Capitulo 14

ADRIÁN

—Hola hermanito ¿Cómo estás?

—Hola Mike ¿Qué haces aquí tan temprano?

—Vine a ver como estabas ¿No puedo?… Además, vine a ver a mi pequeño sobrino favorito

—Pero soy tu único sobrino tío

—Por eso mismo querido sobrino, no tienes competencia, lo que te convierte en el ganador automático ¿¡No es genial!?

—Di la verdad ¿Por qué estás aquí?-Lo corté. Mi paciencia ha estado muy a borde del colapso estos días

—No me vas a dar desayuno al menos

—No. Lukas y yo estamos por salir. Dilo ya

—Bueno… ¿Ya conseguiste mujer?

—¿Qué? ¿No tienes nada mejor que preguntar?

—Bueeenooo… Es que no quiero que mamá le terminé dando la empresa a nuestro primo

—Entonces no dejes que le venda tus acciones y las de papá

—Sabes que no puedo hacer nada

—¿A no? Son tuya

—Lo sé… pero en serio crees que voy a ir en contra de mi madre, ambos sabemos que lo hace por ti, porque le importas y ella normalmente no es irracional

—Lo sé. Pero de un momento para el otro no deja de taladrarme el cerebro

—Es que tú trabajas mejor bajo presión —Se burló riendo

—Vete de aquí Mike— Le dije enojado y él se fue a la puerta

—¿Eso significa que aún no tienes mujer?— Le lancé un tenedor que tenía en la mano y él se agachó a tiempo

—¿Acaso me quieres matar?

—Si

—¿Por qué?

—Porque estás invadiendo mi espacio personal

—¡Oye la casa es enorme!

—Entonces espacio emocional. Y agradece que no tengo un cuchillo de mesa aquí porque tengo ganas de lazarte uno

—Ay hermano… La abstinencia te tiene mal— Dijo burlándose y salió corriendo

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Llegue al colegio infantil de Lukas y bajé junto a él. En la entrada está su maestra Karen, se veía bastante amable, mi sonrisa se congeló cuando miré que Lucia se acercaba hacia nosotros, Lukas corrió a abrazarla y ella se agachó a abrazarlo… Debo admitir que es la primera mujer que se acerca a mi hijo por él mismo, no por mí y parece bastante buena con ellos… Supongo que solo odia a los hombres al crecer

—Hola señor Evans— Dijo al verme de brazos cruzados

—Hola señorita Mora-No terminé de hablar y ella me lanzó las llaves del coche que atrapé en el auto

—Gracias— Fue lo único que dijo sin siquiera sonreírme. Después volteo su rostro a Lukas y ahí si sonrió —¿Nos vamos Lukas? Hoy estaré todo el día con ustedes

—¿En serio?

¿Te lo prometí no?

—Siiii— Lukas empezó a festejar y tomó la mano de ella emocionado, la vi arrugar su rostro sutilmente en cuanto él tomó su mano y me percaté de que tenía algo envuelto en su alma

—¿Qué te pasó ahí?— Me traté de acercar, pero ella dio un paso atrás, como si me tuviera miedo o como si estar a un metro de mí fuera un delito y desvió su mirada

—No es tu problema— Me cortó inmediatamente y con su otra mano tomó a Lukas para entrar al colegio

No me podía quedar tranquilo, si estaba cubierta toda la palma de su mano era un golpe o cortaba grave, además se notaba que no se había limpiado, solamente se había colocado un pedazo de trapo ahí ¿Acaso no temía infectarse? ¿Tan masoquista era?… No podía dejar de pensar en que podía pasar a mayores, infectarse y tal vez en el futuro infecta alguno de los niños y termine también infectando a mi hijo. Así que le marque a Alberto

—Señor Alberto por favor envíe un botiquín de rimeros auxilios al colegio de Lukas

—¿Pero señor, no se supone que allá siempre hay botiquines por si algún niño se lastima?

—No es para los niños. Compra uno para adultos, y diles que yo, como padre de familia, ordené que todos los maestros y cuidadores deben ser revisados y chequeados y si tienen, aunque sea un corte, deben ser atendidos

—Si señor

Corté la llamada y me dirigí a casa… No me dejaba de rondar lo que mi madre me dijo. Si hablaba en serio en solo cuatro días se supone que debo ir al menos a más citas a ciegas… Pero ni loco voy a ir a eso. Primero muerto

¿Pero dónde consigo una mujer que no esté interesada en mí y mi dinero que al menos quiera a mi hijo?

