Capitulo 3

Con una sonrisa enorme Marcos entro a la gran mansión al ver a la pequeña Lucia caminar hacia el alzando sus brazos para que su padre la levantara y la llenara de besos como cada día lo hacía, era un padre muy amoroso y un excelente esposo que no dejaba de mimar y consentir a su esposa en cada posibilidad

-¡Mi amor hermosa! ¿Cómo está la luz de mi vida?

-Bien papi. ¿Y tú?- Dijo la pequeña Lucia, con poco más de tres años

-Muy bien mi amor. ¿Y mamá?- Lucia apuntó hacia la cocina y Marcos con ella en sus brazos fue hacia donde lucí le indico

-Hola hola ¿Sabes usted donde se encuentra mi hermosa esposa? –Preguntó en tono coqueto Marcos a Martha jugando

-Oh, no lo sé ¿Podría describírmela? Tal vez así pueda decirle si la e visto o no- Martha le seguía sus juegos cada que podía, amaba que su esposo no perdiera su esencia carismática y coqueta

-Bueno ella es hermosa, increíblemente atractiva, tiene un hermoso cabello castaño oscuro al natural, una mirada hipnótica con unos hermosos ojos azules como el océano, y un corazón que brilla aún en medio de la noche ¿Sabes usted donde se encuentra?

-Bueno creo que la he visto en algún lado. –Tomó el celular de Marcos y buscó una fotografía de ellos dos juntos- ¿Es ella? Creo que concuerda con su descripción

-¡Oh! Santos cielos, pero sí es ella. ¿Es mi parecer o ella se parece mucho a usted hermosa dama?

-Bueno… eso lo podemos averiguar – Respondió Martha con una sonrisa coqueta y se acercó a su esposo para besarlo- Te amo Marcos

-Y yo a ti mi amor. Ustedes- Levantó de nuevo a la pequeña Lucia y abrazó a ambas mujeres- Son la luz de mi vida

-Hola familia- Llegó vector con su sonrisa fingida- ¿Cómo están?

-Hola hermano. Muy bien gracias ¿y tú?

-¡Tío!- La pequeña Lucia corrió a los brazos de Víctor, el siempre consintió a la pequeña Lucia para que su hermana y su cuñado lo aceptaran del todo

-Hola pequeña sobrina ¿Quieres un caramelo?

Lucia asintió feliz y Víctor le pasó una paleta de caramelo, luego miró a Marcos quien observaba en silencio, como solía hacer muy seguido cuando Víctor estaba cerca

-¿Cuñado podemos hablar? ¿Qué tal si salimos a dar un paseo en el auto tu y yo? –Preguntó Víctor pero no recibió respuesta inmediata

-¿Por qué? ¿Qué se traen ustedes dos?- Preguntó Martha curiosa

-Nada hermanita. Solo que desde hace mucho no tenemos una charla de hombres ¿No es así cuñadito? ¿Vamos? –Marcos le dedicó media sonrisa y le dio un beso en los labios a Martha y uno en la frente a Lucia para ir con Víctor

-¿Y? ¿A dónde vamos Víctor?- Preguntó Marcos con tono serio, a Víctor se le hacía realmente difícil fingir su sonrisa pero no dejó de hacerlo

-¿Pero porque tanta seriedad cuñadito? ¿Hay algún problema? ¿Sucedió algo? Sabes que puedes contar conmigo- Dijo en tono de preocupación y Marcos asintió

-Lo sé

El resto del camino lo pasaron en silencio y Víctor condujo hacia un café muy famoso para hablar con Marcos, sabía perfectamente que Marcos jamás bebía y tampoco tenía vicios, él siempre se cuidaba en su salud

-Al llegar al café Marcos pidió su café frio favorito y mientras la bebida llegaba Víctor sacó su laptop

-Sé que no debería. Pero tengo algunos asintió de trabajo que hablar contigo y no me pareció muy bueno hablarlo frente a mi hermana, ella se podría preocupar

-¿Qué ocurre?- Preguntó Marcos un poco evasivo

-Mira. Estuve revisando los números de la empresa y algo no me cuadra. Me di cuenta de que los números no concuerdan con las cifras de producción ni los materiales de elaboración. ¿No te parece extraño?- Marcos observó a Víctor sutilmente sorprendido, él creía que quien lo había hecho era Víctor, Pero resulta que él tampoco lo sabía. Soltó un suspiro aliviado, no quería tener que decirle a su esposa cosas malas sobre su hermano

-¿Enserio? ¿Y quién crees que lo haya hecho?

