo fuera tu suggar? —Propuso él.

—¿Qué edad tienes?

—Treinta.

Sonreí. Era momento de dejar bien claras las cosas.

—No estoy interesado en tener suggar. Eso haría que yo me convierta en alguien dependiente y me gusta mucho mi independencia de elegir.

—Podrías intentarlo. Yo estoy más que puesto para...

—¿Quieres coger conmigo?

—Sí.

—¿Cada cuánto?

—Cada que yo quiera.

Sonreí ligeramente y negué.

—Yo no estoy a la disposición de nadie. Quiero ser libre de decidir sobre mí lo que yo quiera. Cuando quiera perder mi libertad completa, entonces será que de verdad estaré buscando pareja.

Fui sincero.

—¡Cásate conmigo!

Su propuesta me hizo reír.

—No. ¡Estás loco! No nos conocemos y la verdad, no tengo intención de conocerte más.

—¿Me estás rechazando?

—Pues sí.

Note cierta desilusión en sus ojos.

—Tu hermano dijo que estabas muerto por mí. Te mostró mis fotos y además, me dijo que tenías ganas de verme.

Fue inevitable no reírme en frente de él. ¡Mi hermano era un mentiroso!

—Pues te mintió. ¿Acaso no conoces a tu cuñado? Germán es un mentiroso de nacimiento y no sé qué es lo que te haya comentado, pero es falso. Seguramente te saco dinero.

En su semblante se irradió la pena.

—¡Mierda!

—Yo también haré que pague. Por su culpa estoy en esta situación.

—¿Qué situación?

—Estoy contigo, tratando de abrir tus ojos para que veas que yo no estoy interesado en ti. Agradezco que seas muy gentil, de hecho me pareces un buen hombre, pero, no estoy listo para asentar cabeza o tener suggar. ¡Espero lo entiendas!

Decidí ponerme de pie, tome mi mochila, era hora de marcharme.

—¿A dónde vas?

—Tengo que hacer tarea. ¡Muchas gracias por tu compañía!

—Espera, déjame llevarte a tu casa.

—No es necesario. Alguien espera por mí.

Supongo que Julián esperaba a que yo me despidiera de beso o de abrazo. ¡Fui muy frío! Solo asentí y sonreí.

—¿Puedo...?

—No me mandes más flores, mejor, ve a conquistar a otra buena persona por ahí. Seguro que con ese carro que conduces, no es difícil conquistar.

—¿Al menos yo te conquisté?

—No. Pero eso no importa, yo no soy alguien importante. ¡Disfruta tu tarde!

Intento levantarse.

—Yo...