Una energía surgió

No tuvo el coraje de llevarme adentro, con señales le pidió a uno de sus colegas que me llevara a hacer mi declaración, me metieron a un cuarto donde empezaron a interrogarme muchas cosas.

- ¿Su nombre es Ariana Palmer?- una oficial mujer me preguntaba.

- Si- conteste.

- ¿Conocía al señor Ferreira?

- No.

- ¿Usted es culpable del asesinato del señor Ferreira?

- Sí.

- ¿Qué puede decir en su defensa?

- Nada, lo hice porque quería hacerlo, si lo tendría en mi frente lo volvería a hacer.

- ¿Por qué?

- Porque es un maldito cerdo, y eso ya lo deben de saber.

Elián por una ventana me observaba, él era quien tenía que hacerme el interrogatorio, pero no tenía el valor, solo quería tenerme en sus brazos y decirme que todo estaría bien, y que me sacaría de esta pesadilla, pero sabía que no lo permitiría.

Cuando terminaron de hacerme las preguntas me llevaron a una celda oscura y sucia, no estaba acostumbrada a estos ambientes, siempre viví en medio de lujos y comodidades, mis ganas de desaparecer de este mundo crecían más, me senté en un apestoso asiento hecho de concreto y apoye mis manos en mis rodillas, y en ese rincón lloré sin control, odiaba este maldito mundo, desde un principio siempre era despreciable, pero ahora era aún más.

Estaba completamente sola, si moriría en ese instante nadie reclamaría por mi cuerpo, ni nadie lloraría por mi ausencia, estaba al borde de la ruptura. No entendía por qué me sentía así, algo en mi estaba haciendo que mi corazón sintiera estas cosas. Yo era una mujer fuerte, sabía muy bien como saldría de aqui, pero en esos momentos mi mente estaba bloqueada, no comprendía porque la sensibilidad me obligaba a llorar.

Eduar llegó a su hotel muy destrozado, se enamoró de la mujer equivocada, no me sentía mal por él, porque siempre se lo advertí. El error fue de él, nunca debió abrir su corazón a una mujer que solo buscaba sexo de él, por la decepción se tomó un vaso de tequila, y otro y otro, recordaba los momentos apasionados que habíamos tenido, deseaba tocar mi cuerpo una vez más, extrañaba el encanto que siempre le mostraba.

La noche se asomaba, durante horas no había comido nada ni bebido, una agente me trajo una bandeja, y lo dejo debajo de las rejas, era una comida asquerosa, no probé ningún solo bocado, solo pensaba en morir, ya nada tenía sentido, mi soledad me alentaba a terminar con mi vida. Los días pasaban y mi situación no cambiaba en nada, baje de peso, mi piel estaba muy flácida, dejé de ser yo para convertirme en una carga, y eso lo odiaba. Una mañana al despertar algo en mi se movía, una energía surgió en mi interior, si quería terminar con esta pesadilla que me mataba de a poco, tenía que empezar a trabajar.

Elián no aguantaba verme en esa situación, se culpaba a sí mismo por haberme entregado a las autoridades, su amor por mi hacía que el también esté mal. No aguantaba más las ganas de querer verme, tomó la bandeja del desayuno y lo llevó a mi celda, estaba al tanto de mi situación. Se paró frente a mí, tenía muchas ojeras en los ojos, también perdió algo de peso, se veía diferente.

- Ariana, tienes que comer algo- me dijo angustiado.

- Solo deja la bandeja y vete, no soporto que me veas así, te odió...

- Te he visto en muchas de tus formas, y aun así no lograrás que me aparte de tu lado, moveré mis contactos para sacarte de este hoyo, solo tienes que aguantar un poco por favor.

Sabía que necesitaba de su ayuda si quería salir de esto, tenía que morder el anzuelo que me estaba ofreciendo, como el me metió en esto el sería el mismo quien me sacaría. Estaba por responderle cuando de pronto perdí el equilibrio de mi cuerpo, caí al suelo y lentamente cerré los ojos, perdí la noción. Rápidamente, abrió la celda Elián, me tomó en sus brazos y me llevó a enfermería, ahí le informaron que era grave la situación, y me llevaron de urgencias al hospital, dos policías iban a mi custodia, era un buen plan para fugarse, pero no era este el casó, pero podía aprovechar la situación.

Un médico me atendió, me llevó a una sala donde me pusieron oxígeno y un suero, Elián afuera estaba como loco.

- Doctor ¿cómo está, Ariana?- preguntaba una y otra vez al ver a cada médico que salía de la sala de donde me atendían.

Por fin alguien le respondió - aún está en observaciones, presenta un cuadro anímico por falta de alimentación, ¿Qué parentesco tiene con ella?- Dijo el médico.

- Es mi novia.

- No se preocupe, estará bien.

- ¿Puedo verla?

- Está un poco delicada, pero sí, puede verla unos segundos.

- Muchas gracias doctor.

Una vez más le tocaba verme en esta situación, aborrecía que Elián siempre estuviese a mi lado en estas circunstancias. Se estaba convirtiendo en costumbre cada que abría los ojos lo primero que veía siempre era su rostro entristecido.

- ¿Por qué estoy aquí?- le pregunté algo desconcertada y desubicada.

- Te desmayaste, la debilidad en tu cuerpo hizo que perdieras el conocimiento.

- No se si debería agradecerte o seguir odiándote por salvar mi vida una vez más.

- Ariana, me preocupas, déjate ayudar.

- Elián soy una asesina, ¿no lo entiendes?- reproche quitando su mano de la mía.

- Lo único que entiendo es que tu forma de ser me gusta, y te amo así como eres. ¿Por qué es tan difícil de entenderlo?- Una vez más me tomó de la mano, forzando a que sintiera su calidez.

Alguien llamó a la puerta, el doctor entró con unos papeles, eran los resultados de mis estudios.

- ¿Cómo te sientes Ariana?- Me preguntó el médico, revisando el suero para ver su nivel de goteo.

- Algo débil, los pechos me duelen y los mareos no cesan.

- Eso es normal, son los síntomas del embarazo.

-¡¿Qué?!... - mi asombro fue tan grande que todos mis males estares empeoraron más.

- Tienes unas cuantas semanas de embarazo, según su historial ya venía con algunos problemas de salud, ahora tiene que cuidarse mucho por su bien estar y del bebé que espera.

No escuchaba lo que decía el médico, me preguntaba, ¿En qué momento pasó esto?, ¿cuántas semanas?, ¿Con quién estaba hace unas semanas?, miré a Elián, ¡no podía ser cierto!... recordé a Eduar, tampoco podía ser cierto...

Elián no sabía si estaba escuchando bien o solo estaba alucinando, quedo extraviado en su mente al igual que yo."esto no puede ser cierto, no ahora ni nunca", pensé.

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