-No lo sé… Apenas ¿Tú sabes algo? –Preguntó Víctor fingiendo inocencia

-La verdad… Por un momento creí que habías sido tú, me disculpo por eso- Admitió Marcos un poco avergonzado

-¿¡Yo!? ¿Pero porque cuñadito? Yo creí que ya confiaban en mi- Víctor con su rostro entristecido fingió lástima y Marcos se sintió mal

-Perdóname Víctor, es que… soy bastante paranoico, supongo, aun así sé que no debería confinar en ti, en estos años has hecho las cosas bien y nos has sorprendido bastante. Sé que has cambiado y no le harías daño a tu familia

¿A mi familia? No, como crees. Ustedes son todo lo que tengo jamás les haría daño

Marcos sonrió y se disculpó ya que iría al baño, Víctor asintió y en cuanto Marcos le dio la espalda su sonrisa se borró.

-No solo sería capaz de hacerle daño a mi familia Marcos, quitaré de mi camino a los que haga falta querido cuñado –Susurró en voz baja y las bebidas llegaron. Luego sacó del bolsillo de su traje un polvo el cual colocó en la bebida de Marcos

Cunado Marcos volvió a colocar su amplia sonrisa

-Hablaron un poco más y cuando Víctor se aseguró de que Marcos ya había bebido todo el contenido de la bebida volvieron a casa. Al llegar a casa Martha los saludo a ambos con un abrazo, la pequeña Lucí ya se había dormido y Víctor también fue a hacerlo

-Estoy muy cansado familia. Me iré a descansar, nos vemos hermanita –Le dio un abrazo a Martha el cual ella correspondió y Marcos sonrió. –Y nos vemos cuñadito, mañana será un día emocionante, ¿No es así?

-Claro. Nos vemos Víctor-Dijo con una amplia sonrisa

-Si… Nos vemos

Víctor subió a dormir y Marcos se quedó un poco de tiempo más con Martha hablando sobre algunos recuerdos y anécdotas, incluso le contó que había dudado de Víctor y ambos rieron.

Luego Marcos empezó a sentir un poco de sed

-Tengo muchas sed amor. Iré por un vaso de agua

-Vale, yo iré a la habitación, te estaré esperando.

Marcos, marcos al llegar a la nevera se sintió mareo y un dolor punzante en su corazón lo alertó, apretó su pecho y su visión se empezó a nublar

-¿Qué me pasa? Dios mío- Empezó a sentir que sus sentidos le fallaban y su lengua no lograba gesticular palabra alguna, se sostuvo del mesón y al caer tumbó un bazo pero la casa eran tan grande que lucía no alcanzó a escuchar, ya que tenía la puerta cerrada

-¿Qué pasa cuñadito? ¿Te sientes mal? –Marcos abrió sus ojos aterrado, la sonrisa de Víctor daba miedo

-A-agua, por…por favor Víctor, agua –Suplicó con su voz entrecorta a punto de desfallecer

-¿Por qué te daría agua cuñado? Si lo que quiero es que te mueras- Marcos con su boca abierta trato de hablar pero sus palabras quedaron atoradas en su garganta y Víctor empezó a reír

-Eso te pasa por ser demasiado inteligente, cuñadito realmente no quería hacerlo, pero no me dejaste opción… No te preocupes por mi hermana y mi sobrina, yo me encargaré de ella. Ah, y de la empresa también

Víctor se colocó en pie y con las pocas fuerzas que le quedaban tomo a Víctor del tobillo apretando lo más fuerte que pudo deteniéndolo, Víctor lo miro desde arriba y fue sintiendo como el agarre de Marcos disminuía. Marcos lo soltó por completo cayendo muerto y Víctor sonrió victorioso. Iba a festejar más su victoria, pero al escuchar la voz de Martha llamando a su esposo acercándose empezó a gritar

-¿Cuñado? ¡Cuñado!- Se arrodilló ante Marcos y fingió revisarle el pulso. Martha llegó asustada y al mirar a Marcos en el suelo quedó de rodillas al suelo

-Marcos ¡Mi amor! ¿Qué te sucede? ¿Víctor que le sucedió?

-No-no lo sé. Yo-yo bajé a tomar un poco de agua y lo vi en el suelo desmayado, por eso vino corriendo- Gritó llorando y Martha empezó a gritar desesperada.

Llamaron a una ambulancia, pero al llegar Marcos ya se había ido, los ruidos despertaron a Lucia que no entendía lo que había sucedido. Martha estaba desesperada gritando mientras que Víctor estaba un poco más calmado así que tomó a Lucia en sus brazos y la sostuvo todo el tiempo, Lucia lloró un poco cuando Víctor le dijo que papá se había ido al cielo así que la pequeña abrazó a su tío buscando protección.

(¿Ya odian a Víctor?... eso no es todo lo que hará este odiado personaje... yo también odio... Así que odiémoslo juntos) 

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