Caos en la sociedad

Mi olfato sintió el aroma de mi cama, amaba la suavidad de mis sábanas, lentamente abrí los ojos, estaba acostada, miré al rededor, las luces estaban apagadas, la luz de la luna y las estrellas entraban por la ventana, alguien estaba a lado mío, no podía ver su rostro, pero reconocía su perfume. Lo último que recuerdo era que Mía me golpeaba sin piedad, la debilidad de mi cuerpo no resistió y cerré los ojos, perdiendo el conocimiento.

Eduar se asustó mucho al ver que no reaccionaba, llamó al médico, me tomó en sus brazos y me metió a mi casa, el médico me atendió, quiso llevarme al hospital, pero Eduar sabía perfectamente que no quería estar en ese lugar, porque ya había escapado de el, le dio algunos medicamentos y una lista de cuidados.

Eduar dormía a mi lado, era la primera vez que un hombre se quedaba a mí lado, nunca dejaba que nadie duerma conmigo, se veía tan tranquilo, no soportaba tanta paz, no quería tenerlo más ahí, quería que se fuera, como pude tire la lámpara de la mesita de luz, y se rompió, el ruido despertó a Eduar, se levantó velozmente y encendió las luces.

- ¿Estás bien?...- me preguntó.

- ¿Qué haces aquí?, ¿qué fue lo que pasó?

- Fui al hospital a verte, pero me dijeron que te fuiste en un mal estado, y vine a cuidarte, cuando vi que Mía estaba en tu encima corrí, perdiste el conocimiento por los golpes y llame al médico.

- Ya es tarde, quiero que te vallas, no te preocupes estoy bien- le dije.

Él no me respondió nada y fue a la cocina, preparo una bandeja con comida, se había tomado el tiempo de cocinar aprovechando que yo descansaba.

- Quiero que comas algo antes- me dijo dejando la bandeja en mis piernas.

- No tengo apetito, solo vete.

- No suelo cocinar, pero esta vez lo hice por vos...

- Nadie te pidió que hagas eso, no necesito que pierdas tu tiempo conmigo.

- No entiendo por qué tienes esa actitud Ariana, solo quería ayudarte y ser amable, pero eres difícil, me voy... ojalá te mejores pronto.

Eduar tomó sus cosas y se fue muy enojado, sabía que sus intenciones eran buenas, pero su bondad me aborrecía, no quería lastimarlo, solo quería que se mantuviera lejos. Tire la bandeja, toda la comida estaba en el suelo, mis pesadillas volvieron estando despierta a mi cabeza y no me dejaban conciliar el sueño. Me estaba prohibido amar y dejarme amar, esa verdad estaba muy fuera de mis alcances, porque una voz en mi cabeza me asechaba como un demonio, listo para salir y tomar el control de todo y si eso pasaba, tomaría otra vida en mis manos.

Eduar se subió a su auto, y se fue muy dolido, me amaba con locura, pero para mí no significaba nada, su calidez me volvía más agresiva, nunca quise que me vea en ese estado.

"Cuide de ti, termine con mi prometida, porque creí que teníamos una oportunidad, pero lo único que haces es enloquecerme Ariana", hablaba solo Elián mientras se iba a su casa en su auto sin respetar los semáforos de las calles oscuras y vacías. Llegó y se tomó un vaso de Whisky para tomar la calma, sus celos hacían que sus ansias de querer poseerme crecieran más, esa noche no pudo dormir pensando en mí.

Al día siguiente muy temprano Eduar toco mi puerta, levante mi cuerpo como pude y le abrí.

- Buenos días, Ariana- me saludo dándome un abrazo.

- ¡Despacio por favor!..., aún estoy delicada, quería pedirte una disculpa, no quise tratarte mal anoche - tenia que actuar y me disculpe.

- Olvidémonos lo de ayer, ven vamos adentro, te ayudo- Me apoyé en su hombro y me llevó al sillón - Estas delicada, no debiste escapar del hospital.

- Es verdad, pero ese lugar me ponía peor, debía salir o terminaba matándome.

- Estuve muy preocupado por ti, solía ir todos los días a verte, deseaba ver pronto esos hermosos ojos que tienes bajo tus cejas, pero el detective a veces me prohibía verte, pero aun así entraba a verte.

Respire profundo, y me ponía a pensar ¿por qué Elián hacia eso?, con razón sentía la ausencia de Eduar.

- Ese policía esta enfermo por eso seguro hacia eso, pero cuéntame, ¿como vas con los proyectos?, me ausente mucho tiempo, te compensaré.

- Por suerte pude manejarlo, en una semana tenemos una firma en España, para ello debes estar bien.

- Para ese día estaré perfecta, tan perfecta que podré comerte también, que estés aquí y no poder hacerte nada es una catástrofe- Le dije tocando su miembro.

- Ya extrañaba esa parte de ti mi amor- Dijo y me dio un beso muy tierno en mis labios secos.

Eduar vio el desastre que había hecho, y se puso a limpiar, no me causaba ninguna emoción verlo en ese papel, daba igual si lo hacía o no. Después preparo el desayuno, y me llevó a la mesa con cuidado, le di las gracias por su atención, también quería sacarlo de mi casa, pero no podía, sabía que si quería recuperarme lo necesitaba, después de todo le devolvería ese favor.

- Ariana, sé que no es el momento ni el lugar, pero no hay día que no deje de pensar en vos, quise desprenderme de tu aroma, pero ya me canse de intentarlo, quiero estar a tu lado en todo momento.

- Eduar, es muy dulce lo que dices, pero dentro de mí tengo un demonio, peleo día a día con ello, me gusta estar contigo, pero no me conformó solo con eso, cuando estoy en frente de alguien que me atrae, no estoy tranquila hasta saciar mi gusto, !no sé si puedas con eso, no sé si estás dispuesto a tolerar eso.!!!

- Eres una mujer única, sé que muchos hombres te persiguen, tal vez este loco también, pero, déjame luchar con eso que peleas día a día.

- ¿Estás seguro de que quieres hacer esto?

- Mientras no me alejes de tu lado, estaré bien.

- Quiero que tengas algo presente, me gusta la forma en como nuestros cuerpos se conectan a la hora de tener sexo, pero no pretendas que me enamoré de vos, tendremos algunos encuentros, pero cuando me sienta que ya no puedo seguir, tomaremos distancia, ¿de acuerdo?...

- Para ese entonces ya lograré que te enamores de mí,- con su dedo tocó mi pecho- lo que tienes aquí sentirá algo- Dijo algo entusiasmado.

- Ja, ja, ja ...- Reí,

Eduar, de alguna manera me causaba gracia, creía que yo lograría enamorarme de él, ¿cómo podía querer a alguien?, cuando en realidad, ni yo misma sabia si me quería o no. Lo único que hacía era ver caos en la sociedad, muerte en cada rostro perverso y asqueroso, y una voz que me alentaba a matarlos a cada uno.

Vi el reloj en la pared para ver la hora, pero pareciera que se había detenido, seguía siendo temprano, Eduar me llevó al baño, sacó mi ropa y me ayudo a ducharme, sentía como sus manos recorrían por mi cuerpo, me excitaba sus caricias, quería sentirlo tan dentro de mí, y gritar una y otra vez de placer, como odiaba estar enferma en estos momentos, las imperfecciones de mis pensamientos no me impedían a sentir deseos y tocar, pero sin ir más lejos, él quería que fuésemos pareja, pero no se dio cuenta de que jamás encajaríamos, mi corazón negro y oscuro solo me obligaba a ignorar la dulzura y belleza de la vida.

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