Capitulo 18

—Que la cita a ciegas con Adrián Evans no fue tan mala como te dije… y empezamos a salir, hoy me propuso comprometernos y acepté. Nos casaremos en dos meses… Ya tengo a alguien que me va a proteger de él… Así que podrías estar tranquila y concentrarte en mejorar. Déjate de culpar por lo sucedido

—¿Adrián Evans? ¿Acaso crees que soy tonta? No me mientas, es imposible que tú hayas aceptado estar con él. Te conozco

—No, no es así mamá. Mañana vendrá a conocerte formalmente… Él-e-e-él y yo nos amamos. Y él tiene un hijo que es una hermosura, me encanta y lo quiero como si fuera mío

—¿Qué? ¿Un hijo?

—Si mamá… Formaremos un hogar, juntos… justo lo que querías

—Hija… a-acaso él te amenazó, ¿Qué ocurrió? ¿Por qué aceptaste? No te creo que te hayas enamorado tan rápido así como así

—Mamá fue amor a primera vista, es verdad, creí que lo odiaba, pero… él es diferente, sé que él no me-me hará daño. Por eso acepté

—¿Es en serio? ¿E-es en serio?— La mirada de mi madre brillo y se levantó conmigo ¿él de verdad te va a proteger? ¿Siempre te va a cuidar?

Asentí, pero la verdad sé que no será así. Seremos dos extraños viviendo juntos por conveniencia… Pero por mi madre lo haré

—Mañana lo conocerás… Por eso debes comer para poder ir a casa ¿Está bien? ¿Me prometes comer de ahora en adelante y esforzarte? ¿Lucharás en tus quimioterapias? Por favor…

Mi madre asintió y entre lágrimas nos abrazamos… Todo lo que estaba haciendo valía la pena por ella

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—¿En serio te vas a comprometer con él amiga? ¿Estás segura?

—Si Karen… Es lo mejor. Nos casaremos en dos meses

—¿Pero te sientes bien haciéndolo?

—No, no me siento bien. No estoy cómoda, estoy asustada. Tengo miedo de que se repita, tengo miedo de que todo salga mal, tengo miedo…

—Pero tengo más miedo de ver a mi madre dejándose consumir por la culpa y muera, tengo más miedo de que Víctor me encuentre y vuelva. Él me odia y prometió encontrarnos… Tengo miedo de estar en la misma casa de Adrián, pero tengo más miedo de estar sola para cuando venga Víctor —Llevé mis manos a la cabeza frustrada y aterrorizada, está sola con Karen y le conté todo. Confió en ella y sé que siempre me apoyará… Necesitaba decirle todo para que me aconsejara

—¿Hoy él irá a casa de tu madre verdad?

—Si… Irá a cenar. Ahora iré a ayudar a mi madre a preparar la comida, él llegará a las siete

—Iré contigo. Quiero estar ahí

—¿Por qué?

—Tú solo confía en mí. No te dejaré sola… Confía en mí

—Gracias, amiga— La abracé descargando mi cansancio y luego me coloque un jean color negro, una blusa blanca estampada y me recogí un poco el cabello

—¿Cómo me veo?

—Espectacular… ¿Pero no te sientes más cómoda con un vestido? ¿No te dará calor en casa con esa ropa?

—No, así estoy bien… No me quiero colocar más vestidos

—… Está bien. Vamos

Salimos a casa y empecé a preparar la comida con mi madre, pero notamos que se estaba esforzando mucho así que le pedimos que se sentara a descansar y Karen y yo cocinamos la mayoría, la casa se veía bastante linda. Vivíamos sencillamente, pero era bastante acogedor, siempre mi madre trataba de tener a mi padre cerca en todo y la casa, era en lo que más lo hacía

Solo esperaba que las cosas salieran bien con Adrián, la actuación de que estábamos enamorados debía ser lo suficientemente convincente para que mi madre dejara de preocuparse o si no… No sé qué hacer, después de todo ya firmé el contrato y no lo podía acabar así como así. En el contrato dice claramente que son dos años, si lo incumplo debo pagar una gran suma de dinero, para él no es problema, pero para mí sí, yo no soy millonaria

—¿En qué tanto piensas amiga?

—Ah, e nada

—Entonces saca el pollo del horno. Tu prometido ya debe estar por llegar

—Sonó el timbre y mi corazón latió con fuerza, estaba muy nerviosa, mi madre era experta analizándome y hoy más que nunca estaba mirándome a los ojos en todo momento

—Ve a abrir hija, no hagas esperar a tu novio

—Si mamá— Fui a abrir y ahí estaba Adrián, vestía un traje color azul a la medida, bastante elegante y traía un ramo de flores azul claro, bastante bonito

—Hola, mi amor ¿Cómo estás?— Me preguntó con total confianza sonriendo. Valla, sí que sabía actuar bien

—Ho-hola

Me percaté de que mi madre venía, así que me esforcé lo más que pude y tomé la mano de Adrián, es difícil hacer incluso eso para mí… siempre que tomo la mano de un hombre, algo en mi interior me hace querer correr y el miedo me invade por lo que comienzo a temblar y el pasado me invade sin que yo lo pueda controlar.

