Palacio real

Derya llegó al palacio siguiendo al joven guerrero que la había buscado por orden real, ella caminaba por el pasillo, con cada paso que daba llamaba la atención de todos en el lugar, su manera tan elegante al caminar, además de lo hermosa y segura de sí misma que se veía. Al llegar el guardia de inmediato entro a la sala, luego de un rato salió dando el paso a la joven, Derya al estar frente al rey, se inclinó mostrando sus respetos frente al hombre.

— Su majestad, me alegra poder estar en su presencia, sin embargo, aún no conozco la razón de su llamado —

El hombre sonrió gustoso, la joven era elegante, tal y como recordaba, sería un buen adorno en su palacio.

— Mi lady, es un placer tenerla en mi palacio, y la razón de mi llamado, es para colocarla al tanto de mi edicto, como sabrá soy un rey un poco caprichoso, me gustan las mujeres seguras de sí mismas, y usted ha llamado mi atención —

Derya lo miraba al tanto de cada palabra que salía de boca del hombre, al cuál de solo ver su mirada le daba asco, pero se mantenía tranquila.

El rey continuo

— Por eso desde mañana es usted mi prometida ante el reino entero, lo he decidido y no puede negarse, por lo que averigüe no tiene parientes, déjeme decirle que es Muy difícil conseguir un matrimonio en esas condiciones, por lo que le estoy haciendo un favor —

Derya sonrió con sarcasmo, que hombre tan ordinario, eso no sería así, y lo último que desea la joven es casarse de nuevo.

— Disculpe majestad, Pero no es mi deseo casarme —

— Sus deseos no tienen validez aquí, solo acatará la orden y la cumplirá, desde ahora tendrá vigilancia, no quiero que le pase nada antes de la boda —

Derya arrugó su frente, las cosas se complicaron para ella en Stirling, este hombre sin dudas está loco, ella lo último que desea es casarse, y menos con un viejo como el. Su sonrisa llena de lasciva le producía un asco a la joven, Pero se contuvo, pues podría ser colgada allí mismo ante la mínima muestra de falta de respeto, sin embargo, ganas no le faltaban de golpear al hombre. Pero si quería continuar con su venganza, tendría que aguantar por ahora, más adelante se escaparía para ir a buscar venganza.

— Por otro lado, debería ir buscando sus pertenencias, desde hoy vivirá en el palacio, ese negocio que tiene, debe cerrarlo o manejarlo otra persona, desde ahora tomara su lugar y aprenderá los deberes de una reina, sin objeción ni quejas... Ya puede retirarse —

Derya se inclinó y salió, iba enojada, ya no quería que le dijeran que hacer, y ahora llega este hombre para dar órdenes en su vida, y colocarla patas arriba, justo cuando todo iba perfecto, pero ya verá ese viejo.

"Muy pronto, podré vengarme, solo debo ser paciente".

Dos guerreros acompañaron a la joven, tenían órdenes de llevarla a la fuerza si era necesario, esto solo enfureció más a la joven quien solo rumia sus pesares, por otro lado, en Escocia ya se sabía la noticia de la futura boda de su rey, lo que sorprendió a algunos, los otros ya sabían la clase de rey que tenían.

—Sandra, te encargarás de todo aquí, nos veremos pronto te lo aseguro —

Una chica castaña de ojos marrones y muy bien parecida, salió de la sala de costura, y sonriendo le aseguro a la joven que mantendría todo tal y como estaba.

Cuando Derya inicio con el negocio, Sandra buscaba trabajo, Derya vio en ella un apoyo y desde entonces ambas empezaron a trabajar arduamente, dejando el nombre del lugar por lo alto.

Ya instalada en el palacio, exactamente el ala de la reina, la joven se encerró en su alcoba a modo de protesta por la intromisión en su vida. Pero poco podía hacer, solo aguantar todo esto, si ya había estado a punto de morir, ¿qué sería lo peor que le podría pasar?.

A la mañana siguiente se levantó, las criadas llegaron para ayudarla a arreglarse, los recuerdos de su vida llegaron a derya, endureciendo su rostro, las criadas se apresuraron en su labor, la mirada Feroz de su nueva señora daba demasiado miedo.

Al terminar de vestirse, salió a caminar un poco, necesitaba despejar su mente y pensar en un plan, al llegar al jardín, se encontró con una mujer bastante anciana. La mujer al notar la presencia de la joven, la examinó de arriba a abajo, luego le pregunto a su criada.

— ¿Quién es esa jovencita? —

— su majestad, esa es la futura esposa de el rey —

La mujer de inmediato se levantó enojada, y gritando a todo pulmón.

— ¿Ese hijo mío, Pero que le pasa, como puede casarse así de rápido? —

La mujer de inmediato se dirigió a hablar con su hijo, paso por el lado de Derya y solo la ignoro, la joven era un cero a la izquierda en ese lugar.

Kieran acababa de llegar de su excursión por el reino, al parecer la información sobre aquellos bandidos era falsa, por más que recorrió la zona, no dieron con nadie sospechoso, al llegar al jardín, solo vio a una joven albina que admiraba las plantas del lugar, le pareció una joven hermosa, sería una gran distracción, claro, si la joven se lo permitía. Derya admiraba el lugar, y sintió una mirada recorrer su espalda, de inmediato volteo, encontrándose de frente con aquellos ojos cafés.

Kieran se acercó hasta la joven.

— Nunca había visto a tan hermosa dama en este lugar —

Derya solo sonrió, el chico era guapo, Pero aún no sabía quién era.

— Si, apenas llegué ayer —

— ¿Puedo saber, a qué se debe su visita? —

— Sí... He soy, la futura reina o esposa de su majestad. —

Kieran dejo de sonreír, no entendía nada, ¿Cómo así que futura reina? Su madre apenas y moría y ya su padre quería convertir a otra en reina.

— ¿Mi padre se casara contigo? —

— Si —

El hombre endureció su rostro, la joven era de seguro una caza fortunas que aprovecho que su madre murió para seducir al rey. De eso no había dudas. Sin medir palabras y dejando a Derya con la palabra en la boca, se dirigió hacia el palacio de su padre, debían hablar.

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