No sé por qué, pero Lucia vino a mi mente… Después de todo trató bien a Lukas y él se ve bastante cómodo con ella. Pero esa mujer está loca, siempre me responde con dos piedras en la mano

Lo pensé mucho y opté por investigarla… Al rato llegó Jake y me enteré de que era de Colombia, pero hace años siete años se mudó acá a Francia ¿Por qué lo habrá hecho?… Solo tiene a su madre y a su mejor amiga; con quien vive, debe ser la profesora de Lukas

Luego encontré la razón perfecta para que ella aceptará mi contrato. Ella dijo que su madre también era igual a la mía, si es así debe estar exasperada por las citas a ciegas. Tal vez acepté un acuerdo conmigo

Nada se pierde en intentarlo. Al fin y al cabo solo me importa que trate bien a Lukas y sea amable con él. Pero para que funcionara, ella tendría que vivir con nosotros y prácticamente ser como una madre para él. Sin embargo, no quería tener que ver en nada con ella y mucho menos que fuera mi mujer, eso sería una locura completa, esa mujer me da un puño o parada cada vez que me ve.

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Terminé el contrato, pero estaba indeciso de proponerle el negocio, estaba a punto de dejarlo a un lado, pero mi madre me dijo que ya había hablado con mi primo y solo tenía dos días, me gritó que estaba en mis manos la empresa ¡No era justo! Le había dedicado mi vida a ella, siempre fue mi sueño dirigirla y hacerla crecer, ser el mejor diseñador de modas mundialmente famoso y ahora me iba a quitar gran parte de eso.

Tomé el contrato a regañadientes y me dirigí a la salida del colegio de Lukas, desde ahí llamé a Lucia

—Hola… Estoy afuera del colegio de Lukas ¿Sigues aquí?

—Si ¿Qué quieres?

—Hablar contigo… Quiero hacerte una propuesta

—No me importa lo que sea. Adiós – Me cortó sin más dejándome con la palabra en la boca.

—¡De todas maneras tampoco me agrada la idea de tenerte en mi vida!-Le grité al teléfono como si así me pudiera escuchar y los guardias de seguridad me vieron como un bicho raro

Respiré y volví a marcar

—¿¡Qué rayos quieres idiota!?

—¿Ya no es señor Evans?-Pregunté sarcásticamente y me respondió con dos piedras en la mano como siempre

—No. Volviste a ser idiota. Di lo que quieras y desaparece por favor

—Eso no será posible… Te tengo una propuesta ¿Podrías salir?

—No me interesan tus propuestas, búscate a otra tonta —Me volvió a cortar la desgraciada. Tenía ganas de tirar el teléfono pero me contuve. No me quedó de otra que esperar a que saliera mi hijo

Cuando salió Lukas vi que Lucia lo tenía de la mano así que me acerque rápidamente, Lukas se veía más feliz que de costumbre lo cual me alegró

—Hola hijo, ¿Cómo te fue?

—Bien papi. Lucí jugó mucho conmigo y pintamos en artes con témpera, también nos leyeron historias y aprendimos más números —Me dijo sonriendo y miro a Lucia feliz, ella le devolvió la sonrisa, pero al verme se le congeló ¿Acaso yo era el número uno de su lista negra o qué?

—Nos vemos Lukas… Adiós señor Evans

—Espera— La tomé del brazo, pero en cuanto volvió por instinto levanté las manos y ella, como si fuera una experta, sacó un gas pimienta

—Idiota te dije que dejaras de tocarme

—Perdón, perdón. Pero baja eso ¿Por qué siempre parece que quieres matar a medio mundo y sobre todo si son hombres?… Solo quiero hacerte una propuesta

Ella bajó el gas pimienta sin cambiar su expresión de completo odio hacia mí y Lukas me miró confuso

—Hijo, por favor, ve y espérame en el auto

—Si papá. Adiós Lucí —Lucí le sonrió y en cuanto Lukas estuvo dentro del auto me miro amenazante

—Más te vale que sea importante y no una ridiculez imbécil

—¿Qué? ¿Acaso no volvía a ser señor Evans?

—Pues no. Eres como yo quiera decirte, y si te llamo imbécil así te quedas. ¿Qué quieres imbécil?

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