Solté su mano al no poder aguantar más así que solo sonreí a su lado

—Madre… te presento a Adrián; mi prometido. Adrián, te presento a mi madre Martha y ella es Karen mi mejor amiga. Aunque a ella ya la conoces —Mi madre lo escaneó de arriba abajo y note la sonrisa algo incómoda de Adrián ante el escaneo de mi madre

—Un placer señora Martha, se ve mucho más joven de lo que creí. Estas flores son para usted, espero que goce de buena salud siempre —Dijo inclinándose ante mi madre y dejando un sutil beso en su mano, mi madre sonrió, pero podría jurar que está viendo a través del alma de nosotros

—Adelante señor Evans, mi hija ya preparó la cena junto a su amiga

—Dígame solo Adrián, me sentiría más cómodo

—¡Por Dios, el pollo! Arranque a correr a la cocina por el pollo del horno, pero lo vi encima del comedor

—¿Qué pasó Lu?

—Ah, nada… es que se me había olvidado secar el pollo

—Yo ya lo saqué. Tú estás en las nubes hoy jajaja

—Gracias— Me percaté de que mi madre me miraba con una sonrisa burlesca y Adrián estaba algo incómodo, pero no más que yo. Era momento de sacar las dotes de actuación

—Eee… Amor ¿Quieres algo de tomar antes de cenar?

—No mi vida, así estoy bien. En realidad— Miró a mi madre— Señora Martha vine más a conocerla a usted, quería hablar sobre la relación de Lucia y yo… Ella ya le dijo algunas cosas y yo quisiera decirle mis intenciones con su hija

—Lo escucharé gustosa. Pero primero vamos a comer

Mi madre se sentó a la cabeza y yo me senté al lado de Adrián y Karen frente a mí

—Estaba realmente deliciosa la comida. Tienes grandes dotes culinarios mi amor— Dijo Adrián colocando su mano sobre la mía y me tensé, pero traté de sonreír lo más naturalmente y no quitarla, creo que él se percató porque la quito con naturalidad y miró a mi madre

—La felicito señora Martha, crio una hija realmente hermosa, capaz, independiente y valiente. Por eso la amo tanto

—Lo sé. Mi hija es excepcional. Muchas gracias. Ahora sí, ¿Qué era lo que me quería decir joven Adrián?

—bueno… Creo que está al tanto del compromiso entre Lucí y yo, después de nuestra cita a ciegas ella dejó una muy fuerte impresión en mí por lo que la he perseguido y ella cedió… Estoy seguro de que quiero pasar el resto de mi vida con ella, por ello le pedí ser mi prometida. Además, ella y mi hijo se llevan de maravilla

—Eso me dijo mi hija… Que tiene un hijo encantador

—Sí, lo es. Mi pequeño jamás ha sentido el amor de una madre y desde que conoció a Lucí no deja de hablar de ella y lo buena que ha sido con él, además se ha abierto más y es más feliz, también vi que a Lucia le brilla la mirada, cada que está con él, se ve más relajada y libre. Después de eso le pedí que aceptara ser mi esposa porque no quería tenerla más lejos y mucho menos buscar a alguien más, me di cuenta de que ella es la mejor a mis ojos y bueno… gracias al cielo ella aceptó

—¿Eso es verdad, hija? ¿Te quieres casar con él?

—Si mamá. Es verdad

—Bueno… Me parece bien, no me opondré a eso. Perdone mi discreción, pero es verdad que usted es millonario —¿Por qué rayos mi madre pregunta eso? Vi como Adrián se tensó un poco, pero no dejo de sonreír

—¡Madre!

—Sí, es verdad, mi familia y yo tenemos mucho dinero —Mi madre sonrió aliviada y me miró a los ojos

—¿Por qué preguntas eso, mamá?

—Adrián, solo tengo una petición que hacerte, si la aceptas te dejaré casarte con mi hija

—¡Mamá! ¿Qué vas a hacer?

—Claro, solo pídala doña Martha. Si está a mi alcance lo haré con gusto— Respondió Adrián como si nada, pero sé muy que estaba incómodo

—Me alegra oírlo. Quiero que no escatime esfuerzos en la seguridad de mi hija. No me importa que medios tenga que usar, solo protéjala de todo y todos. Quiero que le contraté seguridad y siempre se cerciore de su seguridad

—Mamá, puedo cuidarme sola —La vi suplicante para que se detuviera pero me ignoró

—¿Por qué me pide eso, señora Martha?

—Por nada ¿No mamá? —Además puedo cuidarme sola. No tienes que hacer eso, Adrián. Olvídalo —Corté el tema de manera amenazante, pero mi madre me miro para luego ignorarme y centrarse en Adrián

—¿Lo promete Adrián?— Le preguntó mi madre más seria de lo que jamás la había visto y Adrián me miro a los ojos, pero evité su mirada. Cerré mis ojos frustrada

—Lo prometo. Ella siempre estará segura a mi lado, jamás le haré daño —Lo miré sorprendida y él me estaba mirando directo a los ojos con una sonrisa. Es la primera vez que siento ganas de confiar en un hombre, pero mi cuerpo, razón y pasado no me lo permiten

—Entonces no hay más que decir. Felicidades a los dos— Celebró Karen y empezó a aplaudir emocionada, mi madre y Karen nos abrazaron a ambos.

—Esto debemos celebrarlo. ¡Vamos a comprar una botella de vino Lu!

—Pero aquí tenemos

—No hija, ya se acabó. Ve con Karen —Vi a mi madre confusa, aquí siempre había vino, la última vez que vine aún seguían ahí tres botellas. Ella miró a Karen y Karen asintió. Entendí que querían que yo me fuera, pero no quería dejar a Adrián solo, no sabía qué le iba a decir mi madre

—Ve tranquila mi amor. Estaré bien— Me susurro adrián con una sonrisa y Karen tomo mi mano para salir en su auto

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